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Dos meses y medio, aproximadamente, fue el tiempo que vivió Fátima, hija de Muhammad (las bendiciones de Dios sean con él y su familia), después del martirio de su padre, el Mensajero del Islam. Pasó la mayor parte de este período retirada en la Casa de las Tristezas (la mezquita de Fátima en el Baquí). Se apartó por completo de la gente tras la muerte del Mensajero de Dios (las bendiciones de Dios sean con él y su familia). Y aquí el musulmán debe preguntarse: ¿por qué Fátima, Señora de las mujeres de los mundos y madre de su padre, se apartó de ellos hasta su martirio? Solía acudir allí con Hasan, Husein, Zéinab “la mayor” y Zéinab “la menor”; allí rezaba y se dedicaba a la adoración hasta el atardecer. Luego, Alí (las bendiciones de Dios sean con él) y sus hijos continuaron heredando aquel lugar, estableciendo en allí el azalá. Siguió siendo un lugar sagrado y venerado por todos los musulmanes hasta que fue destruido por los wahabíes. En la imagen, la Casa de las Tristezas aparece marcada en rojo y el mausoleo de Fátima en verde.