Pregunta 4: si Dios existe en todo lugar y tiempo, y se manifiesta en todas las cosas que existen, ¿cómo puede explicarse que el Glorificado exista y se manifieste en cosas a las que se atribuyen impurezas?
Respuesta: debe saberse que la manifestación de Dios en todas las cosas que existen no significa que Él forme parte de ellas o que esté en ellas. Al contrario, significa que no hay nada que exista que no sea a través de Dios y que nada aparece si no es por la luz de Dios. Es igual que sea una de las cosas existentes más cercanas o más lejanas a Él, Glorificado sea. Y no hay nada como Dios.
Así pues, el hecho de que la luz del Sol exista sobre la Tierra no significa que el Sol exista sobre la Tierra. El hecho de que veamos las cosas sobre la Tierra gracias a luz del Sol no significa que la luz del Sol se haya establecido sobre la Tierra. Al contrario, el Sol se manifiesta sobre la Tierra de una forma u otra e influye en la Tierra de una forma u otra, aunque su luz y su influencia abarca a la Tierra y demás. Que la luz del Sol nos muestre las impurezas para que las veamos con nuestros ojos no significa que la luz del Sol se vuelva impura o sea afectada por ellas.
Para aclarar más esto, digo:
Que las cosas creadas que existen son luz mezclada con oscuridad u oscuridad mezclada con luz, según lo que prevalezca, oscuridad o luz. Y cada creación que existe tiene una posición fija que no cambia, excepto la de aquellos que han sido encargados, como los seres humanos y los genios. Cada uno de ellos tiene la opción de acercarse a la luz obedeciendo a Dios Glorificado hasta convertirse en luz mezclada con algo de oscuridad y cada una en su medida, o acercarse a la oscuridad desobedeciendo a Dios Glorificado hasta convertirse en oscuridad con algo de luz y cada una en su medida. Lo que distingue al ser humano es la capacidad de elevarse en la luz hasta que ningún ángel favorito se le aproxime y él esté sobre los ángeles. Y también tiene la capacidad de rebajarse en las tinieblas hasta que Iblís (maldígalo Dios) y su ejército de impuros no se le aproximen: {ya hemos creado al hombre con la mejor conformación * luego, le devolvimos a lo más bajo de los bajos}.[1]
Se sabe que la creación más elevada que existe en los mundos de la luz es un ser humano, que es Muhammad (s) o el primer intelecto.[2]
Y la creación más baja que existe en los mundos de la oscuridad también es un ser humano, que es el Segundo. Él es el ignorante que retrocedió y no se adelantó, como está en el hadiz de ellos (a).[3]
De lo anterior se desprende que con cada desobediencia el ser humano creyente se rebaja. Es más, con cada vuelta hacia este mundo e indiferencia hacia Dios se hunde en la oscuridad, toca la impureza, la suciedad y el fuego del Infierno. Para esto puso la ablución (wudú) y el baño (gusl). Fue narrado de ellos (a): «El creyente no se vuelve impuro, y le basta en la ablución una unción».[4] Con lo cual alguien perspicaz entiende que todo este mundo es impuro y que el que cohabita con él se vuelve impuro. Dios, por su generosidad, Glorificado y Altísimo, ha ennoblecido al creyente en que no se vuelve impuro. El Comandante de los Creyentes (a) ha aclarado que «Este mundo es carroña y lo buscan los perros».[5] Lo describió como «un hueso de cerdo descarnado en la mano de un leproso».[6] Y no os imaginéis que Alí (a) exageraba, al contrario, esta es la realidad que Dios reveló a sus patronos.
[1] Sagrado Corán – sura «At-Tin» (El higo), 4-5.
[2] Dijo Abu Yafar (a): «Oh, Yabir, lo primero que creó Dios fue la creación de Muhammad (s) y de su familia, los guías guiados…», Al-Kafi, vol. 1, pág. 442. En otro hadiz del Bihar al-Anwar, vol. 1, pág. 97, del Profeta que dijo: «Lo primero que creó Dios fue el intelecto». Y fue narrado de otra manera: «Cuando Dios Glorioso y Excelso creó al intelecto le dijo: “Adelántate”. Y este se adelantó. Luego le dijo: “Retrocede”. Y este retrocedió. Entonces el Altísimo dijo: “Por mi gloria y mi esplendor, que no he creado una creación que sea más noble para mí que tú. Por ti recompenso y por ti castigo, por ti tomo y por ti doy”».
[3] De Samaa que dijo: «estaba con Abu Abdulá (a) y con él había un grupo de sus amigos. Y sucedió que se mencionó el intelecto y la ignorancia. Y Abu Abdulá (a) dijo: “Conoced el intelecto y sus soldados, y la ignorancia y sus soldados para guiaros”». Samaa dijo: «entonces dije: “¡Sea yo tu rescate! No conocemos sino lo que nos has hecho conocer”. Entonces Abu Abdulá (a) dijo: “Dios Excelso ha elogiado la creación del intelecto que es la primera de las cosas espirituales que hizo de su creación a la derecha del Trono, a partir de su luz. Entonces le dijo: ‘Adelántate’. Y este se adelantó. Luego le dijo: ‘Retrocede’. Y este retrocedió. Entonces Dios Bendito y Altísimo dijo: ‘Te he hecho una creación grandiosa y te he ennoblecido sobre toda mi creación’”. Dijo: “Luego creó a la ignorancia a partir de un mar salobre de tinieblas y le dijo: ‘Retrocede’. Y esta retrocedió. Luego le dijo: ‘Adelántate’. Y esta no se adelantó. Entonces le dijo: ‘¿Te has ensoberbecido?’. Entonces la maldijo…”», Bihar al-Anwar, vol. 1, pág. 110.
[4] También fue narrado por Abu Yafar (a) que dijo: «La ablución es uno de los límites de Dios para que Él sepa quién lo obedece y quién lo desobedece. Y el creyente no se vuelve impuro en nada. A él le basta con una unción», Al-Kafi, vol. 3, pág. 21.
[5] Sharh Ahqaq al-Haqq lil-Marashi, vol. 32, pág. 237.
[6] Nahyul Balaga – comentarios de Muhammad Abdu, vol. 4, pág. 52 / Sermón no. 236.
Extracto del libro Las alegorías vol. 1 de Ahmed Alhasan (a)