• Categoría de la entrada:El Yamani prometido
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La mayoría de los investigadores que abordaron la personalidad del Yamani, personalidad ésta sobre la que se basa el plan de preparación del Estado de Justicia Divina, se centraron en que el país actual del Yemen sería el punto de partida del Yamani prometido. La mayoría de ellos no diferenciaron al yemení que surge del Yemen del Yemení del Imam Al-Mahdi (a), ministro particular de este determinado a pedir el juramento de lealtad para él. Y aunque la familia de Muhammad (a) describió al Yamani del Imam Al-Mahdi (a) de forma precisa, por sabiduría de ellos y por la posibilidad del disimulo en caso de temor a los enemigos del movimiento de la sagrada aparición prefirieron que el hadiz hablara más de otro yamani que no fuera el Yamani prometido. Lo encubrieron como si se tratara del Yemen, ya que en otras narraciones se refiere a varias personalidades precursoras y la mayoría de las cuales hacen referencia a una sola persona. El Yamani que sale del Yemen combate contra el de ojos hundidos (es decir, el Sufiani) y el de ojos hundidos sale contra él.

 

De Abu Yafar, que dijo: «… Luego, el victorioso Yamani marcha hacia ellos desde Saná con sus soldados con severa furia. Sale al encuentro de los hombres matando a los ignorantes. Entonces se encuentran él y el de ojos hundidos. Las banderas de ellos están pintadas de amarillo y sus indumentarias son coloridas. Hay un feroz combate entre ellos. Y entonces el Sufiani de ojos hundidos es vencido por él…», Sharh Ihqaq al-Haqq, vol. 29, pág. 515.

En cuanto al Yamani prometido, es el que destruye al Sufiani como en la mayoría de las narraciones.

 

«Y de la gente del este Dios hacer salir contra el Sufiani al ministro del Mahdi que pone en fuga al Sufiani hasta Sham…», Sharh Ihqaq al-Haqq, vol. 29, pág. 620.

 

Se sabe que el Yamani del Imam es el dueño de las banderas del este…

En cuanto al yemení del Yemen en particular, es de la progenie de Zaíd. En un informe se llamaría Hasan o Husein, aunque este informe fue narrado por Satih. el adivino: «… Luego sale un rey desde Saná del Yemen, blanco como el algodón. Su nombre es Husein o Hasan…», Bihar al-Anwar, vol. 51, pág. 162. No hubo respuesta a esto por parte de los infalibles en lo absoluto, ni de cerca ni de lejos. Este Satih es el que murió el día del nacimiento del Mensajero de Dios (s). La noticia de su muerte era una de las señales mencionadas en virtud del día del nacimiento del Profeta (s). Este adivino recibía su información por medio de los genios (o sea, antes de que el cielo estuviera protegido de los que introducen furtivamente el oído) como está en las palabras del Altísimo: {si no es quien introduce furtivamente el oído, pues a él ha de seguirlo un meteoro evidente}, Sagrado Corán – sura «Al-Hiyr» (El tracto rocoso), 18. En esto hay algo cierto y algo erróneo, sabiendo que la mayoría de los investigadores que abordaron el tema de la personalidad del Yamani dijeron que el Yamani se llamaría Hasan o Husein sin ninguna evidencia concluyente. Tan solo lo tomaron dando crédito al relato de Satih. Tomaron un relato de este adivino como quien acepta postulados. Entre estos está el jeque Alí Al-Kurani y el jeque Muhammad As-Sanad. Lo consideraron como si fueran palabras de Dios, a las cuales lo falso no les llega ni por delante ni por detrás. Y en cuanto a las palabras de la Gente de la Casa (a) ni la escucharon, {Y de ellos hay quien te escucha. Y hemos puesto sobre sus corazones una cobertura que ellos entienden y en sus oídos una sordera. Y si vieran cada signo no habrían de creer en ellos. Hasta cuando vienen a ti discutiéndote dicen los que no han creído que esto no son sino cuentos de los primeros}, Sagrado Corán – sura «Al-Anaam» (Los ganados), 25. Dicen que a las palabras de la Gente de la Casa (a) se las puede aceptar o refutar, que pueden ser débiles, fuertes, etc.… Somos de Dios y a Él regresamos. ¡Qué desgraciados que sois, por Dios! Os entregáis a las palabras de un adivino y construís sobre ellas vuestra creencia mientras os apartáis de las palabras de aquellos cuyos dichos van ligados al libro de Dios de los cuales el Mensajero de Dios (s) dijo «no se separarán hasta encontrarse conmigo en la fuente».

El Yamani del Imam (a) es el estipulado al que se debe jurar lealtad como está en las narraciones de la Gente de la Casa (a). Es de la progenie del Imam Al-Mahdi (a). Es albacea y es infalible. El juramento de lealtad a él fue estipulado por el Mensajero de Dios (s). Él ordenó jurarle lealtad a él y determinó que sería de la descendencia del Imam Al-Mahdi (a). Su nombre es Ahmed y en la noche de su muerte el Mensajero de Dios (s) no informó que fuera de la descendencia de Zaíd. Un infalible solo puede ser sucedido por otro infalible y el sucede a su padre, {Descendientes unos de otros. Y Dios es el que escucha, el Omnisciente}, Sagrado Corán – sura «Aal Imrán» (La familia de Imrán), 34, como está mencionado en las narraciones.

 

El Mensajero de Dios (s) dijo: «“Tres combatirán junto a tu tesoro. Todos son hijos de un sucesor. No resultará serlo ninguno de ellos. Luego aparecerán las banderas negras desde el este que combatirán contra ellos en una batalla total y ningún pueblo podrá contra ellos”. Luego mencionó a un joven y dijo: “Si lo veis juradle lealtad, pues él es sucesor [el que sucede] al Mahdi”», Bishar al-Islam, pág. 30.

De Abul Hasan (a), que dijo: «Es como si estuviera con banderas acercándose desde Egipto, de verde teñidas y hasta vienen los de Sham, guiándose hacia el hijo del dueño de los testamentos», Al-Irshad del jeque Al-Mufid, vol. 2, pág. 376.

En cuanto a que es de la progenie de Zaíd:

De As-Sadiq (a), en un hadiz al culminar el azalá del mediodía sobre las señales de la aparición, dijo: «Una bandera sale del este y una bandera del oeste. Una sedición ensombrecerá a la gente de Az-Zaurá (Bagdad) y un varón de la progenie de mi tío materno Zaíd saldrá del Yemen, …», Mustadrak Safina al-Bihar, vol. 7, pág. 47 y Falah as-Sail, págs. 170-171.

La aparición de las banderas del este y el oeste son las del Yamani y el Sufiani, y son diferentes a la bandera del varón descendiente de Zaíd mencionado anteriormente. Nada impide que después sea de quienes siguen y juran lealtad a la bandera del este a la que se estipuló el juramento de lealtad cuyo dueño es el Yamani, o que salga y se pierda su asunto en su momento como si hubiera sido mencionado solo como una de las señales de la aparición.

Algunas narraciones de conocimiento público señalan que el yemení del Yemen es qahtaní.

En Qisas al-Anbiyá, bajo la autoridad de Kaab dice: «“Jesús –con él sea la paz– debe descender a la Tierra y deben aparecer entre sus manos señales y sediciones. Así pues, lo primero es que sale y ocupa el país más rubicundo, sale del país de la península. Luego de ello sale el yurhumí de Sham y sale el qahtaní del país del Yemen”. Kaab Al-Ahbar dijo: “Mientras aquellos y los tres ocupen sus posiciones con injusticia, y cuando ya haya salido el Sufiani de Damasco”», Muyam Ahadiz al-Imam Al-Mahdi (a) del jeque Alí Al-Kurani, vol. 1, pág. 483 y Sharh Ihqaq al-Haqq del Marashi, vol. 29, pág. 530.

Definitivamente, el qahtaní que sale del país del Yemen no es el Yamani prometido, porque la narración anterior se refiere a él con injusticia, pues dice que ocupan sus posiciones con injusticia. Esto no encaja con el Yamani del Imam Al-Mahdi (a) de que él es infalible y de que jurarle lealtad se impone como obligación. Él no mete a los hombres en lo falso ni los saca de la verdad.

Por otro lado, el Yamani prometido es de la descendencia del Mensajero de Dios (s) y de la descendencia del Imam Al-Mahdi en particular. El linaje del Mensajero de Dios (s) es adnaní y no qahtaní, así que el linaje del Yamani del Mensajero de Dios es adnaní y no qahtaní. Esto solo ya es suficiente. Hasta el revolucionario de la descendencia de Zaíd es adnaní también y no qahtaní.

Este es el linaje del Mensajero de Dios (s) hasta Adnán

«Así pues, él –bendígale Dios y a su familia y les de paz– es Abul Qasim Muhammad hijo de Abdulá, hijo de Abdul Muttalib, hijo de Hashem, hijo de Abdu Manaf, hijo de Qusai, hijo de Kilab, hijo de Murra, hijo de Kaab, hijo de Luai, hijo de Galib, hijo de Fihr, hijo de Malik, hijo de An-Nadr, hijo de Kinana, hijo de Juzaima, hijo de Madraka, hijo de Elías, hijo de Mudar, hijo de Nizar, hijo de Maad, hijo de Adnán. Hasta aquí hay consenso y lo que sigue hasta Adán es controversial y no se ha demostrado nada», Al-Maymua de Muhi Ad-Din An-Nawawi, vol. 1, pág. 7.


Extracto del libro El Yamani prometido, el Argumento de Dios de Haidar Az-Ziadi (a)