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APÉNDICE 2

Estas son algunas respuestas a algunas opiniones publicadas que me ha hecho llegar uno de los creyentes, que Dios lo guarde, y que me ha pedido que responda. Las he respondido y he aclarado la verdad como apéndice porque originalmente no estaban dentro del delineamiento del libro. Mi comentario empieza con la palabra “respuesta” y finaliza con la palabra “fin”.

Hadi Al-Modarresi

Los extractos respondidos son trascripción del libro: El colapso de la teoría darwiniana y la caída de las teorías subsecuentes, Hadi Al-Modarresi.

«El doctor Emile Quinoa reconoce esto ya que dice: a pesar de que la mutación es la única explicación que se puede mencionar en el caso de la aparición de especies, sin embargo, no hemos observado hasta ahora ni una sola mutación que haya provisto un órgano nuevo en un organismo o un cambio sustancial en él.

Añade que las mutaciones ocurren a través de una serie de procesos fortuitos.

No sabemos cómo puede por casualidad, aparecer un órgano nuevo en un organismo sabiendo el tiempo que necesita el cambio de decenas de especies para “un órgano nuevo” en un ser vivo.

Suponiendo que “algún ojo” haya aparecido de repente en un organismo por casualidad, ¿entonces el organismo puede ver con él de repente?

No… por supuesto. Porque la visión —no es simplemente un proceso que realiza el ojo. Si suponemos que el ojo en sí —haya aparecido de repente, entonces ¿qué es lo que le ha proporcionado las nueve capas de retina cuya última capa está formada por treinta millones de tallos y tres millones de conos?

¿Qué es lo que le ha proporcionado millones de nervios que corrigen la vista para su normalidad?

¿Qué es lo que lo conecta con los demás órganos para coordinar su funcionamiento hasta poder ver en un segundo más de 500,000,000,000,000 de destellos luminosos?

Supongamos que las aves eran organismos no voladores pero que de repente hayan conseguido alas, ¿pero es que acaso son suficientes las alas para volar?

Volar es un proceso que necesita de muchos factores como el equilibrio relativo entre el cuerpo y el ala, como la compatibilidad entre el ala y los órganos y decenas de otros factores… entonces ¿cómo podría ocurrir esto fortuitamente?».[1]

Respuesta: las palabras son incorrectas, pues la teoría de la evolución en ningún momento dice que los órganos compuestos hayan aparecido de repente con una sola mutación. Entonces, ni el ojo ha aparecido de repente con una sola mutación ni las alas han aparecido de repente con una sola mutación, sino con pequeñas mutaciones que apenas se perciben, pero son de un efecto tal, que el organismo que las posee logra una ventaja comparativa sobre los demás, siendo más capaz de sobrevivir entre sus pares y, por ende, tiene mayores probabilidades de trasmitir sus genes a la siguiente generación. Con la acumulación de estas mutaciones de mejoramiento durante millones de años, se forman los órganos complejos y compuestos. Por esto no hay casualidad ni problema de probabilidades.

En realidad, en este argumento planteado por el autor se ve que el autor del libro no conoce ni el ABC de la teoría de la evolución, la cual ya ha respondido a esto. Fin.

«4- Las mutaciones no se heredan excepto un porcentaje muy pequeño si hay apareamiento entre dos organismos que tienen la mutación en el mismo órgano.

Por ejemplo, si a un ratón se le cae la cola por una mutación, sus pequeños pueden venir sin cola si el apareamiento es con una ratona afectada con la mutación de “cola caída” dentro de condiciones especiales de muy escasa disponibilidad, como la existencia del mismo clima o como el cambio del entorno… etc.

En cuanto a la tasa de herencia de mutaciones en condiciones distintas a estas son de uno en diez mil. Pues el ratón cuya cola se cae por la mutación, si se aparea con una ratona que tiene cola, necesita engendrar diez mil generaciones para que una sola generación pueda heredar de él la ausencia de una cola.

Con esta situación, la edad de la Tierra no es suficiente en modo alguno, para que aparezca la cantidad de especies que se encuentran sobre ella.

La edad promedio razonable de la Tierra es de dos mil millones de años, entonces ¿cómo es que la vida en este corto período llegó a formar decenas de millones de especies animales, decenas de millones de insectos y decenas de millones de plantas?

¿Cómo se propagó esta enorme cantidad por todas partes de la superficie de la Tierra?

¿Cómo es que a través de estas especies animales vino la criatura superior que llamamos ser humano?

No sabemos cómo se puede creer en esto, pero sí sabemos muy bien que la teoría darwiniana se erige sobre la completa adopción de cambios puramente casuales.

En cuanto a estos cambios, el matemático “Bato” ya los calculó.

Y concluyó en que para que se complete “un cambio nuevo” en un determinado género podrían pasar un millón de generaciones. Pensemos en el caso del perro, que el darwinismo afirma que es el abuelo mayor del caballo, ¿cuánto tiempo —según lo dicho por el matemático Bato— transcurrirá hasta convertirse en un caballo?».[2]

Respuesta: las palabras anteriores no proceden de la ciencia, pues las mutaciones consisten en cambios en el mapa genético que forma al cuerpo del ser vivo. Desde luego que afecta a la formación de los cuerpos de las siguientes generaciones y son heredados al igual que otros genes. No es necesario que los dos padres simultáneamente porten el gen de la mutación para trasmitirlo a la siguiente generación, pues es suficiente con que uno de ellos lo lleve. Con respecto al tiempo que la Tierra pone a disposición según la historia geológica no solamente es suficiente para la evolución, sino que sobra, ya que los biólogos evolucionistas tienen varias teorías que explican las causas de la lentitud de la evolución o su suspensión en algunos momentos. En cuanto a imponer lo de las probabilidades, pues ya he explicado por qué no es válido para refutar la teoría de la evolución; porque la evolución es acumulativa. Sí, el argumento de las probabilidades solo sirve para refutar las teorías o las hipótesis del surgimiento o el comienzo de la vida sobre la Tierra. Fin.

«La semejanza exterior:

Debido a la semejanza actual entre simios y humanos, la teoría darwiniana dice que el ser humano es la evolución directa del simio, y que las condiciones simiescas y humanas estuvieron en conflicto largo tiempo en el ser humano, pues la simiesca buscaba preservarse, pero el entorno buscaba crear al ser humano, y puesto que el ser humano era de características superiores terminó venciendo al simio y evolucionando a partir de él. En cuanto a los cambios que sucedieron en ellos, son un resultado del entorno en el que vivía. Por ejemplo: su rostro se redondeó debido a que solía vivir sobre los árboles y se quedaba mirando hacia el suelo para que la presión cayera sobre su rostro y este se redondeara.

En cuanto a la cola, pues ya estaba ausente, porque se arrastraba sobre la tierra, lo cual causaba una fricción trasera que luego la eliminó».[3]

Respuesta: palabras que tampoco son científicas. La pérdida de la cola en los grandes simios y lo que clasifica al cuerpo biológico del ser humano como una de estas especies, no fue causada por una fricción trasera de esta manera. Él imagina la cuestión como si fuera una amputación de la cola como resultado de la fricción, cuando cualquier cambio en la evolución, sin importar lo simple que sea, es causado por una mutación genética. Esta mutación debe ser adecuada para el ser vivo y su entorno, de modo que aumente la ventaja del ser vivo situándolo más cerca de la supervivencia y la reproducción que a otros. En consecuencia, esta mutación se trasmite a la siguiente generación, y el proceso de eliminación, o digamos reducción del órgano, no finaliza con una mutación sola, sino con una gran cantidad de mutaciones. Fin.

«El estancamiento del darwinismo en el caso de las plantas

Si al darwinismo se le hiciera la siguiente pregunta:

¿Por qué evolucionan las plantas?

Respondería inmediatamente: por necesidad. Por ejemplo, las plantas vivían en el mar hace millones de años, con una forma simple de planta, con un cuerpo tan suave que si se exponía al Sol se secaba inmediatamente. La necesidad de una madera que lleve su humedad y la proteja haciéndola resistente al calor, hizo surgir en ese momento la madera para las plantas, y de este modo pudo salir a la superficie.

Pero…

Si este fuera el caso como dice el darwinismo, entonces ¿por qué las algas marinas, consideradas por el mismo darwinismo como “el material de las plantas y los árboles del mundo” todavía existen en el mar en su estado original?

¿Por qué no encontramos hoy un grupo de ellas trepando a orillas del mar y huyendo hacia la costa?

¿Por qué todavía tienen “un cuerpo suave que al exponerse al sol se seca inmediatamente”?

¿Cómo evolucionó una parte de ellas y emigró a pueblos y ciudades, cuando la mayor parte de ellas sigue sufriendo por debilidad y delgadez?

Además…

Si el darwinismo cree en la continuidad de la evolución —como así lo declara— entonces ¿por qué la evolución selló su obra en las plantas con flores?

La ciencia moderna ha descubierto muchas especies de plantas y árboles, entonces ¿por qué no encontramos desde hace decenas de miles de años que haya surgido una especie nueva de árbol, con lo urgente que es eso?

Además…

Supongamos que las plantas han evolucionado según sus necesidades, entonces ¿cómo aparecieron los insectos membranosos como la abeja que poliniza las flores?».[4]

Respuesta: aquí encontramos la repetición de una serie de argumentos escuálidos planteados desde el siglo XIX y respondidos por los evolucionistas. Los ejemplos de la continuidad de la evolución existen y son muy numerosos. Nosotros, por la brevedad de nuestras vidas, podemos ver solamente la evolución de organismos de reproducción rápida y cuyo ciclo de vida es muy corto, como el de las polillas y los insectos; porque la evolución, sin importar lo simple que sea, necesita de muchas generaciones. Entre los ejemplos que millones de personas hemos visto, está el de las polillas de la revolución industrial con el cambio en su color, y ahora hay ejemplos de la evolución con nuevos insectos que no existían antes.

En cuanto a por qué no evolucionan todos los orígenes en una sola dirección, pues realmente, este es un argumento muy básico que ya ha sido respondido. La evolución de algunos miembros de una especie determinada en una dirección determinada en un entorno aislado determinado como resultado de la disponibilidad de una mutación determinada, no implica que la evolución de algunos miembros de la misma especie que viven en otro entorno tome la misma dirección, aunque dispongan de la misma mutación, y mucho menos, cuando no dispongan de la misma mutación. Fin.

«Reconocimiento:

El darwinismo reconoce que no encuentra en los animales inferiores una mano incompleta que gradualmente se vaya completando hasta alcanzar la mano del ser humano, como también reconoce que no encuentra una mano con tres dedos, que suba a cuatro, luego a cinco y así sucesivamente.

Y dice:

“Que la mano de todos los animales que viven ahora en tierra tiene cinco dedos o que tenían ese número antiguamente, como en el ejemplo del casco del caballo, de la pezuña del buey, del ala del ave o la aleta del delfín”.

¿Por qué deberíamos creer en una sola creación en el caso de los dedos y no creerlo en el caso del ser humano y los demás animales?».[5]

Respuesta: se supone que quien responda en contra de la evolución conozca bien el ABC de la evolución. Este grupo en conjunto data de un antepasado en común del cual evolucionaron los cinco dedos.

Y para desarrollar, repito para quien no ha entendido: que la evolución ocurre gradualmente y no en una instancia. Los dedos no aparecieron de repente, sino que evolucionaron durante mutaciones consecutivas en generaciones de un antepasado en común a todos estos cuerpos biológicos que poseen cinco dedos. Fin.

«En cuanto a la reubicación de la mama, desde la mitad inferior del abdomen de la mujer hasta su zona pectoral, el darwinismo dice: “que la mujer comenzó a cargar a su niño sobre su pecho y a caminar solamente sobre sus piernas, dependiendo así también de este mecanismo”. De aquí la necesidad del niño durante la lactancia de encontrar las mamas sobre el pecho y no abajo, en el vientre».

Deberíamos susurrar al oído de los señores darwinistas que, hasta ahora, no se ha descubierto ni una sola evidencia confiable de lo que ellos dicen, pues, por ejemplo, no se han encontrado los fósiles de ninguna mujer cuyas mamas se hayan formado debajo del lugar que están actualmente, ni siquiera por un centímetro».[6]

Respuesta: estas palabras también son científicamente erróneas, pues la reubicación de las mamas a la parte superior del cuerpo en algunos mamíferos que representan a los antepasados del ser humano ocurrió millones de años antes de la aparición del ser humano. Además, la reubicación no ocurrió de repente, no obstante, repito lo que dije varias veces, ocurrieron muchas mutaciones en los antepasados. Cuando la mutación representa una ventaja favorable para el animal, la especie conserva la mutación y la trasmite a la siguiente generación. Así sucesivamente hasta asentarse en la parte superior del pecho de uno de los antepasados mamíferos del ser humano. Fin.

«¿Cómo será el próximo ser humano?

El darwinismo ve, que el ser humano en el futuro, será de la siguiente forma:

4- Que las variedades de razas humanas se transformarán en especies, que el ser humano europeo se transformará en una especie específica, el ser humano africano en una especie específica y así sucesivamente. “Y el nexo que lo distinga como especie será que no fecundará a otra especie”.

En base a esta perturbadora realidad aconsejamos a los que deseen casarse con chicas europeas que se apresuren a ello antes de que se transformen en otra especie, ya que luego no podrán fecundarlas».[7]

Respuesta: independientemente de la posibilidad de que se llegue o no, a la separación de la especie en el ser humano, supongamos que hay quienes hablan de la posibilidad de que ocurra una separación en la especie, pero creo que no es apropiado expresar este comentario. Fin.

«El principio —según la opinión del islam— es que Dios es el Creador del universo y esto lo confirma la evidencia científica y la lógica por igual. Entonces no hay diferencia entre que Dios haya creado a las especies por separado, o que haya creado una sustancia apropiada para la especiación y la evolución, conforme a las normas específicas que ha impuesto. Pues Dios es el Creador del ser humano, del elefante y del ave. No hay diferencia en que el abuelo del ser humano haya sido un hombre o uno de los simios de África, así como no hay diferencia en que el abuelo del elefante haya sido un elefante o uno de los reptiles, y así como tampoco hay diferencia entre que la primera ave haya sido un ave o uno de los insectos.

La creación contínua o la creación por medio de la evolución, ambas son evidencia concluyente de la capacidad del Creador, porque el que inventa una simple cosa para luego transformarla en innumerables especies no es menos capaz que quien inventa estas especies de una sola vez.

De esta manera, atribuir la evolución a una naturaleza ciega es lo que rechaza el islam. Con respecto a la misma evolución, pues esta no puede ser contradictoria con el islam y los cultos divinos de ninguna manera».[8]

Respuesta: si este es el caso, hubiera sido mejor mostrar moderación en lugar de responder a la teoría de la evolución con argumentos que, por decir lo menos, no son científicos. Fin.

[1] Fuente: Al-Modarresi, El colapso de la teoría darwiniana, págs. 43-44.

[2] Fuente: Al-Modarresi, El colapso de la teoría darwiniana, págs. 44-45.

[3] Fuente: Al-Modarresi, El colapso de la teoría darwiniana, pág. 66.

[4] Fuente: Al-Modarresi, El colapso de la teoría darwiniana, pág. 88.

[5] Fuente: Al-Modarresi, El colapso de la teoría darwiniana, pág. 102.

[6] Fuente: Al-Modarresi, El colapso de la teoría darwiniana, pág. 132.

[7] Fuente: Al-Modarresi, El colapso de la teoría darwiniana, pág. 154.

[8] Fuente: Al-Modarresi, El colapso de la teoría darwiniana, pág. 154.


Extracto del libro La ilusión del ateísmo de Ahmed Alhasan (a)