Por Dios que no ha salido ni se ha puesto el sol
sin que mi amor por ti vaya atado a mi aliento,
ni me he sentado con un grupo para conversar con ellos
sin que tú seas mi conversación entre los presentes,
ni te he mencionado triste o alegre
sin que tú estés en mi corazón entre mis pensamientos,
ni he deseado beber agua por la sed
sin ver una imagen tuya en la copa.