La paz sea con vosotros y la misericordia de Dios y sus bendiciones
Que Dios incremente vuestra recompensa
Que Dios tenga misericordia de ella. Ni su debilidad, ni su enfermedad, ni sus largos años les han impedido defender la verdad… Pido a Dios que eleve su posición y la recompense con lo mejor de parte de Muhammad y de la familia de Muhammad
Traducción del audio:
La entrevista en audio:
El hombre (hablando en el audio): ¿Qué ocurrió?
Umm Akil: Dos hombres entraron. Se llevaron a mi hijo. Habíamos puesto las ollas para cocinar para Husein, pero me llegó la noticia de que se lo habían llevado. Cuando escuché que se lo habían llevado perdí la esperanza. Dije que yo, la mujer de las ollas no encendería este fuego: “Estoy aquí sirviendo a Husein y aun así me pasa esto” pensé. Me fui a dormir (estaba acostada en el suelo) y dos personas entraron de repente: Abbas y Husein. Todavía recuerdo esto y la marca todavía está en nuestro patio: Saddam estaba sentado en la habitación de mi hijo (la habitación en la cual servimos a Husein) y estaba asustada de él entonces entorné la puerta por la mitad. Esto fue cuando los dos hombres entraron.
Uno de ellos le dijo a Saddam: “¿Qué te dio las agallas para entrar aquí?”.
Cuando te cuento esto siento un poco de dolor en mi pecho.
Él dijo “¿Quién te permitió entrar aquí al lugar de Husein?”.
Entonces le respondí y le dije: “Mi Sayed, ¿no sabes lo que me ha pasado? ¿Qué se han llevado a mi hijo?”.
Juro por tu abuelo, el Mensajero de Dios, que él me respondió y me dijo: “¿Dónde crees que ha estado tu hijo? Desde que se lo llevaron lo estuve cargando sobre mi hombro derecho. No te preocupes por tu hijo. ¿Por qué no enciendes el fuego de las ollas de Husein?”.
Dije: “Mi Sayed, estoy segura de que entiendes, soy una madre y se han llevado a mi hijo y no puedo pensar adecuadamente, perdí la cabeza”.
Él dijo: “La alabanza a Dios. En tu vida, tu hijo volverá a ti, sano y salvo. Tu día llegará, oh, Saddam. Este mundo no tiene ningún valor ahora. Lo único que impidió que la tortura te alcance es que esas personas todavía tienen valores y no echan a sus invitados, y todavía sirven a Husein”.
Juro por tu abuelo, el Mensajero de Dios, que estas son tres palabras que oí de Husein cuando me respondió.
Le pregunté “Mi Sayed, ¿quién es este hombre parado a tu lado?”.
Dijo: “Yo soy Husein y este es Abbas, a quienes rezaste”.
Fui a Abbás y le dije: “Tú eres como mi propio hijo, Abul Fadil, quiero a mi hijo de ti”.
Él dijo “Tu hijo no está siendo dañado. Cuando alguien le golpea yo recibo el golpe en su lugar”.
Cuando dijo eso me desperté y mis hijas estaban al lado mío. Fui al patio e hice tres rasguños. Las hijas me preguntaron que me había pasado y les dije: “No os incumbe”.
Juro, por el tercer día que tuve la señal. Vinieron a nosotros sobre el puente, tanta gente. Dijeron que los trasladaron (a los prisioneros) al departamento de (crímenes) menores, aunque antes habían dicho que estaban en el departamento de (crímenes) mayores.
Lo escuché de Husein y tuve certeza de ello, y el Imam Abu Abdulá no fallaba. Las hijas me preguntaban qué estaba pasando, y les conté que había tenido un sueño y esto es lo que ocurrió, y esto es lo que Husein me entregó. La Gente de la Casa nunca ha fallado, y nosotros somos siervos de la Gente de la Casa.
Akil: Tuve una visión en Rafha en 1995, y se hizo realidad en el 2012. Una parte de la visión era que se comenzaba una guerra contra un país islámico, y vi a mi amigo Muhammad Al-Kasir (él estaba en Rafha). Él dijo: “Tienes que hacer el llamado a la oración con dos partes.”
Yo no sabía lo que era el llamado a la oración con las dos partes, sin embargo, cuando creímos en este llamado nos enteramos del Mahdi y los Mahdis, y cómo en el llamado a la oración atestiguamos que Alí y los Imames son argumentos de Dios, y que AlMahdi y los Mahdis son argumentos de Dios. Él dijo que yo debería hacer el llamado a la oración con las dos partes. Mi madre estaba afuera del fuerte y dije “¡Muhammad! Mi madre está afuera del fuerte”. Él dijo: “Sal y alcánzala”. Entonces salimos y la alcanzamos. Cuando la vi afuera del fuerte cayó dormida por un rato. Cuando ella estuvo en los EE.UU. pasó por una cirugía de corazón, durante la cual su corazón se detuvo y el tercer cable de la máquina todavía no estaba conectado. Su corazón se detuvo y estuvo a punto de morir en las manos del doctor. Su cirugía iba a durar de dos a cuatro horas. Pero la alabanza a Dios. Cuando su corazón se detuvo la máquina empezó a funcionar. Cuando empezó a funcionar su corazón empezó a latir otra vez. Los cables aún no estaban totalmente conectados. Es esa máquina que ayuda al corazón, ¿sabes? La llevamos a Iraq poco después y la llamamos. Había visto una visión con el Imam Husein dándole tres candelabros. Entonces la llamé y le dije “¿Recuerdas esa visión que tuviste en Rafha? El hijo del Imam ha aparecido ahora”.
Entonces ella anunció su lealtad al instante en la sala de Paltalk. Le dijo a mi hermano [Abu Yass] que no le daría ninguno de los candelabros y ella se agarró uno para ella y quedaron dos. Entonces [en la realidad] Abu Yass vino con sus dos hijas y ambas creyeron en la convocatoria. Mi madre no le dio a mi hermano Abu Yass los candelabros así que él todavía está estudiando la convocatoria. Las dos chicas, sin embargo, creyeron ambas.
El hombre: ¿Podemos oírla pronunciando el juramento de lealtad? Quiero ponerlo en Youtube.
Umm Akil: La paz sea con vosotros
Atestiguo que no hay divinidad sino Dios.
Atestiguo que Muhammad es el Mensajero de Dios.
Atestiguo que Ali es argumento de Dios
Atestiguo que el Mahdi y los Mahdis de su descendencia son argumentos de Dios.
El hombre: ¿Qué te hizo creer en la convocatoria?
Umm Akil: Por supuesto que creí en la convocatoria. ¿Acaso no creemos en ellos? Queremos seguridad. ¿Qué más tenemos que a Dios y a la Gente de la Casa?
Akil: Cuéntanos tu visión con los candelabros.
Umm Akil: Yo estaba en Iraq con mi hija mayor y me enojé, no podía caminar, entonces empecé a llorar. Me fui a dormir y estaba en un desierto. Vi a un hombre cuya altura no puedo describir, y su rostro era una luz resplandeciente. Me le quedé mirando y no podía en realidad verle la cara. Me llamó y me pidió que vaya hacia él. Me dio tres candelabros y me dijo que Husein los habían mandado para mí. Me los dio y me dijo que está en mí darle o no uno a Abu Yass. Miré los candelabros y vi que eran verdes. Estaba tan contenta, los puse contra mi corazón y me dije “no le daré ninguno a mi hijo”. Los candelabros eran tan queridos para mí que los puse contra mi corazón. Mis ojos todavía estaban clavados en ese hombre. Akil me llamó más tarde y le dije que ya no estaba enojada.
Akil: La llamé y le conté sobre el Imam, y ella juró lealtad por teléfono en ese mismo momento. Cuando vino Abu Yass aquí se quedó estudiando sobre la convocatoria mientras que sus dos hijas creyeron en ella.
El hombre (a Umm Akil): ¿Darías todo lo que tienes al Imam Al-Mahdi?
Umm Akil: Le daría mi alma y mis hijos, todo al Imam Al-Mahdi.
El hombre (a Umm Akil): Que Dios te recompense con el bien y te proteja. Pido a Dios por el derecho de Az-Zahrá que nunca deje que se desvíe tu corazón de la verdad, que te dé más misericordia y luz y proteja a tus hijos puros. Eso es todo lo que puedo decir.