• Categoría de la entrada:La ilusión del ateísmo
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Considerando que la literatura es un parámetro de la cultura humana y de la capacidad del ser humano para pensar, nos hace considerar a la literatura sumeria o acadia (babilónica y asiria) tal como la Epopeya de Gilgamesh con sus diversos textos, una evidencia muy importante de que el ser humano, desde el comienzo conocido en Sumeria y Acadia, registrado y trasmitido por tablillas de arcilla hasta hoy, no ha cambiado en el aspecto de su capacidad de percepción y conocimiento. La literatura es un indicador simple que no necesita de otros mecanismos que talvez perturben —al  emplearse— la exactitud de su lectura como patrón de medida, como es el caso de la civilización industrial, la construcción y la invención, ya que es difícil para cualquiera ponerlas como parámetros precisos; porque dependen de otros mecanismos externos a la humanidad del ser humano, por ejemplo: la acumulación de inventos, la acumulación de mecanismos de invención, y la fabricación y la invención que son interdependientes. Aun así, también son parámetros, pero talvez necesitan orientaciones para llegar al resultado buscado.

Así que talvez algunos digan: que la humanidad ha avanzado mucho en la construcción, pues hoy somos capaces de construir rascacielos y puentes en altamar, por ende, talvez también nuestro progreso gobierne el pensamiento y la consciencia sobre nuestros antepasados de Sumeria. Pero si examinamos y comparamos el Zigurat de Ur que fue construido por los sumerios, con las más complejas construcciones masivas de estos días, concluiremos en que no hay ninguna diferencia a nivel de pensamiento y consciencia entre los sumerios que diseñaron y realizaron el Zigurat de Ur, y sus colegas chinos que diseñaron y realizaron el puente marino más largo del mundo, o los que realizaron la construcción de un hotel de treinta pisos o más en el trascurso de unos pocos días. La causa: los ingenieros chinos hoy tienen información empírica y una industria al servicio de la construcción acumulada durante un largo período de la historia humana. Los sumerios no tenían esto porque ellos representan el comienzo. Así que la diferencia entre el equipo de ingenieros sumerios de hace miles de años y el chino de hoy no es una diferencia de pensamiento o consciencia, sino una diferencia en la capacidad externa disponible. La realidad de la cuestión es como dar a alguien hoy un pico, unas herramientas básicas y una información básica sobre construcción y pedirle una construcción parecida al Zigurat de Ur, y dar a otro maquinaria enorme y avanzada, una gran cantidad de información acumulada de experiencias anteriores, computadoras, diversos programas de diseño y análisis, y pedirle que construya un puente que una China con Hong Kong. En mi opinión, si ambos realizaran lo que se les pide, no podría determinarse ninguna diferencia intelectual o capacidad de consciencia entre ambos. Creo que cualquiera en su sano juicio llegaría a esta conclusión.

Como resultado llegamos a que la civilización sumeria en el aspecto de construcción, invención, industria y agricultura definitivamente representa un avance civilizador en relación con la historia que precede a su existencia. Por consiguiente, indica un avance en el pensamiento y la consciencia de los sumerios cuyo inicio no puede determinarse científicamente con exactitud. Pero sin duda comenzó mucho antes de la historia documentada y trasmitida, talvez otras decenas de miles de años y esto los coloca en el mismo nivel que nosotros en el pensamiento y la consciencia. Sin embargo, en la civilización urbana, por ejemplo, necesitamos verificar, dar ejemplos y hacer comparaciones para llegar al resultado buscado.

Con respecto a los textos literarios, creo que todo ser humano que lea la Epopeya de Gilgamesh, por ejemplo, la verá como una obra literaria que merece ser ubicada en la cumbre de la literatura humana —para quienes creen que es un resultado puramente humano— y concluirá en que hay un avance civilizador y cultural que consiguió la humanidad en Sumeria y Acadia o en el arraigo histórico de decenas de miles de años relacionados con Sumeria y Acadia. Pueden leerse mediante instrumentos de consciencia disponibles para cada ser humano promedio. Esto significa con claridad que hay algo nuevo que entró a la ecuación del Homo sapiens que lo cambió de forma radical, de ser un simple ser primitivo controlado por el egoísmo de la supervivencia a ser un ser humano consciente y pensante que intenta ser altruista en esta vida y convertir su deseo de sobrevivir en un deseo de inmortalidad en un mundo distinto e ideal, libre de maldad, lleno de bondad y de buena moral.

Ilustración 16: Zigurat de Ur

Extracto del libro La ilusión del ateísmo de Ahmed Alhasan (a)