{¿O cuentas con que la mayoría de ellos escuchan o razonan? No son sino como el ganado. Es más, están más extraviados del camino}.
Cualquier idiota, y la mayoría de ellos, puede leer esta aleya, o recitar su significado y con ella referirse a los que se oponen en la creencia. Y así, con una imbecilidad sin igual, imagina que ya ha demostrado estar en la verdad y que sus oponentes están equivocados, sin darse cuenta de que el primer concepto de esta aleya, el del que no escucha ni razona las evidencias de su oponente, se refiere a él mismo, para que no adopte una postura sin un conocimiento completo de lo que plantea su oponente o dependa de otro que decida su destino por él con el argumento de que este otro es más sabio o especialista, ni por ningún otro de los argumentos de naciones inmemoriales que enfrentaron los profetas y albaceas. Pues si obra de esta manera, encajará en el ejemplo de esta aleya: {¿O cuentas con que la mayoría de ellos escuchan o razonan? No son sino como el ganado. Es más, están más extraviados del camino}.
Mi consejo para ti, quienquiera que seas, es que leas, escuches y razones de tu oponente, para que no te encuentres al final habiendo vivido tu vida en la ilusión de que has tenido la verdad absoluta, mientras que fuiste un simple dígito en el mostrador de los equivocados.