Se han trasmitido muchas narraciones de la Gente de la Casa (a) que indican que las palabras de ellos son difíciles y complejas, que solo pueden soportarlas y aceptarlas sus verdaderos shiíes. Los de naturaleza maliciosa y aquellos en cuyos corazones hay enemistad contra la familia de Muhammad (a) encuentran pesadas sus palabras, a sus corazones les repugna las palabras de ellos (a). Esos son los enemigos de la familia de Muhammad (a) desde el principio de la creación aunque afirmen amarlos (a).
Se narró del Comandante de los Creyentes Alí hijo de Abu Táleb (a), que un día le dijo a Hudaifa hijo de Yamán: «Oh, Hudaifa, no hables a la gente de lo que no saben, pues se excederán y se volverán infieles. El saber es muy difícil de sobrellevar. Si las montañas lo cargaran serían incapaces de llevarlo. Nuestro saber, el de la Gente de la Casa, será negado y tomado en vano. Quienes lo trasmitan serán asesinados y quienes lo reciten sufrirán injusticias y envidia, porque Dios privilegió con él a la familia del albacea, el albacea del Profeta (s). Oh, hijo de Yamán, el Profeta (s) puso saliva en mi boca, posó su mano en mi pecho y dijo: “Oh, Dios, otorga a mi sucesor, mi albacea, juez de mi religión, cumplidor de mi promesa, mi seguridad, mi patrono, mi defensor contra Tus enemigos y mis enemigos, aliviador de las penurias de mi rostro, el saber que le otorgaste a Adán, la longanimidad que le otorgaste a Noé, la descendencia buena y la tolerancia de Abraham, la paciencia en la prueba que otorgaste a Job, la severidad ante la confrontación con sus rivales que otorgaste a David y el entendimiento que otorgaste a Salomón. Oh, Dios, no ocultes nada del Mundo Temporal a Alí y ponlo todo frente a sus ojos como una pequeña mesa servida al alcance de su mano. Oh, Dios, otórgale la reciedumbre de Moisés y pon en su linaje al parecido a Jesús (a)…”», Gaiba de Numani, pág. 144 – 145.
Así, las palabras del Mensajero de Dios Muhammad (s), cuando dice “Oh, Dios, pon en el linaje de Alí hijo de Abu Táleb (a) al parecido a Jesús (a)”, «y pon en su linaje al parecido a Jesús (a)», indican que el crucificado parecido a Jesús es uno de los imames o mahdis (a), puesto que Jesús (a) fue ascendido y no crucificado. Pues, el crucificado en su lugar fue uno parecido a él, como está en las palabras del Altísimo: {Y por haber dicho: «Ciertamente, hemos matado al Mesías, Jesús, el hijo de María, el Mensajero de Dios». Y no lo mataron, y no lo crucificaron, pero a ellos les pareció que era él. Y ciertamente, los que disienten sobre esto, tienen dudas sobre ello. No tienen de esto ningún saber, sino que siguen suposiciones. Y no lo mataron, con certeza}, Sagrado Corán – sura «An-Nisá» (Las mujeres), 157. Las narraciones de la Gente de la Casa (a) relatan que el aquel parecido a Jesús (a) era del linaje del Comandante de los Creyentes (a), ya sea de los imames o de los mahdis.
En cuanto a los imames (a), aparte del Imam Al-Mahdi (a), ninguno de ellos declaró ni anunció que él, o el anterior a él o el siguiente, sea aquel parecido a Jesús que fue crucificado en su lugar.
En cuanto al Imam Al-Mahdi (a), la narración declara: «El Resurgente, el Mahdi es del linaje de Alí, es entre los hombres el más parecido a Jesús hijo de María, en complexión, fisonomía y aspecto. Dios Poderoso y Excelso le otorgará lo que ha otorgado a los profetas, le dará más y lo favorecerá».[1]
Como aclaramos antes en esta investigación, el Resurgente es un título que se aplica tanto al Imam Al-Mahdi (a) como al Resurgente que se levanta con su mandato, o sea, el albacea del Imam Al-Mahdi (a) que es el Primer Mahdi, el Yamani patrono del juramento de lealtad. Así que aquel parecido a Jesús (a) que fue crucificado es, o bien el Imam Al-Mahdi (a) o bien el Primer Mahdi (el Yamani) de la progenie del Imam Al-Mahdi (a).
Si volvemos a lo que dijo el Mensajero de Dios (s): «Jesús hijo de María (a) desciende al amanecer…[2] rompe la cruz, mata al cerdo, destruye al anticristo, recoge las riquezas del Resurgente y detrás de él camina la gente de la caverna. Él es el ministro a la derecha del Resurgente, su ujier y su diputado. Extenderá la seguridad en oriente y occidente por el honor del argumento del hijo de Hasan (a)».[3]
Con estas palabras del Mensajero de Dios (a) se nos aclara que aquel crucificado parecido a Jesús (a) es el Yamani, pues el Jesús en la narración es una referencia a aquel parecido a Jesús (a) y no a Jesús, el profeta de Dios (a): «Él es el ministro a la derecha del Resurgente, su ujier y su diputado».
Esto también se deduce cuando dice (s): «y detrás de él camina la gente de la caverna», dado que la gente de la caverna en el tiempo de la aparición son jóvenes de la gente de Basora como ya lo adelantamos en esta investigación.
Y del Comandante de los Creyentes Alí hijo de Abu Táleb (a): «… Sale el Mahdi, el guía guiado que toma la bandera de la mano de Jesús hijo de María…».[4]
Dado que el Imam Al-Mahdi es el que toma la bandera de Jesús (es decir, del parecido que es crucificado), entonces es él a quien se refiere como el parecido a Jesús. Por lo tanto, solo queda su hijo, el Primer Mahdi, el guardián que toma el juramento de lealtad, el primero de los creyentes, el que liderará las batallas contra el Sufiani y entregará la bandera al Imam Al-Mahdi (a). En cuanto al Imam Al-Mahdi (a), a Jesús el espíritu de Dios (s), a Elías (a) y al Jidr (a), la salida y la revelación de ellos ante los hombres será después de que el Imam Al-Mahdi (a) reciba la bandera, es decir, después de la guerra contra el Sufiani y de la consolidación del Estado de justicia en una extensa región de la Tierra como base para la liberación del resto de la Tierra, el debate con la gente de otras religiones sobre sus profetas y la muerte del anticristo.
Para mayor provecho, narremos una respuesta del Sayed Ahmed Alhasan del libro Mutashabihat, «Las alegorías», vol. 3, págs. 143-150, a una pregunta sobre el parecido a Jesús (a). Aquí el texto de la pregunta y la respuesta:
«Pregunta: ¿Cuál es la historia de Jesús (a)? ¿Cómo fue que a ellos les pareció que era él como dice el Altísimo: {Y por haber dicho: «Ciertamente, hemos matado al Mesías, Jesús, el hijo de María, el Mensajero de Dios». Y no lo mataron, y no lo crucificaron, pero a ellos les pareció que era él. Y ciertamente, los que disienten sobre esto, tienen dudas sobre ello. No tienen de esto ningún saber, sino que siguen suposiciones. Y no lo mataron, con certeza}, Sagrado Corán – sura «An-Nisá» (Las mujeres), 157.
Respuesta:
En nombre de Dios, el Misericordioso, el Misericordiosísimo
Y la alabanza a Dios, Señor de los mundos. Y que Dios bendiga a Muhammad y a la familia de Muhammad, los Imames y los Mahdis.
Jesús (a), la noche en la que ascendió, había citado a sus discípulos y ellos se presentaron junto a él, excepto Judas, que fue el que guio a los eruditos judíos hasta Jesús (a). Judas había ido ante el Sumo Sacerdote de los judíos que negoció para entregarles a Jesús (a).
Después de la medianoche los discípulos se durmieron y Jesús (a) permaneció despierto. Entonces Dios lo hizo ascender e hizo descender a aquel “parecido a él que fue crucificado y asesinado”. Este semejante a él fue como un rescate. Este hombre parecido, que es de “los albaceas de la familia de Muhammad (a)”, fue crucificado y asesinado. Soportó la tortura por la causa del Imam Al-Mahdi (a). Y Jesús (a) no fue crucificado ni asesinado. Al contrario, fue ascendido y Dios lo salvó de las manos de los judíos y de los eruditos extraviados de la perdición (que Dios los maldiga). Dijo el Altísimo: {Y por haber dicho: «Ciertamente, hemos matado al Mesías, Jesús, el hijo de María, el Mensajero de Dios». Y no lo mataron, y no lo crucificaron, pero a ellos les pareció que era él}.
En la narración sobre la exégesis de Bin Ibrahim, Abu Yafar (a) dijo: “Jesús (a) citó a sus compañeros la noche en la que Dios lo elevó hacia Él. Los reunió al atardecer. Eran doce varones y él los hizo entrar a una casa. Luego salió ante ellos desde la fuente de una esquina de la casa sacudiéndose el agua de la cabeza. Entonces dijo: ‘Dios me elevará hacia Él esta noche y me purificará de los judíos. ¿Sobre quién de vosotros será arrojada mi semejanza, será asesinado, crucificado y estará conmigo en mi grado’. Y un joven de entre ellos dijo: ‘Yo, oh, espíritu de Dios’. Y él dijo: ‘Entonces, eres tú’. Él es…”.
Luego dijo (a): “Los judíos llegaron en busca de Jesús (a) esa noche… y se llevaron al joven sobre el cual se había arrojado la semejanza a Jesús (a) y lo asesinaron, lo crucificaron”.[5]
Entonces el Imam Al-Baqir (a) dice que se reunieron doce, cuando los discípulos que vinieron eran once porque Judas no fue. Él fue con los eruditos judíos para entregar a Jesús (a). Esto es de los hadices reiterados innegables. Así que el que vino —o digamos, el que descendió del cielo— era el albacea de la familia de Muhammad (a) que fue crucificado y asesinado por tener la apariencia de Jesús (a).
Las últimas palabras de este albacea cuando lo crucificaron fueron: “Elías, Elías, ¿por qué me has abandonado?”. En el Evangelio de Mateo: “… Jesús exclamó a gran voz, diciendo: ELÍ, ELÍ, ¿LEMA SABACTANI? Esto es: DIOS MÍO, DIOS MÍO, ¿POR QUÉ ME HAS ABANDONADO? Algunos de los que estaban allí, al oírlo, decían: Este llama a Elías… Pero los otros dijeron: Deja, veamos si Elías viene a salvarle. Entonces Jesús, clamando otra vez a gran voz, exhaló el espíritu.
Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo, y la tierra tembló y las rocas se partieron…”.[6] Punto.
En realidad, la traducción de las palabras que dijo es: “Oh, Alí, oh, Alí, ¿por qué me has hecho descender?”. Los cristianos las traducen así: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”, como ves en el texto anterior del Evangelio.
Ser bajado o arrojado a la tierra desde el cielo es casi como ser abandonado.
Este albacea no pronunció estas palabras ignorando el motivo de su descenso ni objetando el mandato de Dios Glorificado y Altísimo. Más bien, fue una pregunta que contenía en sí su respuesta e iba dirigida a la gente, es decir, “entiendan y sepan por qué he descendido y por qué he sido crucificado, por qué he sido asesinado, para que no fallen en el examen otra vez si se repite la misma pregunta. Así pues, si veis a los romanos (o sus semejantes) ocupando la Tierra y a los eruditos judíos (o sus semejantes) conspirando con ellos, entonces yo estaré en esa tierra, pues esta es la tradición de Dios que se repite. Tomad esto como una lección y auxiliadme si vengo. No participéis otra vez en mi crucifixión y mi asesinato”.
Él quiso decir en respuesta a la pregunta (obvia para todo ser racional puro de naturaleza): Fui crucificado, soporté la tortura y las humillaciones de los eruditos judíos, fue asesinado por la causa de la Resurrección Menor, la resurrección del Imam Al-Mahdi (a), y por el estado de verdad y justicia divina sobre esta Tierra.
Cuando los eruditos judíos y el gobernador romano le preguntaban a este albacea “¿acaso eres tú el rey de los judíos?”, él respondía “eres tú el que lo dice”, o “son ellos los que lo dicen”, o “sois vosotros los que lo decís” y no decía “sí”. Una respuesta extraña para quien ignora la verdad. Pero ahora se aclara.
Así que no decía “sí” porque él no era el rey de los judíos, sino Jesús (a), a quien Dios había hecho ascender. Él era alguien parecido que descendió para ser crucificado y asesinado en lugar de Jesús (a).
Este es el texto de su respuesta —después de ser arrestado— en el Evangelio:
[Y el sumo sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios viviente que nos digas si tú eres el Cristo, el Hijo de Dios. Jesús le dijo: Tú lo has dicho…],[7] [… Y Jesús compareció delante del gobernador, y este le interrogó, diciendo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Y Jesús le dijo: Tú lo dices.],[8] [Pilato le preguntó: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Respondiendo Él, le dijo*: Tú lo dices.],[9] [Dijeron todos: Entonces, ¿tú eres el Hijo de Dios? Y Él les respondió: Vosotros decís que yo soy.],[10] [Entonces Pilato volvió a entrar al Pretorio, y llamó a Jesús y le dijo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Jesús respondió: ¿Esto lo dices por tu cuenta, o porque otros te lo han dicho de mí? Pilato respondió: ¿Acaso soy yo judío? Tu nación y los principales sacerdotes te entregaron a mí. ¿Qué has hecho? Jesús respondió: Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, entonces mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; mas ahora mi reino no es de aquí. Pilato entonces le dijo: ¿Así que tú eres rey? Jesús respondió: Tú dices que soy rey. Para esto yo he nacido y para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad…].[11]
En este último texto el albacea deja en claro que él no era de la gente de la tierra de esa época, sino que descendió a ella para cumplir una misión que era la de rescatar a Jesús (a). Pues se ve que este albacea dice: “Mi reino no es de este mundo”, “mas ahora mi reino no es de aquí”, “Para esto yo he nacido y para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad”.
Del Mensajero de Dios (s): “Jesús hijo de María (a) desciende al amanecer, vestido con dos mantos amarillos teñidos con azafrán, blanco de cuerpo, rubio de cabeza, de abundante cabello, como si de su cabeza goteara aceite, en su mano una lanza. Rompe la cruz, mata al cerdo, destruye al anticristo, recoge las riquezas del Resurgente, la gente de la caverna camina detrás de él. Él es el ministro a la derecha del Resurgente, su ujier y su diputado. Extenderá la seguridad en oriente y occidente por el honor del argumento del hijo de Hasan (a)”.[12]
Del Comandante de los Creyentes Alí hijo de Abu Táleb (a): “… la morada del rey vuelve a Zaurá,[13] los asuntos se destinarán a consulta, quien tenga algún dominio sobre algo lo hará. En ese momento saldrá el Sufiani que cabalgará en la tierra nueve meses, infligiéndoles un terrible tormento. ¡Ay de Egipto! ¡Ay de Zaurá! ¡Ay de Kufa! ¡Ay de Wasit! Es como si estuviera mirando Wasit y en ella no hubiera informador que informe. En ese momento saldrá el Sufiani. La comida escaseará y esto golpeará fuertemente a la gente. La lluvia escaseará, la tierra no producirá y el cielo no dará lluvia. Luego saldrá el Mahdi, el guía guiado que toma la bandera de la mano de Jesús hijo de María…”.[14]
Se encuentran muchos hadices que indican que Jesús (a) no ha sido crucificado ni asesinado, y que el crucificado y asesinado ha sido uno parecido a Jesús (a).
De Abu Abdulá (a), que dijo: “Jesús hijo de María (a) fue elevado con un albo de lana tejido por María (a) y cosido por María. Cuando alcanzó el cielo se le llamó: ‘Oh, Jesús, hijo de María, suelta los adornos del Mundo Temporal’”.[15]
De Ar-Reda (a), que dijo: “Ninguno de los profetas ni argumentos de Dios (a) tuvo ante los hombres algo parecido a lo de Jesús hijo de María (a), que fue algo único. Porque él fue ascendido desde la Tierra vivo y su espíritu le fue tomado entre el cielo y la tierra. Luego fue elevado al cielo y se le devolvió su espíritu. Esto es lo que dijo el Poderoso y Excelso: {Cuando dijo Dios: «Oh Jesús, te tomaré y te haré ascender hacia mí»}.[16]
Del Profeta (s), que dijo: “Jesús (a) no ha muerto y él regresa a vosotros antes del Día de la Resurrección”.[17]
Y se volvió hacia mí:
Jesús, profeta enviado, pidió a Dios Glorificado y Altísimo que lo excuse y que aparte de él la crucifixión, la tortura y el asesinato. Dios Glorificado y Altísimo no rechaza ninguna súplica de un profeta enviado. Entonces, Dios le respondió elevándolo y haciendo descender al albacea que fue crucificado y asesinado en lugar de él. En el Evangelio hay varios textos donde Jesús (a) suplica ser apartado de la crucifixión y el asesinato. Estos son:
[Y adelantándose un poco, cayó sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, que pase de mí esta copa].[18]
[Adelantándose un poco, se postró en tierra y oraba que si fuera posible, pasara de Él aquella hora. Y decía: ¡Abba, Padre! Para ti todas las cosas son posibles; aparta de mí esta copa].[19]
[Y se apartó de ellos como a un tiro de piedra, y poniéndose de rodillas, oraba, diciendo: Padre, si es tu voluntad, aparta de mí esta copa].[20]
En la Torá, en el libro de Isaías, y en el Evangelio en Hechos, capítulo 8, está este texto: [COMO OVEJA FUE LLEVADO AL MATADERO; Y COMO CORDERO, MUDO DELANTE DEL QUE LO TRASQUILA, NO ABRE ÉL SU BOCA…].
Todos los profetas y albaceas enviados hablaron, ninguno de ellos fue en silencio al matadero. Aún más, ellos fueron enviados para hablar, reprender y exhortar a la gente. Y Jesús (a), en particular, ¡cuánto reprendía a los eruditos y a los hombres! ¡Cuánto exhortaba! Así que no es cierto que haya ido mudo al matadero.
Ese que ha ido mudo al matadero fue el albacea, el parecido a Jesús, que fue crucificado y asesinado sin hablar, sin pedirle a Dios que apartara de él la tortura, la crucifixión y el asesinato, sin hablar a los hombres. Más bien, cuando lo lastimaban y le preguntaban con insistencia “¿quién eres?, ¿acaso eres el Mesías?”[21] él solo les respondía con una frase: “tú lo dices”.
Así fue a la tortura, a la crucifixión y al asesinato, mudo, complacido con el mandato de Dios, cumplidor de aquello para lo cual había descendido que era ser crucificado y asesinado en lugar de Jesús (a).
Como inicialmente no había llegado su tiempo para ser enviado, para trasmitir y hablar con ellos, se fue así: COMO OVEJA FUE LLEVADO AL MATADERO; Y COMO CORDERO, MUDO DELANTE DEL QUE LO TRASQUILA, NO ABRE ÉL SU BOCA.
Espero que cada creyente que quiera conocer la verdad aproveche este episodio. Pues este ser humano descendió a la Tierra, fue crucificado y asesinado sin que nadie lo conozca, sin pedir ser recordado o reconocido. Descendió callado, fue crucificado callado, asesinado callado y subió a su Señor callado. De esta manera: “Si queréis ser, sedlo”». Final de la respuesta del Sayed Ahmed Alhasan.
[1] Esta narración ya se citó en la sección de Los cuatro pilares del Imam Al-Mahdi (a).
[2] El amanecer es una referencia al sagrado alivio, el alivio de la aparición del Imam Al-Mahdi (a).
[3] Gaya Al-Maram del Sayed Hashem Al-Bahrani, vol. 7, pág. 92.
[4] Al-Malahim wa al-Fitan – Sayed Bin Tawus Al-Huseini, pág. 134.
[5] Qasas al-Anbiya de Al-Yazairí, pág. 473.
[6] Sagrada Biblia, Evangelio de Mateo, capítulo 27.
[7] Evangelio de Mateo, capítulo 26.
[8] Evangelio de Mateo, capítulo 27.
[9] Evangelio de Marcos, capítulo 15.
[10] Evangelio de Lucas, capítulo 22.
[11] Evangelio de Juan, capítulo 18.
[12] Gaya al-Maram del Sayed Hashem Al-Bahrani, vol. 7, pág. 92.
[13] Zaurá es un título que refiere a Bagdad (N. del T.)
[14] Al-Malahim wa al-Fitan – del Sayed Bin Tawus Al-Huseiní, pág. 134.
[15] Qasas al-Anbiya – Naamalá Al-Yazairí
[16] Qasas al-Anbiya y Uyun al-Ajbar
[17] Qasas al-Anbiya
[18] Evangelio de Mateo, capítulo 26.
[19] Evangelio de Mateo, capítulo 14.
[20] Evangelio de Lucas, capítulo 22.
[21] Mesías en hebreo y árabe. Cristo en griego. Χριστός Christós; propiamente ‘ungido’. (N. del T.)
Extracto del libro El Yamani prometido, el Argumento de Dios de Haidar Az-Ziadi (a)