• Categoría de la entrada:El decimotercer discípulo
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Pregunta 8: En cuanto a la cuestión de la crucifixión, ¿a qué invita el Sayed Ahmed Alhasan a los cristianos?

Respuesta: Que los cristianos presten atención a la cuestión de que Jesús crucificado es falsa. Ya he demostrado que esto es falso con el Evangelio y las palabras de Jesús (a). Él le rogó a Dios que lo libre de la crucifixión y la tortura.[1] O Dios respondió las oraciones de Jesús (a), le hizo ascender e hizo descender a alguien parecido a él y esto es lo correcto, o Dios no respondió las oraciones de Jesús (a) y decir esto significa que a Dios no le importaron las oraciones de Jesús (a).

También acusan a Jesús de estupidez, de mala percepción y de falta de conocimiento, de lo contrario ¿qué sentido tendría que Jesús rogara a Dios para que lo libre de la crucifixión si es capaz de soportar el tormento de la crucifixión sin quejarse, sabiendo que la cuestión de la crucifixión es importante en el curso de la religión divina?[2]

También: que presten atención a los documentos históricos de la World History Association, el Evangelio de Judá,[3] que es uno de los manuscritos arqueológicos hallados en Egipto, cuya fecha se remonta a principios del siglo III d.C., es decir, antes del islam y antes del envío de Muhammad (s). En este documento, Jesús no fue crucificado, sino que fue crucificado otra persona parecida a él.

Lo que nos importa es que la cuestión de alguien parecido a él ‒independientemente de la credibilidad ‒ existe en general entre los cristianos desde hace más de 1700 años. Y es como dice el refrán: «no hay humo sin fuego», pues si la cuestión no hubiera dejado ningún rastro, no habría aparecido entre los primeros cristianos y sus creencias.[4]

La pregunta que los cristianos deben hacerse es: ¿De dónde sacó este grupo de antiguos cristianos la idea de que Jesús no fue crucificado y que el crucificado fue alguien parecido a él? ¿Son sólo ideas? ¿Acaso esta cuestión es ideológica o de transmisión histórica? ¡¿Es posible, por ejemplo, que este grupo creyera que Jesús (a) no fue crucificado y que el crucificado fue alguien parecido a él sin ninguna relación histórica que les llegara a través de algunos que hayan vivido en la época de la crucifixión?!

Aconsejo a todos los cristianos libres que no se preocupen por lo que dice la Iglesia hoy: que los cristianos que escribieron este evangelio o texto eran un grupo hereje; porque si a este grupo también, se le preguntara en ese tiempo sobre las creencias de la Iglesia de hoy en día, habrían dicho que “ella es hereje”, y si le preguntáramos a Arrio y a sus seguidores sobre la Iglesia de hoy dirían que ella es la hereje. Que la Iglesia hoy considere hereje a todo cristiano que la cuestione, como hacen hoy con los testigos de Jehová, no cambia nada y no oculta la verdad que ahora se ha revelado claramente, que lo que la Iglesia dice hoy es diferente entre los primeros cristianos y que sigue siendo diferente hasta hoy en día, y el grupo cristiana de los testigos de Jehová es la mejor prueba de esta diferencia de hoy en día.

La realidad establecida ahora –con respecto a la crucifixión‒ es que hay un documento histórico, analizado con los últimos métodos científicos por organismos internacionales especializados en antigüedades que han confirmado que se remonta a principios del siglo III d.C. En él se menciona que Jesús no fue crucificado, sino alguien parecido a él, crucificado en su lugar. ¡¿Y los cristianos se satisfacen con una declaración de la Iglesia que dice que este documento pertenece a un antiguo grupo cristiano hereje?!

¡¿Es científica esta respuesta de la Iglesia?! ¿No es posible, por ejemplo, que alguien en desacuerdo con ellos les diga «¿no sois vosotros los que cometéis herejía?»? ¿No sería correcto ahora y después de la aparición de estos hechos, que la cuestión de la crucifixión sea examinada objetiva y científicamente lejos de la intolerancia y la imitación ciega?

Este texto del Evangelio de Judá (de acuerdo a una traducción que la Iglesia verificó con el texto copto) muestra claramente que Jesús no fue crucificado, sino que hubo alguien parecido a él que fue crucificado en su lugar.

Evangelio de Judá, Escena 3:

[Judá dijo, «Maestro, ¿podría ser que mi semilla esté bajo el control de los regidores?». Jesús respondió y le dijo, «Ven, que yo [― dos líneas perdidas ―], pero te afligirás mucho cuando veas el reino y toda su generación».

Cuando escuchó esto, Judá le dijo, «¿qué bien es ese que yo he recibido? Para que me hayas puesto aparte de esa generación».

Jesús respondió y le dijo, «Tú te convertirás en el decimotercero, y serás maldecido por las otras generaciones― y vendrás a regir sobre ellos. En los últimos días ellos maldecirán tu ascensión [47] a la santa [generación]».

«But you will exceed all of them. For you will sacrifice the man that clothes me»

«Pero tú sobrepasarás a todos ellos. Pues tú sacrificarás al hombre que me reviste.

Ya tu cuerno se ha levantado,

tu ira se ha enardecido,

tu estrella ha brillado,

y tu corazón ha […] [57]].

En el texto anterior:

En primer lugar: Judá se parece a Jesús, es crucificado en su lugar y se sacrifica.

En segundo lugar: Judá vendrá en el Fin de los Tiempos para regir.

El mencionado (Judá) en los textos (el Evangelio de Judá) como el anterior, debe ser alguien distinto al Judas Iscariote[5] que entregó a Jesús y está al final del Evangelio de Judá: [Se acercaron a Judas y le dijeron, «¿Qué haces aquí? Tú eres discípulo de Jesús». Judas les respondió como deseaban. Y recibió un dinero y lo entregó a ellos]. Evangelio de Judá, escena 3.

Observando que el nombre de Judá significa en árabe «la alabanza» (al-hamd ‒ الحمد) o Ahmed[6] (احمد), es decir, el nombre del Mahdi, el Salvador y el Confortador prometido para el Fin de los Tiempos, queda claro que se refiere al otro Judá, al que se parecía a Jesús, que fue crucificado en lugar de él, aquél a quien habló Jesús (a), diciéndole que vendrá y regirá en el Fin de los Tiempos. Él es el Salvador, el Confortador, el Mahdi, Ahmed, mencionado en la Torá, el Evangelio, el Corán y en el Testamento del Mensajero de Dios, Muhammad (s).[7]

[1] Y aquí están algunas de sus palabras: [… y adelantándose un poco, cayó sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, que pase de mí esta copa…] Mateo 26, 39. [Adelantándose un poco, se postró en tierra y oraba que si fuera posible, pasara de él aquella hora. Y decía: ¡Abba, Padre! Para ti todas las cosas son posibles; aparta de mí esta copa…] Marcos 14, 35-36. [Y se apartó de ellos como a un tiro de piedra, y poniéndose de rodillas, oraba, diciendo: Padre, si es tu voluntad, aparta de mí esta copa…], Lucas 22, 41-42.

[2] Se explicará más la cuestión de la semejanza, la importancia de la crucifixión y la redención en el próximo tema. Véase el Apéndice 4.

[3] Véase el Apéndice 3.

[4] El padre Abdul Masih Bassit reconoce en su libro El Evangelio de Judá “¿Su descubrimiento afecta al cristianismo?” que este evangelio data del año 180 d.C., y aunque él lo rechaza lo que me interesa es su reconocimiento de la fecha del documento. Al mencionar el grupo cristiano que creía en éste, dice: “El primero en mencionar este grupo y las creencias de los padres de la Primera Iglesia, y en escribir sobre la composición del Evangelio de Judá fue San Ireneo, obispo de Lyon y Galia (Francia actualmente) en el año 180 d.C. Este hombre fue discípulo de San Policarpo, que a su vez fue discípulo de San Juan, discípulo de Cristo.” La fecha que proporciona el padre significa que, lo que algunos cristianos creían del Evangelio de Judá era anterior al advenimiento del islam y anterior al Concilio de Nicea, celebrado en el 325 d.C. Véase Apéndice 2.

[5] Cabe mencionar que lo que provocó a los eruditos de la Iglesia a atacar el Evangelio de Judá, fue la carga de que el “Judá” que se menciona en él, sería Judas Iscariote. El obispo metropolitano dijo: “237 – ¿Cómo podría ser Judas su autor? ¿Cómo podría ser Judas el Iscariote el que lo haya escrito si Judas se suicidó después de entregar a Jesucristo? ¿Cuándo lo escribió? Sobre todo, cuando él escribe sobre las últimas horas antes de la crucifixión.” Simplificando las Clases de Fe, “Lectura 16: El Evangelio de Judas”. Y algo similar dijo el experto católico Thomas D. Williams, Decano de la Facultad de Teología de la Universidad Regina Apostolorum de Roma, sobre el Evangelio de Judá: “… un documento que pinta a Judas Iscariote con una luz positiva.”

Por decir lo menos, es una traición científica y engaño para la gente; porque el Evangelio de Judá no dice en ningún lugar que el Judá mencionado o su autor sea Judas Iscariote, el traidor. Al contrario, esta es sólo la comprensión de los eruditos de la Iglesia. La certeza de la traición de este maldito llama, con objetividad e integridad científica, a no asignarle el nombre de Judá en este documento y a buscar otra persona llamada Judá, presente en el momento de la crucifixión y crucificada en el lugar de Jesús (a) después de que Dios respondiera a sus oraciones y lo librara de la copa de la crucifixión como él pidió, tal como lo expresan los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas. Los textos ya fueron presentados.

[6] Una aclaración del Diccionario Bíblico explica que el nombre de Judá, el hijo de Jacob, significa “alabanza”. Se aclarará más sobre el conocimiento del parecido, su nombre y los textos que confirman esta verdad oculta, que repercute en la explicación de todos los siguientes puntos.

[7] Para más información, véase el libro Sucesor y Mensajero del Imam al-Mahdi en la Torá, el Evangelio y el Corán y Carta de Guía del Sayed Ahmed Alhasan, así como el resto de sus libros que revelaron muchas de las verdades divinas desconocidas para los eruditos religiosos.


Extracto del libro El decimotercer discípulo de Ahmed Alhasan (a)