En nombre de Dios, el Misericordioso, el Misericordiosísimo
{Él ha legislado para vosotros de la religión lo que había encargado a Noé y lo que hemos te hemos inspirado a ti, y lo que hemos encargado a Abraham, y a Moisés, y a Jesús, que establezcáis la religión y no os dividáis en ella. Es demasiado para los politeístas aquello a lo que los convocáis. Dios escoge para Él a quien Él quiere y guía hacia Él a quien se vuelve arrepentido}.[1]
[Dios escoge a los mensajeros (a) y guía hacia los mensajeros (a) a quien se vuelve arrepentido, combate al Yo y lucha contra sí mismo acercándose a Dios Glorificado. Así, en la medida que el Yo exista en el alma del ser humano, el ser humano se retrasa en guiarse hacia la verdad y el conocer al mensajero.
En la súplica del Imam Al-Mahdi (a): «Oh, Dios, hazme conocerte, pues si no me haces conocerte, no conoceré a Tu mensajero».[2] ¡¿Y cómo Dios se daría a conocer a quien no lucha contra sí mismo?! ¡¿Cómo Dios se daría a conocer a aquel cuya alma abriga la enfermedad de Iblís (maldígalo Dios)?!, {Dijo: «¿Qué te impidió prosternarte cuando te ordené?». Dijo: «Yo soy mejor que él. Me has creado de fuego y lo has creado de barro»}].[3]
Sayed Ahmed Alhasan
Sucesor y Mensajero del Imam Al-Mahdi
(fortalézcalo Dios en la Tierra)
[1] Sagrado Corán – sura «Ash-Shura» (La consulta), 13.
[2] Al-Kafi, vol. 1, pág. 337, hadiz 5.
[3] Sagrado Corán – sura «Al-Araaf» (Las alturas), 12.
Del libro Albacea y Mensajero del Imam Al-Mahdi en la Torá, el Evangelio y el Corán de Ahmed Alhasan