“Nosotros: hemos demostrado nuestro argumento con evidencias legítimas y racionales, y se publica en libros, el último de los cuales es el libro El testamento sagrado. Por parte de ellos no hubo ninguna respuesta que no sea una mentira y una artimaña por la incompetencia de recurrir a la documentación del testamento reiterado, además del hecho de que su documentación ya ha autentificado por At-Tusi que ha considerado a sus narradores como especiales. Todos los eruditos posteriores dependen de lo que diga At-Tusi sobre los narradores, y no tienen respuesta a las palabras establecidas por At-Tusi sobre los narradores y contra lo que dijeron los que vinieron después, de lo contrario, hasta las migas que presentan sus manos y que llaman “ciencia de narradores” se desbarataría, pues en realidad, lo que dijeron los contemporáneos sobre los narradores no vale nada en lo absoluto si lo que dijeron carece de legítima evidencia.
Ellos: son incapaces de dar una evidencia legítima o racional de la creencia de la imitación sobre la que han construido su religión referencial, pues no tienen ni un versículo coránico sólido que lo indique, ni una narración perentoria definitiva de evidencia irrevocable, ni una evidencia racional completa. Así que la creencia en la obligación de recurrir al erudito que asiste no se aplica a ellos porque son, en el mejor los casos, solo dan opiniones, pues sacan suposiciones y la realidad es que ellos, algunas veces, no dicen sino delirios, como las reglas del rezo en las zonas cercanas al polo. Incluso algunos de estos que se hacen llamar referentes religiosos no entienden lo que se les dice. En el momento que les pedimos una evidencia de la creencia en la obligación de imitar al no infalible encontramos que dan como evidencia que se debe recurrir al especialista, y decir esto, en el mejor de los casos, significaría que podría ser válido y no obligatorio. Incluso hay debate sobre la validez de esto. Estas palabras que presentan como evidencia racional significa que no entienden lo que les decimos o que admiten que la creencia de ellos es una innovación, que es falsa y sin ninguna evidencia, y en vez de renunciar a la creencia en esta obligación, después de que les hemos aclarado su falsedad, recurren a la creencia en la validez o lo aconsejable, y si es esta la cuestión, deberían anunciar que renuncian a su creencia falsa y que pasan de la obligatoriedad a la validez, para que así, llevemos nuestro debate con ellos a este lugar y debatamos su nueva creencia.”
Espero la respuesta de los referentes religiosos y su defensa por la creencia en la obligación de imitar al no infalible o que anuncien a los hombres que es una creencia incorrecta y que están equivocados en adoptarla.