• Categoría de la entrada:La ilusión del ateísmo
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En el relato de la Torá hay aspectos claramente falsos: porque contradicen parámetros científicos, entre ellos:

Que el arca de Noé cargó una pareja de cada animal que vivía en la Tierra:

«14 y toda fiera según su especie, y todo ganado según su especie, y todo reptil que se arrastra sobre la tierra según su especie, y toda ave según su especie, toda clase de aves. 15 Entraron, pues, con Noé en el arca de dos en dos de toda carne en que había aliento de vida. 16 Y los que entraron, macho y hembra de toda carne, entraron como Dios le había mandado; y el SEÑOR cerró la puerta detrás de Noé».

Que toda la Tierra fue cubierta por el agua a una altura de quince codos por encima de las montañas más altas de la Tierra:

«19 Y las aguas aumentaron más y más sobre la tierra, y fueron cubiertos todos los altos montes que hay debajo de todos los cielos. 20 Quince codos por encima subieron las aguas después que los montes habían sido cubiertos. 21 Y pereció toda carne que se mueve sobre la tierra: aves, ganados, bestias, y todo lo que pulula sobre la tierra, y todo ser humano; 22 todo aquello en cuya nariz había aliento de espíritu de vida, todo lo que había sobre la tierra firme, murió. 23 Exterminó, pues, el SEÑOR todo ser viviente que había sobre la faz de la tierra; desde el hombre hasta los ganados, los reptiles y las aves del cielo, fueron exterminados de la tierra; sólo quedó Noé y los que estaban con él en el arca».

Que Noé sobrevivió con esa cantidad enorme de animales, con el alimento que necesitaban en el arca, por más de un año.

«6 Noé tenía seiscientos años cuando el Diluvio de las aguas vino sobre la tierra. 7 Entonces entró Noé en el arca, y con él sus hijos, su mujer y las mujeres de sus hijos, a causa de las aguas del Diluvio… 11 El año seiscientos de la vida de Noé, el mes segundo, a los diecisiete días del mes, en ese mismo día se rompieron todas las fuentes del gran abismo, y las compuertas del cielo fueron abiertas».[1]

«14 Y en el mes segundo, el día veintisiete del mes, estaba seca la tierra. 15 Entonces habló Dios a Noé, diciendo: 16 Sal del arca tú, y contigo tu mujer, tus hijos y las mujeres de tus hijos».[2]

Los aspectos presentados claramente son falsos, pues no tienen ninguna explicación científica del volumen de agua que habría cubierto todas las montañas de la Tierra, ya que en el Tierra no está disponible esta cantidad de agua.

Tampoco hay ninguna explicación lógica de la permanencia de esta cantidad enorme de animales vivos a bordo del arca durante más de un año. Pues ¿cómo habría de llevarlos el arca con las cantidades de alimentos suficientes para más de un año como está en el relato bíblico? ¿De dónde sacaría Noé carne suficiente para las bestias que, según el relato bíblico, llevo por más de un año?

«11 El año seiscientos de la vida de Noé, el mes segundo, a los diecisiete días del mes, en ese mismo día se rompieron todas las fuentes del gran abismo, y las compuertas del cielo fueron abiertas. 12 Y cayó la lluvia sobre la tierra por cuarenta días y cuarenta noches. 13 En ese mismo día entró Noé en el arca, con Sem, Cam y Jafet, hijos de Noé, y la mujer de Noé y las tres mujeres de sus hijos con ellos… Y aconteció que en el año seiscientos uno de Noé, en el mes primero, el día primero del mes, se secaron las aguas sobre la tierra. Entonces Noé quitó la cubierta del arca y miró, y he aquí, estaba seca la superficie de la tierra. 14 Y en el mes segundo, el día veintisiete del mes, estaba seca la tierra. 15 Entonces habló Dios a Noé, diciendo: 16 Sal del arca tú, y contigo tu mujer, tus hijos y las mujeres de tus hijos. 17 Saca contigo todo ser viviente de toda carne que está contigo: aves, ganados y todo reptil que se arrastra sobre la tierra, para que se reproduzcan en abundancia sobre la tierra, y sean fecundos y se multipliquen sobre la tierra. 18 Salió, pues, Noé, y con él sus hijos y su mujer y las mujeres de sus hijos. 19 Y todas las bestias, todos los reptiles, todas las aves y todo lo que se mueve sobre la tierra, salieron del arca según sus familias».

Además: ¿dónde están los rastros de estas cantidades enormes de agua cuando los restos arqueológicos de los acontecimientos terrestres de miles de millones de años están presentes y pueden detectarse? ¿Cómo puede ser, si es un acontecimiento del cual no trascurrieron más que unos pocos miles de años? ¡¿Cómo habrían de desvanecerse sus rastros?!

¡Talvez dirán: que los ocultó un milagro!

Pero así se tratará de un relato ficticio, cada vez que entra en un túnel oscuro, donde se ve que contradice lo científicamente establecido y que históricamente no existe, lo justifica con un milagro. Pero si Dios produce un milagro debe ser por una sabiduría, por un motivo sabio, no por vanidad o para desviar a los hombres ocultando los hechos y los acontecimientos como el Diluvio de Noé (con él sea la paz).

Es preciso notar que el relato del Diluvio es un relato histórico. Por consiguiente, todo lo que lo rodea puede verificarse científicamente. La existencia de cualquier cuestión incorrecta en su relato puede hoy descubrirse con facilidad a través de la ciencia. Por esto, no quedará sino el relato correcto que no se contradiga con los hechos científicos, que la geología histórica y los resultados de los análisis científicos precisos han presentado.

En realidad, el relato que figura en la Torá no puede enmendarse en lo absoluto, pues claramente es falso, aunque digan: que el Diluvio fue local y que ocurrió en un sitio concreto de la Tierra. Sigue habiendo cuestiones sobre el relato bíblico que no coinciden con la ciencia ni con los hechos en lo absoluto, como la cuestión de la supervivencia de los animales y las bestias junto a Noé (con él sea la paz) en un arca de las dimensiones mencionadas, durante más de un año. Pues, ¿de dónde traería Noé (con él sea la paz) agua y alimentos suficientes para este largo período? Y aunque hubiera conseguido estas cantidades enormes, ¿cómo las transportaría en un arca de estas dimensiones?

Este hecho es una prueba concluyente de una de dos posibilidades:

O bien la Torá está distorsionada, y de esto se desprende que la religión judía actual está distorsionada de la religión de Dios, Glorificado sea, así como la religión cristiana; porque reconoce la validez de lo que está en el libro del Antiguo Testamento o Torá.

O bien la religión judía y por ende la cristiana son falsas, cuyo autor es el ser humano, y la Torá es de pura autoría humana.

Desde nuestro punto de vista, optamos por que la Torá está distorsionada y que la religión cristiana, que reconoce la validez de lo que está mencionado en ella, es una religión distorsionada y falsa.

[1] Antiguo Testamento – Génesis 7.

[2] Antiguo Testamento – Génesis 8.


Extracto del libro La ilusión del ateísmo de Ahmed Alhasan (a)