Segundo: En la Torá

  • 1) Libro de Isaías:

[Alzará estandarte a la nación lejana, y le silbará desde los confines de la tierra, y he aquí, vendrá muy pronto, con rapidez. En ella nadie está cansado ni nadie se tambalea, ninguno dormita ni duerme; a ninguno se le ha desatado el cinturón de la cintura, ni se le ha roto la correa de su sandalia. Sus flechas están afiladas y todos sus arcos entesados; los cascos de sus caballos son como pedernal y las ruedas de sus carros como torbellino. Su rugido es como de leona, ruge como leoncillos; gruñe y atrapa la presa, y se la lleva sin que nadie la libre. En aquel día gruñirá sobre ella como el bramido del mar…].[1]

Estas características, es decir, que ninguno dormita… etc., etc., son características de los compañeros del Resurgente (a) como está en las narraciones de la familia de Muhammad (s). Entonces, ¡¿quién es el que alza el estandarte [Alzará estandarte a la nación lejana]?!

Es decir, el que pide el juramento de lealtad y reúne a los ansar del Imam Al-Mahdi (a), Jesús, Elías y el Verdeante (a).

En el capítulo 11: [Y brotará un retoño del tronco de Isaí, y un vástago de sus raíces dará fruto. Y reposará sobre Él el Espíritu del SEÑOR, espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor del SEÑOR. Se deleitará en el temor del SEÑOR, y no juzgará por lo que vean sus ojos, ni sentenciará por lo que oigan sus oídos; sino que juzgará al pobre con justicia, y fallará con equidad por los afligidos de la tierra; herirá la tierra con la vara de su boca, y con el soplo de sus labios matará al impío. La justicia será ceñidor de sus lomos, y la fidelidad ceñidor de su cintura. El lobo morará con el cordero, y el leopardo se echará con el cabrito; el becerro, el leoncillo y el animal doméstico andarán juntos, y un niño los conducirá. La vaca y la osa pacerán, sus crías se echarán juntas, y el león, como el buey, comerá paja. El niño de pecho jugará junto a la cueva de la cobra, y el niño destetado extenderá su mano sobre la guarida de la víbora. No dañarán ni destruirán en todo mi santo monte, porque la tierra estará llena del conocimiento del SEÑOR como las aguas cubren el mar. Acontecerá en aquel día que las naciones acudirán a la raíz de Isaí, que estará puesta como señal para los pueblos, y será gloriosa su morada…].[2]

Todos estas novedades son propias de la Resurrección Menor. No han ocurrido en el pasado y solo ocurrirán en el Estado de Justicia Divina.

En cuanto a Isaí, es conocido en la Torá como el padre del profeta de Dios, David (a).

Y la madre del Imam Al-Mahdi (a) es de la descendencia de David (a).

Su historia muy brevemente es: «Ella era una princesa. Su abuelo era el César de Roma. Ella vio al dormir al profeta de Dios Jesús (a), a su albacea, Simón Cefas y al Mensajero Muhammad (s). El Mensajero Muhammad (s) pedía la mano de ella a Jesús (a) para su hijo, el Imam Hasan Al-Áskari (a), y Jesús (a) le decía a Simón Cefas, o Simón Pedro: “Has sido grandemente honrado”. Porque ella era de la descendencia de Simón Cefas (Simón Pedro), albacea de Jesús (a). Después de aquello vio muchas visiones y se expuso al cautiverio. Le ocurrieron muchos milagros hasta que llegó a la morada del Imam Alí Al-Hadi (a). Él la casó con su hijo, el Imam Hasan Al-Áskari (a) y ella engendró para él al Imam Muhammad hijo de Hasan Al-Mahdi (a)».

Así que el Imam Al-Mahdi Muhammad hijo de Hasan Al-Áskari (a) es de la descendencia de Israel (Jacob a.) por parte de madre y de la descendencia de Muhammad (s) por parte de padre. Por lo tanto, es aceptable decir que él es un retoño del tronco de Isaí.

Así como es aceptable que el Primer Mahdi de los doce Mahdis sea un vástago que sale de ese retoño del tronco de Isaí; porque es de la descendencia del Imam Al-Mahdi (a).

El Primer Mahdi, cuyo nombre es Ahmed, como está en las narraciones del Mensajero Muhammad (s) y los Imames (a), es mensajero del Imam Al-Mahdi (a), su albacea y su derecha. Y es el primero de los creyentes en él al comienzo de su aparición, antes de su levantamiento con la espada. Me limitaré a esto, por brevedad. Si quiere más, lea en la Torá el libro de Isaías, capítulos 13, 42, 43, 44, 49, 73, 75, 76 y reflexiona bien en ellos.

  • 2) Libro de Daniel:

Capítulo 2: [… Tú, oh rey, tuviste una visión, y he aquí, había una gran estatua; … Estuviste mirando hasta que una piedra fue cortada sin ayuda de manos, y golpeó la estatua en sus pies de hierro y de barro, y los desmenuzó. Entonces fueron desmenuzados, todos a la vez, el hierro, el barro, el bronce, la plata y el oro; quedaron como el tamo de las eras en verano, y el viento se los llevó sin que quedara rastro alguno de ellos. Y la piedra que había golpeado la estatua se convirtió en un gran monte que llenó toda la tierra…].[3]

Así pues, esta piedra que acaba con el reino del tirano y el demonio en esta Tierra es un mensajero del Imam Al-Mahdi (a), de Jesús, de Elías y el Verdeante (a).

Capítulo 7: [Habló Daniel, y dijo: Miraba yo en mi visión nocturna, y he aquí, los cuatro vientos del cielo agitaban el gran mar; * y cuatro bestias enormes, diferentes unas de otras, subían del mar. * La primera era como un león y tenía alas de águila. * Mientras yo miraba, sus alas le fueron arrancadas, fue levantada del suelo y puesta sobre dos pies, como un hombre, y le fue dado corazón de hombre. * Y he aquí, otra segunda bestia, semejante a un oso, estaba levantada de un costado, y en su boca, entre sus dientes, tenía tres costillas; y le dijeron así: «Levántate, y devora mucha carne». * Después de esto seguí mirando, y he aquí, otra más, semejante a un leopardo que tenía sobre su dorso cuatro alas de ave; la bestia tenía cuatro cabezas, y le fue dado dominio. * Después de esto seguí mirando en las visiones nocturnas, y he aquí, una cuarta bestia, terrible, espantosa y en gran manera fuerte que tenía enormes dientes de hierro; devoraba, desmenuzaba y hollaba los restos con sus pies. Era diferente de todas las bestias que le antecedieron y tenía diez cuernos. * Mientras yo contemplaba los cuernos, he aquí, otro cuerno, uno pequeño, surgió entre ellos, y tres de los primeros cuernos fueron arrancados delante de él; y he aquí, este cuerno tenía ojos como los ojos de un hombre, y una boca que hablaba con mucha arrogancia. * Seguí mirando hasta que se establecieron tronos, y el Anciano de Días se sentó. Su vestidura era blanca como la nieve, y el cabello de su cabeza como lana pura, su trono, llamas de fuego, y sus ruedas, fuego abrasador. * Un río de fuego corría, saliendo de delante de Él. Miles de millares le servían, y miríadas de miríadas estaban en pie delante de Él. El tribunal se sentó, y se abrieron los libros. * Entonces yo seguí mirando a causa del ruido de las palabras arrogantes que el cuerno decía; seguí mirando hasta que mataron a la bestia, destrozaron su cuerpo y lo echaron a las llamas del fuego. * A las demás bestias, se les quitó el dominio, pero les fue concedida una prolongación de la vida por un tiempo determinado. * Seguí mirando en las visiones nocturnas, y he aquí, con las nubes del cielo venía uno como un Hijo de Hombre, que se dirigió al Anciano de Días y fue presentado ante Él. * Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran. Su dominio es un dominio eterno que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido. * A mí, Daniel, se me angustió por dentro el espíritu, y las visiones de mi mente seguían turbándome. * Me acerqué a uno de los que estaban allí de pie y le pedí que me dijera la verdad acerca de todo esto. Y me respondió, dándome a conocer la interpretación de estas cosas: * «Estas bestias enormes, que son cuatro, son cuatro reyes que se levantarán de la tierra. * Pero los santos del Altísimo recibirán el reino y poseerán el reino para siempre, por los siglos de los siglos». *  Entonces quise saber la verdad acerca de la cuarta bestia, que era diferente de todas las demás, y en gran manera terrible, con sus dientes de hierro y sus garras de bronce, y que devoraba, desmenuzaba y hollaba los restos con sus pies, * y la verdad acerca de los diez cuernos que tenía en su cabeza, y del otro cuerno que había surgido, delante del cual cayeron tres de ellos, es decir, el cuerno que tenía ojos y una boca que hablaba con mucha arrogancia, y cuya apariencia era mayor que la de sus compañeros. * Mientras yo miraba, este cuerno hacía guerra contra los santos y prevalecía sobre ellos, * hasta que vino el Anciano de Días y se hizo justicia a favor de los santos del Altísimo, y llegó el tiempo cuando los santos tomaron posesión del reino. * Dijo así: «La cuarta bestia será un cuarto reino en la tierra, que será diferente de todos los otros reinos; devorará toda la tierra, la hollará y la desmenuzará. * Y los diez cuernos de este reino son diez reyes que se levantarán, y otro se levantará después de ellos; él será diferente de los anteriores y subyugará a tres reyes. * Y él proferirá palabras contra el Altísimo y afligirá a los santos del Altísimo, e intentará cambiar los tiempos y la ley; y le serán entregados en sus manos por un tiempo, por tiempos y por medio tiempo. * Pero el tribunal se sentará para juzgar, y su dominio le será quitado, aniquilado y destruido para siempre. * Y la soberanía, el dominio y la grandeza de todos los reinos debajo de todo el cielo serán entregados al pueblo de los santos del Altísimo. Su reino será un reino eterno, y todos los dominios le servirán y le obedecerán». * Hasta aquí la revelación.].[4]

El león con dos alas simboliza al Imperio Británico que se levantó en Europa, y su emblema es un león con dos alas. El oso es el emblema de los soviéticos, «y devora mucha carne» significa que mató a mucha gente… En cuanto a la cuarta bestia de hierro, es el Imperio Americano que actualmente ha hollado toda la tierra y ha dominado toda la tierra con armas y dinero.

En cuanto al Anciano de Días, pues es el Imam Al-Mahdi (a), y el final de América, como dijo Daniel, es que la echen a las llamas del fuego, si quiso Dios.

El Imam Al-Mahdi (a), Jesús, Elías y el Verdeante (a) vienen en la Resurrección Menor, que es una rendición de cuentas, un tormento y una venganza contra los opresores. ¿Y sería correcto un tormento y una venganza antes de una advertencia? Entonces, ¿quién es el advertidor?

Ciertamente, debe haber un mensajero de parte de ellos (a) que albricie y advierta a los hombres entre sus manos, es decir, antes de la aparición de estas cosas.

Y esto es suficiente de la Torá para abreviar.


[1] Capítulo 5:26-30.

[2] Capítulo 11:1-10.

[3] Capítulo 2:31-35.

[4] Libro de Daniel, capítulo 7.


Del libro Albacea y Mensajero del Imam Al-Mahdi en la Torá, el Evangelio y el Corán de Ahmed Alhasan