Quienes crean en el Corán que reflexionen en estas aleyas. Quizás se guíen:

{Él ha mezclado los dos mares que se juntan * Entre ambos hay una barrera que no traspasan * Así pues, ¿cuál de los dones de vuestro señor desmentiréis ambos? * Salen de ambos las perlas y el coral * Así pues, ¿cuál de los dones de vuestro señor desmentiréis ambos? * De Él son los navíos enarbolados en el mar como banderas * Así pues, ¿cuál de los dones de vuestro señor desmentiréis ambos? * Todo quien está sobre ella es perecedero * y permanece el rostro de tu Señor, Dueño de la majestad y el honor}.[1]

Estas aleyas son suficientes para confirmar la lealtad de Alí y su progenie (a) de Imames y Mahdis (a):

Primero: La interpretación de los dos mares, las perlas y el coral son y Alí y Fátima —con ambos sea la paz—, y Hasan y Husein —con ambos sea la paz— como hemos leído.

Segundo: Talvez hayamos prestado atención a lo que el Imam (a) señala sobre lo que ha narrado Al-Qummi de {De Él son los navíos enarbolados en el mar como banderas}, dijo: «Es como dijo Al-Jansa en la elegía de su hermano Sajr, y se sabe que Al-Jansa describe a su hermano Sajr comparándolo con una bandera:

“Y Sajr, al que imitan los guiados *** como si fuera una bandera con fuego en su cabeza”

Es decir, que esto significa que estos navíos enarbolados en el mar como banderas son varones, y son los Imames y los Mahdis (a), y el mar son Alí (a) y Fátima —con ambos sea la paz.

Tercero: Dios Glorificado nombra los dos mares, las perlas, el coral y los navíos enarbolados en el mar como banderas, como el rostro de tu Señor después de enumerarlas directamente, {Todo quien está sobre ella es perecedero * y permanece el rostro de tu Señor, Dueño de la majestad y el honor}. Por lo tanto, la cuestión se aclara, pues ellos (a) son el rostro de Dios aquí, en estas aleyas. Alí hijo de Husein (a) dijo: «Nosotros somos el rostro por el cual se llega a Dios».[2]

Quien se aparte de esta interpretación, no encontrará sino confusión e ignorancia. El significado de que ellos son el rostro de Dios es que por medio de ellos se conoce a Dios, pues por el rostro con el que se dirige se Lo conoce. Por lo tanto, ellos son los califas de Dios, pues ¿quiénes hacen que la creación conozca a Dios? ¿Y quiénes enseñan a la creación el monoteísmo?

Son los califas de Dios. Y he aquí Adán (a), el primero de los califas de Dios en Su Tierra, que comenzó su misión enseñando a los ángeles y dándoles a conocer los nombres de Dios, pues los nombres de ellos son los nombres de Dios de los cuales fueron creados, {Dijo: «Oh Adán, infórmales sus nombres». Así pues, cuando les hubo informado sus nombres dijo: «¿Acaso no os había dicho que sé lo oculto de los cielos y la tierra, y que sé lo que mostráis y lo que escondéis?»}.[3]

***

{Así pues, cuando alcanzaron la confluencia entre ambos, ambos olvidaron su pescado, y este tomó su camino en el mar como túnel * Entonces cuando ya habían pasado dijo a su muchacho: «Tráenos nuestro almuerzo, ciertamente ya hemos sufrido por nuestro viaje esta fatiga» * Dijo: «¿Has visto? Cuando nos retiramos a la roca, pues, olvidé el pescado. Y no me ha hecho olvidar sino el demonio mencionarlo. Y tomó su camino en el mar milagrosamente»}:

Josué (a) es sucesor de Moisés (a) y fue quien lideró a los hijos de Israel para entrar a Tierra Santa después de la muerte de Moisés (a):

En el Corán:

{Dos varones de los que temían dijeron a los que había agraciado Dios: «Entrad contra ellos por la puerta. Pues, si entráis por ella, seréis vencedores. Y a Dios encomendaos, si sois creyentes»}.[4]

Uno de estos dos varones es Josué hijo de Nun (a) y es el mejor de los dos, porque lideró a los hijos de Israel para entrar a Tierra Santa después de Moisés (a), y fue el sucesor de Moisés (a).

En las narraciones:

De Abu Abdulá (a), que dijo: «Moisés (a) fue sucedido por Josué hijo de Nun».[5]

Sálim dijo que Ammar As-Sabatí dijo: «Dije a Abu Abdulá (a): “¿Cuál es el rango de los Imames?”. Él (a) dijo: “Es como el rango de Dul Qarnain, y como el rango de Josué, y como el rango de Asaf, el compañero de Salomón”». Dijo: «“¿Y con qué juzgáis?”. Dijo: “Con el juicio de Dios, el juicio de la familia de David y el juicio de Muhammad (s), y con él ha de encontrarnos el Espíritu Santo”».[6]

De Abu Mahbub, de Abu Hamza, de Abu Yafar (a), que dijo: «Cuando hubo muerto el Comandante de los Creyentes (a) se levantó Hasan hijo de Alí (a) en la mezquita de Kufa, alabó a Dios y lo elogió, bendijo al profeta (a) y luego dijo: “Oh, hombres, ha muerto en esta noche un varón al que ninguno de los primeros se le ha adelantado y ninguno de los últimos podrá alcanzarlo. Él fue el portador de la bandera del Mensajero de Dios (s). A su derecha estaba Gabriel y a su izquierda, Miguel. Él no se doblega hasta que Dios le concede la conquista. Por Dios, que no dejó blanca ni roja,[7] solo setecientos dirhams que le sobraron de sus donaciones. Quería comprar con eso un sirviente para su familia. Y por Dios, que él ha muerto en la misma noche que murió el sucesor de Moisés, Josué hijo de Nun…».[8]

En un largo hadiz de Alí Bin Ibrahim, de su padre, de Hasan Bin Mahbub, de Muhammad Bin Al-Fudail, de Abu Hamza, de Abu Yafar (a), que dijo: «Dios Bendito y Altísimo hizo una alianza con Adán de no acercarse a este árbol. Y cuando llegó el tiempo en el que Dios sabía que comería de él, se olvidó y comió de él. Y esto es lo que dijo Dios Poderoso y Majestuoso, {Y ya habíamos hecho una alianza con Adán antes y la olvidó, y no encontramos en él firmeza}. Entonces cuando Adán (a) comió del árbol, fue bajado a la Tierra…», hasta que dijo (a) «Y cuando descendió la Torá a Moisés (a), este albrició a Muhammad (s), y entre José y Moisés hubo profetas, y el sucesor de Moisés fue Josué hijo de Nun (a) y es el muchacho que Dios Poderoso y Majestuoso menciona en Su libro».[9]

En la Torá:

[Entonces dijo el SEÑOR a Moisés: He aquí, el tiempo de tu muerte está cerca; llama a Josué y presentaos en la tienda de reunión para que yo le dé mis órdenes. Fueron, pues, Moisés y Josué y se presentaron en la tienda de reunión. Y se apareció el SEÑOR en la tienda en una columna de nube, y la columna de nube se puso a la entrada de la tienda. Y el SEÑOR dijo a Moisés: He aquí, tú vas a dormir con tus padres…].[10]

[Y subió Moisés desde la llanura de Moab al monte Nebo, a la cumbre del Pisga, que está frente a Jericó, y el SEÑOR le mostró toda la tierra: Galaad hasta Dan, todo Neftalí, la tierra de Efraín y de Manasés, toda la tierra de Judá hasta el mar Occidental, el Neguev y la llanura del valle de Jericó, la ciudad de las palmeras, hasta Zoar. Entonces le dijo el SEÑOR: Esta es la tierra que juré dar a Abraham, a Isaac y a Jacob, diciendo: «Yo la daré a tu descendencia». Te he permitido verla con tus ojos, pero no pasarás a ella. Y allí murió Moisés, siervo del SEÑOR, en la tierra de Moab, conforme a la palabra del SEÑOR. Y Él lo enterró en el valle, en la tierra de Moab, frente a Bet-peor; pero nadie sabe hasta hoy el lugar de su sepultura. Aunque Moisés tenía ciento veinte años cuando murió, no se habían apagado sus ojos, ni había perdido su vigor. Y los hijos de Israel lloraron a Moisés por treinta días en la llanura de Moab; así se cumplieron los días de llanto y duelo por Moisés. Y Josué, hijo de Nun, estaba lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés había puesto sus manos sobre él; y los hijos de Israel le escucharon e hicieron tal como el SEÑOR había mandado a Moisés. Desde entonces no ha vuelto a surgir en Israel un profeta como Moisés, a quien el SEÑOR conocía cara a cara, nadie como él por todas las señales y prodigios que el SEÑOR le mandó hacer en la tierra de Egipto, contra Faraón, contra todos sus siervos y contra toda su tierra, y por la mano poderosa y por todos los hechos grandiosos y terribles que Moisés realizó ante los ojos de todo Israel].[11]

[Sucedió después de la muerte de Moisés, siervo del SEÑOR, que el SEÑOR habló a Josué, hijo de Nun, y ayudante de Moisés, diciendo: Mi siervo Moisés ha muerto; ahora pues, levántate, cruza este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel. Todo lugar que pise la planta de vuestro pie os he dado, tal como dije a Moisés. Desde el desierto y este Líbano hasta el gran río, el río Éufrates, toda la tierra de los hititas hasta el mar Grande que está hacia la puesta del sol, será vuestro territorio. Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida. Así como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré ni te abandonaré. Sé fuerte y valiente, porque tú darás a este pueblo posesión de la tierra que juré a sus padres que les daría. Solamente sé fuerte y muy valiente; cuídate de cumplir toda la ley que Moisés mi siervo te mandó; no te desvíes de ella ni a la derecha ni a la izquierda, para que tengas éxito dondequiera que vayas. Este libro de la ley no se apartará de tu boca, sino que meditarás en él día y noche, para que cuides de hacer todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino y tendrás éxito. ¿No te lo he ordenado yo? ¡Sé fuerte y valiente! No temas ni te acobardes, porque el SEÑOR tu Dios estará contigo dondequiera que vayas. Entonces Josué dio órdenes a los oficiales del pueblo, diciendo: Pasad por medio del campamento y ordenad al pueblo, diciendo: «Preparad provisiones para vosotros, porque dentro de tres días cruzaréis el Jordán para entrar a poseer la tierra que el SEÑOR vuestro Dios os da en posesión». Y a los rubenitas, a los gaditas y a la media tribu de Manasés, Josué dijo: Recordad la palabra que Moisés, siervo del SEÑOR, os dio, diciendo: «El SEÑOR vuestro Dios os da reposo y os dará esta tierra». Vuestras mujeres, vuestros pequeños y vuestro ganado permanecerán en la tierra que Moisés os dio al otro lado del Jordán; pero vosotros, todos los valientes guerreros, pasaréis en orden de batalla delante de vuestros hermanos, y los ayudaréis, hasta que el SEÑOR dé reposo a vuestros hermanos como a vosotros, y ellos también posean la tierra que el SEÑOR vuestro Dios les da. Entonces volveréis a vuestra tierra y poseeréis lo que Moisés, siervo del SEÑOR, os dio al otro lado del Jordán hacia el oriente. Y ellos respondieron a Josué, diciendo: Haremos todo lo que nos has mandado, y adondequiera que nos envíes, iremos. Como obedecimos en todo a Moisés, así te obedeceremos a ti, con tal que el SEÑOR tu Dios esté contigo como estuvo con Moisés. Cualquiera que se rebele contra tu mandato y no obedezca tus palabras en todo lo que le mandes, se le dará muerte; solamente sé fuerte y valiente].[12]

Entonces, Josué (a) fue sucesor de Moisés (a) e infalible, aunque {Dijo: «¿Has visto? Cuando nos retiramos a la roca, pues, olvidé el pescado. Y no me ha hecho olvidar sino el demonio mencionarlo}. Así que su olvido del pescado está establecido en el Corán. Pero este olvido no lo saca del círculo de la infalibilidad, porque olvidar, aunque fuere una caída por causa de la oscuridad (el demonio) presente en la página de Josué (a), fue inevitablemente una caída dentro del deseo y la voluntad de Dios. Dado que el deseo y la voluntad de Dios es hacer infalible a Josué (a), este olvido no afecta negativamente, más bien es al revés. Dios Glorificado y Altísimo, el que convierte las malas acciones en buenas por Su excelencia y generosidad, quiso dar vuelta este acontecimiento causado por el demonio —es decir, la oscuridad— hacia el bien, la bendición y el buen resultado, llevando a que este olvido fuera un motivo para conocer al Siervo Bueno y para llegar a él, que era el objetivo que buscaba Moisés (a): {Y Dios es Vencedor en su asunto, pero la mayoría de los hombres no saben}.[13]

En cuanto a lo que algunos imaginan, que el infalible no se descuida o no olvida en lo absoluto, pues esto se refuta sencillamente; porque que digan esto significaría que el infalible fuera luz sin oscuridad. Y esto es falso, porque la única luz que no tiene oscuridad es Dios Glorificado y Altísimo (la Divinidad Absoluta). Así que queda que el infalible es luz con una mancha de oscuridad, lo cual es identidad de su existencia y tiene un efecto en su movimiento. Al haber oscuridad, esta causa el olvido, el descuido y demás cosas que afectan a la criatura. Sin embargo, en este siervo fiel (infalible), la existencia de estas cosas es mínima y en algunos casos casi ni podrían mencionarse. No obstante, siguen presentes y pueden ocurrir, como sucedió en el incidente del olvido de Josué (a).

Esta oscuridad que causó el olvido es a la que José (a) y Josué (a) se refirieron como el demonio, {Y dijo al que pensaba ser salvado de los dos: Recuérdame junto a tu señor. Y le hizo olvidar el demonio recordárselo a su señor, así quedó en la prisión varios años},[14] {Dijo: «¿Has visto? Cuando nos retiramos a la roca, pues, olvidé el pescado. Y no me ha hecho olvidar sino el demonio mencionarlo. Y tomó su camino en el mar milagrosamente»},[15] y el demonio aquí significa el mal (la mancha de oscuridad) y no se refiere a Iblís como algunos imaginan, que Dios no lo permita, pues Iblís no tiene ningún poder sobre José (a) o su movimiento, porque este está protegido del alcance de este maligno y de que lo desvíe del camino llano, {Si no es a quien le ha complacido como mensajero, y Él hace pasar entre sus manos y detrás de él a un observador * para saber que ya ha transmitido los mensajes de su Señor. Y Él abarca lo que poseen y cuenta de cada cosa un número}.[16]

Por consiguiente, el infalible no es infalible sino por Dios Glorificado y Altísimo. No es infalible por sí mismo ni por su propia infalibilidad como algunos imaginan. El infalible es el que se refugia en Dios de lo prohibido por Dios, pues es Dios el que lo protege, porque es pobre, incompleto y su identidad es la oscuridad; así pues, es imposible que sea autosuficiente, ya sea inicialmente, continuamente o permanentemente. Por ende, en cualquier momento la mancha de oscuridad puede tener un efecto sobre este fiel ser humano, pero este efecto es minúsculo y es confrontado por la luz predominante en la página de la existencia de este siervo fiel, así que no tiene un efecto que expulse a este siervo de la guía o que lo haga entrar en la perdición. Esta es la infalibilidad en los mundos superiores: que la luz en la página de la existencia del infalible predomine sobre la manche de oscuridad en la página de su existencia, de modo que la mancha de oscuridad no tengo un efecto que lo haga salir de la guía o lo haga entrar en la perdición.

Para aclarar más diré que la página de la existencia del ser humano es oscuridad y luz. Cada vez que adquiere saber, que trabaja y se comporta de manera fiel la luz de la página de su existencia aumenta y la oscuridad disminuye hasta convertirse en una simple mancha, con un efecto minúsculo, incapaz de expulsar al ser humano de la guía o de hacerlo entrar a la perdición. Esta es la infalibilidad.

Cabe notar que Dios Glorificado y Altísimo, no atribuyó el olvido solo a Josué (a), sino también a Moisés (a), {Así pues, cuando alcanzaron la confluencia entre ambos, ambos olvidaron su pescado}, y esta es la verdad. Así que si Josué (a) olvidó, considerando que él es era el responsable directo de llevar el pescado, Moisés (a) también fue responsable de este olvido por ser el líder. De hecho, la responsabilidad de Moisés (a) era mayor y atribuirle el olvido a él es más justo y apropiado a decir verdad. Para mayor beneficio, citaré un texto del libro Aclaraciones sobre las convocatorias de los enviados, vol. 3, sec. 1: [José (a) dijo al prisionero: {Recuérdame junto a tu señor} y la razón de que José prestara atención a las causas era el demonio, {Y le hizo olvidar el demonio recordárselo a su señor}. Y el resultado fue {y quedó en la prisión varios años} – Sagrado Corán – sura «Yusuf» (José), 42. Este demonio (es decir, la maldad) es la oscuridad de la que ninguna criatura está libre, pues la luz libre de toda oscuridad es Dios Glorificado. Y aunque esta oscuridad es pequeña en las luminosas y santas entidades de los profetas, existe y tiene un efecto en sus movimientos (a). Por eso necesitan de la infalibilidad de Dios. {Si no es a quien le ha complacido como mensajero, y Él hace pasar entre sus manos y detrás de él a un observador * para saber que ya ha transmitido los mensajes de su Señor. Y Él abarca lo que poseen y cuenta de cada cosa un número} – Sagrado Corán – sura «Al-Yinn» (El genio), 27-28.

Si no existiera esta oscuridad, no necesitarían la infalibilidad, y quien crea algo distinto a esto los está poniendo en el rango de Dios, Glorificado sea Él de lo que asocian. Esta exageración en la eliminación de todo elemento antropomórfico en ellos (a) hasta el punto de que algunos ignorantes de la realidad los elevan al rango de luz sin oscuridad, es politeísmo, y quien crea esto se equivoca, tal como aquel que menosprecie la infalibilidad de ellos, su derecho y su rango está descreyendo en la verdad de ellos y se equivoca. El Glorificado ya ha aclarado en el Corán el efecto de esta oscuridad en el recorrido de los profetas y muchos sitios. Dijo el Altísimo: {Dijo: «¿Has visto? Cuando nos retiramos a la roca, pues, olvidé el pescado. Y no me ha hecho olvidar sino el demonio mencionarlo. Y tomó su camino en el mar milagrosamente»} – Sagrado Corán – sura «Al-Kahf» (La caverna), 63. Aquel que olvidó y al que el demonio hizo olvidar fue el muchacho de Moisés (a), que era Josué hijo de Nun, profeta de los profetas de los hijos de Israel y sucesor de Moisés (a), que conquistó Tierra Santa. Aun así, debemos observar que Dios Glorificado y Altísimo puso a los profetas como foco de Su mirada, tanto que incluso lo que ocurre debido a esta oscuridad termina siendo una causa que los conduzca, {Y tomó su camino en el mar milagrosamente»}. De esta manera, el olvido se convirtió en una causa que los guio hasta el sabio (a), {Dijo: «Eso es lo que estábamos anhelando». Entonces retrocedieron sobre sus huellas siguiéndolas} – Sagrado Corán – sura «Al-Kahf» (La caverna), 64.

O les hace saber más, {Dijo: «Ciertamente, ha sido injusto contigo al pedir tu oveja para sus ovejas». Y es que muchos socios se perjudican unos a otros, excepto los que han creído y han hecho buenas obras y pocos son. Y supuso David que lo habíamos puesto a prueba, entonces pidió perdón a su Señor, y cayó inclinado y se arrepintió} – Sagrado Corán – sura «Sad» (Sad), 24. De esta manera, después de este incidente, David aprendió a no hablar hasta escuchar a los dos rivales. El Altísimo lo sermoneó: {Oh, David, te hemos puesto como califa en la Tierra. Así pues, juzga entre los hombres con la verdad y no sigas los deseos, pues te extravían del camino de Dios. Los que se extravían del camino de Dios, para ellos hay un tormento severo por haber olvidado el Día de la Cuenta} – Sagrado Corán – sura «Sad» (Sad), 26].

[1] Sagrado Corán – sura «Ar-Rahmán» (El Misericordioso), 19-27.

[2] Al-Qummi, vol. 2, pág. 323 | Al-Burhan, vol. 27, tomo 7, pág. 390.

[3] Sagrado Corán – sura «Al-Báqara» (La vaca), 33.

[4] Sagrado Corán – sura «Al-Maida» (El banquete), 23.

[5] Al-Kafi, vol. 1, pág. 293.

[6] Al-Kafi, vol. 1, pág. 398.

[7] Expresión que significa que no dejó nada.

[8] Al-Kafi, vol. 1, pág. 457.

[9] Al-Kafi, vol. 8, pág. 114-117.

[10] Santa Biblia – Deuteronomio 31:23-24. (LBLA)

[11] Santa Biblia – Deuteronomio 34:1-12. (LBLA)

[12] Santa Biblia – Josué 1:1-18. (LBLA)

[13] Sagrado Corán – sura «Yusuf» (José), 21.

[14] Sagrado Corán – sura «Yusuf» (José), 42.

[15] Sagrado Corán – sura «Al-Kahf» (La caverna), 63.

[16] Sagrado Corán – sura «Al-Yinn» (El genio), 27-28.


Extracto del libro El viaje de Moisés a la confluencia de los dos mares del Imam Ahmed Alhasan (a)