Primera: el primer movimiento abrahámico que comenzó con Abraham, el padre de los profetas (a) en Iraq y fue sellado también en Iraq con Alí (a) y su progenie, los Imames (a), fue en cierto aspecto tal como el trazado que precede a una construcción, donde se han colocado para este camino sagrado las señales y las especificaciones con el esfuerzo de la sangre de los profetas (a), para completar su construcción con el segundo movimiento abrahámico (de la gran revolución del Mahdi).
Aunque no quiero entrar en detalles, diré sin embargo que lo que sucedió durante el trazado y la elaboración de planos y mapas debe repetirse en la implementación. Así pues, Iraq, que expulsó al padre de los profetas, Abraham (a), a la convocatoria de Abraham (a) y a quienes habían creído en Abraham (Sara y Lot a.) al principio de su convocatoria y movimiento debe repetir lo mismo con el Mahdi. Egipto y el norte de África que acogieron a los hijos de Israel y a la convocatoria abrahámica deben tener una postura similar con el Mahdi, su convocatoria y su revolución mundial. Y con Sham[1] y de ella también se repetirá lo que ocurrió al principio de la época. Por eso ellos (a) han hecho énfasis en que la élite de los ansar son los mejores de Iraq, los nobles de Egipto y los Sustitutos de Sham.
De Yabir Al-Yufi, que dijo: «Abu Yafar (a) dijo: “El Resurgente tomará el juramento de lealtad entre la esquina y la estación a trescientos y pico, el número de la gente de Badr. Entre ellos están los nobles de la gente de Egipto, los sustitutos de la gente de Sham y los mejores de la gente de Iraq. Y él permanecerá lo que Dios quiera que permanezca»”.[2]
Y no se crea que estas denominaciones son arbitrarias, pues los “mejores” de Iraq en particular, indica que quienes se les opondrán son los malvados que hay allí y que también son de allí. Y los “sustitutos” de Sham indica que quienes serán sustituidos están allí y también son de allí, ya que la gente cree que estos a quienes sustituirán serán los primeros en apoyar al Mahdi cuando aparezca. Por eso la característica más importante de los verdaderos ansar de Sham es que son sustitutos. En cuanto a los “nobles” de Egipto, es porque serán escogidos de un pueblo opositor a los padres del Mahdi (la familia de Muhammad a.) y tendrán un rol importante y grande en la bendita revolución mundial del Mahdi.
Y no está oculto el rol mediático mencionado por el Comandante de los Creyentes (a) de los nobles de Egipto. De Abaya Al-Asadí, que dijo: «Escuché al Comandante de los Creyentes (a), que estaba reclinado mientras yo de pie ante él, decir: “He de construir un púlpito en Egipto” … Le dije: “Oh, Comandante de los Creyentes, es como si dijeras que vas a vivir después de haber muerto”. Y él dijo: “¡Lejos de ello, oh, Abaya! ¡Te has ido a otra doctrina! Lo ha de hacer un varón de mí”».[3]
Y de él (a), en una ocasión en la que mencionó al Mahdi y sus compañeros: «… y el Sincero Mayor marchará con la bandera de guía… luego marchará hacia Egipto, subirá a su púlpito y dará un sermón a la gente… e infundirá en los corazones de los creyentes el saber, de modo que ningún creyente necesitará del saber que tenga su hermano. Ese día se cumplirá la interpretación de la aleya {enriquecerá Dios a cada uno de Su amplitud}[4]».[5]
En esta narración se aclara que el púlpito del Mahdi estará antes de que el Mahdi se dirija a Egipto, es decir, que es un púlpito preparado antes por los nobles de Egipto.
Segunda: Aarón (a) fue albacea de Moisés (a), pero murió antes que Moisés (a), así que la misión de Aarón (a) fue durante la vida de Moisés (a) y no después de su muerte, como es habitual en un albacea. Esto es algo importante que refuta lo que dicen los extraviados, de que el albacea solo asume el liderazgo de la nación tras la muerte del sucesor de Dios en Su Tierra. Esos ignorantes, el Corán no ha pasado más allá de sus gargantas, esto si es que lo han leído. Si no, que reflexionen bien dónde fue la sucesión de Aarón y dónde fue que Aarón sucedió a Moisés (a). ¿No fue durante la vida de Moisés (a) y jamás después de la muerte de Moisés (a), puesto que Aarón murió antes que Moisés (a)?
Las misiones de Aarón (a) fueron durante los períodos en los que Moisés (a) estaba ausente. Esto es algo evidente y claro en el Corán, pero solo para los que tienen corazones con los que reflexionar.
Así que Aarón fue el sucesor de Moisés (a) y el enviado antes de Moisés (a) en la tierra del primer mensaje mosaico (Egipto): {Y cuando llamó tu Señor a Moisés: «Ve al pueblo de los injustos» * «El pueblo de faraón, ¿no han de guardarse?» * Dijo: «Señor mío, temo que me desmientan» * «y que se estreche mi pecho y no se suelte mi lengua, así pues, envía a Aarón» * «Y tienen contra mí un cargo, así pues, temo que me maten» * Dijo: «No será así. Así pues, id ambos con nuestras señales, ciertamente, Nosotros estamos con vosotros como oyente»}.[6]
Es sabido que estas palabras de Dios a Moisés (a) fueron antes de que él llegara a la tierra del mensaje (Egipto). Moisés (a) había pedido que Dios envíe con él a su hermano, Aarón (a) y Dios respondió su súplica, como está claro en las aleyas, pues Dios envió a Aarón (a), el albacea, tal como envió a Moisés (a).
Aaron fue el albacea enviado a la tierra del mensaje (Egipto) antes de que Moisés (a) llegara a ella. Y fue sucesor de Moisés (a) cuando este se fue a hablar con Dios Glorificado y Altísimo: {Y citamos a Moisés treinta noches y las completamos con diez. Así pues, se completó el término de su Señor. Cuarenta noches. Y dijo Moisés a su hermano Aarón: «Sé mi sucédeme en mi pueblo y obra correctamente. Y no sigas el camino de los corruptores»}.[7]
Y Aarón (a) fue sucesor de Moisés (a) cuando este y Josué se fueron a aprender del Siervo Bueno.
***
{Y cuando dijo Moisés a su muchacho: «No desistiré hasta que alcance la confluencia de los dos mares, o he de pasar una era}:
Moisés (a) estaba muy interesado en este viaje.
Este encuentro era de gran importancia para Moisés (a), puesto que había decidido que encontraría al Siervo Bueno o seguiría vagando sin rumbo hasta perecer.
El gran interés de Moisés (a) en este viaje nos revela la importancia del encuentro con el Siervo Bueno y la importancia de la ciencia y el conocimiento que Moisés (a) recibiría en este encuentro con respecto a Moisés (a).
Hay algo muy importante en estas palabras para todo ser humano que marche hacia Dios Glorificado y Altísimo, y es que Moisés (a) se encontraba entre dos opciones:
La primera: alcanzar la confluencia de los dos mares.
Y la segunda: pasar una era.
Si la segunda posibilidad no hubiera sido factible, no habría sido sabio que Moisés (a) la mencionara como posibilidad factible, igual a la primera posibilidad. Es decir, que Moisés (a) salió para alcanzar la confluencia de los dos mares, pero había una posibilidad de que no alcanzara la confluencia de los dos mares, así que Moisés (a) no tenía ninguna certeza de alcanzar la confluencia de los dos mares. Que Moisés (a) llegara a la confluencia de los dos mares dependía de la sinceridad de Moisés (a). Es decir, que la prueba de Moisés (a) no comenzó cuando se encontró con el Siervo Bueno, sino cuando Dios lo envió a encontrar al Siervo Bueno y a seguirlo para aprender de él. Esto nos explica claramente el primer evento del viaje: que Moisés (a) pasó junto al Siervo Bueno o confluencia de los dos mares, pero lo pasó por alto y luego regresó a él. Aunque el Siervo Bueno conocía a Moisés (a) y lo esperaba en ese lugar, no le declaró que era él cuando pasó cerca de él, sino que dejó que lo pasara por alto sin hablar con él, porque Moisés (a) estaba siendo probado con la cuestión de llegar al Siervo Bueno (a) y reconocerlo. Por eso Moisés, cuando ocurrió lo de la aleya, que {ambos olvidaron su pescado} y que fue lo que lo guio hacia al Siervo Bueno (a), dijo: {«Eso es lo que estábamos anhelando»}. Así que lo que guio a Moisés (a) hacia el Siervo Bueno (a) fue su sinceridad, la que le permitió escuchar las palabras de Dios aún en la pérdida del pez, sinceridad que se manifestó antes, cuando dijo {«o de pasar una era»}.
***
{Y cuando dijo Moisés a su muchacho: «No desistiré hasta que alcance la confluencia de los dos mares, o he de pasar una era» * Así pues, cuando alcanzaron la confluencia entre ambos, ambos olvidaron su pescado, y este tomó su camino en el mar como túnel * Entonces cuando ya habían pasado dijo a su muchacho: «Tráenos nuestro almuerzo, ciertamente ya hemos sufrido por nuestro viaje esta fatiga» * Dijo: «¿Has visto? Cuando nos retiramos a la roca, pues, olvidé el pescado. Y no me ha hecho olvidar sino el demonio mencionarlo. Y tomó su camino en el mar milagrosamente» * Dijo: «Eso es lo que estábamos anhelando». Entonces retrocedieron sobre sus huellas siguiéndolas * Y encontraron un siervo de nuestros siervos al que le habíamos otorgado una misericordia de parte nuestra y le habíamos enseñado de nuestra parte una ciencia}:
El objetivo de Moisés (a) era la confluencia de los dos mares.
Moisés (a) marcha y llega a la confluencia de los dos mares, pero aún con esto no se da cuenta de que había llegado, la pasa por alto y luego regresa a ella.
El hecho de que el objetivo de Moisés (a) fuera la “confluencia de los dos mares” y perdiera él (a) este objetivo, requiere una reflexión, porque uno no se pierde —por ejemplo— la confluencia del Tigris y el Éufrates si sigue alguno de ellos en bajada. Entonces, ¡¿cómo es que Moisés y Josué hijo de Nun —con ambos sea la paz— pierden la confluencia de los dos mares si fuera simplemente un lugar de confluencia de dos ríos?! ¡¿Y cómo ninguno de los dos se dio cuenta de que habían llegado a la confluencia de los dos mares siendo ambos infalibles?!
Por tanto, el objetivo de Moisés en la confluencia de los dos mares debe ser algo que pueda pasarse por alto y no simplemente una confluencia de dos ríos. Es más, el hecho de que pueda pasarse por alto debe ser algo tal que no se describa a quien le pase esto como falto de percepción o insensato. En realidad, lo mínimo que se podría decir de una persona que se distrae y pasa por alto una confluencia determinada de dos ríos que buscaba es que tuvo falta de percepción.
Por lo tanto, la confluencia de los dos mares no puede ser un lugar determinado, de otro modo, el que Moisés (a) la haya pasado por alto socavaría su percepción, además de su infalibilidad. La atención a la confluencia de los dos mares, su recordación y su reconocimiento inicial requieren de un grado superior de sinceridad y de infalibilidad resultante de ella que esté por encima del grado de sinceridad de Moisés (a) y de la infalibilidad resultante de su sinceridad, para que el hecho de que Moisés (a) y Josué (a) no hayan prestado atención al asunto que Dios le había encargado a Moisés (a) alcanzar, no sea contrario a la infalibilidad de ambos —con ambos sea la paz.
Aún más, cuando Moisés dijo {hasta que alcance la confluencia de los dos mares, o he de pasar una era} dejó claro que la confluencia de los dos mares era algo que puede perderse y requiere un alto grado de sinceridad para reconocerla. Así que el objetivo de Moisés (a) en la confluencia de los dos mares no era un lugar, sino el Siervo Bueno, y la primera prueba de Moisés (a) era llegar a él y reconocerlo. Aunque Moisés (a) no tuvo éxito al llegar al Siervo Bueno (a) y reconocerlo desde un principio, tampoco falló por completo en llegar al Siervo Bueno, pues finalmente llegó a él, y esta fue la primera enseñanza que obtuvo Moisés (a) en este viaje.
Para aclarar más lo que buscaba Moisés (a) en la confluencia de los dos mares en esta parte del Sagrado Corán, debemos regresar a otra parte del Corán donde se mencionan los dos mares y su confluencia, pero de otro forma. Talvez sea más claro y evidente para el que reflexione. Este pasaje se encuentra al comienzo de la sura «Ar-Rahmán» (El Misericordioso). Dijo el Altísimo: {Él ha hecho confluir los dos mares que se juntan * Entre ambos hay una barrera que no traspasan * Así pues, ¿cuál de los dones de vuestro señor desmentiréis ambos? * Salen de ambos las perlas y el coral * Así pues, ¿cuál de los dones de vuestro señor desmentiréis ambos? * De Él son los navíos enarbolados en el mar como banderas * Así pues, ¿cuál de los dones de vuestro señor desmentiréis ambos? * Todo quien está sobre ella es perecedero * y permanece el rostro de tu Señor, Dueño de la majestad y el honor}.[8]
No quiero explicar e interpretar estas aleyas, pues las narraciones que han llegado de ellos (a) sobre su explicación e interpretación son suficientes para explicarlas y aclarar su significado con evidencia y claridad. Sin embargo, solo me dirigiré a quien quiera reflexionar sobre ellas para conocer el propósito que estas conllevan a que lea lo que dijo el Altísimo, {Todo quien está sobre ella es perecedero * y permanece el rostro de tu Señor, Dueño de la majestad y el honor}, para que se le aclare que todo lo anterior a estas dos aleyas es una elaboración del rostro de Dios que permanece y una mención del rostro de Dios que permanece por la característica que tiene el rostro de Dios que permanece: que es la ciencia. No creo que sea algo oculto el hecho de que el agua y el mar en el Reino de los Cielos son la ciencia. Tampoco creo que la ciencia que quede de los eruditos en la vida de este mundo después de su partida sea algo oculto, puesto que permanece después de la extinción de estos, y esto es lo que nos dice la aleya para aclarar, confirmar y hacer saber a los hombres que {Todo quien está sobre ella es perecedero * y permanece el rostro de tu Señor, Dueño de la majestad y el honor}. Este rostro con el que Dios se dirige a la creación es la ciencia, el conocimiento y el intelecto completo, es el agua y los dos mares, es lo que brota de ambos y lo que fluye en ambos, es Muhammad y la familia de Muhammad (a), los profetas y los albaceas (a), los patronos de Dios Glorificado y Altísimo.
En cuanto, a las narraciones que han aclarado que los dos mares son Alí y Fátima, y que lo que sale de ambos y fluye en ambos son los Imames (a) y los Mahdis (a), son muchas. Entre ellas están:
- De Abu Abdulá (a), que dijo sobre lo que dijo Dios Bendito y Altísimo {Él ha hecho confluir los dos mares que se juntan * Entre ambos hay una barrera que no traspasan}, dijo: «Alí y Fátima son dos mares profundos, ninguno de los dos traspasa a su compañero». {Salen de ambos las perlas y el coral}, dijo: «Hasan y Husein —con ambos sea la paz».[9]
- Alí Bin Ibrahim dijo sobre el pasaje {Él ha hecho confluir los dos mares que se juntan}: «Alí, Comandante de los Creyentes y Fátima (con ambos sea la paz)». Sobre {Salen de ambos las perlas y el coral}, «Hasan y Husein (con ambos sea la paz)», y de lo que dijo {De Él son los navíos enarbolados en el mar como banderas}, dijo: «Es como dijo Al-Jansa en la elegía de su hermano Sajr».[10]
- De una fuente contraria a la familia de Muhammad (a), Az-Zaalabí narró en la interpretación de lo que dijo el Altísimo: {Él ha hecho confluir los dos mares que se juntan} remitiéndolo a Sufián Az-Zaurí, sobre esta aleya, que dijo: «Fátima y Alí, con ambos sea la paz». Sobre {Salen de ambos las perlas y el coral}, dijo: «Hasan y Husein, con ambos sea la paz». Az-Zaalabí dijo: «Y esto fue narrado por Saíd Bin Yubair, que dijo: “{Entre ambos hay una barrera}, es Muhammad (s)”».[11]
- De Yabir, de Abu Abdulá, que dijo (a) sobre lo que dijo el Poderoso y Majestuoso {Él ha hecho confluir los dos mares que se juntan}, dijo: «Alí y Fátima», de {Salen de ambos las perlas y el coral} dijo: «Alí no traspasa a Fátima y Fátima no traspasa a Alí» y de {Salen de ambos las perlas y el coral}: «Hasan y Husein (a)».[12]
- El Mensajero de Dios (s) daba la bienvenida a ambos diciendo: «Bienvenidos a los dos mares que se encuentran y las dos estrellas que se unen».
Y hay otras.[13]
Ahora queda claro, después de reflexionar sobre las aleyas y las narraciones de Muhammad y la familia de Muhammad (a) que los dos mares son Alí y Fátima —con ambos sea la paz— y que el resultado del encuentro de ambos son los Imames y los Mahdis (a).
Por lo tanto, el resultado de su encuentro —con ambos sea la paz— o de la confluencia de los dos mares, en las palabras del Altísimo {Y cuando dijo Moisés a su muchacho: «No desistiré hasta que alcance la confluencia de los dos mares, o he de pasar una era»} es un ser humano, que es de la familia de Muhammad (a) y de la descendencia de Alí y Fátima —con ambos sea la paz. Esto no impide que haya una confluencia de dos mares (dos ríos) donde Moisés encuentre la verdadera confluencia de dos mares que estaba buscando, y en el lugar también hay un signo que su gente reconoce.
[1] Región histórica ubicada al este del Mar Mediterráneo, sinónimo de Levante. Comprende aproximadamente los actuales países de Siria, Líbano, Jordania, Palestina y la provincia de Hatay, en Turquía.
[2] Al-Gaiba de At-Tusi, pág. 476.
[3] Bihar al-Anwar, vol. 53, pág. 59.
[4] Sagrado Corán – sura «An-Nisá» (Las mujeres), 130.
[5] Bihar al-Anwar, vol. 53, pág. 85 | Bishara al-Islam, pág. 74.
[6] Sagrado Corán – sura «Ash-Shuará» (Los poetas), 10-16.
[7] Sagrado Corán – sura «Al-Aaraf» (Las alturas), 142.
[8] Sagrado Corán – sura «Ar-Rahmán» (El Misericordioso), 19-27.
[9] Tafsir al-Qummi, vol. 2, pág. 244.
[10] Tafsir al-Qummi, vol. 2, pág. 344.
[11] Al-Burhan, vol. 27, tomo 7, pág. 389.
[12] Bihar al-Anwar, vol. 24, pág. 97 | Al-Burhan, vol. 27, tomo 7, pág. 387 | Tawil al-Ayat, vol. 2, pág. 635.
[13] Véase el apéndice 1.
Extracto del libro El viaje de Moisés a la confluencia de los dos mares del Imam Ahmed Alhasan (a)