En nombre de Dios, el Misericordioso, el Misericordiosísimo
La alabanza a Dios, Señor de los Mundos
La paz sea con vosotros y la misericordia de Dios y sus bendiciones.
Ali Al-Ansari escribió:
La paz sea con vosotros y la misericordia de Dios y sus bendiciones, mi Guardián.
Ruego a Dios Glorioso y Excelso que mi Maestro te alivie pronto y consienta el corazón de tu madre Fátima Az-Zahrá –con ella sea la paz. Él es cercano y responde.
Señor y maestro mío, a menudo cuando debatimos con los ateos sobre las evidencias que confirman la existencia de Dios vemos que pasan a los asuntos relacionados con algunos de los milagros mencionados en el Corán, entre los cuales están los largos años vividos por los profetas (a) y en especial por el profeta de Dios, Noé (a). Encontré esta pregunta dirigida a vos en los foros de los ansar del Imam Al-Mahdi (a) de nuestro hermano Isa de la República de Serbia y me gustaría trasmitírosla a continuación. Ruego que tengáis la amabilidad de responderla por su utilidad para las discusiones con los ateos. Me disculpo, maestro mío, por tomar de tu tiempo y ruego a Dios que nos ponga entre los que se aferran a la lealtad a Muhammad y la familia de Muhammad –las bendiciones de mi Señor sean con todos ellos y con los que buscan ser testigos bajo vuestra bandera.
Pregunta: «La paz sea con vosotros y la misericordia de Dios y sus bendiciones, mi maestro.
Ruego que me respondáis sobre esta cuestión pues encuentro difícil intentar comprenderla… Dado que el homo sapiens evolucionó de especies inferiores durante el proceso de la evolución, de una generación a otra generación más evolucionada, hasta que su cerebro alcanzó el tamaño y la capacidad (suficiente) requeridos: ¿cómo se pueden explicar la cantidad de años vividos por los primeros profetas como Noé (a), cuando Dios Glorificado dice en el Noble Corán que él convocó a su pueblo durante 950 años. ¿Acaso estos son años del Mundo Temporal? Además, hay narraciones de ellos (a) de que Noé vivió entre 2000 y 2500 años… Aún la Sagrada Biblia especifica que los primeros seres humanos vivían períodos de tiempo más largos que los seres humanos de hoy… ¿Acaso esto es correcto, maestro mío? ¿Acaso Dios Glorificado había prolongado la vida de sus elegidos como Noé (a)? Si fue así, ¿los antepasados inmediatos de Adán tenían una vida más larga? ¿O esto es alegórico? ¿Y cómo se relaciona esto con la teoría de la evolución? Espero de vosotros una aclaración.
Y que Dios Glorificado y Altísimo apresure vuestro alivio si Dios quiere y os echamos mucho de menos… Isa / República de Serbia.
Respuesta:
Y con vosotros sea la paz y la misericordia de Dios y sus bendiciones.
Pido a Dios que os conceda el éxito y afirme vuestros pasos a ti y a Isa, que Dios os recompense con la recompensa de los que hacen el bien. Puesto que hemos demostrado la necesidad de la existencia de una divinidad con evidencias científicas y hemos debatido con el ateísmo científico dentro del ámbito de la ciencia, cualquier ateo que no crea en la existencia de una divinidad basado en evidencia científica queda obligado a responder a mi discusión científica y a mi razonamiento científico de una forma científica correcta y precisa o a admitir que lo que he demostrado es cierto. De lo contrario, solo será un terco discutidor incapaz de buscar la verdad tal como es y solo será una persona absurda, nada más.
Con respecto a la edad del ser humano en el pasado, se sabe científicamente y con precisión, como hoy se conocen bien los genes del ser humano en detalle. Los científicos conocen la causa genética, por qué y cuándo las células envejecen y el cuerpo humano colapsa. Realizan investigaciones intentando provocar una mutación genética para prolongar la vida del ser humano y esto es algo a lo que pueden llegar algún día. Por consiguiente, también saben definitivamente que el ser humano en tiempos de Noé y antes no vivía mil años, ni siquiera algo aproximado a este número en lo absoluto, tal como tú sabes la longitud de la regla que tienes en tu mano.
Sin embargo, la cuestión de la edad de Noé u otras cuestiones que contradicen los hechos científicos no sirven como argumentos contra lo que hemos demostrado, que es la existencia de una divinidad porque podríamos decir muy brevemente que no hay ningún problema en que Dios haga milagros, aunque algunos contradigan a los hechos científicos porque son casos puntuales con el propósito de poner a la humanidad de Adán en el comienzo del camino de la fe en una divinidad creadora de este universo. Por supuesto que algunos de estos no son milagros sino temas difíciles de entender para quien no conoce el idioma del que habla, pues el idioma del Corán solo lo comprende quien conoce los mundos superiores de los cuales descendió el Corán.
Para aclarar científicamente esta cuestión diré brevemente que lo que ve el observador exterior del sistema físico es diferente a lo que ve el observador interior. Por lo tanto, cuando ocurre, por ejemplo, una expansión o una contracción en el sistema físico las medidas del observador presente dentro del sistema son completamente diferentes a las medidas del observador exterior. La causa es el que observador interior forma parte del sistema y por consiguiente está incluido en la expansión y contracción del sistema. Su equipo de medición está contenido dentro de la expansión y la contracción del sistema, y esto lo hace incapaz de conocer o de medir cualquier cambio que abarque todo el sistema.
Esto no impide, en el caso de tener una vida psicológica como en nuestro caso, tener sensaciones psicológicas de que hay un cambio en el sistema, una aceleración o una desaceleración como muchas personas sienten hoy una aceleración del tiempo, aunque cuando lo midan no encuentren que haya cambiado nada.
Como ejemplo para aclarar estas palabras, supongamos que una persona vive en una habitación y que tiene un instrumento para medir longitudes (una regla, por ejemplo). Le pedimos que mida el largo de una mesa en la habitación y que compare su estatura con el largo y la altura de la mesa. Luego, supongamos que la habitación y todo lo que contiene se expande de manera regular con todas las cosas en la misma proporción. Si entonces le pedimos que mida el largo de la mesa encontrará que el largo no cambió. Si le pedimos que compare su estatura con el largo y la altura de la mesa tampoco notará ningún cambio. La causa es que él también se ha expandido tal como la regla de medir, en la misma proporción que se ha expandido la mesa.
Si esto ha quedado claro, se puede entender que para cualquier observador que pueda observar fuera del sistema cósmico en el que vivimos sus mediciones serán diferentes a las de nosotros que vivimos dentro del sistema. Si el comportamiento del universo material en conjunto cambia de una manera tal que el tiempo, como cuarta dimensión cósmica, se expanda o se contraiga –o en un lenguaje sencillo, se desacelere o se acelere– en todo el sistema en conjunto, nosotros no podremos medirlo ni reconocer este cambio. Pero un observador que pueda observar desde el exterior del sistema cósmico en el que vivimos podrá medir este cambio y cuando hable nos dará número diferentes a los que hemos medido nosotros. Esto en pocas palabras te explica que un observador fuera del sistema (por ejemplo, Dios Glorificado y Altísimo o los ángeles), cuando le preguntas o habla de la edad de Noé y su pueblo, te da un número diferente al que has medido tú que vives dentro del sistema. Y cuando le pides que compare la edad del ser humano de hoy con la edad del que estuvo hace quince mil años, te dará números diferentes, aunque no encuentren ninguna diferencia tangible que pueda medirse dentro de los límites físicos en los que vives.