• Categoría de la entrada:El decimotercer discípulo
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Para la humanidad, hace unos días, fue viernes 13 de abril del 2012. Entre un gran público cristiano (los ortodoxos en especial) es llamado Viernes Negro. En general, si se observa la marcha de millones de seres humanos de hoy y de épocas anteriores se encuentra que el viernes que cae en trece es considerado de mal augurio. Actúan de forma inusual, dejando esos días sin viajar, sin comerciar o sin tomar decisiones sobre los negocios. ¿Cuál es la historia del ser humano con este fenómeno internacional?

Antes de ver la respuesta a esto con las palabras del discípulo sayed Ahmed Alhasan, nos gustaría definir algo de la visión humana de esto:

Para los occidentales por lo general, el viernes que cae en trece se considera de mal augurio. En los años treinta, por ejemplo, según el New York Herald, el promedio diario de casamientos en Nueva York que es de 150 casamientos, apenas llega a 60 los días viernes. El temor a la coincidencia de un viernes 13 no es para nada normal, dice el médico Donald Dossey: “los síntomas que afligen a 21 millones de estadounidenses en este día van desde estrés leve y confusión hasta una sensación fuerte de pesimismo y pánico. Algunos no salen de la cama o de sus casas mientras que otros hacen todo tipo de rituales para repeler los efectos de este día”.

En un estudio publicado por la revista Smithsonian se explica que las empresas estadounidenses pierden cada viernes 13 en cualquier mes 750 millones de dólares; porque la gente no compra ni viaja en viernes 13. Además, un inusual y muy alto porcentaje de rascacielos y hoteles de los Estados Unidos omiten el 13 en la numeración de sus pisos saltando del 12 al 14, o a veces reemplazan el número 13 con el número 12A. En los hospitales no hay habitación que tenga el número 13. En cuanto a las aerolíneas, no tienen puerta de embarque con este número.

El temor al viernes 13 no se limita a los Estados Unidos. Por ejemplo, en el siglo XIX, la compañía Lloyds de seguros marítimos de Londres rechazó asegurar cualquier buque que zarpe un viernes 13, y hasta hoy, la marina estadounidense no mueve ningún buque en este día.

Algunos creen que el temor al viernes 13 es injustificado y que es como una propaganda engañosa. El doctor Martin Luther King dice: “Una de las mayores necesidades de la humanidad es elevarse por encima del pantano de la falsa propaganda. Las personas de mente blanda están propensas a ser susceptibles a todo tipo de supersticiones. Sus mentes son invadidas constantemente por miedos irracionales”.

El análisis del doctor King de este fenómeno es rápidamente negado por el comportamiento del hombre mismo, pues la lengua de la gente reconoce la veracidad de su creencia, especialmente por la encontraron coincidente con experiencias vividas durante largas épocas. Las personas son, por supuesto, empíricas, en el sentido de que si experimentan algo y descubren que realmente tiene una realidad, todos creen en ello, y no se benefician de los consejos de los portavoces de la ciencia, aunque se presentaran con una señal, un doctorado o algo así. Por lo tanto, tal consejo no ayudar a quitar la pena que aflige al hombre occidental el viernes 13.

Casi en lo mismo encontramos al hombre oriental también que, aunque caminó equivocado como su colega occidental, fue más allá del viernes 13 para imaginar el mal augurio del mismo número 13 pero no solamente en un viernes.

Entonces, ¿cuál es la verdad de este fenómeno (la pena de los hijos del hombre en viernes 13)? ¿Cuál es el motivo de toda esta profunda pena y tristeza?

Veamos antes que nada un ejemplo de los días de tristeza en los que los musulmanes creen y aquí recordamos sobre todo el día de Ashura de Muharram, por ejemplo, que es el día del martirio del Imam Husein (a), sucesor de Dios en su Tierra y hacienda de su Profeta elegido (s). Fue narrado por la familia de Muhammad (s) que éste es un día de tristeza y aconsejaron evitar en él satisfacer las necesidades y las preocupaciones por las cuestiones de este mundo.

Parecida a aquella tristeza está la que el hombre encuentra al recordar el asesinato del profeta de Dios, Juan el Bautista, el hijo de Zacarías, y la separación de la cabeza de su noble cuerpo. ¿Qué sucedió un viernes 13 parecido al día de Ashura de Muharram y al día del asesinato de Juan el Bautista, el hijo de Zacarías? ¿Acaso otro día de estos se ha ceñido con la sangre de uno de los sucesor de Dios en su Tierra para que en el corazón del hombre se asiente una pena profunda el viernes 13 como si la sangre de su padre hubiera sido derramada en la Tierra por la desobediencia y la ingratitud (el sucesor de Dios es el padre real como se sabe)?

No creo que la respuesta permanezca oculta en la mente del lector de este venerable viaje, pues la cuestión del número 13 se ha hecho evidente para los seguidores de las religiones, porque entre los musulmanes encontramos que está asociado al decimotercero de los albaceas de Muhammad (s), mencionado por él en su sagrado testamento y que ya ha sido presentado, que es el Albacea Ahmed…

En cuanto a los cristianos, se asocia al decimotercer discípulo, asociado al cordero sacrificado, rodeado por los veinticuatro ancianos + el que estaba sentado en el trono, en la visión de Juan de Patmos. Había un total de 25 ancianos, (el Mensajero de Dios, Muhammad (s) + los doce imames y los doce mahdis), y rodeado por ellos, el albacea 13.

Y en el Evangelio de Judá, por las palabras de Jesús (a) al crucificado: [Tú te convertirás en el decimotercero… y vendrás a regir sobre ellos… Pero tú los superarás a todos. Porque tú sacrificarás al hombre que me reviste…]. Con la investigación de este libro ha quedado claro que el Judá crucificado no fue el Iscariote traidor. Quien diga que el número del Judá traidor es el 13 está equivocado; porque Judá no era el número 13. Está claro que los discípulos eran 12, y luego de que Judá saliera y cometiera su traición, y luego de que ocurriera la crucifixión, un nuevo discípulo fue elegido para completar el número 12. Esto significa que, en primer lugar, no hay ningún Judá traidor que sea el discípulo número 13 y quien diga esto está equivocado. Por lo tanto, se trataba del Judá virtuoso (Judá = Ahmed en árabe). Él era un albacea y el decimotercer discípulo Ahmed, como se explica en este libro.

Esto es con respecto al número 13 y a su dueño, pero ¿qué hay con respecto al viernes?

El viernes es “el viernes de la tristeza y el dolor”. Es en el que ocurrió la crucifixión, y se lo conoce también con muchos otros nombres, como el “viernes triste”, “doloroso”, “grave” o el “viernes de redención”. Es un día de celebración religiosa prominente en el cristianismo y feriado oficial en la mayoría de los países del mundo antes de la Pascua, en la cual se recuerda al crucificado. su muerte y su entierro, pues la mayoría de los cristianos creen por sus textos que la crucifixión tuvo lugar un viernes.

Cuando se sabe esto, se sabe por qué millones de personas sienten pena en viernes 13 después de que los científicos se asombraran y no pudieran presentar una explicación definitiva y sobria de un fenómeno tan global.

Puesto que el día viernes es el día en el que fue crucificado el parecido a Jesús, y puesto que el parecido a él era el decimotercer albacea (el Resurgente de la familia de Muhammad, el Primer Mahdi, Ahmed) como fue explicado en la investigación de este libro,[1] este día (es decir el viernes) está unido al llamado del Imam al-Mahdi y al levantamiento del Resurgente como es sabido por los shiíes.

Para descubrir la verdad sobre este fenómeno mundial (el viernes 13) y la tristeza de los hombres en él, he preguntado al sayed Ahmed Alhasan sobre esto. y el texto de su respuesta es:

«Hoy aproximadamente millones de personas consideran que el viernes que cae en 13 es de mal augurio. La mayoría de los hombres, como se sabe, son empíricos, es decir, si experimentan algo y para ellos es un hecho tangible entonces creen en ello. Debido a sus experiencias encontraron que el viernes que cae en 13 es un día en el que quizás, sorprendentemente, a veces no se satisfagan algunas de sus necesidades y entonces creen en esto. Esta cuestión fue narrada hasta por los imames para el día de Ashura y que el creyente no salga para satisfacer una necesidad o algo parecido.

A pesar de la pena o del pesimismo de los hombres por el viernes 13, pueden ser ajenos a la razón. La gente desconoce la verdad y el origen de muchas cosas que hacen, por ejemplo: cuando la gente quiere refugiarse de la envidia tocan madera y el origen de esto es refugiarse en la cruz sobre la cual fue crucificado el hombre parecido a Jesús, porque era de madera.

En cuanto a lo que estábamos hablando (el viernes 13), creo que el número 13 en el islam y en el cristianismo se ha vuelto obvio. En cuanto al viernes, hay un viernes de tristeza, que es en el que ocurrió la crucifixión, pues el albacea 13 fue crucificado un viernes. ¿No es este un motivo razonable para que la gente considere a este día como un día inquietante y triste?

No lo inferimos, pero es algo que mostramos a quienes creen en esto sin entender el origen de su creencia y la insatisfacción con el viernes número 13. Por supuesto, hay quienes van más lejos y consideran que la cuestión es que el número 13 augura el mal, y esto es algo con lo que no tenemos nada que ver. Nosotros estamos hablamos de una creencia de millones de personas que creen que el viernes que cae en 13 es un día infeliz para ellos, o que lo temen o lo consideran nefasto, y ahora ya ha sido aclarada la razón de que es el día en el que ocurrió la crucifixión del albacea 13, tal como el día de Ashura de Muharram, un día de dolor porque es el día en el que asesinaron al tercer albacea (Husein), la única diferencia es que el viernes 13 tuvo un alcance más amplio, pues religiosos y no religiosos creyeron en él.» Es todo.

Con esto se ve que el viernes 13 representa al viernes de la crucifixión del decimotercer discípulo y albacea, pues es el día de su asesinato y del derramamiento de su sangre pura. Sin duda que a un hijo se le oprime el corazón de tristeza y angustia por el derramamiento de la sangre de su padre.

Y he aquí el padre, el “decimotercer albacea” y “decimotercer discípulo”, que ya ha regresado para prevalecer y alzar la bandera en las naciones, para llenar la Tierra con igualdad y justicia como prometieron los profetas y mensajeros de Dios, para gritar a sus hijos sobre esta Tierra para que despierten antes de que sea demasiado tarde. ¿Acaso hay alguien que lo recuerde?

Y la alabanza a Dios, Señor de los mundos.


[1] Para más información vea el libro Ahmed, el prometido – Lugar de encuentro de los mensajes del cielo y el arca de salvación de los elegidos, Primera edición de los Ansar del Imam al-Mahdi.


Extracto del libro El decimotercer discípulo de Ahmed Alhasan (a)