• Categoría de la entrada:La ilusión del ateísmo
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Dije: que el propósito de la evolución es alcanzar un mecanismo de inteligencia; porque el mecanismo de inteligencia es el mecanismo de supervivencia más favorable en lo absoluto, en la feroz competencia por la supervivencia entre genes. Aunque la existencia de siete mil millones de seres humanos sobre la Tierra hoy es suficiente para demostrar esta realidad, no hay problema en debatir esta verdad brevemente para que quede claro. Así pues, nosotros, aunque supusiéramos que las mutaciones genéticas hayan sido aleatorias desde el comienzo, diríamos que definitivamente debe haber habido disponible un gen calificado para construir el mecanismo de inteligencia.  Aquí no nos referimos con “mecanismo de inteligencia” al cerebro moderno del ser humano y los animales, sino que nos referimos a cualquier cosa que podamos imaginar como un comienzo del cerebro, por ejemplo, una sola célula nerviosa. No cabe duda de que quienes poseen mecanismos de inteligencia son los más favorecidos en la competencia y tendrán mayor probabilidad de sobrevivir. Luego, si hay competencia entre quienes poseen mecanismos de inteligencia, los organismos que tengan el mecanismo la inteligencia que ofrezca mayor inteligencia serán los ganadores en la carrera por la supervivencia del más apto. Por lo tanto, en la evolución, el comienzo de un mecanismo de inteligencia es inevitable. La mejora del mecanismo de inteligencia con el tiempo también es algo inevitable. Por esto podemos decir: que el mecanismo de inteligencia es un propósito inevitable de la evolución, o sea, podemos resumir y decir que la evolución tiene el propósito de alcanzar la inteligencia.

Quisiera señalar que no estoy diciendo: que cualquier competencia que ocurra entre miembros resulte en favor del miembro inteligente, o incluso entre especies. Sino que digo: que el gen para construir el mecanismo de inteligencia es el favorecido en la competencia y es el ganador definitivo de la carrera.

Pues el miembro más inteligente o el que posea el mecanismo de inteligencia más favorable, talvez pierda frente a un individuo de menor inteligencia, que posea un mecanismo de inteligencia inferior o incluso que no posea ningún mecanismo de inteligencia, como resultado del fondo del enfrentamiento y sus circunstancias.

La especie que posea un mecanismo de inteligencia más favorable talvez pierda en la competencia por la supervivencia frente a una especie que posea un mecanismo de inteligencia inferior como resultado del fondo del enfrentamiento y sus circunstancias.

Pero el gen que construye el mecanismo de inteligencia, cuando es encontrado y entra al grupo de genes que construyen al ser vivo, no puede perder en la competencia frente a otros genes. No puede salir del grupo de genes que operan en la construcción de los seres vivos, sino que progresa con una notable aceleración en el tiempo; porque la separación, entre éste y los otros genes en la competencia por la supervivencia o el progreso y el alcance del lugar en primera fila, es grande.

La competencia entre genes no se detiene en la competencia por la supervivencia, sino que hay una competencia entre genes por alcanzar la primera fila en el grupo genético que construye los cuerpos de los seres vivos, pues se esfuerzan por ser más numerosos, aunque su competencia fuera inconsciente e irracional. Es más, es una competencia que trascurre aplicando la ley general de la evolución a la cual está sujeta.


Extracto del libro La ilusión del ateísmo de Ahmed Alhasan (a)