CAPÍTULO TERCERO
LA EVOLUCIÓN ES UNA TRADICIÓN DIVINA
El registro fósil del ser humano:
Muchos se imaginan que la religión niega la teoría de la evolución, ya que el registro fósil documenta la evolución del ser humano a partir de los grandes simios que conocemos hoy, de los orangutanes o chimpancés en particular. Mientras que la rama que evolucionó en los demás grandes simios, se separó de la rama que evolucionó en el ser humano hace millones de años. El orangután se separó del ser humano hace más tiempo que el chimpancé, que se considera más cercano al ser humano. Aún el chimpancé se separó del ser humano hace millones de años también, pues el registro fósil ha documentado un ser que se remonta a casi 4.4 millones de años llamado científicamente ardipithecus, o ardi para abreviar. Caminaba erguido sobre dos pies en el bosque africano. Sus colmillos eran pequeños como los colmillos de los seres humanos y no como los colmillos del chimpancé y ahora está incluido científicamente en el árbol de la evolución del ser humano. En resumen, esto quiere decir que el registro fósil documenta una serie de seres erguidos bípedos como el ser humano actual, que abarcan desde hoy hasta hace 4.4 millones de años en el pasado, o talvez incluso antes. Así pues, la historia separó al ser humano del resto de los grandes simios hace unos siete millones de años, hay muchos de estos fósiles que se remontan a millones de años confirmando la existencia de los antropoides, el hombre moderno y el hombre de neandertal evolucionaron de uno de ellos. Entre fósiles que se remontan a más de tres millones de años, está Lucy y el Kenyanthropus.
El registro fósil que se especializa en el ser humano registra el comienzo del antropoide o el hombre de cuerpo erguido (Homo erectus) con una historia que se remonta a casi 2 millones de años. El Homo erectus probablemente podía utilizar el fuego e instrumentos simples como las hachas de piedra y tenía una vida social. El registro fósil documentó en Georgia, en el Cáucaso, a un anciano de los Homo erectus que se mantuvo vivo dos años después de haber perdido sus dientes. Esto talvez signifique que lo alimentaban o le preparaban comida, es decir, que es probable talvez, que el Homo erectus que emigró de África tuviera una vida social, aunque simple.
“Family Ties
Our ancestors had already ventured out of Africa 1.8 million years ago —and settled in the republic of Georgia.
The skull of this old man is human like but small, but the remarkable feature is the mouth. Not only are there no teeth, but nearly all the sockets are smooth, filled in by bone that grew over the spaces.
The jaws look like two crescent moons. Although it’s hard to be sure of his age, ‘it looks like he was maybe about 40, and the bone regrowth shows he lived for a couple of years after his teeth fell out,’ says Professor Lordkipanidze. ‘This is really incredible.’ How did the toothless old man survive, unable to chew his food? Maybe his companions helped him, says Lordkipanidze. If so, those toothless jaws might testify to something like compassion, stunningly early in human evolution.”
«Lazos familiares
Nuestros antepasados ya se habían aventurado fuera de África hace 1.8 millones de años —y se establecieron en la república de Georgia.
… el cráneo es como humano pero pequeño. Pero la característica notable es la boca. No sólo no hay dientes, sino que casi todos los orificios son lisos, llenos de hueso que creció sobre los espacios.
Las mandíbulas parecen dos medialunas. Aunque es difícil estar seguro de su edad, «parece que tenía unos 40 años, y el rebrote de hueso muestra que vivió un par de años después de que sus dientes se cayeran», dice el antropólogo [profesor Lordkipanidze]. “Esto es realmente increíble. ¿Cómo sobrevivió el anciano desdentado, incapaz de masticar su comida? Tal vez sus compañeros lo ayudaron,” dice Lordkipanidze.[1] Si es así, esas mandíbulas desdentadas podrían atestiguar algo como la compasión, sorprendentemente temprano en la evolución humana».[2]
El registro fósil también documenta el surgimiento de una rama del Homo erectus que es el Homo heidelbergensis entre 600 y 800 mil años atrás. Este ser humano (o antropoide) ya podía fabricar lanzas y cazar grandes presas. Tenía un cerebro de gran tamaño. Migró de África y evolucionó en el hombre de Neandertal que se extendió por Europa y sobrevivió hasta su extinción hace casi 24 mil años.
Asimismo, el registro fósil documenta la aparición de un hombre inteligente (Homo sapiens) hace casi 200 mil años, ramificándose del Homo erectus, o del Hombre de Heidelberg. Luego el Homo sapiens completó su forma definitiva y actual, hace casi 100 mil años.
Además, la arqueología registra una localización de instrumentos con la aparición de habilidades del Homo sapiens y su migración hace casi 70 mil años. Esta hégira fue una migración exitosa que dio lugar a la proliferación del ser humano por toda la Tierra. La migración de este pequeño grupo (seleccionado) fue por el camino de Bab-el-Mandeb del Mar Rojo, desde África hasta la península arábiga, durante ese período el agua había bajado, así que el grupo pudo cruzar. Este grupo seleccionado[3] de Homo sapiens de África avanzó por el sur de la península arábiga; por la presencia de manantiales de agua en la costa meridional de la península[4] de ese tiempo, en el que estaba descubierta, antes de que el agua del mar la cubriera como resultado de un aumento en el nivel del mar. Estos manantiales les ayudaron a eludir el desierto de la península, pudiendo cruzar la península arábiga por la línea costera, pasando por los actuales Yemen y Omán, hasta llegar a la región del golfo, actualmente cubierta por el agua. En ese período no estaba cubierta de agua salada, sino que era un valle cálido[5] por el cual corrían ríos que entraban desde el norte (es decir, desde el sur del Iraq actual y del sudoeste del Irán actual). El valle era (el golfo actual) un lugar muy adecuado para la vida, pues estaba lleno de ríos, lagos, marismas, bosques y era cálido, algo muy importante en ese período, en el que la Tierra atravesaba una era de heladas y cruel frío a finales de la última glaciación. Por eso, este valle era un lugar ideal para el crecimiento de los primeros humanos, un lugar lleno de agua dulce, frutas y alimento. Podríamos decir: que era el lugar más favorable para el crecimiento del ser humano inteligente en ese período. Aquí se multiplicaron muchos, algunos emigraron a otras regiones del mundo, un grupo se quedó en este valle hasta la fecha de su inundación, cuando el agua del mar lo inundó. Científicamente, se estima que la fecha en la que el agua inundó el golfo[6] fue entre 8 y 15 mil años antes de Cristo. Después de la inundación, el grupo seleccionado o sobreviviente a la inundación, se trasladó a la región más elevada del sur del Iraq actual y del sur del Irán actual, siguiendo los ríos que fluían hacia su valle fértil, el cual se convirtió en un golfo cubierto de agua salada.[7]
Después de esta inundación, por consiguiente, las zonas más meridionales del Iraq actual que quedaron cubiertas por el agua salada fueron afectadas miles de años por esta inundación, hasta que el agua dulce y las inundaciones de los ríos pudieron arrastrar la salinidad y asentar los sedimentos causando la formación de superficies apropiadas para el cultivo adyacentes a lagunas llenas de peces. Esto empujó a los habitantes a marchar en dirección al golfo otra vez y a los asentamientos en los territorios que habían quedado descubiertos o que estaban sepultados por la inundación. Esto continuó durante miles de años.
En general, podemos considerar que los habitantes de este valle (el golfo actual) han sido los primeros dueños de la civilización humana sobre la faz de la Tierra y que comenzaron con la formación de las aldeas sumerias o acadias en el sur de Iraq, anteriores a la civilización sumeria-acadia que llegó hasta nosotros. Por lo tanto, podemos decir que fueron los primeros sumerios o aquellos antepasados de los que hemos leído en las escrituras sumerias de las tablillas de arcilla, en las cuales los elogiaban, así como a su civilización y a sus supremos valores morales.
Además, estos primeros sumerios o digamos, los predecesores de los sumerios, se propagaron por el resto de la Tierra, pues se trasladaron a Egipto y construyeron las bases de la antigua civilización egipcia, anterior a la civilización egipcia que llegó hasta nosotros. Según los últimos estudios genéticos, el ser humano de hoy sobre la Tierra, si no proviene de los se quedaron en África, su origen pertenece a este pequeño grupo seleccionado que emigró desde África hasta el sur de la península arábiga (el Yemen, Omán y los emiratos actuales), luego hacia la cuenca fértil (el golfo actual) y luego al mundo, o hacia el sur de Iraq y luego desde ahí también, hacia el mundo. Las condiciones naturales posteriores no ayudaron en África a muchos de los que se quedaron allí, como sí ayudaron a los pocos que emigraron de ella, por esto el grupo seleccionado se multiplicó en gran medida y llenó la Tierra,[8] hasta que llegó la situación de emigrar en sentido inverso, del valle fértil y el sur de Iraq hacia el norte de África, pues los habitantes de África —desde Egipto hasta el Magreb árabe e incluso Sudán— son emigrantes del valle y del antiguo sur de Irak según algunas investigaciones genéticas. De esta manera, el grupo seleccionado (elegido) logró prevalecer y dominar, primero se salvó de las primeras condiciones en África, segundo de ahogarse en el golfo y, por último, volvió y colonizó el norte de África.
Según el registro fósil el hombre moderno (el Homo sapiens), después de su emigración hacia Europa, durante aproximadamente 15 mil años, coexistió con otro hombre, el hombre de Neandertal, que había aparecido anteriormente del mismo antepasado, el Homo erectus o de Heidelberg en África, como se aclaró anteriormente. Sin embargo, la migración del Homo erectus de África fue desde el norte hasta llegar al extremo de Asia. Hemos encontrado restos de antropoides que evolucionaron del Homo erectus hasta en Indonesia y China. El neandertal que había evolucionado del de Heidelberg utilizaba el fuego y en ocasiones enterraba a sus muertos. Luego el neandertal se extinguió, hace aproximadamente 24 mil años, para que solo quede en la Tierra el hombre moderno inteligente.
[1] El Profesor David Lordkipanidze es un arqueólogo y antropólogo georgiano que descubrió el fósil llamado Homo Georgicus.
[2] Fischman (2005). Lazos familiares. Sitio del National Geographic. Fischman (2005). Family Ties. National Geographic Magazine. Available at:
http://ngm.nationalgeographic.com/print/2005/04/dmanisi-find/fischman-text
[3] La cuestión de la emigración puede para la ciencia darse por hecho, por la abundancia de evidencias de ella, pero lo que no se puede explicar con exactitud es el paso de aquellos a través de Bab el-Mandeb, pues aunque el agua hubiera retrocedido, habría varios kilómetros de agua del mar que deberían superar, y esto plantea varias cuestiones difíciles de responder sin decir que el proceso de conseguir atravesarlo no era algo natural, pues ¡¿cómo podrían haber navegado varios kilómetros sin tener ninguna tecnología o flotador para moverse en una dirección específica?! ¡¿Por qué cruzan?! ¡¿Y qué fue lo que les obligó a esta aventura y travesía hacia lo desconocido?! ¡¿Por qué no hubo muchas travesías si era algo accesible o fácil, o si había en ellos algún gran beneficio tentador para el instinto animal de todos?! Por lo tanto, no podemos imaginar esta travesía como algo absurdo y que en ella no hubiera alguna selección o elección, y si decimos que fueron una elección oculta las circunstancias apropiadas para la travesía de este grupo elegido, entonces por lo menos se trata de una elección natural según la teoría de la evolución, pues los que atravesaron el Bab el-Mandeb fueron un grupo diferenciado de los demás, y lo mínimo que lo distingue es su capacidad de atravesar varios kilómetros de agua del mar sin los demás.
[4] Video que ilustra la existencia de manantiales de agua dulce: Canal de video del libro La Ilusión del Ateísmo (04/09/2013). El viaje del hombre desde África – Dra. Alice Roberts. Disponible en: http://www.youtube.com/watch?v=1QEzv5OE5nA
[5] El calor significaba mucho, especialmente durante la glaciación por la que pasó la tierra y terminó hace aproximadamente 10 mil años. El calor de este valle y la abundancia de alimentos garantizaron el crecimiento del número de Homo sapiens y su propagación desde allí, después de esto, hacia todas las regiones de la tierra.
[6] Es decir, aproximadamente al final de la Glaciación, cuando se derritieron los hielos y subió el nivel del mar.
[7] Pues no sería razonable, por ejemplo, que se dirigieran hacia el desierto conociendo la región y sabiendo que la fuente de agua dulce estaba al norte de la región del valle fértil o golfo actual.
[8] Cabe mencionar que los chinos creen que son de una especie diferente al resto de los humanos, ya que los chinos creen que se remontan al Homo erectus que emigró de África desde un primer momento, y esta teoría se enseña en China basada en algunos fósiles que se han descubierto allí. Sin embargo, recientemente, el profesor Xin Lee, un importante genetista chino, realizó una investigación científica en la que tomó ácido desoxirribonucleico de más de 160 sudoraciones del Asia oriental y dijo que no encontró ni una sola entre los miles de muestras que tomó que pudiera considerarse descendiente del antiguo Homo erectus. De hecho, declaró en la BBC que cada persona en China y Asia oriental se remonta al grupo africano emigrante del Homo sapiens, que descendió del Homo erectus. Dijo que a pesar de ser chino y de haber estado enseñando que los chinos se diferencian y que provienen de una especie diferente, deseando encontrar algo diferente, los resultados y las evidencias científicas a las que llegó fueron demasiado evidentes, que el hombre en cada región de la tierra no es diferente, y que todos somos parientes, por lo tanto, todos debemos ser felices. Investigación publicada en la revista americana Science News, edición 154, número 14, 3 de octubre de 1998, titulada: “Asian DNA enters human origins fray”.
http://www.sciencenews.org/pages/sn_arc98/10_3_98/fob1.htm
[9] Ilustración del libro Underworld: The Mysterious Origins of Civilization (Inframundo: Los Misteriosos Orígenes de la Civilización) – Graham Hancock
Extracto del libro La ilusión del ateísmo de Ahmed Alhasan (a)