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Esta frase se narra en la súplica de Semat, narrada por los Imames (a): «… Y te pido, oh, Dios… por Tu gloria que apareció en el Monte Sinaí, con la que hablaste a Tu siervo y mensajero, Moisés hijo de Imrán (a), y tu ascenso en Seir,[1] y tu aparición en Parán…».[2] [3]

El ascenso de Dios en Seir fue con Jesús (a) y la aparición de Dios en Parán fue con Muhammad (s).[4] Póngase atención a que las frases de la súplica van en orden progresivo, desde un profeta “al que habló Dios” que es Moisés (a), o un profeta que encarnó “el ascenso de Dios” que fue Jesús (a), hasta un profeta que representó “la aparición de Dios” que es Muhammad (s).

La diferencia entre “ascenso” y “aparición” es que el ascenso es un asomo y una aparición parcial, es decir, el ascenso es una manifestación a un nivel inferior a la aparición.[5] Así que ambos, es decir, Jesús (a) y Muhammad (s) han representado a Dios Glorificado en la creación, pero Jesús (a) a nivel inferior que Muhammad (s). La misión de Jesús (a) fue imprescindible para la preparación de la aparición y la misión de Muhammad (s) que representó a Dios en la creación, pues Muhammad (s) fue el sucesor de Dios realmente. Si regresamos al origen y comienzo de la creación, encontramos que Dios Glorificado y Altísimo se dirige a los ángeles: {«Yo soy el que pone en la Tierra un sucesor»}.[6]

Aunque Adán fue sucesor de Dios, y asimismo los demás profetas y albaceas (a), sin embargo, el propósito a alcanzar es un verdadero sucesor de Dios, es decir, una persona que fuera un sucesor completo de Dios Glorificado y Altísimo, que reflejara a la divinidad en el espejo de su existencia de manera más perfecta y completa que todos los profetas y albaceas (a). Así, el propósito a alcanzar es una persona que oscile entre “el Yo y la condición de ser humano” y “la Divinidad y la Esencia Divina”:

Se le preguntó a Abu Basir Abu Abdulá (a) y dijo: “Sea yo tu rescate. ¿Cuántos ascensos celestiales[7] tuvo el Mensajero de Dios (s)?”. Y dijo (a): «Dos veces. Gabriel lo paró en un lugar y le dijo: “Te has parado en un lugar en el que ningún ángel ni profeta se ha parado jamás. Tú Señor está rezando”. Y él dijo: “Oh, Gabriel, ¿y cómo reza Él?”. Dijo: “El Glorioso, el Santísimo dice: ‘Yo Soy el Señor de los ángeles y el espíritu. Mi misericordia precede a Mi ira’”. Entonces dijo: “Oh, Dios, Tu disculpa, Tu disculpa”».

Dijo (a): «Y es como dijo Dios: {Y fue la pala de dos arcos o menor}».[8]

Se dijo: «¿Y qué es la pala de dos arcos o menor?».

Dijo: «Es lo que está entre el comienzo de su curvatura y su extremo».[9] Dijo (a): «Y entre ambos hay un velo que brilla y oscila»,[10] y no sé si no dijo «Es esmeralda. Entonces miró en algo como el ojo de una aguja[11] de lo que quiso Dios de la luz de la grandeza, y Dios Bendito y Altísimo dijo: “Oh, Muhammad”.

Él dijo: “Heme aquí para Ti, Señor mío”.

Dijo: “¿Quién estará para tu nación después de ti?”.

Dijo: “Dios sabe más”.

Dijo: “Alí hijo de Abu Táleb, Comandante de los Creyentes, Sayed de los musulmanes y Líder de los de rostros y extremidades radiantes”».

Luego Abu Abdulá dijo a Abu Basir: «Oh, Abu Muhammad, la lealtad a Alí —con él sea la paz— no vino de la Tierra, pero vino del cielo verbalmente».[12]

Así, Muhammad (s), en el momento que se extingue en la Esencia Divina, solo queda Dios, el Uno, el Subyugador, Y solo queda luz sin oscuridad, que es Dios Glorificado y Altísimo. Así que a este siervo se le levanta la cobertura y conoce a Dios como merece conocerse.

Así que solamente él es el que puede dar a conocer a Dios a la creación de manera perfecta y completa, y asimismo solamente él es el sucesor de Dios completo, es decir, aquel en el que se manifiesta la Divinidad o Esencia Divina de la forma más completa posible para el ser humano.

Para aclaras más esto, pondré este ejemplo:

Si una persona tiene una fábrica con máquinas y trabajadores, y ella misma dirige este lugar de trabajo, la tasa de producción en la fábrica será de cien porciento (100%). Luego, esta persona decide poner a alguien que lo reemplace en la dirección de esta fábrica y encuentra a otra persona que puede dirigir esta fábrica, pero si no supervisa ella misma a esta persona, la tasa de producción es del ochenta porciento (80%), así que debe supervisarla para mantener la tasa de producción completa (cien porciento). Luego encuentra a otra persona más competente que la anterior, pero también necesita ser supervisada, si no la tasa será del 90%. Así que la pone como su albacea en esta fábrica y la supervisa a ella y a su trabajo para mantener la tasa del cien porciento (100%). Por último, encuentra a una persona como ella, como si fuera imagen de ella, que puede dirigir la fábrica sin ser supervisada y que la tasa de producción sea del cien porciento (100%). Así que la pone como su albacea en la fábrica y le deja las manos libres para que haga lo que quiera en ella, porque no querrá sino lo que quiere el dueño de la fábrica. Así que ahora, la supervisión de este albacea completo por parte del dueño de la fábrica sería en vano.

Por lo tanto, aquel que escucha del fuego lo conoce en la medida de lo que ha escuchado de él, y quien lo haya visto lo conoce en la medida de lo que haya visto de él. En cuanto a quien se quema algo con el fuego, lo conoce con certeza, aunque solo en la medida de lo que se ha quemado con él. En cuanto a quien se quema todo con el fuego hasta convertirse él en el fuego, lo conoce de manera perfecta y completa, hasta que no puedes distinguirlo del fuego porque se ha convertido en parte de él:

{«Bendito quien esté en el fuego y quien esté alrededor de él y Glorificado sea Dios, Señor de los mundos»}.[13]

{Y estos son los ejemplos que planteamos a los hombres, y no los razonan sino los sabedores}.[14]


[1] Un monte en Palestina. (N. del T.)

[2] Un monte en La Meca. (N. del T.)

[3] Misbah al-Mutahayyid, pág. 419 | Yamal al-Usbua, pág. 321 | Misbah al-Kafami, pág. 424 | Bihar al-Anwar, vol. 87, pág. 97.

[4] En la objeción que el Imam Ar-Reda (a) le hizo a Ras Al-Yalut: … Entonces, Ar-Reda (a) le dijo: «¿Acaso niegas que la Torá os dice: “Ya ha venido la luz de la montaña del Monte Sinaí, y ha iluminado para nosotros desde la montaña de Seir, y se manifestó sobre nosotros desde la montaña de Parán”?»

Ras Al-Yalut dijo: «Sé estas palabras y no sé si exégesis».

Ar-Reda (a) dijo: «Yo te informo de ello. “Ha venido la luz del Monte Sinaí”, es la inspiración de Dios Bendito y Exaltado que hizo descender sobre Moisés (a) sobre la montaña del Monte Sinaí. En cuanto a que dice “Y ha iluminado a los hombres desde la montaña de Seir”, es la montaña donde Dios (a) inspiró a Jesús hijo de María cuando él estaba allí. En cuanto a que dice “y se manifestó sobre nosotros desde la montaña de Parán”, es la montaña de La Meca, a un día de distancia de nosotros.

El profeta Isaías, sobre lo que tú y tus compañeros decís sobre la Torá, dijo: “He visto dos jinetes para los que se iluminó la tierra, uno de ellos sobre un burro y el otro sobre un camello”. ¿Quién es el jinete del burro? ¿Y quién el jinete del camello?».

Ras Al-Yalut dijo: «No los conozco. Infórmame sobre ellos».

Dijo (a): «El jinete del burro es Jesús. En cuanto al jinete del camello, es Muhammad. ¿Niegas esto de la Torá?».

Dijo: «No. No lo niego, …», At-Tauhid de As-Saduq, pág. 447. Uyun Ajbar Ar-Reda (a), vol. 2, pág. 148 | Bihar al-Anwar, vol. 10, pág. 308.

[5] Al-Yauhari dijo: “El ascenso: es la visión”, As-Sihah, vol. 3, pág. 1254. Ibn Mandur dijo: “Fulano ascendió sobre nosotros desde lejos y su ascenso es su visión. Dice: que Dios bendiga tu ascenso”, Lisan al-Arab (La lengua árabe), vol. 8, pág. 236.

Al-Yauhari dijo: “Y la cosa apareció (ظَهر), con fatha. Aparición: se hizo evidente… E hice que la cosa apareciera: la he hecho evidente…”, Sihah, vol. 2, pág. 732. Ibn Faris dijo: “Apareció (ظهر), la Da (ظ), la Ha (ه) y la Ra (ر) forman una raíz correcta única que indica fuerza y prominencia. Por ello, ‘la cosa apareció’, aparece, es una aparición. Así que es ‘evidente’ cuando se descubre y se hace prominente. Por eso se nombró el tiempo del mediodía (ظُهر) (duhr) y el calor del mediodía (ظهرة), que es el tiempo más evidente y luminoso del día”, Muyam Maqaiis al-Luga (Compilación de los criterios del lenguaje), vol. 3, pág. 471.

[6] Sagrado Corán – sura «Al-Báqara» (La vaca), 30.

[7] Se refiere al Miray (el ascenso a los cielos del Profeta Muhammad s.). (N. del T.)

[8] Sagrado Corán – sura «An-Naym» (La estrella), 9.

[9] Ibn Mandur dijo: “Entre ellos está la distancia de la pala (qab) del arco, es decir, la medida de un arco. La pala (qab) es la distancia entre la empuñadura y el extremo del arco. Cada arco tiene dos palas (qab), que son las distancias entre la empuñadura y cada extremo del arco”, Lisan al-Arab (La lengua árabe), vol. 1, pág. 693. Y el comienzo de la curvatura es donde se dobla en sus extremos.

[10] La oscilación: es el movimiento y la agitación.

[11] El ojo de una aguja: su agujero.

[12] Al-Kafi, vol. 1, pág. 442 | Al-Yawahir as-Sunnia, pág. 213 | Bihar al-Anwar, vol. 18, pág. 306 | At-Tafsir de As-Safi, vol. 5, pág. 87 | Tafsir Nur Az-Zaqalain, vol. 3, pág. 98.

[13] Sagrado Corán – sura «An-Naml» (La hormiga), 8.

[14] Sagrado Corán – sura «Al-Ankabut» (La araña), 43.


Del libro La profecía selladora de Ahmed Alhasan