• Categoría de la entrada:El Yamani prometido
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Aparte del pilar firme del Imam Al-Mahdi (a) (el pilar del Yamani) hay otros pilares que son Jesús (a), Al-Jidr (a) y Elías (a).

Aquí tiene una parte de la respuesta del Sayed Ahmed Alhasan a la pregunta de una mujer cristiana a través de internet, tomada del libro Al-Yawab al-Munir Aabr al-Izir (La respuesta clara a través del éter), págs. 19-20.

El Sayed Ahmed Alhasan dice: «… Ahora, antes de discutir la cuestión de la evidencia de que ellos hayan enviado a un mensajero que los represente, investiguemos el asunto de estos cuatro (a), es decir, de Al-Jidr, Elías, Jesús y Muhammad hijo de Hasan el Mahdi (a): ¿es el mismo o son distintos?

La verdad que el asunto de ellos es el mismo y están unidos, no son distintos ni se contradicen. Porque el Señor de ellos es uno, la religión de ellos es una, que es la entrega a Dios Glorificado, y todos ellos convocan para Dios y actúan por Su mandato. La verdad a la que invitan es la una, la meta de ellos es una, que es la Resurrección Menor, el propósito y el objetivo de ellos es uno, que es propagar la equidad, la justicia, el monoteísmo, el servicio a Dios en esta Tierra de la manera que el Glorificado y Altísimo quiere. Así que ellos están unidos y no se contradicen entre ellos. Persiguen una misma meta y un mismo propósito. El Señor y divinidad de ellos es el mismo. Así que el mensajero de todos ellos es el mismo y también es un mensajero de Dios, porque ellos actúan por mandato de Dios. Así pues, quien les represente, representa a Dios, y quien los suceda en la Tierra, sucede a Dios Glorificado, porque ellos son califas de Dios en Su Tierra». Punto.

 

«En torno al estandarte del Mahdi surge un muchacho de corta edad, ligero de barba, pálido, que si luchara contra las montañas las sacudiría hasta que descienda Elías», Muuyam Ahadiz Al-Imam Al-Mahdi (a) – del Jeque Al-Kurani, vol. 1, pág. 397.

«… Luego surge el Mahdi, el guía, el guiado, que coge la bandera de la mano de Jesús hijo de María…», Al-Malahim wa Al-Fitan – del Sayed Bin Tawus Al-Huseini, pág. 134.

En un hadiz de Kaab dice: «… “Oh, Kaab, ¿quiénes son aquellos que han de ser congregados sobre sus rostros y cuál es la situación de ellos?”. Y Kaab dijo: “Aquellos estaban en la perdición, la apostasía y la deslealtad. ¡Qué malo lo que presenten sus almas cuando se encuentren con Dios por haber hecho la guerra al califa de ellos, al sucesor del profeta de ellos, al sabio de ellos, al favorito de ellos, al portador del estandarte, al patrono de la fuente, al anhelado y al esperado de este mundo. Él es la ciencia que no ignora, el argumento aquel del cual quien se desvíe perecerá y en el fuego caerá. Ese es Alí, el señor de la Kaaba, el más sabio de ellos en ciencia, el más adelantado de ellos en paz y el más prolífico de ellos en clemencia”. Kaab se sorprendía de quien anteponía a otro antes que a Alí, de quien dudaba del Qaim del Mahdi que cambiará la tierra por otra tierra y al el que Jesús hijo de María usará como argumento contra los cristianos de Roma y China. El Qaim, el Mahdi, es del linaje de Alí, entre los hombres es el más parecido a Jesús hijo de María en complexión, en fisonomía y en aspecto. Dios Poderoso y Excelso le otorgará lo que ha otorgado a los profetas, le dará más y lo favorecerá. El Qaim es de la progenie de Alí. Estará en ausencia como la ausencia de José y un regreso como el regreso de Jesús hijo de María. Luego de su ausencia aparecerá con el ascenso de la última estrella, con la devastación de Az-Zaurá que es Ar-Ri, con la ignominia de Muzurra que es Bagdad, con la salida del Sufiani, con la guerra de la progenie de Abbás contra los jóvenes de Armenia y Azerbaiyán. En esa guerra lucharán miles y miles, cada uno blandiendo una espada afilada, y en ella ondearán banderas negras. En esa guerra se presagian la muerte roja y la gran peste», Bihar al-Anwar, vol. 52, pág. 225.

 

Abul Hasan Ar-Reda (a) dijo: «Al-Jidr (a) bebió del agua de la vida. Así que está vivo y no morirá hasta que se sople en la trompeta. Ciertamente, él viene a nosotros saludando con la paz y escuchamos su voz pero no vemos su persona. Él se presenta cuando es mencionado. Así pues, a quien de vosotros lo mencione que lo salude con la paz. Él se presenta en la fiesta de cada año y cumple con todos los rituales. Se para en Arafat asegurando la plegaria de los creyentes. Con él Dios consolará la desolación de nuestro Qaim en su ausencia y con él extinguirá su soledad», Kamal ad-Din, pág. 390.

No hay estructura de ningún edificio que se levante sin pilares, por lo menos tres y lo natural serían cuatro. Este es el caso de la construcción del Estado del Imam Al-Mahdi (a), siendo el Estado de la familia de Muhammad (s) (El Estado de Justicia Divina) el último de los estados que gobernará la Tierra, por el período de tiempo que Dios quiera. Por eso, Dios Glorificado y Altísimo reservó para los demás seguidores de las religiones divinas del libro, a personalidades que en particular ellos esperan y que ya han reconocido previamente la conexión de estas personalidades con Dios y de su envío por parte de Dios sin ninguna objeción a reconocerlos. Si fueran a ellos y reconocieran frente a sus pueblos seguir al dueño de este mandato ellos no se le opondrían ni a él ni a ellos, mientras cada uno crea en el derecho de su compañero y en su espera.

Todas las religiones según Dios son religión islámica, como está en el hadiz del Imam As-Sadiq (a): «… y él (a) dijo: “Y por Dios, oh, Mufaddal, que Dios quitará las contradicciones de los credos y las religiones hasta que toda la religión sea una sola, como dijo el Excelso, cuando recordó {La religión junto a Dios es el islam}, Sagrado Corán – sura «Al Imrán» (La familia de Imrán), 19. Y dijo el Altísimo: {Y quien siga algo distinto al islam como religión, pues no le será aceptado y en la Última será de los perdedores}, Sagrado Corán – sura «Al Imrán» (La familia de Imrán), 85.”»

 Al-Mufaddal dijo: «Dije: “Oh, mi Sayed y mi guardián, ¿y la religión que había en sus padres, Abraham, Noé, Moisés, Jesús y Muhammad (s) era islam?”.

Dijo: “Sí, oh, Mufaddal, era islam, no otra…”».[1]

Entre estos pueblos están hoy los musulmanes que ya se han se separado en facciones. La situación de ellos es la misma de las religiones anteriores. Esperan al Mahdi en dos grupos, los sunníes y los shiíes. Y no me refiero con mis palabras a los grupos que creen que el Mahdi ya nació, ya se levanto y que ya acabó su mandato, sino que me refiero a los que aún lo esperan (a).

Los sunníes esperan a un Mahdi que nazca en el tiempo de su aparición, que su nombre sea como el nombre del Profeta (s) como se narra en el hadiz “su nombre es como mi nombre y el nombre de su padre es como el nombre de mi padre” y en el hadiz “su nombre es Ahmed y es de la progenie de Alí y Fátima”, y que el clamor será con su nombre, como en el hadiz “no es de este ni de aquel, sino que es un califa yamani, etc. Y ellos creen en su derecho y esperan por él (a).

Los shiíes esperan al Imam Al-Mahdi (a), Muhammad hijo de Hasan Al-Áskari (a), que ya ha nacido (a) cinco años antes de la muerte del Imam Hasan Al-Áskari (a), es decir en el año lunar 255 de la héjira. Ellos creen en su derecho y esperan por él (a). Por esto, es distinto a lo que esperan los sunníes según algunas de sus narraciones…

Lo anterior de cada religión se menciona en los libros de la siguiente, pero cada uno interpreta los hadices y las narraciones en función de lo que cree sin dejar espacio al derecho de la otra. Dado que la fuente trascendental de las narraciones y los reportes es la misma, el objeto de discusión es obra de las criaturas, no obra del Creador. Así que cada uno es verídico, por lo menos en la mayor parte de los detalles de los reportes y narraciones, pero el asunto no está exento de la alteración que es el objeto de discusión y al mismo tiempo, este el motivo principal para alterar lo que se comprende de las narraciones y los reportes celestiales y cambiar su dirección. Nadie puede juzgarlas ni indicar la dirección correcta de estas excepto quien proceda de parte de Dios, es decir, el infalible o quien le represente.

Además, el Creador en Su sabiduría, al enviar a los mensajeros a sus pueblos, ellos les daban las buenas nuevas de los mensajeros que vendrían después de ellos y les advertían del tormento que habría en el fin de los tiempos a manos del Qaim. Así que no hay gente de religión que no tenga noticia de él o mención en sus libros.

Quien quiera saber más que vea la respuesta del Sayed Ahmed Alhasan a una mujer cristiana a través de la red de internet que preguntó acerca de la mención de su persona en el Corán, la Torá y el Evangelio. Está en el libro Wasi wa Rasul Al-Imam Al-Mahdi fi Al-Taurá wa Al-Inyil wa Al-Quran (Sucesor y Mensajero del Imam Al-Mahdi en la Torá, el Evangelio y el Corán).

El Sayed Ahmed Alhasan en la respuesta a la pregunta de la mujer cristiana dice: «… Dijo el Altísimo: {Entonces aguarda el día en que venga el cielo con un humo evidente * Cubriendo a los hombres. Este es un tormento doloroso * Señor nuestro, aparta de nosotros el tormento. Ciertamente somos creyentes * ¿Cómo habría para ellos un recordatorio cuando ya ha venido a ellos un mensajero claro? * Luego le dieron la espalda y dijeron: «Es un enseñado, un loco» * Ciertamente, apartaremos el tormento un poco. Vosotros reincidiréis * El día que violentemos la violencia mayor, nosotros nos vengaremos}, Sagrado Corán – sura «Ad-Duján» (El humo), 10-16.

Este humo es un tormento y el tormento va precedido por un mensaje. Dijo el Altísimo {Y no somos castigadores hasta haber enviado un mensajero}, Sagrado Corán – sura «Al-Isra» (El viaje nocturno), 15.

También este humo o tormento es un castigo por desmentir al mensajero enviado a los atormentados mientras está entre ellos, como queda claro por las aleyas, {Luego le dieron la espalda y dijeron: «Es un enseñado, un loco»}.

Además, este humo o tormento revela la fe de la gente de la Tierra en este mensajero después de dejarlos en tinieblas como el tormento que dejó en tinieblas al pueblo de Jonás (a) o Yunus.

También este humo o tormento es semejante a la Resurrección Menor, más bien el impacto menor, como está claro en las aleyas, y después de este solo quedará el impacto mayor y la represalia contra los inicuos.

Por lo tanto, el humo es una de las señales del levantamiento del Qaim y esto ha sido narrado por los imames (a) y va unido a un mensajero. Y es más, este se debe a que la gente de la Tierra desmintiera a este mensajero, así que es un castigo para ellos. {¿Cómo habría para ellos un recordatorio cuando ya ha venido a ellos un mensajero claro?}.

Entonces, ¿quién es este mensajero? ¿Y quién el que ha enviado a este mensajero?». Punto… Al-Yawab al-Munir Aabr al-Izir (La respuesta clara a través del éter), págs. 20-21.

Yo digo que este mensajero es el Primer Mahdi, el primero de los doce mahdis que vienen después de los doce imames. Pues el número de la familia de Muhammad (a) es veinticuatro (doce imames y doce mahdis) como está en el testamento del Mensajero de Dios (s): «De Abu Abdulá (a), de sus padres, del Comandante de los Creyentes (a), que dijo: “El Mensajero de Dios (s), la noche que se moría, dijo a Alí (a): ‘Oh, padre de Hasan, tráeme una hoja y un tintero. Entonces, el Mensajero de Dios (s) dictó su testamento hasta terminar en este punto. Y dijo: «Oh, Alí, después de mí habrá doce imames, y después de ellos doce mahdis. Y tú, Alí, eres el primero de los doce imames». Y citó el hadiz hasta que dijo: «que Hasan lo entregue a su hijo Muhammad, el Reservista de la familia de Muhammad (s). Así que estos son los doce imames. Luego, después de él habrá doce mahdis. Entonces, si se le presenta la muerte, que lo entregue a su hijo, el primero de los mahdis. Tiene tres nombres: un nombre como el mío y como el de mi padre que es Abdulá, y Ahmed, y el tercer nombre, el Mahdi. Y él es el primero de los creyentes», Bihar al-Anwar, vol. 53, pág. 148, vol. 36, pág. 26. Al-Gaiba de At-Tusi, pág. 150, Gaya al-Maram, vol. 2, pág. 241, Mujtasar Basair ad-Darayat – Al-Hilli, pág. 39, Makatib ar-Rasul de Miyanyi, vol. 2, pág. 96.

[1] Hadiz citado en la págs. 51 a 54 de este libro.


Extracto del libro El Yamani prometido, el Argumento de Dios de Haidar Az-Ziadi (a)