Elegía del Imam Ahmed Alhasan (a) para su abuelo, el Imam Alí (a)
Oh, tú, jinete diligente, ve despacio con los corazones inconstantes en su languidez. Cuando se vea la tierra de las dos Garis,[1] sé humilde y quítate el calzado ante el valle de Tuwa. Y si escudriñas la cúpula del mundo superior y las luces que su Señor recubre humíllate, pues se ha dispuesto un halo santo al que los firmamentos…