• Categoría de la entrada:Alegorías
  • Tiempo de lectura:12 minutos de lectura

Pregunta 7: ¡¿Cómo es que un profeta dotado de grandeza como Abraham (a) dice que un planeta, la Luna o el Sol es su Señor?!

Respuesta: solo un delirante supondría que estas palabras hayan venido de Abraham (a) en el mundo del testimonio, es decir, en la vida del Mundo Temporal, aunque Abraham (a) tal vez las haya repetido en esta vida del Mundo Temporal como reproche a su pueblo que adoraba a estos planetas o a los espíritus que los movían.[1]

La realidad es que las luces sagradas de Muhammad y la familia de Muhammad dejaban perplejos a grandes profetas dotados de intelecto completo y nobles ángeles,[2] quienes llegaban a suponer que ellos (a) eran el Rey Sapientísimo Glorificado.[3]

Así pues, cuando a Abraham (a) le fue revelado el Reino de los Cielos y vio la luz del Resurgente (a) dijo: «Este es mi Señor». Cuando vio la luz de Alí (a) dijo: «Este es mi Señor». Cuando vio la luz de Muhammad (s) dijo: «Este es mi Señor». Abraham (a) no pudo distinguir que ellos eran siervos sino después de que se le revelara la realidad de ellos,[4] cuando se hizo evidente el ocaso, la ausencia en ellos de esencia divina y el regreso de ellos al Yo por momentos. Solo entonces se dirigió al que había iniciado los cielos, y supo que ellos (a) eran «creaciones de Dios y que la creación posterior son creaciones de ellos», como narra el hadiz de ellos (a).[5]

Y Abraham (a) tenía una excusa. Fue narrada en la súplica de los días de Rayab del Imam Al-Mahdi (a) al describir a Muhammad y a la familia de Muhammad (a): «No hay diferencia entre tú y ellos, excepto en que ellos son tus siervos y tu creación».[6] Así que glorificado sea tu Señor, Señor Glorioso por encima de lo que le atribuyen. Y la paz sea con Muhammad y la familia de Muhammad, los purificados. Y la alabanza a Dios, Señor de los mundos.

Dijo el Altísimo: {Y asimismo hicimos ver a Abraham el Reino de los Cielos y la Tierra, y para que fuera de los ciertos * Así pues, cuando se desplegó sobre él la noche vio un planeta. Dijo: «Este es mi Señor». Y cuando se ocultó dijo: «No amo a los que se ocultan»[7] * Entonces cuando vio la Luna saliendo dijo: «Este es mi Señor». Y cuando se ocultó dijo: «Ciertamente, si no me guía mi Señor, he de ser del pueblo de los extraviados» * Así pues, cuando vio al Sol saliendo dijo: «Este es mi Señor. Este es más grande». Y cuando se ocultó dijo: «Oh, pueblo mío, soy inocente de lo que asociáis» * «Yo he dirigido mi rostro, a aquel que ha iniciado los Cielos y la Tierra, como hanif. Y no soy de los politeístas»}.[8]

La interpretación de que las palabras de Abraham fueron en la vida del Mundo Temporal y en el mundo del testimonio, para protestar contra los adoradores de los planetas y los adoradores del Sol en particular, no contradicen lo que he presentado. Además, la narración citada donde la interpretación de esta aleya dice que fue en esta vida del Mundo Temporal es del Imam Ar-Reda (a), cuando protestó contra el abasí Al-Mamún (maldígalo Dios) diciendo que los profetas son infalibles. ¡¿Y cómo entendería el abasí Al-Mamún las palabras del Imam (a) si este hablaba del Reino de los Cielos?! Además, Al-Mamún era un discutidor que con esta pregunta buscaba objetar al Imam (a) y no le interesaba entender. Pues si él le decía al Imam Ar-Reda (a) “explícame” el Imam (a) le explicaba.

El contexto coránico indica que la visión de Abraham (a) del planeta, la Luna y el Sol era una visión celestial. Estas palabras llegan después de las que hablan de hacer ver a Abraham (a) el Reino de los Cielos.

En la interpretación de Al-Qummi: alguien preguntó a Abu Abdulá (a) sobre lo que dijo Abraham: «“Este es mi Señor”, ¿fue politeísmo que dijo “este es mi señor”?». Dijo: «Quien dijera esto hoy sería un politeísta y Abraham no era politeísta. Él solo estaba en búsqueda de su Señor y si se tratara de cualquier otro sí sería politeísmo».[9]

Al-Ayashi narró que uno de ellos dos (con ambos sea la paz) agregó a esto: «Él sólo estaba buscando a su Señor y no llegó a la incredulidad. Y si hubiera sido alguno de los hombres el que pensara en algo así, pues habría estado en la misma posición que él».[10]

Por lo tanto, si las palabras de “este es mi Señor” hubieran sido en el mundo del testimonio, es decir, en esta vida del Mundo Temporal, estando él en búsqueda del Señor, definitivamente sería politeísmo, ya sea que vengan de Abraham (a) o de cualquier otro. Sin embargo, viniendo de Abraham (a) no es politeísmo; porque él estaba en una búsqueda del Reino espiritual después de que se le revelara el Reino de los Cielos y la Tierra. Si viniera de cualquier otro que no fuera Abraham (a) sería politeísmo; porque sería una búsqueda en el mundo del testimonio, en esta vida del Mundo Temporal y de los cuerpos que existen en él.

Luego el Imam (a) aclara que quien busca a su Señor en el Reino [de los Cielos] no es politeísta, sino que está en la posición de Abraham (a). «Nuestra orden es difícil y ha sido hecha difícil. No la soporta sino un profeta enviado, un ángel próximo o un creyente cuya fe de corazón Dios haya probado».[11] Sí, porque aquél cuya fe de corazón ha sido probada por Dios es un creyente.

[1] De Alí Bin Muhammad Bin Al-Yaham que dijo: «Estaba presente en la reunión de Al-Mamún y con él estaba Ar-Reda Alí, el hijo de Musa, con ambos sea la paz. Y Al-Mamún le dijo: “Oh, hijo del Mensajero de Dios, ¿no dices tú que los profetas son infalibles?”. Y él dijo: “Por supuesto”». Dijo: «Entonces le preguntó sobre las aleyas del Corán que hablan de los profetas (s) y una de sus preguntas fue: “Entonces infórmame sobre lo que dijo Dios Glorioso y Excelso sobre Abraham (a): ‘{Así pues, cuando se desplegó sobre él la noche vio un planeta. Dijo: Este es mi Señor}’”. Entonces Ar-Reda (a) dijo: “Abraham (a) fue situado entre tres clases: una clase que adoraba a Venus, una clase que adoraba a la Luna y una clase que adoraba al Sol. Esto fue en el momento en que él salía del rebaño en el que se escondía. Cuando lo envolvió la noche vio a Venus y dijo: ‘¡¿Este es mi Señor?!’, preguntándose en desaprobación. Y cuando el planeta se ocultó dijo: ‘No amo a los que se ocultan’; porque el ocultamiento es una de las características de lo que cambia, no de lo perpetuo. Así pues, cuando vio la Luna saliendo dijo: ‘¡¿Este es mi Señor?!’, preguntándose en desaprobación. Y cuando se ocultó dijo: ‘{Si no me guía mi Señor he de ser del pueblo de los extraviados}’. Luego, cuando amaneció vio el Sol saliendo y dijo: ‘¡¿Este es mi Señor?! Este es más grande que Venus y la Luna’, preguntándose a modo de desaprobación, no de aprobación. Entonces cuando este se ocultó dijo a las tres clases de adoradores, a los de Venus, de la Luna y del Sol: ‘{Oh, pueblo mío, soy inocente de lo que asociáis. Yo he dirigido mi rostro, a aquel que ha iniciado los Cielos y la Tierra, como hanif. Y no soy de los politeístas}’. Con lo que dijo, Abraham (a) solo quería mostrarles la falsedad de la religión de ellos. Demostrarles que no merecen ser adoradas las cosas que tienen las características de Venus, de la Luna o del Sol. Y que sólo merece ser adorado su Creador, el Creador de los Cielos y la Tierra. El argumento que usó contra su pueblo se lo inspiró Dios Glorioso y Excelso. Se lo dio como el Glorioso y Excelso lo dijo: ‘{Y ese fue nuestro argumento. Se lo dimos a Abraham contra su pueblo}’”. Entonces Al-Mamún dijo: “De Dios es tu logro, hijo del Mensajero de Dios”», Uyun Al-Ajbar de Ar-Reda (a), vol. 1, pág. 197, hadiz 1.

[2] Como está en el hadiz del Ascensión y la razón del llamado al azalá. Cfr.

[3] En el hadiz conocido que circulaba entre el Comandante de los Creyentes y el Mensajero de Dios (s), en el que el Mensajero (s) dice: «… y los hemos precedido en conocer a nuestro Señor, en glorificarlo, en declarar su unicidad, en santificarlo, porque lo primero que creó Dios Glorioso y Excelso fueron nuestros espíritus y nosotros nos pronunciamos por su monoteísmo y alabanza. Luego creó a los ángeles. Cuando ellos vieron nuestros espíritus como una sola luz se llenaron de orgullo por nuestro asunto y nosotros glorificamos para que los ángeles supieran que hemos sido creados y que la honorabilidad de Él está por encima de nuestras características. Entonces los ángeles glorificaron con nuestra glorificación y declararon la honorabilidad de nuestras características. Cuando fueron testigos de la grandeza de nuestro asunto nosotros declaramos la unicidad de Dios, para que los ángeles supieran que no hay divinidad sino Dios y que nosotros somos siervos y no divinidades que deben ser adoradas junto a Él o sin Él. Y ellos dijeron: “No hay divinidad sino Dios”. Cuando fueron testigos de la grandeza de nuestro lugar nosotros dijimos ‘Dios es más grande’ para que los ángeles supieran que Dios es más grande que cualquier otro que alcance la grandeza. Y cuando fueron testigos de…», Ilal Ash-Sharai, vol. 1, pág. 5.

[4] No es algo oculto que el conocimiento que Abraham (a) tenía de ellos, las bendiciones de Dios sean con ellos, era según él. No es que él los conociera realmente. Después de lo que le dijo el Mensajero de Dios (s) a Alí (a): «Oh, Alí, nadie lo conoce a Dios excepto yo y tú, nadie me conoce a mí excepto Dios y tú, y nadie te conoce a ti, excepto Dios y yo», Mustadrak Safina al-Bihar de An-Namazi, vol. 7, pág. 182, no queda lugar para dudar o imaginar que Abraham (a) los conociera completamente.

[5] En Al-Lamaa al-Baida de Tibrizi al-Ansarí, pág. 64, se narra del Profeta (s): «Yo y Alí éramos una luz entre las manos del Misericordioso, catorce mil años antes de que creara su Trono ―y en una narración de Al-Waalim: “cuarenta mil años antes de Adán”―, y no cesamos de consagrarnos en la luz hasta llegar en presencia de la grandeza en ochenta mil años. Luego Dios creó a las criaturas a partir de nuestra luz. Así que nosotros somos las creaciones de Dios y todas las criaturas son creaciones nuestras», y en otro hadiz: «Y las criaturas posteriores son creaciones nuestras».

[6] Bihar al-Anwar, vol. 95, pág. 393.

[7] Entre las cosas vergonzosas que dicen algunos ―en respuesta a lo que el Sayed Ahmed Alhasan (a) dictaminó al explicar esta aleya―: ¿Qué quiere decir que los planetas eran Muhammad (s), Alí y el Resurgente, con ambos sea la paz? ¡¿Y es razonable que Abraham (a) diga de los señores de la creación: “No los amo”?! Respuesta: el Profeta de Dios, Abraham (a) tenía una meta y buscaba a un dios completo y presente, que no se ausentara. Cuando vio esos planetas y observó que se ocultaban dijo: “No amo a los que se ocultan”. Es decir, “No amo adorar a un señor que se ausenta”; porque el ocultamiento o la ausencia son características de las criaturas dependientes.

[8] Sagrado Corán – sura «Al-Anaam» (El ganado),

[9] Tafsir Al-Qummi, vol. 1, pág. 206.

[10] Tafsir Al-Ayashi, vol. 1, pág. 364, hadiz 38.

[11] Mujtasar Basair Ad-Darayat, pág. 26.


Extracto del libro Las alegorías vol. 1 de Ahmed Alhasan (a)