La Cuarta Litera
Sumeria y Acadia lloraron por Dumuzi, ¿y ahora lloran por Husein (a)?
Los sumerios y acadios se afligieron y lloraron por Dumuzi (en sumerio: Dumu, “hijo” + Zi(d), “fiel”) miles de años. Y el duelo de los mesopotámicos por Dumuzi continuó hasta la época del profeta Ezequiel. La Torá menciona que los residentes de la Mesopotamia se afligieron por Tamuz (Dumuzi).
“Y me dijo: Aún verás que cometen mayores abominaciones.
Entonces me llevó a la entrada de la puerta de la casa del SEÑOR que está al norte; y he aquí, había allí mujeres sentadas llorando a Tamuz.
Y me dijo: ¿Has visto, hijo de hombre? Aún verás mayores abominaciones que éstas.
Entonces me llevó al atrio interior de la casa del SEÑOR. Y he aquí, a la entrada del templo del SEÑOR, entre el pórtico y el altar, había unos veinticinco hombres de espaldas al templo del SEÑOR y de cara al oriente, y se postraban hacia el oriente, hacia el sol.” Ezequiel 8:13-16
Y la acción descripta como abominación es el asesinato de Tamuz (Dumuzi) que hizo llorar a estas mujeres y postrarse a los hombres hacia su altar.
La historia del asesinato del rey Dumuzi empieza cuando él paga el precio por haberse negado a postrarse ante Ishtar-Inanna (la vida mundanal).
“¡Si Inanna quiere remontarse de los Infiernos,
¡Que nos entregue a alguien en su lugar!»
Inanna remontó de los Infiernos.
Y unos diablillos, igual que cañas-shukur.
Y unos diablazos, iguales que cañas-dubban,
Se le aferraron,
El que iba delante de ella, aunque no era visir,
tenía un cetro en la mano.
El que iba a su lado, aunque no era caballero,
llevaba un arma suspendida del cinto.
Los que la acompañaban,
Los que acompañaban a Inanna,
Eran seres que no conocían el alimento,
que no conocían el agua,
Que no comían harina salpimentada,
Que no bebían el agua de las libaciones,
De los que arrebatan la esposa del regazo del marido,
Y arrancan al niño del seno de la nodriza…»
Acompañada de esta cohorte implacable, Inanna llega sucesivamente a las ciudades de Umma y Bad-Tibira, cuyas dos divinidades principales se prosternan ante ella, humildes y temblorosas, salvándose así de las garras de los demonios. A continuación, Inanna llega a Kullab, cuyo dios tutelar es Dumuzi; y el poema continúa:
“Dumuzi, revestido de un noble ropaje,
se había sentado orgullosamente en su trono.
Los demonios lo cogieron por los muslos.
Los siete demonios se le echaron encima
como a la cabecera de un hombre enfermo.
Y los pastores ya no tocaron más la flauta
ni el caramillo ante él.
Inanna fijó su mirada en él, una mirada de muerte,
Y pronunció una palabra contra él, un grito de condenación:
«¡Él es, lleváoslo!»
Así la divina Inanna entregó en sus manos
al pastor Dumuzi.
Pero los que le acompañaban,
Los que acompañaban a Dumuzi,
Eran seres que no conocían los alimentos
ni conocían el agua,
Ni comían harina salpimentada,
Ni bebían el agua de las libaciones” La Historia Empieza en Sumeria, Kramer
Por lo tanto, Ishtar-Inanna, la esposa del rey Dumuzi lo entregó a los demonios para que le maten en una paradoja que difícil de entender para aquellos que no conocen el significado de la soberanía de Dios y de la designación divina, o como la llaman los sumerios y acadios: “la soberanía del que bajó del cielo”.
Pero una verdad que ocurrió a menudo en la religión divina: Ishtar, la vida mundanal, a menudo es dirigida por reyes a los cuales Dios no designó, porque ellos se han postrado ante ella y se han sometido a ella, y así adoran a sus deseos mundanales.
Ishtar, la vida mundanal, se rebela contra aquellos designados por Dios para gobernarla, porque en realidad ellos son rebeldes contra ella.
Así que la parte de Alí (a) fueron cinco amargos años en los cuales los demonios de la tierra se ensañaron para combatirle (a) en Al-Yamal, Siffín y Nahrawán. Y no se detuvieron hasta matarle en Kufa.
Y la parte de Husein (a), el rey designado para gobernar el Mundo Temporal, fue una masacre a la cual ni el niño sobrevivió.
Estos algunos de los textos que nos llegaron con las tablillas de barro sumerias sobre la tragedia de Dumuzi y su hermana, y veremos cuánto se acerca a la descripción de lo que ocurrió a Husein (a), aunque son textos arqueológicos que circularon entre los sumerios y acadios miles de años antes del nacimiento de Husein (a).
Su corazón se llenó de lágrimas.
El corazón del pastor se llenó de lágrimas.
El corazón de Dumuzi se llenó de lágrimas.
Dumuzi tropezaba a través de la llanura, llorando:
“¡O llanura, eleva por mí un lamento!
¡O cangrejos en el río, duélanse!
¡O ranas en el río, llámenme!
¡O mi madre Sirtur, llora por mí!
Si ella no encuentra los cinco panes,
Si no encuentra los diez panes,
Si no conoce el día de mi muerte,
Tú, O llanura, dile, díselo a mi madre.
En la llanura, mi madre verterá lágrimas por mí.
En la llanura, mi pequeña hermana se lamentará.”
Se tendió a descansar.
El pastor se tendió a descansar.
Dumuzi se tendió a descansar.
Cuando yacía entre brotes y juncos,
Soñó un sueño.
Despertó de su sueño.
Tembló por su visión.
Aterrado, se talló los ojos.
Dumuzi exclamó:
“Traigan…tráiganla…traigan a mi hermana. Traigan a mi Geshtinanna, mi hermanita, Mi escriba conocedora de las tablillas, Mi cantante que sabe muchas canciones, Mi hermana que conoce el significado de las palabras.,
Mi sabia mujer que conoce el significado de los sueños.
Debo hablar con ella.
Debo contarle mi sueño.”
Dumuzi hablo con Geshtinanna, y dijo:
“¡Un sueño! Mi hermana, escucha mi sueño:
Los juncos se elevan a mi alrededor; los juncos se espesan a mi alrededor.
Una única caña creciente tiembla por mí.
De un junco que crece gemelo, primero uno, luego el otro, Es extirpado.
En un soto boscoso, el terror de los altos árboles se eleva a mi alrededor.
Vierten agua sobre mi sagrado corazón.
El fondo de mi mantequera se desprende.
Mi copa se cae de su clavija.
Mi cayado de pastor ha desaparecido.
Un águila atrapa a un borrego del corral.
Un halcón atrapa a un gorrión sobre la barda de juncos.
Mi hermana, tus cabras arrastran sus barbas de lapislázuli sobre el suelo.
Tus borregos rascan la tierra con patas dobladas.
La mantequera yace silente, no hay leche que se vierta.
La copa yace en añicos; no hay más Dumuzi.
El corral se entrega a los vientos.”
Geshtinanna dijo:
“Mi hermano, no me cuentes tu sueño.
Dumuzi, no me cuentes tal sueño.
Los juncos que se elevan sobre ti,
Los juncos que se engrosan a tu alrededor,
Son tus demonios, que te persiguen y atacan.
El junco solitario que tiembla por ti
Es nuestra madre; ella llevará luto por ti.
El junco que crece gemelo, del cual, primero uno, luego el otro, Es extirpado, Dumuzi,
Es tú y yo; primero uno, luego el otro, será extirpado.
En el soto boscoso, el terror de los altos árboles que se eleva a tu alrededor
Son los galla; ellos descenderán sobre ti en el corral.
Cuando el fuego se apague sobre tu corazón sagrado,
El corral se convertirá en la morada de la desolación.
Cuando el fondo de tu mantequera se desprenda,
Serás aprehendido por los galla.
Cuando tu copa se caiga de su clavija,
Caerás al suelo, sobre las rodillas de tu madre.
Cuando tu cayado de pastor desaparezca,
Los galla causarán que todo se marchite.
El águila que atrapa al borrego en el redil
Es el galla que te arañará las mejillas.
El halcón que atrapa al gorrión sobre la barda de juncos Es el galla que trepará la barda para llevarte.
Dumuzi, mis cabras arrastran sus cuentas de lapislázuli por el polvo.
Mi cabello se arremolinará en el cielo por ti.
Mis borregos rascan la tierra con las patas dobladas.
O Dumuzi, laceraré mis mejillas de dolor hacia ti.
La mantequera yace silente; no se vierte leche.
La copa yace en añicos; ya no hay Dumuzi.
El corral es entregado a los vientos_____”
“Dumuzi escapó de sus demonios.
Huyó al corral de su hermana, Geshtinanna.
Cuando Geshtinanna encontró a Dumuzi en el corral, lloró.
Llevó su boca cerca del cielo.
Llevó su boca cerca de la tierra.
Su pena cubrió el horizonte como una vestidura.
Se laceró los ojos.
Se laceró la boca.
Se laceró los muslos.
Los galla treparon la barda de juncos.
El primer galla golpeó a Dumuzi en una mejilla con un clavo cortante.
El segundo galla golpeó a Dumuzi con el cayado de pastoreo.
El tercer galla quebró el fondo de la mantequera, El cuarto galla tiró la copa de su clavija, El quinto galla destruyó la mantequera,
El sexto galla destruyó la copa,
El séptimo galla gritó:
“¡Levántate, Dumuzi!
Esposo de Inanna, hijo de Sirtur, hermano de Geshtinanna!
¡Levántate de tu falso sueño!
¡Tus ovejas fueron capturadas! ¡Y tus borregos!
¡Y tus cabras! ¡Y tus cabritos!
¡Despójate de la corona sagrada de tu cabeza!
¡Despójate de las vestimentas de me de tu cuerpo!
¡Que tu cetro real caiga al suelo!
¡Despójate de las sandalias sagradas de tus pies!
¡Desnudo, vienes con nosotros!
Los galla capturaron a Dumuzi.
Lo rodearon.
Ataron sus manos. Ataron su cuello.
La mantequera estaba silente. No había leche para verter.
La copa estaba quebrada. Ya no había Dumuzi.
El corral fue entregado a los vientos.” Inanna – La Reina del Cielo y la Tierra, Wolkstein y Kramer
“Además, usted puede leer en los calendarios babilónicos que afligirse y llorar por el dios Dumuzi comienza el segundo día del mes “Dumuzi”, es decir Tamuz [Julio], y las conmemoraciones que se llevan a cabo portando antorchas son en el noveno, décimo sexto y décimo séptimo día. Durante los últimos tres días del mes, se lleva a cabo una ceremonia llamada “Talkimtu” en lengua acadia, en ella hay una manifestación ritual y entierro de una imagen que representa al dios Tamuz. A pesar del impacto causado por la ideología de la muerte del dios Dumuzi en la antigua sociedad mesopotámica y fuera de ella, la aflicción por él nunca se convirtió en uno de los rituales del templo. Al contrario, continuó siendo una práctica popular… Y hemos notado una cantidad de lamentaciones escritas por los poetas sumerios y babilonios que se lamentan por el joven dios Dumuzi, leídas en conmemoraciones de diferentes ciudades.” Ishtar y la Tragedia de Tamuz del Dr. Fadil Abdul Wahid Alí.
La lamentación sumeria de Tamuz o Dumuzi:
“La copa estaba quebrada.
Ya no había Dumuzi.
El corral fue entregado a los vientos.” Ishtar y la Tragedia de Tamuz del Dr. Fadil Abdul Wahid Alí.
Y en otro poema, un poeta sumerio lamenta a Dumuzi (el hijo fiel)
diciendo:
“Mi corazón fue a Edén, llorando, llorando
Soy la dama del templo, soy Inanna, quien destruye las tierras de los enemigos.
Soy Ninsun, la madre del gran maestro.
Soy Geshtinanna, la madre del muchacho sagrado.
Mi corazón fue a Edén, llorando, llorando
Fui al lugar del muchacho,
fui al lugar de Dumuzi,
A los infiernos, el hogar del pastor.
Mi corazón fue a Edén, llorando, llorando
Al lugar donde el muchacho estaba encadenado
al lugar donde Dumuzi aguantaba
Mi corazón fue a Edén, llorando, llorando” Ishtar y la Tragedia de Tamuz del Dr. Fadil Abdul Wahid Alí.
La verdad es que esa gran injusticia ensombrece a los sumerios que enseñaron a escribir a la humanidad, hicieron leyes y fundaron ciencias, fueron los primeros en inventar la rueda, organizaron las matemáticas, el álgebra y la ingeniería, cuando el Dr. Kramer y otros expertos sobre la civilización sumeria los retrataron afligidos por algo legendario o una historia legendaria que ellos mismos escribieron, lo cual es sólo una expresión de la fertilidad e infertilidad que se alternan a lo largo del año, como si fueran pueblos cuyos individuos estuvieran todos en drogas que les hacen perder el sentido, tanto que ellos y sus antepasados babilónicos se afligieron y establecieron conmemoraciones miles de años para un símbolo de una historia que ellos mismos escribieron, del principio al final. Por miles de años, los mesopotámicos, generación tras generación y año tras año, retrataron el cuerpo de Dumuzi. Y cada año lloraban por Dumuzi. Y cada año, recitaban las lamentaciones de Dumuzi.
¿No es esto más que engaños? ¡Y es sólo una historia que ellos escribieron! ¡Para expresar la fertilidad que llega en primavera y la infertilidad que le sigue en otra estación del año!
Debería haber una explicación razonable para la aflicción de la primera civilización conocida por el hombre, la aflicción de miles de años por Dumuzi (el hijo fiel) o Tamuz.
En cuanto al legado religioso, las narraciones de los Imames (a) nos hablan para completar la claridad de que los sumerios se afligían y lloraban por Husein (a) vinculando el llanto y la pena de los profetas sumerios, Noé (a) y Abraham (a) por Husein (a).
Al-Fadil bin Shadan narró que oyó al Imam Ar-Reda (a) decir: “Cuando Dios (s) ordenó a Abraham (a) sacrificar el cordero que le envió en lugar de su hijo Ismael, Abraham habría querido sacrificar a su hijo Ismael con sus propias manos y no que se le hubiese ordenado sacrificar el cordero en su lugar, para tener lo que recibe el padre que sacrifica a su hijo más amado, el rango más alto de los pacientes en las calamidades, entonces Dios (s) le inspiró: “¿Es él el más amado para ti o lo eres tú mismo?” Entonces él (a) dijo: “Él es más amado para mí que yo mismo.” Entonces Él le dijo: “Entonces ¿sus hijos son más amados para ti? ¿o los tuyos?” Él (a) le dijo: “Los suyos.” Él (swt) le dijo: “¿Entonces el sacrificio de sus hijos en las manos de sus enemigos con injusticia lastima más tu corazón, o el sacrificio de tu hijo con tus manos obedeciéndome a mí?” Él dijo: “Oh, Señor, el sacrificio de sus hijos en las manos de sus enemigos con injusticia lastima más mi corazón.” Él le dijo: “Oh, Abraham, hombres diciendo que son de la nación de Muhammad matarán a Husein, su hijo, con injusticia y agresión, tal como se sacrifica a un cordero. Y con eso, ellos se ganarán mi ira.” Entonces Abraham (a) sintió pánico por lo que oyó, su corazón se adoleció y comenzó a llorar. Entonces Dios (swt) le inspiró: “Oh, Abraham, te rescato de tu pánico por tu hijo Ismael si ibas a sacrificarlo con tus manos, por tu pánico por Husein y su asesinato. Y te he hecho de los rangos más altos de los pacientes en las calamidades.” Y aquellas son las palabras del Altísimo: “Y le rescatamos a cambio de un sacrificio inmenso.” Dos cuestiones se establecieron, dos cuestiones ocurrieron, dos cuestiones diferentes y dos cuestiones que no coinciden.” Al-Jisal del Sheij As-Saduq, páginas 58-59, y Uyun Ajbar Ar-Reda, vol. 2, p. 187.
Alí Bin Muhammad narra del Imam Abu Abdullah (a) que dijo con respecto a la aflicción de Abraham (a), “Con respecto a las palabras de Dios (s): “Y miró a las estrellas y dijo: «En verdad, estoy enfermo.»” Sura As-Saffat (Las filas) 37, 88-89, él vio lo que iba a pasar a Husein (a) entonces dijo: “Estoy enfermo por lo que ocurrirá a Husein (a).” – AlKafi, vol. 1, p. 465
Y Al-Maylisi narró en Al-Bihar: “Cuando Adán descendió a la tierra no vio a Eva, entonces empezó a vagar por la tierra buscándola. Cuando pasó por Karbala y se sintió abatido y triste por ninguna razón, fue hasta el lugar en el que Husein había sido asesinado y entonces sus pies sangraron, entonces alzó su rostro al cielo y dijo:
“Mi Señor, ¿acaso he cometido otro pecado y por eso me castigas?
Ya que vagué por la tierra y ningún daño me ha tocado como este que tiene esta tierra.” Entonces Dios le inspiró: “No has cometido ningún pecado, pero en esta tierra, tu hijo Husein será asesinado con injusticia, entonces tu sangre brotó correspondiendo a la de él.” Adán dijo: “¿Husein será un profeta?” Él (s) le dijo: “No, pero él es hijo del Profeta Muhammad.” Adán le preguntó: “¿Y quién es el asesino?” Él le dijo: “El asesino es Yazid, el maldito de los habitantes de la tierra y el cielo.” Entonces Adán le dijo: “¿Qué puedo hacer yo?” Le dijo: “Maldecirle, oh, Adán.” Entonces Adán le maldijo cuatro veces y caminó al Monte Arafat, y encontró ahí a Eva.
Y fue narrado que cuando Noé iba en el Arca, fue por todo el mundo, y cuando pasó por Karbala, la tierra lo asió y Noé sintió miedo, entonces suplicó a su Señor y dijo: “Mi Señor, fui por todo el mundo y no sentí miedo como lo siento en esta tierra.” Entonces Gabriel descendió y le dijo: “Oh, Noé, en este lugar, Husein será asesinado, el hijo de Muhammad, Sello de los Profetas, y el hijo del Sello de los Profetas.” Él le dijo: “¿Y quién es el asesino, oh, Gabriel?” Él le dijo: “Su asesino es el maldito de los habitantes de los siete cielos y las siete tierras.” Entonces Noé le maldijo cuatro veces, y el Arca se movió hasta llegar a Al-Yudi y allí se posó. Y fue narrado que Abraham (a) pasó por la tierra de Karbala en un caballo, y al pasar sintió como si su cabeza fuera cortada, entonces comenzó a pedir perdón a Dios y dijo: “Mi Señor, ¿qué me ha ocurrido?” Entonces Gabriel (a) descendió y le dijo: “Oh, Abraham, no has cometido pecado, sino que aquí es donde el hijo del Sello de los Profetas y el hijo del Sello de los Albaceas será asesinado. Entonces tu sangre brotó correspondiendo a la de él.” Él (a) dijo: “Oh, Gabriel, ¿quién es su asesino?” Él le dijo: “El maldito de los habitantes de los cielos y la tierra. Y sin el permiso de su Señor la pluma escribió en la tabla que él está maldito, entonces Dios inspiró a la pluma: “Mereces ser alabada por haberle maldecido.” Entonces Abraham (a) alzó sus manos y maldijo a Yazid, y su caballo habló fluidamente diciendo “Amén.” Entonces Abraham dijo a su caballo: “¿Qué has aprendido que dijiste amén a mi súplica?” Le dijo: “Oh, Abraham, es un honor que tu cabalgues sobre mí, y cuando viajé y caíste en mi espalda, estaba muy avergonzado, y Yazid, que Dios (s) le maldiga, fue la razón por la que viajé.” Al-Bihar, vol. 44, p. 243
Lo mencionado arriba hace que el lector meditabundo se dé cuenta que las epopeyas de Sumeria y Acad son cuentos religiosos y algunos de ellos son de lo oculto y del futuro en relación al tiempo en el cual fueron escritos:
Y nos saca todas las dudas, la religión es una parte grande de lo que contienen las epopeyas e historias sumerias y acadias (babilónicas y asirias). Y desde que alcanzamos este punto, veo muy adecuado mencionar la Eterna Epopeya de Uruk o la Epopeya de Gilgamesh, y juntos, trataremos de leerla de otra manera que quizás no tenga precedentes. Trataremos de leerla como si fuera una historia contada por Adán a sus hijos, contada por Noé a sus hijos y por Abraham a sus hijos, los cuales se propagaron entre los sumerios y los pueblos
del mundo antiguo, particularmente en el Cercano Oriente. Y se convirtió en la historia favorita de los mesopotámicos, las generaciones la transmitieron miles de años antes, hasta llegar a nosotros, pero quizás fue distorsionada cuando la gente la narró, como aclaramos antes.
La historia de Gilgamesh, quien vino un día a traer justicia y a salvar a la humanidad de su salvajismo. Y en los artefactos del antiguo Egipto: “Un hombre se levanta, con toda dignidad enyunta bueyes que se levantan, uno a su derecha y el otro a su izquierda.” Légendes de Babylone et de Canaan, Charles Virolleaud.
Gilgamesh, es aquél por el cual la Mesopotamia (Sumeria) y el sur de Iraq estuvieran esperando miles de años que aparezca algún día.