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Dijo el Altísimo: {Y así te hemos inspirado un espíritu de nuestra orden. No estabas enterado de lo que es el libro ni la fe, pero hicimos de él una luz con la que guiamos a quien queremos de nuestros siervos. Y ciertamente, tú guías hacia una senda recta * La senda de Dios, aquél del que es lo que hay en los Cielos y lo que hay en la Tierra. ¿No es en Dios que concluyen los asuntos?}.[1]

Es la verdad o el camino que Dios, Glorificado sea, quiere que sus siervos tomen, el camino al Viviente Eterno, Glorificado sea. En otras palabras, son las creencias y los estatutos correctos de su ley, Glorificado sea, que llegan a los siervos por medio de sus profetas, mensajeros y sucesores (a). El prudente debe buscar la verdad para apartar su alma del castigo y buscar refugio en su Señor, yendo por la senda recta, pues la satisfacción en esta vida física y la abstracción en ella son peor que la muerte. Es más, se parece a la nada. De hecho, es el Infierno. Dijo el Altísimo: {Te piden que apresures el castigo, y ciertamente, el Infierno rodea a los infieles}.[2] Además, conocer la verdad y caminar por ella, sobre ella y hacia ella es la vida verdadera; porque al final se llega al mundo del intelecto y se regresa a la vida que no muere, y esta meta está por encima del Paraíso. Dijo el Altísimo: {Ha prometido Dios a los creyentes y a las creyentes, paraísos. Corren debajo de ellos, ríos. Estarán permanentemente en ellos, y en moradas buenas en el paraíso del Edén. Y la complacencia de Dios es mayor que aquello, ésta es el triunfo inmenso.}.[3]

Dijo el Altísimo: {Y no sabe el alma lo que se les esconde de consuelo a los ojos como recompensa por lo que hacían}.[4] El prudente no pierde su oportunidad de caminar sobre este camino, pues si llega, es por la misericordia de Dios, y si no, pues experimenta los paraísos por el favor de Dios y por la bendición de responder al llamado del Viviente que no muere: “adelántate”.[5]

Dijo el Altísimo: {Él es el que os ha creado de polvo, luego de una gota, luego de algo colgante, luego os hizo salir como niños, luego os hizo alcanzar vuestra madurez, luego hubisteis de ser ancianos, y de vosotros hay quien parte antes, y alcanzáis un plazo designado. Y quizás razonéis}.[6] Es decir que Dios os creó con la esperanza de que alcancéis el mundo del intelecto como lo alcanzaron los profetas y los imames (a). Es más, lo que se espera, es que lleguéis al grado más alto de este mundo, que es el grado de tocar el mundo de la divinidad o de la distancia de dos arcos o menos. El dueño de esta posición meritoria es aquél para quien fue creada (Muhammad (s) y Alí, su alma). Aunque elegí ser breve y concreto, no hay problema en aclarar un poco, quizás Dios me otorgue una súplica de quien lea estas palabras.

Sabed queridos y queridas creyentes, que lo primero creado fue el intelecto, que es el primer mundo espiritual y es un mundo integral. Las cosas existentes dentro de él están inmersas unas en otras y no se excluyen entre sí. Su gente tiene grados, siendo el más alto el de tocar el mundo de la divinidad, Glorificada sea, y este es un grado particular de Muhammad y Alí (a).

Pues Muhammad (s), {Luego se acercó hasta humillarse * así estuvo a una distancia de dos arcos o más cerca}[7] y Alí (a) es su alma. Dijo el Altísimo: {y nuestras almas y vuestras almas},[8] y Alí es tocado por el Ser de Dios como fue narrado por él (s).[9] Debajo de ambos hay grados. Ambos (con ellos sea la paz) abarcan y conocen a cada quien debajo de ellos dos, y quien está debajo aprende de ellos en la medida de su capacidad. Nadie los conoce completamente a ellos dos excepto aquél que los creó, así como nadie conoce completamente a Dios excepto ellos dos con el conocimiento posible del ser humano.

Fue narrado por el dueño de la posición meritoria (s) el significado de esto: “Oh Alí, sólo yo y tú conocemos a Dios, solo Dios y tú me conocen, y solo Dios y yo te conocemos”.[10]

En cuanto al segundo mundo, el mundo de los Reinos, es un mundo ideal y de imagen, es el mundo de las almas, parecido al que se ve al dormir. Y es así porque el que duerme está desatento de su existencia física y atiende a su existencia en los Reinos, que podéis llamarla “ideal” o “espiritual”.

En cuanto al tercer mundo, el mundo físico, es un mundo que se parece a la nada, sólo tiene la posibilidad de existir por su capacidad de existir. Es el último de los grados de descenso. Si una imagen se derrama sobre la materia se forma un cuerpo y éste es el primero de los grados de ascensión o regreso. Luego los cuerpos se dividen según sus grados de existencia en cuerpos inertes, plantas, animales y seres humanos. El ser humano, o bien se eleva y regresa a su Iniciador, Glorificado sea, glorificando en el mundo del intelecto cerca del Viviente que no muere, o bien degrada su alma dando la espalda a su Señor, pues solo ve la materia de la que apenas es consciente o solo alcanza a saber de ella cuando la imagen ideal se derrama sobre ella. De este modo, se vuelve como el ganado, es más, aún más extraviado del camino; porque fue creado para adelantarse y retrocedió, fue creado para usar el intelecto y prefirió la ignorancia, fue creado para vivir y prefirió la muerte.

Dijo Abu Abdulá (a): «“Dios, Poderoso y Glorioso, creó el intelecto, que es la primera creación de las espirituales, a la derecha del trono, a partir de su luz. Y le dijo “retrocede” y retrocedió. Luego le dijo “adelántate” y se adelantó. Entonces Dios, Bendito y Altísimo, dijo: “te he hecho una gran creación y te he favorecido sobre toda mi creación.”» Dijo: «Luego creó a la ignorancia del mar salobre de tinieblas y le dijo “retrocede” y retrocedió, luego le dijo “adelántate” y no se adelantó, entonces le dijo “te has ensoberbecido” y la maldijo…».[11]

En cuanto al intelecto, todo el intelecto es Muhammad (s) y su sucesor, Alí (a); porque es su alma, como está en el versículo “y nuestras almas y vuestras almas”.[12] Y en cuanto a la ignorancia, toda la ignorancia es el segundo, el principio de la soberbia. Es aquel al que extravió Iblís y arrojó al abismo. Iblís (maldígalo Dios) dijo: {Señor, por lo que me has descarriado},[13] es decir, por aquél con el que me has descarriado, o lo desconocido que ha causado mi descarrío. En el versículo se describe como algo indefinido; porque es de la oscuridad, sin identidad, y está el “lo que”, que se utiliza para “seres irracionales”; porque no tiene intelecto.

Por lo tanto, entre los hijos de Adán (a), hay alguien que se elevó por la adoración y la perfección moral hasta alcanzar la distancia de dos arcos o más cerca, pues es el maestro espiritual de los ángeles cercanos y el hombre completo, es decir, Muhammad (s), tal como Adán (a) enseñó a los ángeles lo que no sabían. El Comandante de los Creyentes dijo: “El hombre fue creado con un alma que habla por sí misma. Si la purifica con la ciencia y las acciones se asemeja a las joyas en su forma inicial. Si endereza su temperamento y la separa de sus contradicciones entra en comunión con los siete firmamentos”.[14]

Y entre los hijos de Adán hay quien arrojó su alma al abismo, que nada en un mar salobre de oscuridades sobre oscuridades, que cuando sumerge su mano apenas la ve, hasta convertirse en oscuridad sin luz, en ignorancia sin intelecto, en desasosiego sin estabilidad, en miedo sin tranquilidad, sin ningún sosiego que descienda sobre él. Sin esperanza en la misericordia de Dios y sin esperar al espíritu de Dios, aun cuando Iblís (maldígalo Dios), al resucitar para la Resurrección, esperará la misericordia de Dios, como está mencionado en un hadiz. Dijo el Altísimo: {Y cuando les adornó el demonio sus acciones y dijo: «no habrá vencedor contra vosotros hoy entre los hombres, y seré un vecino para vosotros». Luego, cuando se vieron las dos formaciones, dio media vuelta sobre sus talones y dijo: «estoy libre de vosotros, yo veo lo que no veis, temo a Dios y Dios es severo en el castigo»}.[15]

Estos mismos son los maliciosos y soberbios que inspiran a los demonios de los genios a adornar las palabras. Pues los demonios de los genios toman de los demonios de los hombres y aprenden de ellos. Dijo el Altísimo: {Y así pusimos para cada profeta un enemigo. Demonios de los hombres y los genios, que se inspiran unos a otros, adornadas palabras de engaño. Y si quisiera tu Señor, no lo habrían hecho. Así que abandónalos y a lo que inventan}.[16]

Al-Haruri dijo:

Yo era un joven entre los soldados de Iblís, y se desarrolló

en mí la cuestión, hasta que pasó a ser Iblís uno de mis soldados.

Y si él muere antes que yo, seré mejor después de él

con métodos de inmoralidad que no serán buenos ni para él.[17]

Y queda algo… para el que pueda preguntar. Según los infieles, ¡¿no es el intelecto con lo que ellos inventan aviones y sofisticados dispositivos de comunicación?! La respuesta es: le preguntaron a Abu Abdulá (a) sobre lo que tenía Muawiya y dijo (a): “Aquella inteligencia es una obra satánica, se parece al intelecto y no es intelecto”.[18] Así que todo ser humano tiene una parte en el mundo de los Reinos. Su parte es el alma, que es una imagen ideal y una sombra del intelecto. Esta sombra es la capacidad de conciencia o el portavoz plantado en los paraísos. Los animales sin habla la tienen en común con nosotros, pero el reflejo del hombre es más puro. Como el brillo del intelecto sobre su alma es más esplendoroso y claro, la parte que tiene de esta sombra es mayor. Cualquiera que haya estudiado el mundo animal sabe que algunos animales pueden inventar algunas herramientas, como lo han mencionado algunos biólogos. Por ejemplo, las nutrias que construyen represas para elevar el nivel del agua. Así que el hombre no tiene ninguna superioridad sobre los animales excepto poder contemplar dentro de esta sombra para ver la realidad y el intelecto, y caminar hacia ella para completarse mediante la adoración, el agradecimiento y los buenos modales. Si no se conforma con esta sombra pues es como el ganado, es decir, como los animales sin habla. Si degrada su alma con una moral aborrecible se extravía aún más del camino.

Y la alabanza a Dios solamente, y no nos ha llegado de la ciencia sino un poco. Señor mío, hazme entrar a mí, a los creyentes y a las creyentes en tu misericordia. Tú eres mi Guardián en este mundo y en la Última, y una bendición de Protector y una bendición de Auxiliar.

[1] Sagrado Corán – sura «Ash-Shura» (La consulta), 52-53.

[2] Sagrado Corán – sura «Al-Ankabut» (La araña), 54.

[3] Sagrado Corán – sura «At-Tauba» (El arrepentimiento), 73.

[4] Sagrado Corán – sura «As-Sayda» (La prosternación), 17.

[5] Con estas palabras indica (a) lo que fue narrado de la Gente de la Casa (a), lo ya narrado por el Jeque Al-Kulaini en su cadena: de Abu Yafar (a), que dijo: “Cuando Dios creó el intelecto le inquirió luego, diciéndole: “Adelántate” y él se adelantó. Luego le dijo: “Retrocede”, y él retrocedió. Luego dijo: “Juro por mi poder y gloria, que no he creado una creación que sea más amada para mí que tú, y no te he completado sino en quien amo. En cuanto a mí, a ti te mando, a ti te advierto, a ti te castigo y a ti te premio”. Al-Kafi, vol. 1, pág. 10. El dichoso es el que cumple con el llamado de Dios, Poderoso y Glorioso, y se adelanta cuando Él, el Altísimo, manda adelantarse.

[6] Sagrado Corán – sura «Gafir» (Perdonador), 67.

[7] Sagrado Corán – sura «An-Naym» (La estrella), 8-9.

[8] Sagrado Corán – sura «Al Imran» (La familia de Imrán), 61.

[9] Munaqib Ibn Shahr Ashub, vol. 3, pág. 31, Al-Muyam al-Ausat de Tabarani, vol. 9, pág. 142, Kanz al-Umnal, vol. 11, pág. 621, Bihar al-Anwar, vol. 39, pág. 313.

[10] Mujtasar Basair Ad-Darayat, pág. 125, Musuaa Al-Imam Al-Mahdi (a) fi Kitab As-Sunna, vol. 8, pág. 185, Mashariq Anwar al-Yaqin, pág. 176.

[11] Al-Kafi, vol. 1, pág. 21, Al-Jisal As-Saduq, pág. 589, Tuhaf Al-Uqul, pág.

[12] Se refiere (a) a lo que dijo el Altísimo: {Así pues, quien te argumente sobre ello después de lo que ha venido a ti de la ciencia, pues di: «venid, llamemos a nuestros hijos y a vuestros hijos, y a nuestras mujeres y a vuestras mujeres, y a nuestras almas y a vuestras almas, luego imprequemos pues, invocando la maldición de Dios para los mentirosos»}, sura «Al Imran» (La familia de Imrán), 61. El alma del Mensajero de Dios (s) es Alí Bin Abi Talib (a), sus hijos son Hasan y Husein (con ambos sea la paz) y las mujeres son Fátima (con ella sea la paz). Véase el motivo por el cual descendió este versículo en Tafsir al-Maymua Al-Bayan, vol. 2, pág. 309 y otros.

[13] Dijo el Altísimo: {Dijo: «Señor mío, por lo que me has descarriado los adornaré en la Tierra y los descarriaré a todos»}. «Al-Hiyr» (El rocoso), 39.

[14] Munaqib Aal Abu Talib, vol. 1, pág. 327, Uyun Al-Hukm wa Al-Mawaid, pág. 304, Bihar al-Anwar, vol. 40, pág. 165, Mizan al-Hikma, vol. 1, pág. 223.

[15] Sagrado Corán – sura «Al-Anfaal» (Los botines), 48.

[16] Sagrado Corán – sura «Al-Anaam» (Los ganados), 112.

[17] Bihar al-Anwar, vol. 12, pág. 33.

[18] Al-Kafi, vol. 1, pág. 11, Maani al-Ajbar, pág. 240, Wasail, vol. 15, pág. 206.


Extracto del libro El becerro de Ahmed Alhasan (a)