• Categoría de la entrada:La ilusión del ateísmo
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Aquí está lo más importante que distingue al caso de los sumerios (los acadios) —que hemos elegido— en términos de cultura y civilización, del comportamiento animal y el comportamiento homínido como el del Homo erectus o el Homo sapiens antiguo (anterior a la civilización):

Criterios éticos como la justicia:

Las leyes se elaboraron para regular las interacciones entre individuos y para lograr la justicia social. Encontramos en la literatura sumeria normas éticas muy elevadas como el altruismo y la preferencia con el otro por sobre uno mismo.

«Si hemos de creer a sus propias crónicas, resulta que los sumerios apreciaban mucho la bondad y la verdad, la ley y el orden, la justicia y la libertad, la rectitud y la franqueza, la piedad y la compasión. Aborrecían el mal y la mentira, la anarquía y el desorden, la injusticia y la opresión, las acciones culpables y la perversidad, la crueldad y la insensibilidad. Sus reyes se jactaban constantemente de haber hecho imperar la ley y el orden en sus ciudades o en el país, de haber protegido a los débiles contra los fuertes y a los pobres contra los ricos, de haber exterminado el mal y de haber establecido la paz. El documento del que ya he hablado en el capítulo VI nos informa de que Urukagina, rey de Lagash, que vivía en el siglo XXIV a. de J. C., se sentía muy orgulloso de su acción: había devuelto la libertad y la justicia a sus conciudadanos, largo tiempo oprimidos; había desembarazado al Estado de funcionarios parásitos, había puesto fin a la arbitrariedad y a la explotación inicua; la viuda y el huérfano habían encontrado en él un protector. Ur Nammu, fundador de la tercera dinastía de Ur, promulgó, antes de que hubieran transcurrido cuatro siglos, un código, cuyo prólogo enumera muchas de las medidas que él había tomado en favor de la moralidad pública: había puesto fin a los abusos sin nombre ni tasa de los funcionarios, había regularizado las pesas y las medidas, con objeto de poder garantizar la honradez del comercio, y había hecho de suerte que las viudas y los huérfanos, así como los pobres, quedasen protegidos de los malos tratos y de las injurias. Cosa de dos siglos más tarde, Lipit-Ishtar, rey de Isin, promulgaba a su vez un nuevo código. En él, este rey pretendía haber sido designado por los grandes dioses An y Enlil para “reinar sobre el país, a fin de establecer la justicia en sus territorios, hacer desaparecer todo motivo de queja, echar por la fuerza de las armas a los elementos enemigos y rebeldes y traer el bienestar a los habitantes de Sumer y Accad”. De una manera general, los himnos dedicados a los soberanos atestiguan el grandísimo interés que éstos tenían en pasar por hombres virtuosísimos».[1]

Este es un texto traducido de los documentos sumerios que describen a la diosa Nanshe:

«La que conoce al huérfano, la que conoce a la viuda, La que conoce la opresión del hombre por el hombre, la que es la madre del huérfano. Nanshe, que cuida a la viuda, Hace que se administre (…) justicia (…) al más pobre (…). Ella es la reina que atrae al refugiado a su regazo, Y la que encuentra un refugio para el débil».[2]

El comportamiento social organizado:

Como el establecimiento de un estado y un gobierno, la organización de la agricultura, la elaboración de un calendario agrícola, la organización de la medicina, la elaboración de una farmacopea, las ocupaciones administrativas como la designación de alcalde, de oficial, de embajador, de director de biblioteca… etc.

Organización de escuelas y métodos de enseñanza:

El Dr. Kramer dice:

«En Sumer, la escuela procede directamente de la escritura, de esa escritura cuneiforme cuya invención y desarrollo representan la contribución más importante de Sumer a la Historia de la Humanidad. Los documentos escritos más antiguos del mundo fueron descubiertos en las ruinas de la antiquísima ciudad de Uruk, formando, en conjunto, más de mil pequeñas tablillas “pictográficas”, la mayor parte de ellas a modo de agendas burocráticas y administrativas. Pero un cierto número de estas tabletas llevan listas de palabras para que se aprendan de memoria, a fin de poderlas manejar con mayor facilidad. Dicho, en otros términos: desde 3.000 años antes de la era cristiana, los escribas pensaban ya en términos de enseñanza y de estudio. Los progresos en esta dirección durante los siglos siguientes no fueron, ciertamente, nada rápidos. Sin embargo, hacia mediados del tercer milenio, debía haber por todo el país de Sumer cierto número de escuelas donde se enseñaba la práctica de la escritura. En la antiquísima Shuruppak, cuna del Noé sumerio (ver el cap. XX), se descubrieron, entre 1902 y 1903, gran cantidad de “textos escolares” que databan del año 2500 antes de J. C., o por ahí. Pero fue en la segunda mitad de este tercer milenio cuando el sistema escolar sumerio se desarrolló, progresando mucho. Se han descubierto decenas de millares de tablillas de arcilla que datan de este período, y es casi seguro que todavía quedan centenares de millares de ellas enterradas, esperando las excavaciones venideras. La mayor parte de estas tabletas son del tipo “administrativo” y nos permiten seguir, una tras otra, todas las fases de la vida económica sumeria. Por ellas sabemos que el número de escribas que practicaban su profesión durante este mismo período alcanzaba a varios millares. Había escribas subalternos y escribas de alta categoría; escribas adscritos al servicio del rey y escribas al servicio de los templos; escribas especializados en tal categoría particular de la actividad burocrática; escribas, en fin, que podían ascender mucho de categoría, hasta llegar a ser altos dignatarios del Gobierno. En el tercer milenio antes de la era cristiana, estos “libros de clase” fueron complicándose de siglo en siglo y, progresivamente, se fueron transformando en manuales, más o menos estereotipados, de uso en todas las escuelas de Sumer. En algunos de ellos se encuentran largas listas de nombres de árboles y de cañas, de animales de todas clases, pájaros e insectos inclusive; de países, de ciudades y pueblos; de piedras y de minerales. Estas complicaciones revelan la existencia entre los sumerios de notables conocimientos en cuestiones de botánica, zoología, geografía y mineralogía, y éste es un hecho inédito del que sólo ahora empiezan a darse cuenta los historiadores de la ciencia».[3]

La literatura

La literatura que llegó hasta nosotros en las tablillas de arcilla de Sumeria expresa el más alto nivel de valores morales en la mejor forma literaria, codificada en algunos casos con símbolos que permiten al escritor prescindir de decenas de frases. Además de la elevada sabiduría que contiene esta literatura, tristes y dolorosas situaciones que tocan la conciencia humana y hacen al lector compadecerse con aquellas personalidades ejemplares y sabios portadores de una moral superior que sufren heridas y asesinato por cumplir propósitos nobles, como: Gilgamesh y Dumuzi. Aún más, describe los lamentos y el llanto de los que no habían auxiliado a estas personalidades porque representaban causas justas y habían sido oprimidos.

Aunque los sumerios los retratan como a dioses sin embargo cuando se lee la vida de estas personalidades en las tablillas de arcilla sumerias se sabe que son del género humano, pues comen, beben, duermen, se casan y tienen hijos. Está claro que fue simplemente un proceso de distorsión de la religión divina y aquellos dioses no eran sino un grupo oculto de representaciones de los profetas, los justos, los ángeles y también de uno mismo y del mundo, pues la cuestión de la exageración y la distorsión en la religión ha sido constante desde que Dios creó a Adán. Puede ser que en algunos casos “dios” no se refiera al Dios absoluto, sino a todo lo que puede ser deificado. Ya he explicado en el Libro del Monoteísmo el significado de “divinidad” y “señorío”, que son términos que pueden aplicarse originalmente a la creación.[4]

«Este mito ilustra vívidamente el carácter antropomórfico de los dioses sumerios. Hasta el más poderoso y sabio de ellos fue referido como humano en forma, pensamiento y obra. Como el hombre, planeaban y actuaban, comían y bebían, se casaban y formaban familias, sostenían grandes hogares y eran adictos a pasiones y debilidades humanas. En general tenían preferencia por la verdad y la justicia antes que, por la falsedad y la opresión, pero sus motivos no eran de ninguna manera claros, y el hombre a menudo falla al intentar entenderlos».[5]

Cuando leemos las tablillas de arcilla de Sumeria encontramos que los sumerios en su literatura estaban buscando al salvador de la especie humana de su animalidad. Algunas de estas personalidades divinas fueron descriptas como el salvador redentor esperado y como símbolo humano de justicia, cuya aparición esperaban los sumerios. Entonces, ¡¿cómo puede explicarse la publicación de estas epopeyas literarias intelectuales de repente, sin decir que haya ocurrido un salto civilizador enorme?! ¡¿Cómo puede imaginar una persona razonable, que el Homo sapiens haya alcanzado este nivel intelectual sofisticado e ideal, sin la presencia de algo nuevo que haya entrado a la ecuación y cambiado todo de esta manera, apareciendo de repente en la Mesopotamia?!

«La producción literaria de la civilización mesopotámica es en particular consecuente en la historia de la literatura humana porque para nosotros representa el primer intento de un ser humano por expresar la vida, sus valores y su significado utilizando la ficción y el arte. Aunque este fue el primer intento en la historia de la evolución humana, lo más destacado que encontró el investigador de la literatura mesopotámica es que, aunque es sumamente antigua y precede a toda la literatura mundial, tiene los atributos fundamentales que distinguen a la literatura mundial reconocida. Esta es la cuestión desde el punto de vista de estilo y método de expresión, así como desde el punto de vista de contenido, imaginación e imaginería artística».[6]

Los sumerios se consideraban los herederos de la civilización, de la literatura, de la moral y de los altos valores que les precedieron. De hecho, añoraban los días pasados, como claramente se ve en la Epopeya de Enmerkar y la Tierra de Aratta.

Producción científica e industrial

Lo más importante que distingue a los sumerios es la existencia de un sistema educativo, es decir, escuelas, profesores, libros de texto y organización de la enseñanza. Los sumerios tenían grupos ocupacionales, con lo cual se demuestra la magnitud del salto cultural y civilizador de esta nación, pues los sumerios tenían profesores, médicos, escritores, arquitectos, panaderos, carniceros, cocineros, artesanos de la caña, alfareros, escultores y grabadores, carpinteros, fabricantes de herramientas y pesos, constructores de buques y sastres. Tenían fabricación y uso de instrumentos de ingeniería complejos como la regla de cálculo de astronomía, industria metalúrgica como la del bronce, industria del cuero, fabricaciones de sierras, cinceles, martillos, arcos, clavos, alfileres, anillos, palas, hachas, cuchillos, puntas de flecha, espadas, escudos, pegamentos, maletas, cuadrigas de guerra, calzados, fabricación de ruedas, industria del riego, construcción de acueductos, fabricación de alquitrán y pavimentación de calles. Hasta hoy existe la calle Maukab en la antigua ciudad de Babilonia. Fue pavimentada con alquitrán sumerio hace miles de años y la fecha se remonta a antes de Cristo.

Los sumerios desarrollaron las materias de álgebra, geometría y algunos sistemas numéricos. Fueron ellos quienes elaboraron las tablas de multiplicar y los problemas matemáticos de división. Toda la humanidad hoy está en deuda con los sumerios porque ellos establecieron el sistema sexagesimal. Los sumerios elaboraron una representación exacta del sistema solar donde se muestra cómo la Tierra y otros planetas giran alrededor del Sol. Incluso representaron al sistema solar con planetas que no fueron descubiertos sino hasta mucho después por medio de un telescopio… etc.

Toda esta producción científica e industrial sumeria y mucho más que no he mencionado, representa una huella clara de un salto cultural y civilizador que dio lugar finalmente a toda esta producción. No se ha leído en los restos arqueológicos ni en lo que han escrito los sumerios siquiera ningún proceso gradual razonable que se oponga al hecho de que lo que ocurrió con la cultura sumeria —la cultura humana más antigua— fue un salto civilizador. Es más, los sumerios escribieron lo opuesto, señalando que sus antepasados eran mejores que ellos. Entonces, ¿hay alguien racional que diga: que esto no es el resultado de un salto cultural y civilizador que ocurrió en un tiempo anterior en esta parte del mundo? La cuestión de la evolución de la civilización y la cultura sumerias a partir de una cultura atrasada es una simple hipótesis sin ninguna evidencia, así pues, quien cite una investigación científica primero debe aceptar los datos traídos por los mismos sumerios, de que su civilización y cultura han sido heredadas de una civilización y cultura superiores, anterior a la de ellos, pues los antepasados de los sumerios no estaban más atrasados en términos de cultura y civilización que los mismos sumerios. Sí, talvez la cultura de ellos no llegó escrita por sus manos como los sumerios, sobre todo por ser pocos en la cuna humana. Muchas otras razones, entre ellas: el Diluvio, las condiciones naturales, la falta de posibilidades materiales que los sumerios tenían para trasmitir su civilización y cultura escritas con sus manos. Sin embargo, los sumerios en muchos casos no eran sino trasmisores de una cultura y una civilización anterior a ellos. Así los encontramos recitando historias de la inundación de Noé (con él sea la paz) en la Epopeya de Gilgamesh, y les encontramos elogiando la cultura de sus antepasados, como está en la Epopeya de Enmerkar y la Tierra de Aratta.

La religiosidad y el interés por lo sobrenatural

Los relatos sumerios, acadios y babilonios de la Mesopotamia sobre la religión son enormes, talvez sea mayor que los relatos religiosos trasmitidos por la historia antigua. Además, son los más antiguos de la historia humana. Son relatos con un gran número de dioses, e incluso la religión sumeria contiene el símbolo justo y salvador de la especie humana de su animalidad, el símbolo del cual prácticamente ninguna religión está libre.

Quien crea que la religión sumeria es un tipo atrasado de las religiones primitivas debido a la cantidad de dioses debería reconsiderarlo e investigar con más precisión; porque la religión sumeria no se diferencia de las religiones que vinieron después de ella, ni hablar de que las religiones humanas posteriores a ella fueron construidas sobre las bases de la religión sumeria. En cuanto a los numerosos “dioses” como a veces los llaman los sumerios, pues los encontramos en los relatos y las epopeyas de las tablillas de arcilla sumerias descriptos como humanos o reyes sabios, pues se casaban, procreaban, mataban, oprimían y la gente lloraba por ellos, o solamente eran un símbolo. Así que no es difícil entender que la señora de los dioses, Ishtar, sea el mismo mundo, cuando la encontramos lamentándose por los ahogados en el Diluvio de Noé (Utnapishtim):

«Las diosas gritaban como mujeres de parto, Gimió Belet-ili, cuya voz es tan dulce: “Los tiempos de antaño se han convertido en arcilla, porque hablé con maldad en la asamblea de los dioses. ¿Cómo pude hablar con maldad en la asamblea de los dioses, y declarar una guerra para destruir a mi pueblo?” Yo fui quien las dio a luz, esas personas son mías. Y ahora, como peces, llenan el océano».[7]

Quien examine el relato de la religión sumeria talvez se encuentre leyendo un relato religioso completamente simbólico. Encontrará un relato de las tres religiones y el Redentor, o Salvador, o Mahdi. Encontrará que los dioses sumerios no son sino personas y símbolos de toda cosa que pueda ser deificada con verdad o falsedad, como los profetas, los sucesores justos de Dios de la descendencia de Adán (con él sea la paz), o como el mundo, el yo y el grupo.

Ahora, tenemos derecho a decir: que no hay nadie racional que diga que toda esta avanzada producción que claramente apareció en la página de la historia hace miles de años haya venido de la nada, o que haya evolucionado de una cultura atrasada y primitiva, cuando no existe ninguna huella subsecuente de la supuesta evolución cultural, especialmente después de que los mismos postulados sumerios han refutado cualquier argumento construido sobre la ilusión, sin basarse en ninguna evidencia que sugiera que la cultura, la civilización y el comportamiento avanzados de los sumerios, hayan evolucionado de pueblos primitivos.

Ahora, tenemos derecho a preguntar: ¿no indica esta producción, que esta entidad que la produjo o la trajo, se caracteriza por estar organizada, y que, por consiguiente, su causante se caracteriza por ser organizador y sabio? Con esto se demuestra la existencia de Dios. Creo que cualquier persona racional que no se incline a la terquedad y la testarudez dirá: sí.

Por último: en este texto se muestra que la cultura sumerio-babilónica no es sino una herencia de la cultura y la civilización humana más antigua, talvez más desarrollada moral y conductualmente que la civilización sumeria que llegó a nosotros según las tablillas de arcilla sumerias. En la Epopeya de Enmerkar y la Tierra de Aratta dice:

«En otro tiempo hubo una época en que los países de Shubur y de Hamazi, Sumer donde se hablan tantas (?) lenguas, el gran país de las leyes divinas de principado, Uri, el país provisto de todo lo necesario, El país de Martu, que descansaba en la seguridad, El universo entero, los pueblos al unísono (?) Rendían homenaje a Enlil en una sola lengua. Pero entonces, el Padre-señor, el Padre-príncipe, el Padre-rey, el Padre… continúa una pequeña charla intermitente y luego cinco líneas perforadas de la epopeya».[8]

Este texto no es el único en el que se muestra la opinión sumeria de su civilización, su cultura y su ciencia. Muchos investigadores especialistas en los sumerios o en la historia antigua de la Mesopotamia han notado que estos pueblos, que según nosotros representan la civilización terrestre más antigua, se consideran a sí mismos herederos de una civilización. Incluso consideran que el origen de esta civilización, de esta cultura y ciencia, es celestial y divino.

Charles Virolleaud dice:[9]

«Según la opinión de los babilonios, los humanos no alcanzaron lo que los distingue de los animales: labrar la tierra y construir ciudades gracias a la investigación, las excavaciones, las experiencias y varios esfuerzos o interacciones. En realidad, ellos recibieron todo el conocimiento de una vez de los dioses».[10]

Los manuscritos que han nos han llegado de ellos hablan de que su civilización, su cultura y su ciencia habían sido heredadas de quienes les precedieron. Sobre aquellos predecesores dicen: que eran más éticos y más sabios. Además de todo esto, nos presentan el relato completo cerrando la puerta a las disciplinas ateas, pues ellos muestran que el origen de esta ciencia, cultura y civilización son el cielo y la divinidad. Entonces, ¿cómo esperan los ateos que una persona razonable que respeta su intelecto dé la espalda a todos estos hechos científicos y vaya jadeando tras un espejismo que no lleva a ningún hecho científico? No son sino meras ilusiones construidas solo sobre deseos y un rechazo obstinado a hechos científicos establecidos y completamente demostrados; porque son manuscritos de nuestros antepasados de la tierra de Sumeria y Acadia, que son la cuna de la humanidad y la cuna también de la civilización humana. Así pues, si se demuestra que esta característica del ser humano (el pensamiento y la consciencia a este nivel) ocurrió repentinamente en un período determinado entonces significa que hay un causante sabio que es el que la produjo.

[1] Fuente: Kramer, La historia empieza en Sumeria, págs. 101-102. El Dr. Samuel Noah Kramer (1897 – 1990). Experto de renombre mundial en historia y lengua de Sumeria.

[2] Fuente: Kramer, La historia empieza en Sumeria, págs. 104.

[3] Fuente: Kramer, La historia empieza en Sumeria, págs. 27.

[4] «Divinidad: la divinidad en un sentido general, incluye al Completo, al que las criaturas deifican para alcanzar su perfección y enmendar su imperfección. Es similar al señorío porque incluye al padre, considerado el Señor de la familia, e incluye al Sucesor de Dios en su Tierra, considerado Señor de la Tierra, {Y se ha iluminado la Tierra por la luz de su Señor}. De As-Sadiq (con él sea la paz) que dijo sobre este versículo: [el Señor de la Tierra es el Imam de la Tierra, le dijeron: ¿y si sale qué pasará? Dijo: los hombres prescindirán de la luz del sol y de la luz de la luna por la luz de él, y se contentarán con la luz del Imam, con él sea la paz]. El señorío incluye en este mundo físico: a quien cubre las necesidades de otra persona, pues para él se trata de un criador, porque cubre sus faltas —y satisface sus necesidades— en este mundo físico. Por esto encontramos que José (con él sea la paz) que es un profeta en el Sagrado Corán, se refiere al Faraón con respecto al escanciador de vino, como a “su señor”. {Y dijo al que pensaba ser salvado de los dos: Recuérdame junto a tu señor. Y le hizo olvidar el demonio recordárselo a su señor, así quedó en la prisión varios años}. Además, José, se refiere al soberano de Egipto que veló por la vida de José y le cuidó, como a “mi señor”, {Y trató de seducirlo aquella, de la cual él estaba en su casa, de su alma. Y cerró las puertas y dijo, Ven, tú. Él dijo: Sea refugio Dios. Ciertamente él es mi señor, me ha dado alojamiento. Ciertamente, no triunfan los injustos}. El que le había dado alojamiento según lo aparente en este mundo físico, fue el soberano de Egipto, {Y dijo el que lo compró de Egipto a su mujer, Agasájalo, quizás nos beneficie o lo adoptemos como hijo. Y así dimos un lugar a José en la Tierra y para enseñarle la interpretación de los sucesos. Y Dios es un Vencedor en su asunto, pero la mayoría de los hombres no saben}. Divinidad, de esta manera, incluye lo demás que es deificado para enmendar la imperfección y la necesidad existente en su escenario, pues el nombre de Dios (Dios) se deriva de ilaha (divinizar)…» del Libro de Monoteísmo, para más detalles puede ver el libro “Ahmed Alhasan: Libro de Monoteísmo – Interpretación de sura Al-Fátiha), primera edición – 1431 H, 2010.

[5] Fuente: Kramer, La historia empieza en Sumeria.

[6] Fuente: Taha Baqir, La Epopeya de Gilgamesh.

[7] Fuente: Taha Baqir, La Epopeya de Gilgamesh.

[8] Fuente: Kramer, La historia empieza en Sumeria.

[9] Charles Virolleaud (1879 – 1968) fue profesor francés y catedrático en la universidad de la Sorbona de París. Investigador especializado en estudios semitas, sumerios e iraníes.

[10] Fuente: Virolleaud, Leyendas de Babilonia y Canaán.


Extracto del libro La ilusión del ateísmo de Ahmed Alhasan (a)