En nombre de Dios, el Misericordioso, el Misericordiosísimo
Y la alabanza a Dios, Señor de los mundos
La paz sea vosotros y la misericordia de Dios y sus bendiciones
Pido a Dios que estéis bien y con salud
Que Dios incremente vuestra recompensa por el martirio de vuestro hermano Abbás, que Dios tenga misericordia de él. Y pido a Dios que lo acepte con una buena bienvenida. Él es el más misericordioso de los misericordiosos.
En estos dolorosos días que coinciden con el martirio de Fátima hija de Muhammad, las bendiciones de Dios sean con ella, volveré a publicar lo que publiqué anteriormente en esta página bendita.
Que Dios incremente vuestra recompensa y que Dios acepte vuestras obras.
En nombre de Dios, el Misericordioso, el Misericordiosísimo
Y la alabanza a Dios
La paz sea vosotros y la misericordia de Dios y sus bendiciones
A mediados de Yumada Al-Awwal se conmemora el martirio de Fátima Az-Zahra, que las bendiciones de Dios sean con ella, afectada por las heridas que sufrió a raíz del ataque a la casa del Mensajero de Dios, Muhammad (s), por el ataque de Umar y un grupo junto a él.
Espero que Dios ayude a los creyentes a preparar reuniones por el duelo el 13, el 14 y el 15 de Yumada Al-Awwal y describir lo que ocurrió, de cómo Umar atacó la casa del Mensajero de Dios (s) y amenazó con quemarla con quien esté adentro, que eran Alí, Fátima y sus niños, que las salutaciones de Dios sean con ellos,
Espero que los señores y ancianos estudiantes de la Escuela Mahdiana, que Dios los proteja, y los demás creyentes, que Dios los proteja, aclaren la realidad del incidente del ataque a la casa de Fátima (s) como fue y como ocurrió, con pruebas y evidencias históricas de los libros de los opositores, sin confrontar, ni injuriar, ni insultar, ni maldecir a los atacantes.
Dejemos que los musulmanes honorables sean justos consigo mismos y juzguen con justicia entre Fátima, la hija de Muhammad (s), la Señora de las mujeres de los mundos, y los que atacaron su hogar, causándole lesiones y martirizándola.
Que investiguen el motivo que condujo a este ataque, cuyo centro y órbita fueron librados por el testamento del Mensajero de Dios, Muhammad (s), descrito como un texto para impedir que la nación se extravíe. Pues el Mensajero de Dios (s) quiso escribirlo para el público un jueves -estando él con una enfermedad mortal-, pero Umar y su grupo se opusieron y acusaron al Mensajero de Dios (s) de estar ido (es decir, delirando). Esa fue la famosa calamidad del jueves. El Mensajero de Dios (s) se rehusó a escribir el texto de prevención para quienes lo rechazaron el jueves, y lo escribió después a quienes lo aceptaban. Y la alabanza a Dios. Alí (a) y sus hijos, los Imames (a), conservaron este texto -su texto-, y lo sacaron para la nación. Y el sheij At-Tusi, que Dios tenga misericordia de él, lo transmitió en el libro La Ocultación y describió a sus narradores como especiales, es decir, shiíes creyentes y con esto se demuestra su veracidad, ya que no se ha demostrado ningún reparo en ellos. Por esto, el testamento es de una cadena auténtica de narradores, para quien se apoye en la cadena de narradores. Además de que es reiterado, esto significa que se demuestra la autenticidad en su transmisión y que se lo describa como suficiente -por sí solo- para prevenir el extravío de la nación, para impedir que lo reivindiquen quienes no sean sus dueños en él mencionados. Porque si la pudieran reclamar quienes no son sus dueños, Dios, Glorificado sea y Altísimo, que lo describió como suficiente -por sí solo- para prevenir el extravío de ellos, habría mentido al describirlo como una prevención del extravío. Y no es así, o que haya ignorado lo oculto, o que sea incapaz de protegerlo del reclamo de los charlatanes hasta que lo reclame su dueño. El Glorificado está lejos de lo que dicen los charlatanes.
Bienaventurados quienes se aferren al testamento del Mensajero Muhammad (s).
Ay de quienes lucharon contra el testamento del Mensajero de Dios, Muhammad (s), en la primera época e intentaron impedirle escribirlo diciendo que él deliraba sólo porque en él estaba el nombre de Alí (s), el primero de los albaceas.
Y ay de quienes sigan sus huellas hoy, luchando contra el testamento, rogando en un intento desesperado por acarrear su desgracia al impugnar el testamento del Mensajero de Dios, Muhammad (s), porque en él está el nombre de Ahmed, el primero de los mahdis.