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Uno de los hermanos le planteó algunos problemas, y él (a) le dijo en su consejo: «… ¿Acaso suponéis que mi ocupación es solo con vosotros? La mayoría de los hombres perecerá en el extravío e irá al Infierno, y vosotros, cada uno está ocupado consigo mismo, cada uno de vosotros grita “¡yo!”.

No necesito muchas palabras, quiero de vosotros unas pocas obras.

Vuestras obras se nos presentan y en ellas cada uno grita “¡yo!”. ¿Por qué no lucháis contra vuestras almas? ¿No os avergonzáis ante Dios, ante Muhammad, ante Alí, ante la Familia de Muhammad (a)? ¡Todos, todos, todos!

¡Por Dios, que lo que vendrá encanecerá al pequeño! ¿Comprendéis? ¡Os digo que la mayoría de la gente perecerá! No teméis a la muerte mientras gritáis “¡yo, yo, yo!”. ¿Quién os ha dado la seguridad de no perecer con ellos mientras gritáis “¡yo, yo, yo!”?».

Y cuando el hermano quiso justificar su postura, él (a) dijo: «Bien, ¿y con lo que transmiten los ángeles, ¿qué hago yo?».

Luego dijo (a): «Mi consejo para vosotros es la palabra del Enaltecido: {Esa es la morada de la Última vida que hemos puesto para los que no quieren altanería en la Tierra ni corrupción, y la retribución es para los piadosos}.[1] Meditad en ella, comprendedla y evitad seguir vuestras deseos y defenderos a vosotros mismos contra la verdad.

Si efectivamente queréis ser ayudantes de la verdad, actuad conforme a esta aleya. Y si no, Dios os sustituirá por otra gente, que no sea como vosotros, y lo sabéis, pues ellos están a vuestro lado y ha llegado su tiempo. Así que guardaos de Dios, matad vuestras almas y vuestros deseos, y auxiliad a vuestro Señor.

{Esa es la morada de la Última vida que hemos puesto}: Dios no ha dicho “hemos puesto una parte de la morada de la última vida”, sino que dijo “Esa es la morada de la última vida que hemos puesto”, es decir, la morada de la última vida con todo lo que hay en ella, la pone para ellos. Es decir, ellos son los reyes de la última vida. Y ellos son la familia de Muhammad (a), y en particular sus shiíes. Así que trabajad para ser de ellos. Y si no, no quiero ver vuestras imágenes mientras seguís vuestros deseos.

Y al final de la aleya, dice el Enaltecido: {y la retribución es para los piadosos}, y los piadosos son la familia de Muhammad (a). As-Sádiq (a) dijo a quien leyó {«y ponnos para los piadosos como Imam»}:[2] «Han pedido algo grandioso, más bien es: “Ponnos entre los piadosos como Imam”».[3] ¿Cuáles son las cosas que debe hacer el ser humano para estar entre estos?

{No quieren altanería en la Tierra ni corrupción}. ¿Vosotros no queréis altanería ni queréis corrupción? ¿Conocéis el significado de esto? Es decir, que no os pase la idea de que seáis mejor que nadie, ni os prefiráis a vosotros mismos por encima de nadie.

“No quieren altanería ni corrupción’… no quieren la corrupción, y no es solamente que no hagan la corrupción. En otras aleyas el Enaltecido dijo: {Y no corrompáis en la tierra después de su corrección}.[4] Pero aquí, en la otra aleya, no es “no corrompen”, sino “no quieren la corrupción”, es decir, no se les pasa la idea de la corrupción, ni se les ocurre la corrupción. ¿Dónde estáis vosotros en esto?

Temed a Dios y ocupaos de corregiros a vosotros mismos. Cada uno de vosotros se ve a sí mismo como el mejor de la creación, y que es el más beneficioso de todos los auxiliares, ¿o más beneficioso que algunos de los auxiliares?

Este es mi consejo para vosotros y disculpadme por mi severidad con vosotros».

 


[1] Sagrado Corán – sura «Al-Qasas» (El relato), 83.

[2] Sagrado Corán – sura «Al-Furqán» (El discernimiento), 74.

[3] Véanse: Tafsir Al-Qummi, vol. 1, pág. 10 | Bihar al-Anwar, vol. 24, pág. 133-134.

[4] Sagrado Corán – sura «Al-Aaraf» (Las alturas), 56.


Del libro Con el Siervo Bueno de Ahmed Alhasan (a)