• Categoría de la entrada:El yermo o el camino a Dios
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Todos nosotros practicamos el disimulo en nuestra vida a diario, pues el ser humano tiene la cualidad innata de apartarse del daño material, incluso el animal silencioso. Pero necesitamos racionar esta naturaleza conforme a la legislación islámica, pues el disimulo en el islam es uno de los actos de adoración más importantes al que los creyentes están obligados a cumplir de manera completa y precisa. Abandonar el disimulo cuando se requiere está prohibido, así como actuar con él cuando no se requiere lleva al creyente a la destrucción.

Muchos creyentes se exceden en el disimulo, y pocos creyentes lo abandonan. Ya fue narrado por los Imames (a) la prohibición de excederse en o de abandonar el disimulo. As-Sadiq (a) dijo lo que significa: «El disimulo es mi religión y la religión de mis padres».[1]

Y de él (a): «Quien no tiene disimulo no tiene religión».[2]

Además, él (a) dijo lo que esto significa: «Si se os llamara a ayudarnos el disimulo sería para vosotros más amado que vuestros padres».[3]

Así pues, mientras él (a) confirma el disimulo y su práctica cuando se requiere, recuerda que algunos fallarán en ayudar a la familia de Muhammad (s) y se excusarán en el disimulo, ¡especialmente durante el tiempo de la aparición del Imam Al-Mahdi (a)!

Por lo tanto, el disimulo no significa abandonar la lucha o la acción por la causa de Dios, sino que significa obrar con prudencia. Por ejemplo: si quieres matar una víbora venenosa debes acercarte a ella con calma y luego golpearla en la cabeza. Pues si causas mucho ruido advertirás a la víbora de que te acercas a ella y talvez empiece a atacarte.

De Abu Yafar (a) en Sahih al-Hada: «Por Dios, el más amado de mis compañeros por mí es el más piadoso, el más inteligente y el más discreto con nuestro hadiz…».[4]

La discreción con el hadiz de la Gente de la Casa es por los que no son de su gente, los que no defienden a los imames de la familia de Muhammad (s), los contumaces con ellos y los que abandonan la lealtad a ellos.

[1] Al-Mahasin, vol. 1, pág. 255, Daaim al-Islam, vol. 1, pág. 110.

[2] Awali al-Liali, vol. 1, pág. 432, Awail al-Maqalat, pág. 216.

[3] De Abu Hamza Az-Zamali, que dijo: «Abu Abdulá (a) dijo: “La Tierra no quedará sin que en ella haya de nosotros un sabio que reconozca la verdad de la falsedad”. Dijo: “El disimulo se puso para evitar derramar sangre. Si el disimulo llega a sangre no es disimulo. Y por Dios, si fuerais llamados para ayudarnos diríais: ‘No. Actuaremos con disimulo’. Y es que el disimulo será más amado para vosotros que vuestros padres y vuestras madres. Si se levanta al Qaim (a), no necesitará pediros eso y establecerá sobre muchos de vosotros, gente de hipocresía, los límites de Dios”». Tahdib al-Ahkam, vol. 6, pág. 172.

[4] Al-Kafi, vol. 2, pág. 223.


Extracto del libro El yermo o el camino a Dios de Ahmed Alhasan (a)