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Cuando algunos hermanos auxiliares pasaban por una dificultad, dijo (a): «La súplica rechaza el ardid de los opresores, así que supliquen a Dios y que se refugien en Dios, y que supliquen con la súplica de Ÿoushan as-Sagir. El temor también es una gracia, hace que el siervo recurra a Dios, se acerque a Él y lo recuerde después de haberlo descuidado».

Luego dijo (a): «Si Dios quiere, estamos a punto de entrar en los días de este mes de Ramadán. Mi petición a todos los auxiliares es que no descuiden la lectura de las súplicas, ni el recurrir a Dios, ni el suplicarle con humildad».


Del libro Con el Siervo Bueno de Ahmed Alhasan (a)