• Categoría de la entrada:La ilusión del ateísmo
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El lugar donde encalló el arca de Noé fue determinado por nuestro conocimiento de que Noé, su pueblo y las generaciones que vinieron después de ellos, residieron después del Diluvio en la Mesopotamia. Esto no lo puede negar más que un arrogante, pues el origen del relato del Diluvio es sumerio, es decir, que el pueblo de la Mesopotamia lo trasmitió como legado de sus padres y antepasados. El intento por desplazar el asentamiento de Noé y su pueblo después del Diluvio a otra región fuera de la Mesopotamia, creo que es un intento desesperado que tropieza con muchos obstáculos insuperables.

Ya he aclarado que la descripción sumeria de Dilmún es compatible con la descripción del estado del Mahdi que será establecido en Iraq y cuya capital es Iraq.

En cuanto a la hipótesis de que el lugar de encallamiento del arca de Noé habría sido en algunas montañas de Turquía o Armenia, ha mostrado ser incompatible con muchos parámetros científicos. La fuente de esta creencia es la interpretación que algunos judíos hacen del texto bíblico que menciona el nombre de la montaña de Ararat.

Ya hemos sabido por otra parte, que el texto bíblico del relato del Diluvio de Noé, como una cuestión de las aguas cubriendo todas las montañas de la Tierra, se contradice con los parámetros científicos. Por esto no se puede imaginar que el arca de Noé haya encallado en una montaña elevada varios kilómetros por encima del nivel del mar y que una inundación de agua haya sido lo que la empujase a este encallamiento por un aumento en el nivel del agua, ya hemos aclarado que la Tierra no posee esta enorme cantidad de agua. Y aunque se dijera que fue una inundación causada por el rebalse del Mar Negro —siendo una teoría que no se sostiene ante ninguna crítica como hemos aclarado— no puede ocurrir un salto hidráulico de agua por encima de varios kilómetros y que continúe en movimiento horizontal con esta misma altura de miles de kilómetros hasta la supuesta montaña de Ararat, entre Turquía y Armenia. En realidad, esta hipótesis se acerca más a una ficción y científicamente no puede ocurrir.

Por lo tanto, no puede adoptarse esta interpretación del texto bíblico, puesto que se contradice con la ciencia, además de oponerse al texto sumerio en varios aspectos.

En cuanto al nombre de Judi mencionado en el Corán, pues es el nombre del lugar donde encalló el arca, no hay nada acerca de este nombre que se refiera a otro lugar aparte de Iraq. La suposición de los intérpretes del Corán, de que sería una de las montañas de Turquía, en realidad sigue la interpretación del texto bíblico por rabinos judíos, sin haberse estudiado o comprobado.


Extracto del libro La ilusión del ateísmo de Ahmed Alhasan (a)