• Categoría de la entrada:La ilusión del ateísmo
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«La copa estaba quebrada.

Ya no había Dumuzi.

El corral fue entregado a los vientos».[1]

Y en otra casida, el poeta sumerio se lamenta por Dumuzi (el hijo fiel), diciendo:

«Mi corazón fue a Edén, llorando, llorando

Soy la dama del templo, soy Inanna, quien destruye las tierras de los enemigos.

Soy Ninsun, la madre del gran maestro.

Soy Geshtinanna, la madre del muchacho sagrado.

Mi corazón fue a Edén, llorando, llorando

Fui al lugar del muchacho,

fui al lugar de Dumuzi,

A los infiernos, el hogar del pastor.

Mi corazón fue a Edén, llorando, llorando

Al lugar donde el muchacho estaba encadenado

al lugar donde Dumuzi aguantaba

Mi corazón fue a Edén, llorando, llorando».[2]

La realidad es que se ha prolongado una gran injusticia contra los sumerios que han enseñado a la humanidad la escritura, han elaborado leyes, han fundado las ciencias, han sido los primeros en inventar la rueda y han elaborado un sistema de cálculo, álgebra y geometría, cuando el Dr. Kramer, seguido por algunos expertos en la civilización sumeria los retrataron:

Como si estuvieran estado afligidos por algo mítico o una leyenda que ellos mismos hubieran compuesto, una simple expresión de fertilidad e infertilidad que se habría alternado anualmente. Como si hubiera sido un pueblo en el que todos sus miembros consumieran estupefacientes que les hicieran perder el sentido, de modo tal que ellos y sus herederos, los babilonios, se estuvieran estado lamentando y estableciendo reuniones de luto durante miles de años por el símbolo de un relato que ellos mismos habrían compuesto, de la A la Z.

Durante miles de años los habitantes de la Mesopotamia, generación tras generación, cada año, representan al cadáver de Dumuzi. Cada año lloran por Dumuzi. Cada año leen elegías por Dumuzi.

¡¿Todo esto son meras ilusiones?! ¡Un mero relato que ellos mismos compusieron!

¡¿Con qué razón?!

¡Para expresar la fertilidad que llega en primavera y la infertilidad que le sigue en otra estación del año!

Se supone que debería haber una respuesta razonable para el lamento de la primera civilización conocida por la humanidad durante miles de años por Dumuzi (el hijo fiel) o Tamuz.

Con respecto al legado religioso, las narraciones de los Imames (con ellos sea la paz) nos informan con completa claridad que los sumerios se lamentaron y lloraron por Husein (con él sea la paz) gracias a la trasmisión del llanto y la tristeza de los profetas sumerios; de Noé (con él sea la paz) y Abraham (con él sea la paz) por Husein (con él sea la paz):

De Fadil Bin Shadán, que dijo: [escuché a Ar-Reda (con él sea la paz) decir: cuando Dios, Glorioso y Excelso, ordenó a Abraham (con él sea la paz) sacrificar en lugar de su hijo Ismael al cordero que hizo descender para él, Abraham (con él sea la paz) deseó que el sacrificio fuera su hijo Ismael en sus manos y no que se le ordenara sacrificar al cordero en su lugar, para que su corazón se distinga con lo que se distingue el corazón del padre que sacrifica con sus manos a su hijo más querido, para así alcanzar los grados más elevados de la gente de la retribución por las calamidades. Entonces Dios, Glorioso y Excelso, le inspiró: oh Abraham, ¿quién es al que más amas de mi creación? Dijo: oh, Señor, no has creado a nadie que yo ame más que a tu amado Muhammad (las salutaciones de Dios sean con él y su familia). Entonces Dios Altísimo le inspiró: ¿acaso es él a quien más amas o eres tú mismo? Dijo: no, a él le amo más que a mí mismo. Dijo: ¿y amas más a su hijo o a tu hijo? Dijo: a su hijo. Dijo: entonces, ¿el sacrificio de su hijo injustamente a manos de sus enemigos lastima más tu corazón o el sacrificio de tu hijo en tus manos en obediencia a mí? Dijo: oh Señor, el sacrificio de su hijo injustamente a manos de sus enemigos lastima más mi corazón. Dijo: oh Abraham, taifas que pretenden ser de la nación de Muhammad asesinarán a su hijo Husein después de a él, injustamente y con saña como se sacrifica a un cordero, e incurrirán así en mi cólera. Entonces Abraham (con él sea la paz) se consternó por eso, su corazón se adoleció, y comenzó a llorar. Entonces Dios, Glorioso y Excelso, le inspiró: oh Abraham, te he liberado de la angustia de sacrificar con tus manos a tu hijo Ismael, por tu angustia por Husein y su asesinato. Y te he concedido el grado más alto de la gente de la retribución por las calamidades. Y así dijo Dios, Glorioso y Excelso, “Y le rescatamos a cambio de un sacrificio inmenso”. Dos cosas establecidas, dos cosas ocurridas, dos cosas diferentes y dos cosas opuestas].[3]

De Alí Ibn Muhammad, que recogió de Abu Abdulá (con él sea la paz): [sobre la enfermedad de Abraham (con él sea la paz), en las palabras de Dios, Glorioso y Excelso: “Entonces posó su mirada en las estrellas * y dijo: ciertamente, estoy enfermo”. Calculó y vio lo que habría de ocurrir a Husein (con él sea la paz): ciertamente, estoy enfermo por lo que ha de ocurrirle a Husein (con él sea la paz)].[4]

El erudito Al-Maylisi narró en el Bihar: [Cuando Adán bajó a la Tierra no vio a Eva y comenzó a merodear por la Tierra buscándola. Entonces al pasar por Kerbala sintió una preocupación y una opresión en el pecho sin ningún motivo. Tropezó en el sitio en el que sería asesinado Husein hasta que de sus piernas brotó sangre. Entonces levantó la cabeza al cielo y dijo: Dios mío, ¿acaso he cometido otro pecado por el que me castigas? Pues estuve recorriendo toda la Tierra y no me había pasado nada malo como lo que me ha pasado en esta tierra. Entonces Dios le inspiró: oh Adán, no has cometido ningún pecado, pero en esta tierra ha de ser asesinado injustamente tu hijo Husein, tu sangre ha brotado correspondiendo a su sangre. Entonces dijo Adán: oh Señor, ¿Husein es profeta? Dijo: no, pero es vástago del Profeta Muhammad. Entonces dijo: ¿y quién es su asesino? Dijo: su asesino es Yazid, el maldito entre los habitantes de los Cielos y la Tierra. Entonces dijo Adán: ¿y qué hago, Gabriel? Dijo: maldecirle, Adán. Entonces lo maldijo cuatro veces, avanzó unos pasos hacia la montaña de Arafat y encontró a Eva allí.

Fue narrado que Noé, cuando subió al Arca recorrió todo el mundo. Y cuando pasó por Kerbala la Tierra lo sujetó y Noé temió hundirse. Entonces suplicó a su Señor, diciendo: oh Dios mío, he recorrido todo el mundo y no me había asustado como en esta tierra. Entonces Gabriel descendió diciendo: oh Noé, en este sitio ha de ser asesinado Husein, el vástago de Muhammad, el Sello de los Profetas e hijo del Sello de los Albaceas. Entonces dijo: ¿y quién es su asesino, Gabriel? Dijo: su asesino es el maldito entre los habitantes de los siete cielos y las siete tierras. Entonces Noé lo maldijo cuatro veces y el Arca avanzó hasta llegar a Judi y se posó allí.

Fue narrado que Abraham (con él sea la paz) pasó por la tierra de Kerbala montado en un caballo que, al tropezar, hizo caer a Abraham, su cabeza se fracturó y su sangre brotó. Entonces comenzó a pedir perdón a Dios diciendo: Dios mío, ¿qué he cometido? Entonces Gabriel descendió hasta él diciendo: oh Abraham, no has cometido ningún pecado, pero aquí ha de ser asesinado el vástago del Sello de los Profetas e hijo del Sello de los Albaceas, y tu sangre ha brotado correspondiendo a su sangre. Dijo: oh Gabriel, ¿y quién es su asesino? Dijo: el maldito entre los habitantes de los cielos y las tierras. Y el cálamo trazó sobre las tablas su maldición sin permiso de su Señor. Entonces Dios Altísimo le inspiró al cálamo: ciertamente mereces un elogio por esta maldición. Entonces Abraham (con él sea la paz) alzó sus manos, maldijo a Yazid con una gran maldición y su caballo dio el amén con lengua fluida. Entonces Abraham dijo a su caballo: ¿qué has aprendido que hasta das el amén a mi súplica? Entonces dijo: oh Abraham, estoy orgulloso de que cabalgues sobre mí. Cuando tropecé y caíste de mi lomo me avergoncé. Y Yazid, que Dios Altísimo le maldiga, fue la causa de eso].[5]

Lo presentado hace que el lector prudente se dé cuenta de que las epopeyas de Sumeria y Acadia son informes religiosos, de los cuales algunos son imprevisibles y futuros con respecto al tiempo en el que fueron grabados. Y nos deja sin duda de que la religión representa una gran porción del contenido de las epopeyas y relatos sumerio-acadios (babilonios y asirios).

Ya que hemos llegado hasta aquí, sería muy apropiado que mencionemos la eterna Epopeya de Uruk o Epopeya de Gilgamesh. Intentaremos leerlas en conjunto de otra forma que talvez no sea bien conocida. Intentaremos leerlas como una historia relatada por Adán y sus hijos, relatada por Noé y sus hijos, relatada por Abraham y sus hijos, y difundida entre los sumerios y entre los antiguos pueblos del mundo, especialmente en el Cercano Oriente. Se convirtió en el relato favorito de los habitantes de la Mesopotamia y fue trasmitido por generaciones hasta llegar a nosotros a través de miles de años, pero que talvez se deformó y se distorsionó —como previamente se nos ha aclarado— al circular entre la gente.

La historia de Gilgamesh, el cual vendría un día a hacer realidad la justicia y a salvar a la especie humana de su animalidad. En los antiguos restos arqueológicos egipcios:

«Un hombre se levanta, con toda dignidad, enyunta bueyes que se levantan, uno a su derecha y el otro a su izquierda».[6]

Gilgamesh, que un día habría de aparecer, fue esperado por la Mesopotamia (Sumeria) o sur de Iraq durante miles de años.

[1] Fuente: Fadil Abdul Wahid Alí, Ishtar y la Tragedia de Tamuz.

[2] Fuente: Fadil Abdul Wahid Alí, Ishtar y la Tragedia de Tamuz

[3] Fuente: As-Saduq, Al-Jisal, págs. 58-59: y As-Saduq, Uyun Al-Ajbar Ar-Reda, vol. 2, pág. 187.

[4] Fuente: Al-Kulayni, Al-Kafi, vol. 1, pág. 465.

[5] Fuente: Al-Maylisi, Bihar Al-Anwar, vol. 44, pág. 243.

[6] Fuente: Virolleaud, Leyendas de Babilonia y Canaán.


Extracto del libro La ilusión del ateísmo de Ahmed Alhasan (a)