• Categoría de la entrada:Con el Siervo Bueno
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No hay duda sobre la existencia del Mundo de la Diseminación[1] según las aleyas del Libro y las narraciones de los Puros (a).[2]

Sobre el Mundo de la Diseminación y el examen que hay en él, pregunté al Siervo Bueno (a), y dije: Es sabido que el Mundo de la Diseminación es el primer mundo de examen para los hijos de Adán, pero ¿acaso la respuesta de los siervos en el momento de haber sido llamados para dar testimonio “¿No soy Yo vuestro Señor?” se daba después de alguna acción de ellos, o era un mundo solo para mostrar las consecuencias y la acción aquí?

Él (a) me respondió: «¿Con “acción” te refieres al azalá, al ayuno, etc., o solo al recuerdo?».

Le dije: Todo aquello que contribuya a determinar el destino y a recibir el resultado que el siervo ha elegido.

Entonces dijo (a): «Sí. Entonces, ¿es condición que ella sea de larga duración o que sea repetida? ¿Acaso es suficiente un solo acto de adoración: el azalá, o el ayuno, o el recuerdo, o el azaque, o la súplica, o la peregrinación, o todas las adoraciones? ¿No dijo el Mensajero de Dios (s) a Alí: “Oh, Alí, reflexionar una hora es mejor que la adoración de mil años”?».

Así que la acción está clara en el Mundo de la Diseminación, como lo aclara la aleya: {Y cuando tomó tu Señor de los hijos de Adán, de sus lomos, a la descendencia de ellos, y los hizo testigos de sus propias almas: «¿No he sido Yo vuestro Señor?» Dijeron: «¡Sí! Hemos atestiguado». No sea que dijerais el Día de la Resurrección: «Ciertamente, de esto estábamos desatentos»}.[3] Así, los hizo testigos de sí mismos.

Ahora, en este Mundo Temporal, en este examen, ¿existe alguien que sea testigo de las acciones? ¿No es el Mensajero un testigo? ¿No es la Prueba de Dios un testigo? ¿No son los ángeles escribas testigos? ¿No es: {«Y basta con Dios como testigo»}?[4] ¿No dice también: {Lee tu libro. Basta con tu alma hoy para ti como calculador}.[5] Pues, el ser humano es testigo de sí mismo, y su propia alma será su cálculo: {y los hizo testigos de sus propias almas}, {Lee tu libro. Basta con tu alma hoy para ti como calculador}. Cómo será el cálculo de su alma es otra cuestión, pero ahora, en su ser, es testigo de sí mismo. ¿Es testigo de qué? ¿No es de aquello de lo que dio testimonio el Mensajero de Dios, la Prueba de Dios, los ángeles, y Dios Glorificado: {Y basta con Dios como testigo}?

Entonces, hay una acción en esta aleya: {Y cuando tomó tu Señor de los hijos de Adán, de sus lomos, a la descendencia de ellos, y los hizo testigos de sus propias almas: «¿No he sido Yo vuestro Señor?» Dijeron: «¡Sí! Hemos atestiguado». No sea que dijerais el Día de la Resurrección: «Ciertamente, de esto estábamos desatentos»}. Dios los hizo testigos de sí mismos.

Tú, en este Mundo Temporal, tienes tu alma ocupada en el cuidado de tu cuerpo; por eso, estos actos de adoración existen para impedir que el alma se ocupe del cuerpo y para dirigirla a que se ocupe de Dios. Observa lo que se ve en los actos de adoración del Islam: el ayuno, al no comer ni beber, al dejar los deseos, el ayuno es un acto de adoración que claramente impide que el alma se ocupe del cuerpo; y lo mismo ocurre con los demás actos. Mira la peregrinación, el azalá, todo se centra en dos cosas: cortar el vínculo con este mundo y dirigirse al otro mundo, y recordar a Dios y ocuparse de Dios.

Por lo tanto, si salimos de este mundo, ¿podrían mantenerse los mismos actos de adoración? Seguramente sería incorrecto imponer los actos de adoración de este mundo a otro mundo por dos motivos: el primero, la falta de necesidad; el segundo, que el otro mundo no está preparado para recibirlas o para practicarlas, sería como decir: «Me voy al desierto a nadar».

En el Mundo de la Diseminación, por ejemplo, no hay necesidad, porque el cuerpo material, en el que se ocupa el alma, no existe. Y la falta de condiciones del Mundo de la Diseminación para los actos de adoración de este mundo físico es algo evidente.

Entonces, ahora la respuesta se vuelve clara: el examen mismo –que es uno solo– se realiza en este mundo, en el Mundo de la Diseminación y en el Mundo del Regreso. Y si Dios determinara poner a examen a los hombres mil veces, los probaría con el mismo examen, porque el motivo de la creación es uno solo: el conocimiento.[6] Sí, los detalles del examen difieren por motivo de la diversidad de los mundos. Así que el azalá, el ayuno, la peregrinación, el azaque, etc., todas estaban en la Diseminación, y Dios nos examinó, pero según ese mundo. Así que el azalá era una sola cosa, que consistía en concentrar mi atención en lo que de Él –Glorificado sea– emana; el ayuno era la anulación de mi alma; la peregrinación era andar hacia Él y circundar Su puerta –Glorificado sea– esperando Su mandato; el azaque era ofrecer mi alma, sacrificar mi alma entre Sus manos combatiendo al yo… y así sucesivamente.

¿Acaso te imaginas que toda esta acción requeriría un largo tiempo, sabiendo que en el Mundo de la Dispersión no existe el tiempo y ni siquiera el lugar? ¿O acaso te imaginas que tendría que darse en más de un suceso? ¿Y si todo se juntara en un solo suceso, ¿no seguiría siendo una acción? ¡Por supuesto que sería una acción, aunque se realizara en un solo suceso!».

Entonces dije: Solo pregunto por el último punto, es decir, “si todo se juntara en un solo suceso”, ¿qué sería ese única acción?

Él (a) dijo: «Significa “yo o Él”. ¿Miro a mi propia alma y lo desatiendo a Él, o desatiendo mi alma y miro lo que emana de Él? Si elijo lo primero, no responderé “sí” cuando se me pregunte: “¿No soy Yo vuestro Señor?”; si elijo lo segundo, seré el primero en responder. Entre lo primero y lo segundo se dispone la creación. Ya te he mostrado cómo el azalá, el ayuno, la peregrinación y el azaque están solamente en el “yo” o en “Él”».

 


[1] Puede revisarse lo que mencionó el Sayed Ahmed Alhasan (a) en el libro Alegorías, vol. 3, pregunta no. 63, relacionada con el Mundo de la Diseminación, donde dice: «El Mundo de la Diseminación es un mundo real, no es ilusorio ni imaginario. Solo lo olvidaron los desatentos y quienes fingen desatención, pero no lo olvidaron los profetas, los enviados ni los albaceas (a). Más bien, ellos lo recuerdan, lo conocen, conocen allí a sus patronos y los distinguen en la vida de este mundo temporal…».

[2] Entre ellas, a modo de ejemplo: De Al-Husein Bin Nuaim As-Sahhaf, que dijo: Pregunté a As-Sádiq (a) sobre Su dicho: {Así pues, entre vosotros hay infiel y entre vosotros hay creyente}. Y dijo: «Dios ha reconocido la fe de ellos por la lealtad a nosotros y la incredulidad de ellos por haberla abandonado el día en que se tomó de ellos el pacto, cuando estaban en el Mundo de la Diseminación y en la espina dorsal de Adán (a)», Tafsir al-Qummi, vol. 2, pág. 371.

Y de Zurara, de Abu Ŷáfar (a), que dijo: «Le pregunté sobre lo dicho por Dios, Poderoso y Majestuoso: {Y cuando tomó tu Señor de los hijos de Adán, de sus lomos, a la descendencia de ellos, y los hizo testigos de sus propias almas: «¿No he sido Yo vuestro Señor?» Dijeron: «¡Sí!»…}, es la aleya. Él dijo: «Sacó del lomo de Adán a su descendencia hasta el Día de la Resurrección, y salieron como corpúsculos; entonces los hizo reconocer y les mostró Su alma. De no haber sido así, nadie habría conocido a su Señor…”», Al-Fusul al-Muhimma de Al-Hurr Al-Amili, vol. 1, pág. 423, hadices 5 y 7.

[3] Sagrado Corán – sura «Al-Aaraf» (Las alturas), 172.

[4] Sagrado Corán – sura «An-Nisá» (Las mujeres), 79.

[5] Sagrado Corán – sura «Al-Isra» (El viaje nocturno), 14.

[6] Dijo el Enaltecido: {Y no he creado a los genios y a los hombres sino para que adoren}, Sagrado Corán – sura «Ad-Dariyat» (Los vientos huracanados), 56. Es decir, para que conozcan, como ha quedado claro por la familia de Muhammad –con ellos sea la paz.


Del libro Con el Siervo Bueno de Ahmed Alhasan (a)