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En nombre de Dios, el Misericordioso, el Misericordiosísimo

Y la alabanza a Dios, Señor de los mundos

Y que Dios bendiga a Muhammad y a la familia de Muhammad, los Imames y los Mahdis

Que cada uno de vosotros vea a Dios en cada cosa, con cada cosa, después de cada cosa y antes de cada cosa hasta que conozca a Dios, se le quite la cobertura y vea todas las cosas a través de Dios. No contéis con que las evidencias sean las que os guíen hacia el Evidente Glorificado sea, sino que será Él el que os guíe hacia las evidencias.

Dijo el Imam Husein (a): «Dios mío, mi ir y venir entre las evidencias me obliga a distanciarme del santuario, así que reúneme contigo con un servicio que me permita llegar a Ti. ¿Cómo podría guiar a Ti aquello cuya existencia depende de Ti? ¿Acaso hay algo manifiesto que no seas Tú que tenga algo que Tú no tienes, para que sea eso lo que Te manifieste? ¿Cuándo has estado ausente como para que se necesite una evidencia que guíe hacia Ti? ¿Y cuándo has estado lejos como para que sean las evidencias las que lleven a Ti? Ciego está el ojo que no te ve sobre él, vigilante y malo es el negocio del siervo que no ha recibido de Tu amor una parte…».[1]

Lavad el barro de vuestros ojos y vuestros oídos hasta que veáis a Dios y escuchéis a Dios, y Él os hablará hasta en las piedras…

No os inclinéis hacia los ignorantes que se hacen llamar a sí mismos eruditos, pues llenarán vuestros oídos y vuestros ojos con falsedad, y os atarán a este mundo material efímero y a sus ornamentos.

No escuchéis sus palabras, pues ellos no ven sus propias manos… y este mundo efímero es hasta donde alcanzan a saber.

No os inclinéis hacia ellos. Ellos no creen en la visión, que es el camino al Reino de los Cielos.

Mirad en el Reino de los Cielos, escuchad el Reino de los Cielos y creed en el Reino de los Cielos, pues es la verdad en la que han creído los profetas y albaceas, y en la que han descreído los eruditos inoperantes que han luchado contra los profetas y albaceas en cada época.

Y aquí están, en el Final de la Época, considerando y cediendo ante América, la democracia y las elecciones, sin tener en cuenta a Dios: {No han medido a Dios en Su justa medida. Dios es Fuerte, Poderoso}.[2]

Y no han considerado a Dios, ni Su soberanía, ni la designación del Sucesor de Él, Glorificado y Exaltado. Se han vuelto imagen del Dachal Mayor, América, tal como los profetas y los albaceas son imagen de Dios Glorificado y Exaltado.

Leed el Corán, reflexionad sobre el Corán y las historias de los profetas y albaceas sucesores de Dios en Su tierra, sobre las naciones pasadas que los desmintieron y los líderes de esas naciones, eruditos inoperantes. Luego regresad a vosotros mismos y observad: ¿acaso el dueño de la verdad ha transgredido la vida, el curso o la tradición de los profetas y albaceas? ¿Acaso sus enemigos, los eruditos inoperantes, han errado a la vida, al curso y a la tradición de los enemigos de los profetas y albaceas?

Por Dios, que no he dicho sino lo que han dicho mis buenos padres, los que han mandado a los hombres apoyarme y me han mencionado en sus testamentos, Noé, Abraham, Ismael, Muhammad (s), Alí, Hasan, Husein y los Imames (a):

{Y Él las puso como palabras perdurables en su posteridad. Quizá ellos regresen}.[3]

¿Y qué han dicho los eruditos inoperantes sino lo que han dicho Nemrod, el faraón, Abu Sufián y Walid (maldígalos Dios)?

Dijeron: {«Vuestro mensajero, el que ha sido enviado a vosotros, ciertamente está loco»}.[4]

Dijeron: {«Esto no es sino hechicería transmitida» * «Esto no son sino palabras del ser humano»}.[5]

Dijeron: {«¿Habría de ser arrojado el recuerdo a él de entre nosotros? ¡No! Él es un mentiroso insolente»}.[6]

Dijeron: {dijeron: «Es un embrollo de sueños», «más bien, se lo ha inventado», «más bien es un poeta». «Pues que nos traiga un signo como el que fue enviado a los primeros»}.[7]

Dijeron… y dijeron…

{Y dijeron los que no saben: «Si no nos habla Dios o nos trae un signo». Asimismo dijeron los que fueron antes de ellos, parecidos son sus dichos, se asemejan sus corazones. Ya hemos explicado los signos para una gente que tiene certeza}.[8]

He venido para dar testimonio de la verdad y para decir la verdad. Para esto he nacido y por esto moriré, si quiso Dios.

En cuanto a vosotros, si queréis dar testimonio de la verdad, pues dad testimonio. Pero si encontráis su amargura y su peso, alabad a Dios por lo que os ha concedido, pues la verdad es pesada y amarga y la falsedad, liviana y dulce.

Sabed que vuestra convocatoria es la convocatoria de los profetas y albaceas (a), así que trabajad y sed testigos sobre los hombres, como el Mensajero es testigo sobre vosotros, y Dios verá vuestro trabajo, y Su mensajero, los profetas, los albaceas (a) y los creyentes. Sed pacientes, perseverantes y manteneos firmes, debatid con la gente de cada libro con su libro, debatid con la gente del Evangelio con su Evangelio, pues vuestro asunto está mencionado en su Evangelio, no de forma general, sino en detalle.


[1] Bihar al-Anwar, vol. 95, pág. 225.

[2] Sagrado Corán – sura «Al-Hayy» (La peregrinación), 74.

[3] Sagrado Corán – sura «Az-Zujruf» (Los ornamentos), 28.

[4] Sagrado Corán – sura «Ash-Shuará» (Los poetas), 27.

[5] Sagrado Corán – sura «Al-Mudazzir» (El enmantado), 24-25.

[6] Sagrado Corán – sura «Al-Qámar» (La luna), 25.

[7] Sagrado Corán – sura «Al-Anbiyá» (Los profetas), 5.

[8] Sagrado Corán – sura «Al-Báqara» (La vaca), 118.


Del libro Carta de guía de Ahmed Alhasan