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Lo que hizo el Imam Alí hijo de Musa Ar-Reda (a) fue verdaderamente levantarse de las cenizas.

Los agentes de Musa hijo de Yafar (a), a quienes habían seguido los shiíes de su época, creían que él había ascendido y que no había muerto, y que era el Imam Al-Mahdi, y consideraban que el Imam Alí hijo de Musa Ar-Reda (a) era un falso pretendiente del Imamato. Así pues, los shiíes lo siguieron y de este modo destruyeron lo que habían construido sus padres hasta los cimientos, y él tuvo que volver a construirlo.

En Jurasán se le confirió la promesa después de que rechazara asumir el califato que le había ofrecido Al-Mamún, tal como lo habían rechazado su abuelo Alí cuando se le ofreció con la condición de seguir la tradición de los que habían estado antes de él, y Yafar As-Sadiq cuando se lo ofreció Abu Muslim Al-Jurasani.

Así que su rechazo fue el tercer rechazo al califato o gobierno mundanal por parte de los Imames de la Gente de la Casa (a). Que él haya aceptado ser leal a la promesa produjo muchos resultados:

Educó a Fadl hijo de Sahl, a Hasan hijo de Sahl y a Abdulá Al-Mamún sobre un nuevo método de gobierno al que los gobernantes anteriores no estaban habituados. Entre sus resultados estuvieron, por ejemplo, el interés por la ciencia y el gasto en ella de una manera sin precedentes, la Casa de la Sabiduría y Muhammad hijo de Musa Al-Juarismi. El teléfono inteligente, la computadora y todos los programas que hay en ellos deben su existencia a Juarismi, y por consiguiente, al Imam Ar-Reda (a).

Los intentos por asesinarlo fueron muchos. Entre estos hay tres bien conocidos. Uno de ellos perpetrado por juristas shiíes waqifíes* y otros dos consecutivos perpetrado por los abasidas, después de que estos habían acordado con Al-Mamún deponer a Ibrahim hijo de Al-Mahdi para que él entrara a Bagdad a cambio de que les permitiera matar a Fadl y a Ar-Reda (a).

La primera fallaron en asesinarlo y asesinaron a Fadl hijo de Sahl –que Dios tenga misericordia de él–, y la segunda tuvieron éxito y él –las bendiciones de Dios sean con él– falleció y partió con su Señor después de haber cambiado el curso de la historia.

Nuestros corazones arden y nuestras lágrimas corren de pena por lo que este mundo temporal y su gente te han hecho, oh, Abul Hasan. La paz sea contigo el día que naciste, el día que fuiste martirizado y el día que seas resucitado vivo.

 


*Los waqifíes fueron una secta que consideraba que el último Imam había sido el Imam Musa Al-Kadim (a) y no creían que el Imamato había pasado a su hijo, Alí hijo de Musa Ar-Reda (a). Creían que el Imam Al-Kadim (a) estaba vivo y en ocultación, y que regresaría. (N. del T.)