• Categoría de la entrada:Con el Siervo Bueno
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La osadía de los opositores no se limitó únicamente a la Prueba de Dios, el Sayed Ahmed Alhasan, sino que los más malvados de la creación y sus seguidores se hundieron en el pantano de los vicios, llegando sus palabras hasta las casas que Dios ordenó que fueran elevadas y en las que se mencione Su nombre.

Respecto a la osadía de los opositores contra su padre y su madre puros, dice el Siervo Bueno (a): «Esos me lastiman solamente cuando a veces se exceden contra mi padre y mi madre. Por Dios, en cuanto a mi padre, desde que cobré conciencia en este mundo hasta que partió –que Dios tenga misericordia de él– nunca lo encontré alzando la voz con nadie jamás. Era un adorador noble de nobles modales, testimonio de ello da todo aquel que lo conoció. Hasta por Dios que no he visto a un ser humano con el nivel de su moral, oh Dios –excepto lo que he leído sobre la moral de Muhammad y la familia de Muhammad (a), y los Profetas y los Albaceas.

Largos años atrás, en tiempos del tirano, recuerdo que realicé los actos de la madre de David, y los había hecho con la intención de que salieran los prisioneros que estaban en las cárceles del tirano Saddam. Estuve el día 15 de Ráŷab en el mausoleo del Imam Alí (a) leyendo el Corán hasta el ocaso, y regresé a casa cansado del ayuno y del camino, así que dormí después del azalá. Había dedicado la recompensa del acto a mi padre mientras estaba en el mausoleo del Imam Alí, y pedí que Dios me hiciera saber si había algo pendiente en la responsabilidad de mi padre para que yo lo cumpliera y liberara su responsabilidad. Y cuando dormía por la noche tuve una visión: vi en un lugar puro al Imam Al-Mahdi (a) sentado y yo estaba sentado cerca de él. Vino un ángel grandioso que reconocí como Gabriel (a) y me dijo: “Tu padre te saluda y está en camino al Paraíso”. Y vi a mi padre volando en un lugar hermoso dirigiéndose al Paraíso. Terminó la visión.

Y esos tienen como entretenimiento insultar a mi padre, no sé por qué. Al menos deberían dejarlo en paz y considerar que murió antes de esta convocatoria. ¿Acaso antes de esta convocatoria no nos consideraban de su religión?

Y mi madre, sobre quien estos viles profieren palabras obscenas sin conocerla, por Dios, desde que cobré conciencia en esta mundo la he visto ayunar tres meses: Ráŷab, Shaabán y Ramadán cada año. La mayoría de las veces cuando iba a despertarla para el azalá de la noche la encontraba despierta rezando antes que yo. Es una mujer anciana que ha llegado a los ochenta años, y estos viles profieren sobre ella palabras obscenas. Me disculpo, quizás te lastimé con esto. Que Dios te conceda el éxito».


Del libro Con el Siervo Bueno de Ahmed Alhasan (a)