• Categoría de la entrada:La ilusión del ateísmo
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No hay duda de que la aparición del ser denominado humano moderno o racional (Homo sapiens) representó un avance claro en la evolución cultural y civilizadora como se aclaró previamente. Pero si observamos la historia de este mismo ser, el Homo sapiens, en particular al grupo inmigrante de África, encontraremos también que hay datos descubiertos por la arqueología que indican un avance cultural claro en un período determinado del tiempo del Homo sapiens. Es difícil determinar científicamente su comienzo con exactitud por la falta de acceso a algo material de lo que se pueda depender para determinar el comienzo del avance civilizador de forma concluyente. En cuanto a los indicadores del comienzo de los pueblos agrícolas hace casi diez mil años en el Cercano Oriente, no representan el comienzo, sino que son una proliferación y una expansión del comienzo cuya identificación arqueológica fue posible gracias a la conservación de sus restos.

Sin embargo, podemos llegar a algo de la verdad —cuando no a toda la verdad— mediante el estudio científico y objetivo de lo más antiguo que se ha conservado y documentado. La civilización y la cultura más antigua que ha documentado su historia es la civilización sumeria o acadia, en escrituras sumerias que, desde luego, representa a los herederos o a uno de los herederos más cercanos de la civilización y la cultura del primer grupo emigrante que se asentó en el valle de la depresión situada en el golfo actual. Luego esta civilización se trasladó, después del Diluvio, al norte del valle —el golfo actual. Dentro de las fronteras que permitían ser habitadas se formaron a orillas de los pantanos o lagunas, aldeas que precedieron a la historia sumeria (acadia) en la Mesopotamia (Iraq). Las fechas de lo que ha llegado hasta nosotros se remontan a miles de años antes de Cristo. Sin embargo, como la civilización de aquellos pueblos adelantados dependía de cañaverales, especialmente por vivir en un valle repleto de lagunas, no nos ha llegado nada de ella. Lo que ha llegado hasta nosotros es de su civilización posterior, es decir, de alrededor del quinto milenio antes de Cristo. Lo que fue registrado y escrito de ella después del comienzo de la escritura y la documentación indica un avance civilizador y cultural con todo el sentido de la palabra. Podemos decir: que este avance se manifestó por un gran número de personas en Iraq de modo que las condiciones no pudieron borrarlo. Por supuesto que este número viene de individuos que llevaron este nivel cultural sofisticado del comportamiento humano a sus hijos. Por ende, es un avance civilizador que data de otros miles de años cuyo estudio talvez haya sido destruido por la inundación de agua salada que cubrió el golfo actual.

Cuando los hijos de la civilización sumeria (acadia) hablan de sus antepasados en las tablillas de arcilla se los ve diciendo que aquellos eran más avanzados moral y culturalmente que ellos —ellos mismos— que son una cultura y una civilización completamente diferente a la que les precedió. Así que no estamos hablando aquí de meras herramientas, sino de una organización social, político y moralmente superior. Por consiguiente, hay un salto cultural y civilizador que no puede explicarse científicamente, que fue registrado en algún período de su historia y que ha llegado a nosotros de Shumer, Sumeria, tierra de Acadia y Sumeria, o sur del Iraq actual. Este avance civilizador ha llevado a algunos investigadores como Zecharia Sitchin a suponer un origen celestial para los sumerios (los acadios) y que habrían venido del espacio exterior.

«Podemos asumir que estos pueblos llamados sumerios han descendido de tribus que habitaron Iraq en las eras prehistóricas que precedieron al Período Dinástico Arcaico, y que se les conocía en tiempos históricos con un nombre en particular —sumerios— en referencia a una región en particular de Iraq en donde se centralizaron. Esta área es la región sur llamada Shumer o Sumer. Quizás lo que más hace de esta suposición una opinión realista sea que los cimientos de la civilización que llamamos sumeria y que floreció durante el Período Dinástico Arcaico puede ser rastreado a los períodos de civilización que llamamos períodos predinásticos, que forman un continuo de civilizaciones. Esto significa que los orígenes de la civilización sumeria comenzaron en Iraq, y podemos rastrear sus cimientos y orígenes hasta los primeros momentos. Podemos, por ejemplo, llamar sumerios al pueblo de Ubaid, basados en el surgimiento de los elementos más sobresalientes de la civilización sumeria allí, tales como templos y pueblos, aunque no sepamos el lenguaje hablado por la ubaidianos».[1]

Desde luego que la civilización egipcia también representa un ejemplo excelente de este avance cultural y civilizador, pero posterior a la civilización sumeria. Además, una investigación genética reciente ha demostrado que el origen de los egipcios y norteafricanos pertenece a la región sumeria antigua, es decir, al sur de Iraq. Por esto me limitaré a la civilización sumeria o acadia —en su calidad de civilización fundadora— para demostrar este avance civilizador mediante el ejemplo sumerio (acadio).

[1] Fuente: Taha Baqir – Muqdama fi tarij al-hadarat al-qadima (Introducción a la historia de las civilizaciones antiguas), págs. 89-90.


Extracto del libro La ilusión del ateísmo de Ahmed Alhasan (a)