[1] Se refiere a Jerusalén.
De forma resumida y general, el movimiento del principal precursor del Imam Al-Mahdi (a) comienza con el envío del Yamani, que es el primero de los trescientos trece ansar del Imam (a). El sermón del Comandante de los Creyentes (a), en el que menciona a los compañeros del Resurgente y sus ciudades, muestra que el primero de ellos es de Iraq y específicamente de Basora. Basora es una de las ciudades de Iraq, por lo que inicialmente se aclara que el movimiento del Yamani comienza en Iraq:
Del Comandante de los Creyentes (a), en un extenso hadiz: «… Dijo (a): “El primero de ellos es de Basora y el último es de Ebdal”»,[1] Bishara al-Islam, pág. 148.
El Yamani es el primer creyente en el Imam Al-Mahdi (a). Es su derecha, su ministro, su sucesor y el guardián del juramento de lealtad. Él empieza pidiendo a los hombres el juramento de lealtad al Imam Al-Mahdi (a) anunciando su conexión con él y su envío de parte de él. En la narración del Imam Al-Baqir dice que él es la más guiada de las banderas porque él convoca para vuestro compañero, sabiendo que en la época de la sagrada aparición se multiplicarían las banderas de perdición que convocan para el Imam Al-Mahdi y otros. Con lo anterior, queda claro para nosotros que doce banderas convocan para la Gente de la Casa (a) por su propia cuenta sin una orden del Imam (a). Todas están en el fuego excepto una, que es la bandera verdadera enviada por ellos, la bandera del Yamani, quien es el precursor principal de la época de la aparición y el que se vuelva contra él es de la gente del fuego.
El movimiento del Yamani, precursor del Imam Al-Mahdi (a), será aproximadamente seis años antes del levantamiento del Imam Al-Mahdi (a) con la espada.
De Ibn Hanafiya, que dijo: «Entre la salida de la bandera negra de Jorasán y Shuaib Bin Saleh, la salida del Mahdi y la entrega del mando al Mahdi hay setenta y dos meses», Kitab al-Fitan de Naim Ibn Hamad, pág. 165 y Muuyam Ahadiz Al-Imam Al-Mahdi (a), vol. 1, pág. 397.
La bandera negra aquí son las banderas de la perdición[2] que aparecen al principio de la aparición de la convocatoria del Imam. Las banderas de guía del este son las banderas negras pequeñas[3] que describen las narraciones y que están después de que el Primer Mahdi (el Yamani) reúne su ejército y se multiplican sus seguidores, y al principio el asunto solo es una convocatoria a los hombres a jurarle lealtad. El Yamani les aclara su conexión con el Imam Al-Mahdi (a) y que este lo ha enviado a ellos como mensajero oficial del Imam con las evidencias que el Imam le haya otorgado sin excederse. Él convoca a los hombres de la mejor manera y entre las evidencias que trae está la evidencia coránica para los musulmanes y de la Torá y el Evangelio para los judíos y cristianos, como se menciona en la narración.
De Mufaddal Bin Omar, que dijo: «Escuché a Abu Abdulá (a) decir que el compañero de este asunto tendrá dos ausencias. En una de ellas regresa a su gente y en la otra se dirá que ha perecido en algún valle que andaba. Dije: “¿Cómo procederemos cuando esto suceda?”. Dijo: “Si alguien afirma ser un convocador preguntadle sobre las cosas importantes que solo alguien como él podría responder”», Al-Gaiba de Numani, pág. 173.
Las cosas importantes son los libros celestiales. Pues, a pesar de la adulteración, el Mensajero de Dios está mencionado en los libros celestiales anteriores a él y son un argumento contra ellos por lo que estos presentan. Así que la consolidación de la cuestión del sucesor de Dios en Su tierra ha sido preservada en todos los libros, aunque entre la gente de la falsedad se haya adulterado antes de él. Así que no lo reconocerán hasta que venga su dueño.
Definitivamente, él enfrentará a los varones de religión, a los que ocupan cargos religiosos y mundanos de su época, como sucede con cualquier convocatoria divina. Todas las convocatorias divinas se han enfrentado a la oposición de quienes ocupan cargos religiosos y mundanos, así que la situación no será diferente en absoluto. Está claro por la narración del grupo salvo que estará solo, oponiéndose a todos los grupos. En cuanto a los demás grupos, estarán unidos, al menos superficialmente, porque su objetivo es mundano, así que tendrán muchos factores en común. Por eso dijo “setenta y dos en el fuego y uno en el Paraíso”, y dijo “doce banderas” —que están entre estos setenta y dos— “que están en el fuego y una en el Paraíso”. Es decir, hay que prestar mucha atención a esto, porque es un puntal fundamental para reconocer a la bandera de la verdad.
Luego, después de la convocatoria de la mejor manera, en los últimos meses será su salida para el enfrentamiento militar y la salida del Sufiani, su principal oponente, en el mes de Rayab.
De Muula Bin Junais, que dijo: «Escuché a Abu Abdulá (a) decir: “De este asunto, hay cosas que son inevitables y otras que no son inevitables. Entre las inevitables está la salida del Sufiani en Rayab», Al-Gaiba de Numani, pág. 300.
Se debe saber que la salida del Sufiani es una buena nueva para los seguidores del Yamani (los shiíes de la familia de Muhammad a.), porque la presencia del Sufiani es contemporánea a la presencia del Yamani (el Primer Mahdi) y porque el Sufiani comienza su combate contra aquellos que le disputan este mundo (los hijos de fulano) que son enemigos de la Gente de la Casa y usurpadores de su derecho, aunque externamente se autoproclamen shiíes. Es decir, son los dueños de las doce banderas de la perdición. Entre ellos habrá quien le jure lealtad y quien lo combata. Y cuando él se ocupe de ellos habrá varios bandos, que después de haber soportado el tormento y la aflicción del mal del maldito Sufiani, comenzarán a unirse a la bandera del Yamani, que por tanto tiempo rechazaron quienes buscaban este mundo y los siervos de los ídolos humanos (los eruditos inoperantes). La buena nueva está clara en la siguiente narración:
De Abu Yafar Al-Baqir (a), que dice: «“… Así que os doy buenas nuevas una y otra vez por aquello que queréis. ¿No estáis viendo a vuestros enemigos combatiendo en desobediencia a Dios y matándose unos a otros por este mundo, mientras vosotros estáis en vuestras casas seguros y aislados de ellos? Que el Sufiani baste como venganza para vosotros de vuestros enemigos. Él es una de las señales para vosotros. Aunque este impío ya haya salido, vosotros permaneceréis un mes o dos después de su salida sin que él os haga ningún mal, hasta que él asesine a mucha gente al margen de vosotros”. Entonces algunos de sus compañeros le dijeron: “¿Y cómo cuidaremos a nuestras familias cuando eso ocurra?”. Dijo: “Los varones entre vosotros se ocultarán de él, pues su cólera y ansia será contra nuestros shiíes. En cuanto a las mujeres, no sufrirán mal si Dios Altísimo quiere”. Alguien dijo: “¿Y hacia dónde escaparán los hombres para esconderse de él?”. Dijo: “Quienes quieran escapar escaparán a Medina, o a La Meca, o a alguna de las otras ciudades”. Luego dijo: “¿Qué haréis en Medina, si es allí adonde se dirigirá el ejército de este impío? Sería mejor para vosotros ir a La Meca, pues es vuestro lugar de reunión. Su sedición será como el embarazo de una mujer, de nueve meses, y no se pasará de eso si Dios quiere”», Al-Gaiba de Numani, pág. 301.
Aquí se aclara que será como una hégira como la hégira del Mensajero de Dios (s) al principio de su convocatoria.
De Abu Abdulá (a), que dijo: «“El Sufiani es inevitable y no sale sino en Rayab”. Entonces un hombre le dijo: “Oh, Abu Abdulá, cuando salga, ¿cuál será nuestra situación?”. Dijo: “Cuando ocurra eso, venid a nosotros”», Al-Gaiba de Numani, pág. 302.
Este asunto (es decir, la hégira y la evasión de enfrentar al Sufiani) es durante los primeros seis meses desde la salida del Sufiani, es decir, entre el mes de Rayab hasta el de Dul Hiyya. Luego el levantamiento es en Muharram.
De Abu Abdulá (a), que dijo: «El Resurgente se levanta el día de Ashura», Bihar al-Anwar, vol. 52, pág. 297.
De Abu Abdulá (a), que dijo: «El Sufiani es de lo inevitable y su salida es en Rayab. Desde el inicio de su salida hasta su final pasarán quince meses. Seis meses en los que combatirá. Cuando posea las cinco regiones reinará nueve meses, sin extenderse ni un día más», Al-Gaiba de Numani, pág. 300.
Estos seis meses incluyen la hégira de los compañeros del Yamani y sus allegados, así como también la hégira del Yamani a las tierras del este. Las narraciones mencionan mucho que el inicio de la salida del Yamani comienza desde el este, luego la Gente de la Casa (a) confirma el juramento de lealtad al compañero de las banderas del este aunque fuera arrastrándoos por la nieve. Las narraciones mencionan que el Mahdi al principio se esconde del Sufiani. Aquí se refiere al Yamani (el Primer Mahdi), por ser un enemigo visible para el Sufiani. En cuanto al Imam Al-Mahdi (a), no es un enemigo visible para el Sufiani como para esconderse y su salida es después del combate entre el Sufiani y el Yamani, siendo ambos de las señales inevitables que le preceden (a).
De Alí hijo de Husein (a): «… Luego sale el Sufiani maldito del valle árido. Él es de la progenie de Utba hijo de Abu Sufián. Cuando el Sufiani aparece el Mahdi se esconde. Después de eso él sale», Al-Gaiba del jeque At-Tusi, pág. 333.
Después de que el Primer Mahdi se esconda, es decir, durante el tiempo que precede a su levantamiento, el Sufiani envía un ejército para capturarlo y Dios hará que se los trague la tierra.
De Umm Salama, que dijo: «El Mensajero de Dios (s) dijo: “Le jurarán lealtad a un varón entre la esquina[4] y la estación[5] un número como el de la gente de Badr.[6] Vendrán a él bandas de Iraq y sustitutos de Sham. Un ejército de la gente de Sham lanzará una incursión contra ellos y cuando estén por Al-Baidá[7] la tierra se hundirá con ellos. Entonces lanzará una incursión contra ellos un varón de Quraish, cuyos tíos maternos son de Kalb. Se encontrarán y Dios los derrotará. Y habrá de decirse: “Frustrado quien haya perdido el botín de Kalb”», Muuyam Ahadiz Al-Imam Al-Mahdi (a) del jeque Al-Kurani, vol. 1, pág. 442.
¿¡Quién es este que lanza una incursión!? ¿¡Y quién es el de Quraish!? ¡¿Es de Hasan o de Husein?! Teóricamente, el de Quraish no es el del hundimiento de tierra y viene después de esto, por eso dijo (s) “la tierra se hundirá con ellos. Entonces lanzará una incursión contra ellos un varón de Quraish”.[8]
«Se los tragará la tierra y no se salvarán de ellos excepto más que dos varones de Kalb llamados Wabr y Wubair con sus rostros invertidos sobre sus nucas», Muuyam Ahadiz Al-Imam Al-Mahdi (a) – Jeque Al-Kurani, vol. 3, pág. 277, Ibn Hamad, pág. 90.
Del Comandante de los Creyentes (con él sea la paz): «… La salida del Sufiani es con una bandera verde y una cruz de oro, los comanda un varón de Kalb… Enviará caballería en busca de alguien de la familia de Muhammad —bendígale Dios y a su familia— a quien se han unido varones desamparados de La Meca comandados por un varón de Gatafán. Cuando estén en mitad de las dunas blancas[9] de Al-Baidá,[10] la tierra se hundirá con ellos… En ese día se cumplirá esta aleya: {Y si vieras cuando sean aterrorizados, pues no habrá escape, y sean arrebatados desde un lugar cercano}», Muuyam Ahadiz Al-Imam Al-Mahdi (a) – Jeque Al-Kurani, vol. 5, pág. 356.
De Hudaifa Bin Al-Yamán —que Dios se complazca de él: «que el Profeta —bendígale Dios y a su familia— mencionó una sedición entre la gente del este y del oeste, y dijo: “Mientras estén así, saldrá a ellos el Sufiani desde el valle árido en su hervor, hasta bajar a Damasco. Enviará dos ejércitos, uno un ejército al este y el otro al oeste, hasta bajar a la tierra de Babilonia desde la ciudad maldecida (refiriéndose a Bagdad) y matará a más de tres mil, violará a más de cien mujeres y matará allí a trescientos de los hijos de (el fulano) Abbás. Luego bajarán a Kufa y destruirán lo que haya en rededor. Luego saldrán en dirección a Sham. Entonces sale la bandera de guía y persigue a ese ejército y los mata sin que escape ningún informante, recuperando a los capturados y los botines de las manos de ellos. El segundo ejército se hará con Medina y la saqueará durante tres días con sus noches. Luego saldrán con dirección a La Meca y cuando estén por Al-Baidá, Dios enviará a Gabriel diciendo: ‘Oh, Gabriel, ve y espántalos’. Entonces él dará un golpe con su pie haciendo que se los trague la tierra. Ninguno de ellos escapará excepto dos varones de Yuhaina», Asr ad-Duhur — Jeque Al-Kurani, pág. 133, Bihar vol. 52, pág. 186.
Del Comandante de los Creyentes (a): «… “Oh, Muawiya, el Mensajero de Dios —bendígale Dios y a su familia— me informó… que un varón siniestro y maldito de tu progenie…, … enviará un ejército a Medina. Entrará en ella y se desbordarán en asesinatos y depravaciones. De ellos huirá un varón de mi progenie, puro, piadoso, que llenará la Tierra con justicia y equidad como se llenó de injusticia y opresión. Y yo conozco su nombre, de quién será hijo ese día y su emblema. Él será de la progenie de Husein, a quien matará tu hijo Yazid, y será quien vengue la sangre de su padre y escapará a La Meca. El comandante de ese ejército mata a un varón puro y recto de mi progenie junto a las piedras de aceite. Luego ese ejército marchará hacia La Meca. Yo sé el nombre de su comandante, de ellos y las marcas de sus caballos. Cuando entren a Al-Baidá y se alineen Dios hará que la tierra se hunda con ellos. Dios Poderoso y Excelso dijo: {Y si vieras cuando sean aterrorizados, pues no habrá escape, y sean arrebatados desde un lugar cercano}”. Dijo: “Debajo de sus pies. De ese ejército no quedará nadie excepto un varón, cuyo rostro Dios deformará. Dios enviará gente al Mahdi, los reunirá como a hojas otoñales. Por Dios, que conozco sus nombres, el nombre de su comandante y la parada de sus estribos. Entonces el Mahdi entra a la Kaaba, llora e implora», Muuyam Ahadiz Al-Imam Al-Mahdi (a) – Jeque Al-Kurani, vol. 5, pág. 358. Fuentes.[11]
Este hadiz indica que el asesinato del alma pura es antes del hundimiento del ejército del Sufiani, es decir, entre el veinticinco de Dul Hiyya y el diez de Muharram, el día del levantamiento con la espada. Talvez el hundimiento sea entre el 25 de Dul Hiyya y el 10 de Muharram o Ramadán, es decir, durante el período de los ocho meses en los que combaten el Sufiani y el Yamani. Luego el grito es en Ramadán. Entonces el gobierno del Sufiani ya habrá terminado y se habrán completado las señales inevitables que están ordenadas como las cuentas de un collar, unas tras otras.
Del Comandante de los Creyentes (a), que dijo: «“¿Os informo acerca del último reino de los hijos de fulano?”. Dijimos: “Por supuesto, Comandante de los Creyentes”. Dijo: “El asesinato de un alma sagrada, en un día sagrado, en una tierra sagrada, a manos de gente de Quraish. Por aquél que ha hendido el grano y ha generado la exhalación, que no tendréis reino después de él sino quince noches”. Dijimos: “¿Habrá algo antes o después de esto?”. Y dijo: “Un grito en el mes de Ramadán que sobresaltará a los despiertos y despertará a los dormidos, y hará salir a la muchacha de su alcoba”», Bihar al-Anwar, vol. 52, pág. 234.
Entonces, si el grito del mes de Ramadán es después del asesinato del alma pura que ocurre en Dul Hiyya, el grito sería ocho meses después del asesinato del alma pura. Estos meses son: Muhárram, Sáfar, Rabii I, Rabii II, Yumadi I, Yumadi II, Ráyab y Shaabán. El levantamiento empieza en Muhárram. Seis meses antes es la salida del Sufiani en Ráyab, o sea, hasta Dul Hiyya, así que todo el período del Sufiani expira a los quince meses y esto coincide exactamente con Ramadán.
Otro conjunto de circunstancias que constituyen una prueba confirma que el grito es después del levantamiento, que el grito no es sino después de asesinatos y combate, como en la siguiente narración:
De Abu Abdulá (a): «Los hombres serán tan envueltos por la muerte y los asesinatos que buscarán refugio en el santuario. Entonces un pregonero llamará por la intensidad del combate: “¿A qué vienen estas muertes y combates? Vuestro compañero es fulano”», Muuyam Ahadiz Al-Imam Al-Mahdi (a) – Jeque Al-Kurani, vol. 3, pág. 445. Fuentes.[12]
De Abu Yafar (a), que dijo: «Esperad la voz que os llegará repentinamente desde Damasco, en ella tendréis un gran alivio», Muuyam al-Anwar – Al-Aalama Al-Maylisi, vol. 52, pág. 298.
De Abdulá Bin Sinán, de Abu Abdulá (a), que dijo: «“El llamado es de lo inevitables, el Sufiani es de lo inevitable, el Yamani es de lo inevitable, el asesinato del alma pura es de lo inevitable, la mano que aparece en el cielo es de lo inevitable”. Dijo: “Un sobresalto en el mes de Ramadán despertará al dormido y sobresaltará al despierto y hará salir a la muchacha de su alcoba”», Al-Gaiba de Numani, pág. 252.
Del Imam Ar-Reda (a), que dijo: «… “Es como si estuviera desanimado por lo que aun no se ha proclamado, un llamado que oirá el lejano tanto como el cercano, que será misericordia para los creyentes y un tormento para los infieles”. Entonces dije: “Que mi padre y mi madre sean tu rescate, ¿y qué es ese llamado?”. Dijo: “Tres voces en Rayab. La primera: ‘Que la maldición de Dios sea sobre los opresores’. La segunda: ‘Ha llegado lo esperado, oh, nación de creyentes’. Y la tercera: ‘Han de ver una mano eminente con los primeros rayos del sol proclamando: ¿Acaso no es que Dios ya ha enviado a fulano para destrucción de los impíos?’. Entonces llegará el alivio a los creyentes y Dios curará sus pechos y quitará la colera de sus corazones”», Al-Gaiba de Numani, pág. 181.
De Abu Abdulá (a), que dijo: «“El año en el que sea el grito, antes de él habrá un signo durante Rayab”. Dije: “¿Y cuál es?”. Dijo: “Un rostro que aparece en la luna y una mano eminente”», Al-Gaiba de Numani, pág. 252.
Hay que saber que las convocatorias son múltiples, y tienen diferentes criterios y narraciones con diferentes significados. Algunas se refieren al mismo grito o llamado, pero todas explican un aspecto de la imagen:
Esto requiere una investigación por separado:
Algunas son en Rayab, otras en Ramadán, otras en el Mundo del Reino (nuestro mundo actual) como el alboroto de los hombres por una noticia y su difusión entre ellos, otras en el Reino de los Cielos (en la visión y demás), algunas son milagrosas como el grito de Ramadán, y esto requiere un análisis, un examen, una prueba, etc.
En cuanto a si el llamado fuera como está en la siguiente narración, «La verdad está en Alí y en sus shiíes», ¿cómo podría distinguirse la bandera de la verdad de las banderas de los shiíes divergentes? Pues todos dicen “yo estoy con el compañero de la verdad” y todos sabemos que hasta el momento del llamado la verdad está en Alí y sus shiíes. ¿Pero quiénes son sus shiíes realmente?
Las batallas son en Iraq, las disensiones son en Iraq y en él los shiíes son la gran mayoría. Entonces, ¿por qué antes de combatir no se unen en torno a su Imam y le juran lealtad si el grito indica claramente quién es él? ¿Por qué le dicen “Regresa, hijo de Fátima”, etc., etc.?
Si el llamado es con el nombre del compañero de la verdad, la narración “La verdad está en Alí y en sus shiíes…” es una alusión al compañero de la verdad, así como una frase que dijera “La verdad está en el Sufiani y en sus shiíes” sería una alusión al bando de la falsedad seguido por los extraviados extraviadores. Nadie se imaginaría que los hombres con todas sus clasificaciones y sus doctrinas seguirían la falsedad o abandonarían la verdad si el llamado fuera textual y literalmente como está en la narración, especialmente cuando proviene del Mensajero de Dios y de la Gente de su Casa. Sin embargo, a través de la prueba el análisis se lleva la mayor parte. Dijo el Altísimo: {Y si lo hubiéramos puesto como un ángel, lo hubiéramos puesto como varón y ciertamente, lo hubiéramos vestido para ellos con lo que ellos se han vestido}, Sagrado Corán – sura «Al-Anaam» (Los ganados), 9.
Esto significa que las narraciones hablan en general del llamado y no textualmente, o tienen un aspecto de interpretación, etc. Por eso he dicho que esto requiere de una investigación meticulosa. Hay un estudio sobre uno de los aspectos del grito del profesor Ahmed Hatab en su libro Fasl al-Jatab fi Huyyiat Ruya Uli al-Bab, que el lector puede consultar.
En cuanto a la siguiente narración:
De Fadl Bin Shadán, de Abu Yáfar (a), que dijo: «… “el asesinato del alma pura es de lo inevitable, y la salida del Resurgente (con él sea la paz) es de lo inevitable”. Entonces le dije: “¿Cómo es (ese) llamado?”. Dijo: “Un pregonero llama desde el cielo a primera hora del día: ‘¿Acaso no es que la verdad está con Alí y sus shiíes?’. Luego Iblís —maldígale Dios— llama a última hora del día: ‘¿Acaso no es que la verdad está con el Sufiani y sus shiíes?’, haciendo dudar con ello a los falseadores”», Muuyam Ahadiz Al-Imam Al-Mahdi (a) – Jeque Al-Kurani, vol. 3, pág. 277, hadiz 811. Fuentes.[13]
Así como dicen que “las cosas se conocen por sus opuestos”, puede que conozcamos lo que se quiere decir con “Alí y sus shiíes” en el grito observando el llamado de Iblís —maldígalo Dios—, (la verdad está en el Sufiani y sus shiíes), porque el principal oponente del Sufiani es el Yamani prometido (el compañero de la bandera de guía) y quien representa al bando de la verdad, opuesto al bando de la falsedad que es el Sufiani y sus shiíes. Así se aclara que lo que se quiere decir con que “la verdad está en Alí y sus shiíes” es con el Yamani y sus shiíes. El Yamani es para el Imam Al-Mahdi (a) como lo fue Alí (a) para el Mensajero de Dios (s). Compréndelo y no seas de los tercos.
De Husein Bin Al-Mojtar dijo: Ibn Abu me relató que Yaafur dijo: «Abu Abdulá (a) me dijo: “Aférrate con tu mano a la destrucción de un fulano de los hijos de Abbás con nombre de varón, a la salida del Sufiani, al asesinato del alma, al ejército del hundimiento y a la voz”. Dije: “¿Y qué es la voz? ¿Es el pregonero?”. Y dijo: “Sí. Y a través de él se conoce al compañero de este asunto”. Luego dijo: “Todo el alivio es la destrucción del fulano de los hijos de Abbás”, Al-Gaiba de Numani, pág. 258.
Yo digo: ¿Alguien se ha preguntado por qué el Imam (a) dice “fulano”? ¿Talvez lo haya dicho para disimular? Y si fuera para disimular, ¿por qué diría de los hijos de Abbás? ¡¿Disimular ante quién cuando el Imam (a) señala a los hijos de Abbás abiertamente?! Ahora bien, “fulano” tiene aquí el mismo peso que el gran nombre de los ídolos de los hijos de Abbás en la época de la aparición (el Ananías de la época), que equivale al camello de Aisha en torno al cual se intensificaba la batalla y la gente —que Dios los maldiga— se afanaba al máximo esforzándose por defenderlo inconscientemente. Pero cuando fue herido, le sedición terminó, los adormecidos se espantaron y la batalla terminó. Su ejército es una tribulación y su destrucción es una tribulación. Luego, la gente de las tribulaciones ha de reclamar a Alí (a) en la época de la aparición[14] la sangre de Osmán, también en la época de la aparición.
Se narró del Comandante de los Creyentes, mientras enumeraba a los compañeros del Resurgente, que dijo (a): «… En efecto, el primero de ellos es de Basora y el último de ellos de Ebdal. En cuanto a los de Basora, son Alí Al-Muharib, Taliq y de Qashán, Abdulá y Ubeid…», Muuyam an-Nurain – jeque Abul Hasan Al-Marandi, pág. 331.
Las narraciones que mencionan el grito señalan esto. Así pues, el grito desesperado del demonio es para los compañeros que tienen una enfermedad en su corazón y esta enfermedad es la enemistad hacia la Gente de la Casa (a). Previamente he dicho que aquí hay alusiones a Alí y a Osmán y que por sus nombres no se refieren a ellos, como está en la narración.
De Abu Abdulá (a): «… Atestiguo que escuché a mi padre (a) decir: “Por Dios, que eso está aclarado en el libro de Dios Poderoso y Majestuoso, cuando dice {Si quisiéramos, haríamos descender sobre ellos desde el cielo un signo y doblarían su cerviz ante él sumisos}. Así pues, ese día no quedará en la Tierra nadie sin someterse ni humillar su cuello ante él. La gente de la Tierra creerá al escuchar desde el cielo ‘La verdad está en Alí Bin Abi Táleb (a) y sus shiíes’”. Dijo: “Cuando a la mañana Iblís suba en el aire hasta esconderse de la gente de la Tierra clamará: ‘La verdad está en Osmán Bin Affán y sus shiíes. Él fue asesinado injustamente, así que vengad su sangre’”. Dijo: “Entonces, Dios afirmará a los que habrán creído en la palabra consolidada en la verdad, que es el primer llamado. Ese día dudarán aquellos en cuyos corazones hay una enfermedad y esa enfermedad, por Dios, es la enemistad hacia nosotros. Entonces se declararán inocentes de nosotros diciendo que el primer pregonero es un hechicero de la gente de esta casa”. Luego Abu Abdulá (a) recitó las palabras de Dios Poderoso y Majestuoso: {Y si ven un signo se apartan y dicen: “Es hechicería continua”}», Al-Gaiba de Numano, pág. 261.
El envío y el comienzo del levantamiento
Comienza cuando el Mahdi envía a su mensajero a la gente de La Meca, y como dije previamente talvez con esto se refiera a Nayaf.
La quibla en la cual nació el argumento de Dios es la Kaaba, la ostra que produjo esa joya. La joya fue Alí Ibn Abi Táleb (a) y la ostra hoy es su (a) lecho en Nayaf, que es Di Tuwa y las dunas blancas.
De As-Sadiq (a): «… Un varón de allí se levantará y exclamará: “Oh, hombres, a éste buscabais. Ha venido a vosotros convocándoos a lo que os había convocado el Mensajero de Dios”». Dijo: «Y ellos se levantarán». Dijo: «Y él mismo se levantará y dirá: “Oh, hombres, yo soy fulano hijo de fulano. Soy hijo del Profeta de Dios. Os convoco a lo que os ha convocado el Profeta de Dios”. Entonces ellos se levantarán contra él para matarlo, y unos trescientos o algo más de trescientos se levantarán para evitarlo. Cincuenta son de la gente de Kufa, y el resto de ellos de origen desconocido y no se conocen entre ellos. Se reúnen sin cita previa».
Y sobre él dijo: de él (a): «El Resurgente dirá a sus compañeros: “Oh, pueblo, la gente de La Meca no me quiere, sin embargo he de enviarles un emisario para argumentar con ellos como corresponde, que alguien como yo argumente ante ellos”. Entonces llamará a un varón de sus compañeros y le dirá: “Ve a la gente de La Meca y di: ‘Oh, gente de La Meca, soy un mensajero de parte de fulano enviado a vosotros y él os dice: Somos de la Gente de la Casa de la profecía, fuente del mensaje y del califato, y somos descendencia de Muhammad (s) y de la estirpe de los profetas. Se nos ha cometido injusticia, perseguido y sojuzgado. Se nos ha arrebatado nuestro derecho desde el fallecimiento de nuestro profeta hasta estos, nuestros días. Nosotros os pedimos apoyo, así pues, apoyadnos’”. Y cuando este muchacho diga estas palabras, vendrán a él y lo inmolarán entre la esquina[15] y la estación.[16] Esta es el alma pura. Cuando el Imam se entere de ello dirá a sus compañeros: “¿No os informé que la gente de La Meca no nos quiere?”. Entonces ellos no lo dejarán hasta que salga y baje de la cuesta Tuwa[17] entre trescientos trece varones, el número de la gente de Badr. Llegará a la Mezquita Inviolable y rezará en ella junto a la estación de Abraham[18] cuatro ciclos. Apoyará su espalda en la Piedra Negra, luego alabará a Dios y le ensalzará. Mencionará al Profeta (s) y pedirá bendiciones para él. Hablará palabras que ningún hombre ha hablado. Los primeros en tomar su mano y jurarle lealtad serán Gabriel y Miguel. Junto con ellos dos se levantarán el Mensajero de Dios y el Comandante de los Creyentes, y ambos le harán entrega de un libro nuevo, severo contra los árabes, con sello húmedo, y le dirán: “Actúa según lo que hay en él”. Le jurarán lealtad los trescientos y unos pocos de la gente de La Meca. Luego saldrá de La Meca hasta que en su ejemplo haya un anillo». Dije: «¿Y qué es el anillo?». Dijo: «Diez mil varones, Gabriel a su derecha y Miguel a su izquierda. Luego alzará la bandera de la verdad y la desplegará, y es la bandera del Mensajero de Dios Glorificado, la armadura impenetrable del Mensajero de Dios y se ceñirá con la espada del Mensajero de Dios, Dulfiqar», Ilzam an-Nasib fi Azbat al-Huyya al-Gaib, vol. 2 – Jeque Alí Al-Yazdi Al-Hairí, pág. 256.
Él les pide que juren lealtad puesto que el Primer Mahdi es el guardián que toma el juramento de lealtad.
De Hudaifa, que dijo: «Escuché al Mensajero de Dios —bendígale Dios y a su familia— mencionar al Mahdi y dijo: “Él toma el juramento de lealtad entre la esquina y la estación. Su nombre es Ahmed, Abdulá y Mahdi. Estos son sus tres nombres”», Al-Gaiba – Jeque At-Tusi, pág. 454.
Él es el Primer Mahdi (el Yamani), hijo del Imam Al-Mahdi (a).
Los hombres se reúnen en torno a él después de haberle abandonado inicialmente, después de haber leído en Basora y Kufa dos libros con el rechazo a Alí,[19] ambos factores de la hégira, puesto que las acciones de los sufianis van en la misma dirección y unos se complementan con los otros aunque difieren en sus personalidades. Se debe saber que el Sufiani son varias personas y no una sola. El libro del rechazo se lee y se difunde de forma pública en las regiones de mayoría shií y leal al gobernante de entonces, especialmente en las regiones del sur. Entiende esto, que Dios te recompense con el bien.
De Abu Abdulá (a), que dijo: «… El Resurgente —con él sea la paz— no sale hasta que dos libros se hayan leído. Un libro en Basora y un libro en Kufa con el rechazo a Alí (a)», Muuyam Ahadiz Al-Imam Al-Mahdi (a) – Jeque Al-Kurani, vol. 3, pág. 386, hadiz 940. Fuentes.[20]
(Alí es una alusión a la persona cuyo nombre pronuncia el grito, que es el albacea). Es decir, los hombres se reúnen en torno a él después de que su sangre sea tomada en vano en Iraq,[21] especialmente en las regiones del sur, cuando virtualmente le dijeron: “Regresa, hijo de Fátima”. Después de emigrar según la tradición de Moisés, temeroso y expectante, de los eruditos del Fin de los Tiempos, después de la pena, etc. Su regreso será aproximadamente en el mes de Dul Hiyya, y envía a su mensajero de la gente de su casa, que es un joven de la descendencia del Imam Al-Mahdi, como lo establecen las narraciones. Su nombre es Muhammad Bin Al-Hasan, a quien los hijos de fulano[22] asesinan basados en una fetua de los eruditos de la perdición.
De Muhammad Bin Jalaf Al-Hamad, de Ismael Bin Abán Al-Ázadi, de Sufián Bin Ibrahim Al-Yurairi, que escuchó a su padre decir: «El alma pura es un muchacho de la familia de Muhammad, su nombre es Muhammad Bin Al-Hasan. Será asesinado sin crimen ni pecado. Cuando lo maten, no les quedará en el cielo quien los disculpe, ni en la Tierra quien los apoye. Entonces, Dios les enviará al Resurgente de la familia de Muhammad con un grupo más imperceptible a los ojos de los hombres que el kohl. Cuando salgan, los hombres llorarán por ellos, suponiendo que serán secuestrados. Dios abrirá para ellos el este y el oeste de la Tierra. En efecto, ellos son los creyentes de verdad. En efecto, la mejor lucha está en el Fin de los Tiempos», Bihar al-Anwar, vol. 52, pág. 217.
Cuando lo maten, Dios dará autoridad sobre ellos al Sufiani del oeste y al Jurasani del este. El Jurasani es uno de los líderes del ejército del Yamani que se unirá a él, es el que se une arrepentido de haberse retrasado y haber abandonado al Yamani durante el período de preparación. También será considerado yamani después de unirse al estandarte del Yamani, a su metodología y al acatamiento de sus órdenes, tal como los eruditos de la perdición serán considerados sufianis tras adoptar la metodología de Abu Sufián con el Mensajero de Dios (s).
Del Comandante de los Creyentes (a), que en un extenso relato dijo: «… Se acercarán banderas del este de la Tierra sin insignia, que no son de algodón, lino ni seda. La punta de las lanzas marcadas con el sello del Sayed Mayor. Los conduce un varón de la familia de Muhammad (s). Aparecen en el este y su fragancia se sentirá en el oeste como el almizcle más abundante, precedidos por un susto un mes antes, hasta que desciendan a Kufa reclamando la sangre de sus padres. De repente, se aproxima la caballería del Yamani y del Jurasani, compitiendo como si fueran caballos de apuesta, desgreñados, cubiertos de polvo, raídos, duros de hocicos y lomos. Cuando los viera sobresaltados diciendo: “No hay nada bueno para quienes se queden sentados después de este día nuestro. Oh, Dios, nos arrepentimos”. Ellos son los sustitutos que Dios describió en su poderoso libro: {Dios ama a los que se arrepienten y ama a los que se purifican}», Ilzam an-Nasib fi Izbat al-Huyya al-Gaib, vol. 2, pág. 103.
La caballería del Yamani que antes no estaba bajo las órdenes del Jurasani y el Jurasani se dirigirán a Kufa para apoyar al Yamani que llegará antes que ellos. Al mismo tiempo el Sufiani se dirigirá también hacia allí.
En cuanto a que ellos (a) dicen en las narraciones «Y ellos son los sustitutos», son los sustitutos que Dios menciona su libro. Dijo el Altísimo: {Y si volvéis la espalda Él ha de sustituiros por un pueblo diferente al vuestro, que luego, no ha de ser como vosotros}, Sagrado Corán – sura «Muhammad» (Muhammad), 38.
Se narró del Profeta (s): «que cuando descendió {Y si volvéis la espalda Él ha de sustituiros por un pueblo diferente al vuestro, que luego, no ha de ser como vosotros}, golpeó con su mano la espalda de Salmán y dijo: “Ellos son este pueblo”, refiriéndose a los persas extranjeros», Yamia al-Bayan – At-Tabari, vol. 5, pág. 431.
De Abu Abdulá (a), que dijo: «El Yamani y el Sufiani son como dos caballos de carrera», Al-Gaiba de Numani, pág. 317.
De As-Sadiq (a). «La salida del Sufiani, del Jurasani y del Yamani son en un mismo día. Entre ellos no hay mayor guía que la del Yamani, porque él convoca a la verdad», As-Sirata al-Mustaqim vol. 2, An-Nabati Al-Aamali, pág. 250.
{En esto hay signos para los que observan atentamente}
De Abu Yafar Al-Baqir (a), que dijo: «Ciertamente, los hijos de Abbás han de reinar, y cuando reinen disentirán y su asunto se dispersará. El Jurasani y el Sufiani saldrán contra ellos, uno desde el este y otro desde el oeste, compitiendo hacia Kufa como caballos de carrera, uno por aquí y otro por allá, hasta que ambos lo destruyan con sus manos. Por cierto, que no dejarán de ellos a ninguno jamás», Kitab al-Gaiba de Numani, pág. 259.
La simple observación de las narraciones de la bandera de la verdad que indican su aparición desde el este, señala un signo que se caracteriza por el levante de la verdad y su llegada, el levante del Estado de Justicia Divina, así como en la aparición del Sufiani desde el este, siendo el Sufiani la esencia de la falsedad, señala la puesta del estado de los impíos, su ocaso y extinción.
El Primer Mahdi (el yamani del Imam), hijo del Imam Al-Mahdi (a), líder de las banderas del oeste, es quien liderará la batalla que habrá con el Sufiani después de tomar el juramento de lealtad. Por ello, hay narraciones que establecen que un varón de la gente de su casa (a) combate al Sufiani durante todo su reinado (es decir, los meses restantes de los quince meses), desde Muharram hasta Ramadán.
Después de expirar el período del gobierno del maldito Sufiani (es decir, después de matarlo), es el grito que muchos esperan hoy. La muerte del Sufiani y la partida del Primer Mahdi a la Casa Santificada son después. El grito es después de la muerte y el combate. La gente de Sham se beneficiará después de la muerte de su sucesor y el final del período de su gobierno. Por ello forzarán al sucesor que haya después a jurar lealtad al Resurgente. En ese momento se habrá establecido su mandato y los hombres comenzarán a jurar lealtad al Resurgente sin combatir. Entonces él se dirigirá a liberar la Casa Santificada,[23] y luego a los otros rincones de la Tierra.
De Alí Ibn Abi Táleb (a), que dice: «Cuando el Sufiani envíe un ejército al Mahdi, la tierra se hundirá con él en Al-Baidá. La gente de Sham se enterará de esto y dirán a su sucesor: “Ya ha salido el Mahdi. Así que júrale lealtad y empieza a obedecerle, y si no, te mataremos”. Entonces este le enviará su juramento de lealtad y el Mahdi marchará hasta descender a la Casa Santificada y recibir el tesoro público. Árabes, no árabes, gente de guerra, romanos y otros empezarán a obedecerle sin combatir hasta que él construya mezquitas en Constantinopla y otras ciudades aparte. Antes de él sale un varón de la Gente de su Casa con gente del oeste, llevando la espada sobre su hombro ocho meses, matando y mutilando, dirigiéndose a la Casa Santificada…», Al-Malahim wa Al-Fitan – Sayed Bin Tawus Al-Hasani, pág. 66.
No se puede decir que el varón que combate al Sufiani ocho meses sea de la gente de la casa del Imam Al-Mahdi (a) a menos que sea particularmente de su descendencia. De la descendencia del Imam Hasan Al-Áskari solamente está el Imam Al-Mahdi, así que no puede haber varón de la gente de su casa que no sea de la descendencia del Imam Al-Mahdi (a), que es el Primer Mahdi y el Resurgente con el mandato de su padre (a).
De Abu Abdulá (a), que dijo: «“El Resurgente —con él sea la paz— no saldrá hasta que se haya completado el círculo”. Entonces dije: “¿Y qué es el círculo (que se completa)? …”. Luego dijo: “Oh, Abu Muhammad, él saldrá como aquel cuyo pariente ha sido muerto y no ha obtenido aún el precio de sangre, furioso, colmado de la ira de Dios… Ceñirá la espada agitadamente sobre su hombro ocho meses. Primero empezará con los hijos de Shaiba, cortando sus manos y colgándolas en la Kaaba, y su pregonero exclamará: ‘¡Estos son los ladrones de Dios!’. Luego alcanzará a los Quraish, y no aceptará de ellos sino la espada, y no les dará sino la espada, …”», Muuyam Ahadiz Al-Imam Al-Mahdi (a) – Jeque Al-Kurani, vol. 3, pág. 386, hadiz 940 | Gaiba de Numani, págs. 307 – 308, párr. 19, hadiz 2.
Algunas narraciones ya han establecido que el período de batalla del Sufiani y su gobierno son quince meses, seis antes de que su mandato esté estabilizado, durante los cuales el Primer Mahdi (el Yamani) se oculta, y nueve o menos que es lo que dura su gobierno y su dominio. Si contamos el tiempo seis meses desde Rayab llegamos a Dul Hiyya, cuando es asesinada el alma pura casi quince días antes del levantamiento, luego el hundimiento de tierra bajo el ejército del Sufiani, luego el diez de Muharram es el levantamiento del Resurgente, que lleva la espada sobre su hombro ocho meses, que es desde Muharram hasta el mes de Ramadán. Aquí termina el período del Sufiani, que es matado, y el Yamani ya ha controlado el Hiyaz, Iraq y las tierras persas. Debería haber disturbios entre los que se opongan a la doctrina de la Gente de la Casa (a), aunque el Mahdi ya los haya controlado, pero la mayoría de ellos por lo menos supondrán que él no es el Mahdi. Después de la muerte del Sufiani, el grito en el mes de Ramadán será el argumento contundente de Dios sobre todas las doctrinas y religiones, y será el momento de que el Mahdi reúna su orden para liberar la Casa Santificada. Aquí vemos que la cinco señales inevitables son como las cuentas de un collar.
Por lo tanto, el movimiento de la aparición consiste en: el representante del Imam, es decir, “el Yamani”, sus enemigos, es decir, “el Sufiani”, la injusticia contra él, es decir, “el asesinato de su descendiente, el alma pura”, la venganza de Dios de sus enemigos, “con la espada”, y el respaldo que Dios le da, “con el grito”. Este es el principio de la aparición y su final.
[1] Ebdal puede ser la ciudad o la traducción árabe de “los sustitutos” (los que sustituyen a los creyentes).
[2] Son las banderas que aparecieron al principio de la caída del tirano Saddam (las banderas de los hijos de Abbás).
[3] El Mensajero de Dios (s) dijo: «Las banderas negras de los hijos de Abbás salen del este. Luego se quedarán lo que Dios quiera. Luego las banderas negras pequeñas salen combatiendo contra un varón de la progenie de Abu Sufián. Sus compañeros del este son llamados a obedecer al Mahdi», Kitab al-Fitan – Naim Ibn Hamad Al-Muruzi, pág. 190, Muuyam Ahadiz Al-Imam Al-Mahdi (a) – Jeque Al-Kurani, vol. 1, pág. 396, Asr Ad-Duhur, pág. 228.
[4] Se refiere a la esquina de la Piedra Negra.
[5] La estación de Abraham en La Meca.
[6] Los trescientos trece.
[7] Una región desierta entre La Meca y Medina.
[8] El ejército que es tragado por la tierra talvez represente a los eruditos inoperantes (los eruditos del Fin de los Tiempos). El Mensajero de Dios (s) en su testamento mencionó esto a Ibn Masuud, después de prometerles la transformación y el hundimiento de tierra, interpretando la aleya {Y si vieras cuando sean aterrorizados, pues no habrá escape, y sean arrebatados desde un lugar cercano}. Esta es la aleya que la Gente de la Casa (a) menciona. Es sobre el ejército del Sufiani tragado por la tierra. Así que es la misma aleya y la misma época (la época de la aparición), así que la interpretación es la misma.
[9] Las dunas blancas: Talvez sea una referencia a las colinas blancas. Del Imam As-Sadiq (a): «… que Mufaddal dijo: “Oh, mi Sayed, ¿dónde será la morada del Mahdi y la reunión de los creyentes?”. Dijo (a): “La morada de su reino es Kufa, su consejo de gobierno la mezquita central, su tesorería y la repartición de los botines de los musulmanes la mezquita de Sahla, y el lugar de su retiro las colinas blancas de Gariyín.
[10] “Baidá: Es como si viniera de al-ibada en el sentido de aniquilación, pues en ella el Sufiani y sus soldados son aniquilados cuando la tierra se hunde con ellos. Y por ellos descendió que dijo el Altísimo: {¿Acaso, pues, han de estar a salvo aquellos que conspiraron males de que hunda Dios con ellos la tierra…?}”, Mustadrak Safina al-Bihar del Jeque Alí An-Namazi, vol. 1, pág. 454.
[11] Fuentes: Kitab Suleim Bin Qais, pág. 197. Aban, de Suleim, en un largo hadiz de libro de Alí —con él sea la paz— a Muawiya, en el que dice: | Bihar, vol. 8, pág. 516 de edición antigua – del libro de Suleim Bin Qais.
[12] Fuentes: An-Numani, pág. 267 párr. 14 hadiz 35 | Bihar, vol. 52, págs. 296-297 párr. 26, hadiz 53 | Bishara al-Islam, pág. 139, párr. 7.
[13] Fuentes: Gaiba de At-Tusi, pág. 278 | Kamal Ad-Din, vol. 2, pág. 652, párr. 57, hadiz 14 | Al-Irshad, pág. 358.
[14] Me refiero al Primer Mahdi, siendo él el yamani y el albacea del Imam Al-Mahdi (a) como lo fue Alí Ibn Abu Táleb (a), el yamani y el albacea del Mensajero de Dios (s). El albacea siempre está rodeado de pruebas. ¿Habrá alguien que se deje amonestar?
[15] La esquina de la Piedra Negra.
[16] La estación de Abraham (a).
[17] Di Tuwa: talvez se refiere a Nayaf.
[18] La estación de Abraham (a) se encuentra también en Nayaf, en la mezquita Sahla específicamente.
[19] El albacea en el Fin de los Tiempos.
[20] Fuentes: Gaiba de Numani, págs. 307 – 308, párr. 19, hadiz 2 | Izbat al-Huda, vol. 3, pág. 545, párr. 32, f. 27, hadiz 533. | Hilya al-Abrar, vol. 2, pág. 633, párr. 39 | Al-Bihar, vol. 52, págs. 367-368, párr. 27, hadiz 152 | Bishara al-Islam, págs. 190-191, párr. 1.
[21] Esto es lo que hizo un referente llamado Al-Hairí, a través de su oficina en Nayaf. Fue a modo de una fetua para asesinar al alma pura también. Incluiré al final del libro, si Dios quiere, una copia de la fetua de su oficina.
[22] Descrito también en algunas narraciones como el “ejército del Sufiani”.
[23] Jerusalén.
Extracto del libro El Yamani prometido, el Argumento de Dios de Haidar Az-Ziadi (a)