• Categoría de la entrada:Con el Siervo Bueno
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Un día pregunté al Siervo Bueno (a), y le dije: ¿Cómo subyugaron los Patronos sus almas y las sometieron para lo que solamente complace a Dios?

Me respondió (a): «Por Dios, {Y no absuelvo a mi alma. Ciertamente, el alma es una instigadora del mal, si no es que ha tenido misericordia mi Señor. Ciertamente, ni Señor es Perdonador, Misericordiosísimo}.[1]

Si buscas algo, busca lo que ha expresado Husein (a): “¿Qué ha perdido quien te ha encontrado?”. Pide quedar prendado de Él, Glorificado sea, en cada momento, pues quien ama algo ciega su vista. Si te prendes de Él y lo amas en cada momento, no verás a otro que no sea Él, no conocerás a otro que no sea Él, sino que lo verás en todas las cosas, y verás todas las cosas a través de Él, Glorificado sea. “¿Qué ha perdido quien te ha encontrado, y qué ha encontrado quien te ha perdido”?

Sí, a quien ha encontrado a Dios, y a quien ha conocido a Dios, no le falta nada ni ha perdido nada; porque ha conocido que Dios es todas las cosas. Y quien ha perdido a Dios, y quien ha ignorado completamente a Dios, no ha encontrado nada, y está falto de todo, y no saciará su pobreza todo el globo terrestre con lo que contiene; porque él mismo se ha convertido en la pobreza misma.

Cada ser humano, según su ignorancia de Dios, lo encuentras sintiendo en la misma medida pobreza y carencia permanente para la cual no encuentra qué la satisfaga debido a su ignorancia de Dios, excepto la materia que en realidad es como el agua salada, que aumenta la sed de quienes la beben y nunca los sacia.

La riqueza está solo en Dios y proviene de Dios. Y quien se aparta de Dios no encontrará la verdadera riqueza, y queda jadeando tras un espejismo hasta perecer en el corazón del desierto.

El conocimiento lo es todo, por eso Muhammad (s) le dijo a Alí (a): “Oh Alí, una hora de reflexión es mejor que la adoración de mil años”».

Dije: Pido lo que elimine mi carencia a pesar de mi ignorancia, que Dios te guarde, te auxilie y te ayude contra quienes son como yo. Tus palabras, si las viera una roca, se enternecería y razonaría, pero no hay poder ni fuerza sino en Dios.

Dijo (a): «Vosotros, si quiso Dios, sois mejores que yo, más bien le pido a Dios que tenga misericordia de mí por vuestro favor ante Él, pues vosotros auxiliasteis la verdad, escuchasteis las palabras de Dios, obedecisteis a Dios y actuasteis según lo que Él, Glorificado sea, os ordenó. En cuanto a mí, Dios quiso ponerme como un camino para transmitiros Su mensaje, pues no me veo a mí mismo mejor que los puros que han obedecido a Dios y confirmado Sus palabras. Que Dios os conceda el éxito a todos y que Dios os recompense bien».

 


[1] Sagrado Corán – sura «Yusuf» (José), 53.


Del libro Con el Siervo Bueno de Ahmed Alhasan (a)