En nombre de Dios, el Misericordioso, el Misericordiosísimo
Y la alabanza a Dios
La paz sea con vosotros y la misericordia de Dios y sus bendiciones
Así se destruye el hombre
El motivo por el que escribo sobre este tema es que hoy, mientras visitaba a uno de los ansar, que Dios le proteja, me enteré en las noticias de que una de las autoridades que representa a los referentes religiosos como los llaman, presentó un lema electoral en Iraq, propuso “Mi provincia primero”. Hace poco, en unas pruebas realizadas por un científico japonés de la Universidad de Kioto se demostró que el mecanismo de inteligencia del chimpancé es mejor que el mecanismo de inteligencia del hombre en algunos aspectos, como la memoria a corto plazo.
Los demás animales comparten con nosotros incluso otros tipos de altruismo, como el altruismo recíproco que compartimos con los murciélagos vampiros, o el altruismo con el parentesco, los hijos y los parientes cercanos, que se construye de los genes del cuerpo y que compartimos hasta con las ratas en sus madrigueras.
Lo que realmente nos distingue a los seres humanos de los demás animales dispersos en la tierra es el altruismo verdadero e imparcial. Que conste que el altruismo verdadero e imparcial se opone a la interpretación científica discursiva aceptada, ya sea de la biología evolutiva o de la biología social, y por esto, el altruismo verdadero e imparcial es el obstáculo que se alza majestuoso ante la integración de la teoría científica atea.
Lo que nos distingue a nosotros, seres humanos, es que en algunos casos -y a diferencia de todos los demás animales- nos rebelamos contra el egoísmo de los genes individuales y su estructura establecida en nuestros cuerpos, pues con el pasar de cientos de millones de años, éstos han construido cuerpos para que se comporten de una manera egoísta, pues los genes tienen la utilidad que corresponde a la supervivencia y su transmisión a través de las generaciones.
Los genes pueden construir mecanismos en los cuerpos -como las glándulas- y catalizadores -como las enzimas- que fuerzan al cuerpo a un altruismo irreal, un altruismo que le aporta una conveniencia, como el altruismo con la familia y sus hijos. Pero los genes no pueden obrar en contra de sus propios intereses egoístas individuales y construir en los cuerpos el altruismo verdadero e imparcial o incluso permitirse transmitirlo como cultura sin tropiezos, porque esto -en la naturaleza- significa la extinción de dichos cuerpos, el exterminio de dichos acervos genéticos y la no transmisión a través de las generaciones.
Nuestra identidad de ser humanos, que nos distingue de los demás animales, es el altruismo verdadero e imparcial, que es sin esperar nada a cambio a futuro, a diferencia de los murciélagos vampiros que esperan sangre cuando regurgitan algo de ella a sus vecinos, y que es sin un instinto construido en nosotros por los genes que nos obligue al altruismo con los hijos, por ejemplo, puesto que ellos son el medio de transmisión a la siguiente generación y la supervivencia.
El altruismo verdadero e imparcial es la identidad más noble que puede tener un ser vivo, no solamente en la Tierra, sino también a nivel del universo material físico en su conjunto. Lamentablemente, la mayoría de la gente, no sabe que al abandonarlo, eligen ser dominados por la condición simiesca, como cualquiera de las otras especies de los demás grandes simios, chimpancés, gorilas u orangutanes. Dijo el Altísimo: {Y ya sabéis de los que habían transgredido de vosotros, el sábado. Así pues, les dijimos: «Sed simios ahuyentados»} Corán, sura «Al-Báqara» (La vaca), 65.
Y dijo el Altísimo: {Di: «¿Os informo de una peor recompensa que eso ante Dios? Quienes han sido maldecidos por Dios que se ha enojado contra ellos y ha hecho de ellos simios y cerdos que sirven a ídolos. Esos están en un peor lugar y más extraviados de lo llano del camino»} Corán, sura «Al-Maida» (La mesa), 60.
Y dijo el Altísimo: {Y cuando fueron insolentes con lo que se les había prohibido, les dijimos: «Sed simios despreciables»} Corán, sura «Al-Aaraf» (Las alturas), 166: es decir, que arrojaron las llaves de sus manos y perdieron el espíritu humano que Dios transmitió a su padre Adán (a) y que les instó a preservar, no les quedó sino el espíritu animal y regresaron a sus orígenes animales, como bestias y cuerpos al servicio egoísta de los genes, nada más.
Por esto, a cambio de los que os invitan al “yo primero”, o a “mi hermano antes que el hijo de mi tío”, o a “el hijo de mi tío antes que el extraño”, o a “mi ciudad” o a “mi provincia” o a “mi país primero”
Os invito al lema de “mi humanidad primero”.
De vuestra humanidad depende vuestra distinción de los demás animales y lo que os distingue realmente no es sólo el cerebro, porque este es un resultado evolutivo que también poseen los demás animales, aunque a un nivel inferior. Lo que os distingue es el altruismo verdadero e imparcial que se puede tener, y por el cual llamarse seres humanos.
Tu honor y tu humanidad se encuentran,
cuando te haces cargo de un pobre o un huérfano con el cual no tienes ningún parentesco a pesar de tu necesidad de dinero,
cuando das sin esperar nada a cambio en el futuro.
Os invito a construir al ser humano en vuestro interior, os invito a matar al “yo”. Os invito al lema de “mi vecino antes que yo” y al de “la ciudad vecina antes que mi ciudad”, como enseñaban el Mensajero de Dios, Muhammad (s), los Imames y los Profetas (s): el vecino primero, el pobre primero, el huérfano primero, la viuda primero. Os invito a desechar aquello a lo que os invitan ellos, pues ellos os invitan, lamentablemente, a imitar al demonio, aquel que dijo “yo primero”, con sus anexos y derivaciones, como “mi ciudad primero” y “mi provincia primero”. Ellos os invitan a ser un reflejo de aquellas palabras del Altísimo: {Y cuando fueron insolentes con lo que se les había prohibido, les dijimos: «Sed simios despreciables»}.
Ellos con su ignorancia y lemas destruyen al ser humano y si el ser humano se destruye no puede ser dar frutos ni ser un elemento útil y activo en una vida social adecuada. Al contrario, será una bomba de tiempo esperando su momento o una oportunidad adecuada para largar su veneno a los demás.
Esta es la situación que vive la gente hoy, pues lamentablemente, muchos ladrones y funcionarios corruptos son presa de ellos, de sus lemas y de sus malos ejemplos.
La persona razonable debe darse cuenta que hasta el bienestar de la sociedad mundanal no puede lograrse por medio de ellos, además de la pérdida de la Última por seguirlos.