Cómo los Patronos subyugaron sus almas para lo que complace a Dios
Un día pregunté al Siervo Bueno (a), y le dije: ¿Cómo subyugaron los Patronos sus almas y las sometieron para lo que solamente complace a Dios? Me respondió (a): «Por Dios, {Y no absuelvo a mi alma. Ciertamente, el alma es una instigadora del mal, si no es que ha tenido misericordia mi Señor. Ciertamente, ni Señor es Perdonador, Misericordiosísimo}.[1]…