La teoría de la evolución es una teoría científica, por eso cuando citamos los textos religiosos que coinciden con ella no significa que queramos demostrar la teoría de la evolución por medio del texto religioso, al contrario, la meta que buscamos es demostrar la compatibilidad del texto religioso con este descubrimiento científico y tal vez también, demostrar la prioridad de la religión demostrando el conocimiento oculto que contiene el texto religioso, ya que podemos decir por ejemplo: que el Corán mencionó la evolución en las palabras del Altísimo: {Y Dios os hizo crecer de la Tierra como a una planta}, cuando el ser humano no ha podido descubrir esta realidad científica sino recientemente. Con esto se demuestra la prioridad del Corán y la prioridad del Mensajero Muhammad (las salutaciones de Dios sean con él y su familia) por haber predicho lo oculto de una realidad científica mil años antes de que se descubriera. Lo mismo puede decirse de las predicciones de la familia de Muhammad (con ellos sea la paz), cuando predijeron mil años antes la existencia de los Nasnas o antropoides anteriores a la existencia del ser humano. Esta realidad científica fue descubierta hoy, pues gracias a la investigación genética se demostró que la existencia del ser humano de Neandertal es genéticamente diferente al ser humano moderno, así como también se descubrieron fósiles africanos del Homo erectus y del Homo sapiens.
Dijo el Altísimo: {Y ya os ha creado en etapas. * ¿No habéis visto cómo creó Dios los siete cielos en capas? * Y colocó la Luna en ellos como luz, y colocó el Sol como candil. * Y Dios os hizo crecer de la Tierra como a una planta}.[1]
{Y ya os ha creado en etapas}: una etapa (taur – طَور): es una situación particular del desarrollo. La montaña es denominada “tauran – طَورَاً” para distinguirla por su elevación y su altura con respecto a su alrededor y el ave es denominada “taa’ir – طائِر” (y su plural tir – طِير) porque se caracteriza por poseer instrumentos que le permiten elevarse y ascender por encima de lo que la rodea y que por lo general son alas. Las etapas (atuar – أطوار) son las situaciones particulares del desarrollo y la elevación. Este es el significado de {y ya os ha creado en etapas}: ciertamente, Dios os ha creado en el pasado que logró completar,[2] habéis pasado por múltiples situaciones excepcionales de desarrollo, es decir, etapas físicas de desarrollo ascendente por las que hemos pasado hasta alcanzar un cuerpo que posee un mecanismo de inteligencia superior, con lo cual quedaron reunidas las condiciones para conectarse con el alma de Adán (con él sea la paz). Ello no impide que las etapas de desarrollo se hayan alcanzado durante miles de millones de años hasta llegar a un cuerpo adecuado para el descenso del alma de Adán (con él sea la paz) y su trasmisión a uno de estos individuos en un vientre.
{¿No habéis visto cómo creó Dios los siete cielos superpuestos?}: “¿No habéis visto cómo…?”: es decir, si quisierais conocer cómo os creó en etapas, pues es una cuestión similar a la cuestión de los cielos. Por si las etapas no estaban ya claras para nosotros, son como el caso de los siete cielos que se distinguen por estar unos sobre otros. Unos son de un rango más elevado que otros. Este versículo nos lleva a la misma conclusión anterior, que el cuerpo de Adán pasó por unas etapas de desarrollo, tal como los cielos se clasifican por etapas de desarrollo y elevación.
{Y Dios os hizo crecer de la Tierra como a una planta}: creo que este versículo no necesita más aclaración, pues el versículo dice que sois una semilla sembrada en esta Tierra que brotó y se reprodujo.
Tal como Dios hizo brotar a las plantas, las plantas no se producen directamente, sino que pasan por etapas y desarrollo, comienzan siendo una pequeña semilla sembrada en la tierra y regada con agua. Luego de la semilla, la tierra y el agua, brota una pequeña planta. Esta planta crece y se desarrolla, de etapa en etapa, hasta completarse y comenzar a producir su fruto. Esto es lo que ocurrió con vosotros, el plan genético de Dios se sembró en esta tierra, se desarrolló hasta alcanzar su meta y lograr su propósito. Si Dios quiere, explicaremos cómo es que este plan es una clara evidencia de la existencia de Dios, Glorificado y Altísimo sea. Por esto la teoría de la evolución es una evidencia de la existencia de Dios, Glorificado y Altísimo sea, y no al revés.
Palabras del Altísimo: {Y, ciertamente, hemos creado al ser humano de un extracto de barro * Luego hicimos de él una gota en una morada firme * Luego creamos de la gota, una sustancia colgante, y creamos de la sustancia colgante un embrión, y creamos del embrión, huesos, entonces revestimos los huesos con carne, luego iniciamos otra criatura. Así pues, bendito sea Dios, el mejor de los creadores}.[3]
{El que hizo bien cada cosa que creó y comenzó la creación del ser humano de barro * Luego, hizo su prole de un extracto de agua insignificante}.[4]
El extracto: es el grupo seleccionado y escogido entre otros por su distinción y preferencia sobre todos entre los que fue escogido. Así pues, el significado de las palabras del Altísimo {hemos creado al ser humano de un extracto de barro} es que el primer ser humano terrestre ha sido creado a partir de un grupo distinguido y preferido (un extracto) y la cadena de este extracto se remonta al barro {de un extracto de barro}.
Dijo el Altísimo: {Ciertamente, Dios eligió a Adán, y a Noé, y a la familia de Abraham, y a la familia de Imrán, por sobre los mundos}.[5]
{Dios eligió a Adán}: dado que Adán (con él sea la paz) es el primer ser humano en el Primer Cielo, no se puede decir: que su alma haya sido elegida, porque para una elección debe haber un grupo, así pues, no se puede aplicar esta elección sino al cuerpo terrenal al cual estaba conectada el alma de Adán (con él sea la paz). Esto significa que había presentes otras criaturas terrestres. Dios eligió el cuerpo de Adán entre aquellos antropoides, pues una elección no ocurre sino entre semejantes. Adán tenía un cuerpo parecido a los que nacían entre ellos, era como una primera alma adánica enviada a ellos, esto lo confirma la frase de que él fue elegido entre ellos. En cuanto a decir que Adán fue elegido entre las demás criaturas, pues es decir una incoherencia. ¿Qué significado tendría decir que ha sido elegido como individuo humano entre un grupo de depredadores, vacas y asnos… etc.? ¿Tienen algún sentido estas palabras? ¡¿O las pronunciaría alguien sensato?!
Dijo el Altísimo: {¿Y no han visto los que han descreído, que los Cielos y la Tierra eran ambos un remiendo y que los descosimos e hicimos del agua toda cosa viva? ¿Acaso pues, no han de tener fe?}.[6]
El término “agua” en este versículo, ante toda la existencia, no se refiere al agua H2O que conocemos en la Tierra. Ya he explicado esto antes, pero con respecto solo a la vida terrestre física el significado de este versículo es que la vida sobre la Tierra comenzó del agua terrestre {e hicimos del agua}. Esto significa claramente que el comienzo de la vida terrestre fue a partir del agua terrestre. Así este versículo explica que la primera semilla de vida proviene de un entorno acuático y de los elementos terrestres (o químicos). Esto concuerda completamente con la teoría de la evolución. Sin embargo, la continuación de la vida sobre la Tierra no proviene del agua y lo que contiene. Sí, se puede decir: que la continuación de la vida está en el agua o recurriendo al agua, pero no proviene del agua, pues la vida que se obtuvo del agua y la tierra que la contiene, fue solamente la primera vida.
[1] Sagrado Corán, sura «Nuh» (Noé), 14-17.
[2] “Ya”: es una palabra de logro aquí, es decir que vuestra creación en etapas ya se ha logrado y completado en el pasado. Por esto, con etapas se refiere a etapas de desarrollo y evolución física anteriores al descenso del alma de Adán (con él sea la paz) a este mundo y a su conexión con el cuerpo de Adán (con él sea la paz).
[3] Sagrado Corán, sura «Al-Muminun» (Los creyentes), 12-14.
[4] Sagrado Corán, sura «As-Sayda» (La prosternación), 7-8.
[5] Sagrado Corán, sura «Al Imrán» (La familia de Imrán), 33.
[6] Sagrado Corán, sura «Al-Anbiya» (Los profetas), 30.
Extracto del libro La ilusión del ateísmo de Ahmed Alhasan (a)