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En nombre de Dios, el Misericordioso, el Misericordiosísimo

Y la alabanza a Dios

La paz sea con vosotros y la misericordia de Dios y sus bendiciones

Que cada año estéis bien y con salud y hasta la victoria cercana si Dios quiere, a pesar de los altaneros maliciosos que no desean que hoy se levante la bandera del Resurgente.

Me gustaría dejar en claro a quienes siguen esta bendita página que estamos en marcha de formar una brigada del Resurgente para defender nuestra tierra porque somos iraquíes y este es nuestro legítimo derecho, ya sea con el beneplácito del gobierno iraquí o sin él. Ya hemos establecido el argumento contra ellos y les hemos pedido una coordinación oficial con el Gabinete si así lo desean.

La tierra de Iraq es nuestra tierra y el Imam Husein (a), el Imam Alí y el Imam Musa Al-Kádim (a) con nuestros imames y nuestros sitios sagrados.

El ejército iraquí ha entregado provincias enteras en un pestañear de ojos. Un día despertamos y vemos que el ejército ha entregado Mosul y otras. Han entregado armas modernas compradas con fondos de Basora y petróleo del sur a Dáesh. Han entregado Tal Afar y ni siquiera armaron a los ansar creyentes en Tal Afar para que defendiesen su tierra, y se vieron obligados, tras quedarse sin su equipo, a retirarse para trasladar a sus familias a un lugar seguro. Los iraquíes despertaron un día de estos y vieron que el ejército había entregado Ramadi en un pestañear de ojos y Dáesh se ubicó en las fronteras de Kerbala y Nayaf. Esos malditos sufianis empezaron a amenazar con demoler el mausoleo de Husein –con él sea la paz. Por eso, nosotros no esperaremos más de esto, ni un solo momento, para descubrir que el ejército un día de estos deje entrar a Dáesh a Nayaf, Kerbala o a Bagdad para profanar los santuarios de nuestros imames.

Dirijo esta declaración al oprimido pueblo iraquí, de que queremos defender nuestro honor y el vuestro, nuestro país y nuestros sitios sagrados. Este es un legítimo derecho nuestro, especialmente cuando el peligro es tan grande como es el caso hoy, cuando Dáesh ha penetrado estratégicamente extendiéndose mucho más allá de Siria. Cualquier oficial que se haya graduado del Colegio Militar o de la Escuela del Estado Mayor –no los oficiales de integración de los que está lleno el ejército iraquí hoy– sabe muy bien de lo que estoy hablando. Si a esto le sumamos que las fuerzas que combatieron sobre el terreno terminaron llevando a que Dáesh esté a las fronteras de Kerbala, Nayaf y Bagdad, la cuestión queda mucho más clara.

Queridos y estimados míos, hijos del oprimido pueblo iraquí, hemos decidido formar una brigada del Resurgente para defender el país y los sitios sagrados. Sabemos que hay muchas partes, de quienes habéis sabido y os habéis informado, que no quieren esto por una causa que conoce todo aquel que haya seguido los acontecimientos de la aparición. Así que os instamos a apoyar a vuestros hermanos, vuestros hijos creyentes ansar del Imam Al-Mahdi y estoy completamente seguro que entre vosotros hay muchos benevolentes y generosos se pondrán de pie con nosotros y combatirán junto a nosotros en una sola fila, si Dios quiere.

Me gustaría extender mi agradecimiento a algunas personas y líderes del Movimiento Popular que se comunicaron telefónicamente o visitar el Gabinete en la noble Nayaf y expresaron su simpatía y deseo de apoyar a los ansar del Imam Al-Mahdi (a) para formar fuerzas de combate para defender la tierra de Iraq, su honor y sus sitios sagrados.

Y la paz sea con vosotros y la misericordia de Dios y sus bendiciones.