• Categoría de la entrada:El Yamani prometido
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Los eruditos son el origen de las banderas similares y son uno de los frentes que juega un gran papel en la marcha de la sagrada aparición. Sin embargo, la distinción de este rol puede ser negativa o positiva. Así que se deben conocer las narraciones que mencionan la postura de los eruditos del Fin de los Tiempos durante la marcha de la aparición. A través de las narraciones se puede identificar esta postura para que el encargado de la investigación la desentrañe. Esto por un lado, y por otro lado investigar sobre la bandera de la verdad (la bandera del Yamani) para que no privemos a ninguno de su derecho, a pesar de que advirtamos por la narración del grupo salvo que lo falso se ha difundido entre los eruditos. La causa principal de esto es el rechazo del libro y de los hadices de la Gente de la Casa, el obrar por los deseos y las opiniones personales.

Siendo que el Corán estará vivo hasta el Día de la Resurrección, Dios Altísimo describió a estos eruditos inoperantes como describió antes a la gente del libro cuando esta no obraba de acuerdo a las palabras de Dios Altísimo que tenían en sus manos. Dijo el Altísimo: {El ejemplo de los encomendados con la Torá que luego no la llevaron son como el ejemplo del burro que lleva libros…}, Sagrado Corán – sura «Al-Yumua» (La congregación), 5. Es decir, que los que portan las palabras de Dios y no se sirven de ellas son como el burro, que lleva una carga que no le da ningún provecho, solamente la lleva. Así que debemos juzgar con indulgencia la tradición de la gente del libro que portaba la Torá pero que no obraban con ella.

Del Comandante de los Creyentes (a), que en una discusión con Omar y Abu Bakr contó acerca del Mensajero de Dios (s): «Lo escuché decir: “Mi nación adoptará la tradición de los hijos de Israel siguiendo su ejemplo paso por paso, parecidos como un huevo a otro, palmo a palmo, braza a braza y codo a codo, tanto que si entraran en un agujero entrarían con ellos. Y es que la Torá y el Corán han sido escritos por un solo ángel en un solo pergamino y luego se pusieron los ejemplos y las reglas”», Gaya al-Maram, vol. 5, pág. 321.

Así pues, los eruditos inoperantes que tienen el Corán y no actúan de acuerdo a lo que hay en él son una confirmación de esta aleya, es decir: {son como el ejemplo del burro que lleva libros}. Pues el Corán está vivo y no morirá hasta el Día de la Resurrección, y no descenderá sobre la nación ningún otro.

Ruego que los adoradores de ídolos humanos no crean que tengo prejuicios contra los eruditos, no. Pero transmitiré unas palabras del Mensajero de Dios y de la Gente de su Casa, y sus palabras son claras para usted. Así que ruego que no cierre sus ojos. Tan solo lea y si no quiere creer, las palabras son de la Gente de la Casa (a) y la incredulidad de los que no creen en ellas no las perjudican en nada. En cuanto a mí, tan solo soy un intermediario que intenta arrojar un poco de agua al que está dormido. En cuanto a los que no duermen, pues no necesitan que les arrojen agua porque ya están despierto. Y estas palabras son solo para los que rechazan las de ellos (a).

 

De As-Sadiq (a), que dijo: «Si sale el Qaim, entre él y los árabes y Quraish solo habrá espada y lo que se consigue con espada. ¿Qué prisa habrían de tener por la salida del Qaim? Por Dios, que sus ropas solo serán toscas y sus comidas solo cebada de mala calidad. ¿Y qué será él sino la espada y la muerte bajo la espada?», Al-Gaiba de Numani, pág. 239.

 

De Sadir As-Sairafi… de Abu Yafar (a), en un hadiz se dirige a los custodios de la Kaaba: «… ¿Qué haríais si se os cortaran las manos o los pies, y os colgaran de la Kaaba, y os dijeran que proclaméis “nosotros somos los ladrones de la Kaaba”? …», Al-Gaiba de Numani, pág. 237.

 

El Comandante de los Creyentes (a) dijo: «Juro por mi padre, que el hijo de la mejor de las sirvientas, es decir, el Qaim, es de mi descendencia (a). Él les infligirá una humillación y les dará de beber de una copa amarga. No les dará sino la espada en tumulto. Cuando ocurra esto, los inmorales de Quraish desearán haberse redimido del Mundo Temporal y de todo lo que tiene que ser perdonado. Él no se detendrá hasta complacer a Dios», Al-Gaiba de Numani, pág. 229.

Esta es una alusión a los referentes religiosos de Quraish de la época del Mensajero de Dios (s), y a los referentes hanafíes de hoy que son los eruditos de Nayaf. Es una alusión a los Quraish como poseedores del liderazgo.

Con respecto a los ladrones de la Kaaba, pues son los ladrones del umbral sagrado en estos días.

 

De Bashar Bin Galib Al-Ásadi, que dijo: «Husein, el hijo de Alí (a), me dijo: “Oh, Bashar, de lo que haya quedado de Quraish, cuando llegue el Qaim, el Mahdi, a quinientos varones de ellos los golpeará en el cuello con firmeza. Luego llegarán otros quinientos y él los golpeará en sus cuellos con firmeza. Luego otros quinientos y él los golpeará en sus cuellos con firmeza”». Dijo: «Entonces le dije: “Que Dios te de prosperidad, ¿tantos llegarán?”. Entonces Husein, el hijo de Alí (a) dijo: “El señor de la gente estará entre ellos”». Dijo: «Bashir Bin Galib, el hermano de Bashar Bin Galib me dijo: “Atestiguo que Husein, el hijo de Alí (a) se lo repitió a mi hermano seis veces o dijo seis números dependiendo de la narración”», Al-Gaiba de Numani, pág. 236.

 

Del Mensajero de Dios (s), cuando encargó a Ibn Masud: «… Oh, Ibn Masud: llegará un tiempo para los hombres en el cual el paciente con su religión será como el que sostiene una brasa en la palma de su mano. Así que en ese tiempo habrán de ser como el lobo y si no, serán devorados por los lobos.

Oh, Ibn Masud: sus eruditos y sus juristas serán traicioneros e inmorales. Serán los más inicuos de la creación de Dios. Y asimismo serán sus seguidores y quienes vayan a ellos, o tomen de ellos, o los amen, o se sienten con ellos, o los consulten, los más inicuos de la creación de Dios. Entrarán al fuego del Infierno. {Sordos, mudos, ciegos. Así pues, no regresan}, {Y hemos de reunirlos el Día de la Resurrección sobre sus rostros, ciegos, mudos, sordos. Su albergue será el Infierno. Cada vez que se extinga hemos de aumentarles el fuego ardiente}, {Cada vez que se les consuma la piel les cambiaremos la piel por otra para que degusten el tormento}, {Cuando sean arrojados dentro escucharán de él una inhalación que hierbe}, {Para ellos allí hay suspiro y ellos allí no escuchan}, {Cada vez que quieran salir de allí de la angustia se les hará regresar allí. Y saboread el tormento abrasador}.

Oh, Ibn Masud: ellos afirmarán estar en mi religión, en mi tradición, en mi camino, y en mis sharías, y ellos no tienen nada que ver conmigo ni yo tengo nada que ver con ellos.

Oh, Ibn Masud: no te sientes con ellos en público, ni comercies con ellos en los mercados, ni los guíes al camino, ni les des de beber agua. Dijo Dios Altísimo: {A quienes quieran la vida del Mundo Temporal y sus adornos les pagaremos completamente por sus obras allí, y allí no se les menoscabará}. Y dijo Dios Altísimo: {Y quien quiera la labranza del Mundo Temporal hemos de darle de ella y no tendrá en la Última ninguna parte}.

Oh Ibn Masud, ¡que desgracia que sufrirá mi nación por ellos! Enemistad, odio, disputas. Ellos son los más viles de mi nación en el Mundo Temporal de ellos. Por aquél que me ha enviado con la verdad, que Dios ha de hundirlos y transformarlos en simios y cerdos». Dijo: Entonces el Mensajero de Dios (s) lloró y nosotros lloramos por su llanto. Y dijimos: «Oh, Mensajero de Dios, ¿por qué lloras?». Dijo: «Por misericordia con los desgraciados. Dios Altísimo dijo: {Y si vieras cuando sean aterrorizados, pues no habrá escape, y sean arrebatados desde un lugar cercano}. Se refiere a los eruditos y juristas», Makarim al-Ajlaq, del jeque At-Tusi, pág. 450-451.

Dijo el Altísimo: {para hacerles degustar el tormento de la ignominia en la vida del Mundo Temporal}. En Gaiba de Numani, As-Sadiq (a) habla sobre las palabras de Dios Altísimo {el tormento de la ignominia}: «“¿Cuál es el tormento de la ignominia en el Mundo Temporal?”. Y dijo: “¿Qué ignominia puede ser más ignominiosa, oh Abu Basir, que la de un varón que está en su casa con sus compañeros, hermanos y en medio de los que dependen de él, y que su familia rasgándose las vestiduras grite, y que la gente diga ‘¿qué sucede?’, y se diga ‘fulano se ha transformado’?” Y dije: “¿Antes del levantamiento del Qaim (a) o después?”. Dijo: “No, más bien antes”», Ilzam an-Nasib Fi Izbat al-Huyya al-Gaib, vol. 2, pág. 106.

La transformación de los eruditos es como está en el encargo que el Mensajero de Dios (s) hizo a Ibn Masud. En cuanto al hundimiento, es decir, cuando (s) dijo “Por aquél que me ha enviado con la verdad, que Dios ha de hundirlos y transformarlos en simios y cerdos, y en las palabras del Altísimo {Y si vieras cuando sean aterrorizados, pues no habrá escape, y sean arrebatados desde un lugar cercano}. Esta aleya está mencionada en los hadices de la Gente de la Casa (a) y será en el tiempo de la aparición. Se refiere al ejército del Sufiani, cuando Dios haga que la Tierra se hunda con él. No sé cuál sería la relación entre los eruditos y el ejército del Sufiani. Si unimos las palabras del Mensajero de Dios (s) y las palabras del Imam Al-Baqir (a) en la siguiente narración, se nos aclara que hay un vínculo sólido entre los eruditos y el ejército del Sufiani que se hundirá. Pues ambos están incluidos en la misma aleya coránica.

 

Abu Yafar (con él sea la paz): «El hombre en cuestión tendrá una ausencia». Y mencionó un largo hadiz que incluye su ausencia y su aparición, hasta que dijo: «Él —se refiere al Qaim— invitará a los hombres al libro de Dios, a la tradición de su profeta, a la lealtad a Alí, el hijo de Abu Táleb (a), y a exonerarse de sus enemigos. Él no llamará a ninguno hasta culminar en Al-Baidá. Así pues, saldrá hacia él el ejército del Sufiani. Entonces Dios dará la orden y los tomará por debajo de sus pies. Esto es lo que dijo Dios Altísimo: {Y si vieras cuando sean aterrorizados, pues no habrá escape, y sean arrebatados desde un lugar cercano * y digan: «Hemos creído en él» …} y se refiere al Qaim de la familia de Muhammad (s)…», Ilzam an-Nasib Fi Izbat al-Huyya al-Gaib, vol. 2, del jeque Alí Al-Yazidi Al-Hairí, pág. 106.

 

De Abu Basir, de As-Sadiq (a): Dijo: «Le dije: {Han tomado a sus doctores y a sus monjes como señores en lugar de a Dios}». Entonces dijo (a): «¡Eh! ¡Por Dios!, que no han invitado a que los adoren a ellos. Si hubieran invitado a que los adoren a ellos no les hubieran respondido. Pero les permitieron lo ilícito y les hicieron prohibieron lo lícito. Y así los adoraron, por donde no se daban cuenta», Al-Burhan, vol. 10, pág. 120, Usul al-Kafi, capítulo “La imitación”, vol. 1, pág. 53, hadiz 1.

 

Del Profeta (s), que dijo: «Dios inspiró a algunos de sus profetas diciendo: “Diles a los que estudian jurisprudencia por otra cosa en lugar de por la religión, que aprenden para otra cosa en lugar de para actuar, que buscan el Mundo Temporal en lugar de la Última vistiendo para los hombres pieles frescas de carnero, diles a aquellos cuyos corazones son como el corazón del lobo, cuyas lenguas son más dulces que la miel, cuyas acciones son más amargas que el áloe, que engañan y de mí se burlan, diles que a ellos les vaticino una tribulación tal que la sabiduría se pulverizará en confusión”», Bihar al-Anwar, vol. 1, pág. 224, Idda ad-Daai, pág. 70.

 

Del Mensajero de Dios (s), que dijo: «Los juristas serán fieles a los mensajeros mientras no se entrometan en el Mundo Temporal». Se dijo: «Oh, Mensajero de Dios, ¿y qué significa que se entrometan en el Mundo Temporal?». Dijo (s): «Que sigan al sultán. Así que si hacen eso, ¡cuidado con ellos por vuestra religión!», Usul al-Kafi, vol. 1, pág. 46, Bihar al-Anwar, vol. 2, pág. 110.

 

Del Imam As-Sadiq (a), que dijo: «Cuando se levante nuestro Qaim encontrará entre los hombres mayores ignorantes que los que encontró el Mensajero de Dios (s) en la era preislámica». Entonces se le dijo: «¿Cómo es eso?». Dijo: «El Mensajero de Dios (s) fue a los hombres y ellos adoraban piedras, rocas, palos y maderas talladas. Cuando nuestro Qaim se levante irá a los hombres y todos ellos interpretarán el libro de Dios contra él, se escudarán en ella contra él y lucharán con ella contra él. Por Dios, que él hará que su justicia entre contra ellos hasta al interior de sus casas como entra el calor y el frío», Bihar al-Anwar, vol. 52, pág. 363.

 

As-Sadiq (a) dice: {Cuando salga el Qaim se vengará de la gente del dictamen por donde ellos ni saben.  Los hará caer en desgracia, a ellos y a sus seguidores, ¿o es, acaso, que la religión estaba incompleta para que ellos la completaran? ¿Es que se había desviado para que ellos la enderezaran? ¿Es que a los hombres les preocupaba el desacuerdo y ellos Lo obedecían? ¿O es que Él les ordenó lo correcto y ellos Lo rechazaron? ¿Es que el elegido estaba preocupado por lo que se le inspiró y ellos se lo recordaron? ¿Es que la religión no se había completado por la alianza con Él y ellos la completaron? ¿Es que vino otro profeta después de él y ellos lo siguieron?», Ilzam an-Nasib, vol. 2, pág. 200.

 

Del Mensajero de Dios (s), que dijo: «No temo que los de mi nación sean hostilizados por la plebe ni que los enemigos luchen contra ellos, pero temo que los de mi nación obedezcan a imames desviados y caigan en la sedición, o que los desobedezcan y sean asesinados», Ilzam an-Nasib, vol. 1, pág. 196.

 

De Abu Abdulá (a): «Y he visto lo ilícito como lícito y he visto lo lícito como ilícito, y he visto la religión basada en la opinión, y el libro y sus estatutos abandonados…», Bihar al-Anwar, vol. 52, pág. 257.

 

En Al-Yanabia se menciona: «Cuando salga el Qaim (a) no tendrá enemigo más evidente que los juristas en particular. Él y la espada serán como hermanos. Y si la espada no estuviera su mano los juristas dictaminarían su asesinato. Pero Dios lo hará aparecer con la espada y la nobleza, así que ellos obedecerán, temerán y aceptarán su juicio, no por tener fe, sino por miedo a él», Yanabia al-Mauda, vol. 3, pág. 215.

 

En Al-Futuhat al-Makkiya dice: «… restablecerá la religión, dará espíritu al islam y con él fortalecerá al islam después de la insignificancia. Lo revivirá después de su muerte y depondrá el tributo de los no musulmanes. Convocará para Dios con la espada. A quien se rehúse lo combatirá y quien dispute contra él fallará. Manifestará de la religión lo que es de la religión en sí misma, como si el Mensajero de Dios juzgara con él. Erradicará las doctrinas de la Tierra para que solo quede la religión pura. Sus enemigos serán los juristas, la gente del iytihad,[1] porque opinarán sobre el gobierno contradiciendo lo que trajeron los imames. Y él hará que entren a regañadientes bajo su gobierno por el temor a su espada, a su ataque y por el anhelo de lo que él tiene. Aliviará así a los musulmanes en general más que a los privilegiados de ellos. La gente auténtica que reconozca a Dios Altísimo le jurará lealtad por el testimonio presencial, la revelación y el reconocimiento divino», Bashar al-Islam, pág. 697.

 

Del Mensajero de Dios (s), que dijo: «Llegará un tiempo a mi nación en el que no quedará del Corán sino su caligrafía, ni del islam sino su nombre. Se harán llamar por él y serán los hombres más lejanos de él. Sus mezquitas estarán pobladas y vacías de guía. Los juristas de ese tiempo serán los peores juristas bajo la sombra del cielo. De ellos nace la sedición y a ellos regresará», Al-Bihar, vol. 52, pág. 190, hadiz 21.

 

Del Mensajero de Dios (a), que dijo: «Los hombres abandonarán la religión de Dios en grupos, tal como entraron en ella en grupos», Al-Malahim wal-Fatan, pág. 133.

Del Mensajero de Dios (s), que dijo: «Pregunté a mi hermano Gabriel: “¿Descenderás después otra vez a la Tierra?”. Y dijo: “Sí, descenderé diez veces y me llevaré las gemas de la Tierra”. Dije: “¿Y qué es lo que te llevarás?”. Dijo:

“En la primera vez – me llevaré la bendición de la Tierra.

En la segunda vez – me llevaré la compasión del corazón de los siervos.

En la tercera vez – me llevaré el pudor de las mujeres.

En la cuarta vez – me llevaré la justicia de los poderosos.

En la quinta vez – me llevaré el afecto del corazón de las criaturas.

En la sexta vez – me llevaré la paciencia de los pobres.

En la séptima vez – me llevaré la generosidad de los ricos.

En la octava vez – me llevaré el saber de los eruditos.

En la novena vez – me llevaré el Corán de los libros y del corazón de los recitadores.

En la décima vez – me llevaré la fe del corazón de los creyentes».

 

Del Comandante de los Creyentes (a), en un largo sermón: «… Por Dios, ¡ay de vosotros en esos días por la sucesión de males ese año. Será un año oscuro y violento. El terror os envolverá durante nueve meses, tanto que la tierra impedirá ir de un lugar a otro y el mar a su navegante. El hermano desconocerá a su hermano y el hijo se rebelará contra su padre. Las mujeres censurarán enérgicamente a sus maridos y las madres considerarán bueno el ultraje de sus hijas. Los juristas tenderán a la mentira y los eruditos tenderán a la incertidumbre. Entonces los velos serán quitados y el Sol saldrá por el poniente. Allí un pregonero proclamará desde el cielo: “Manifiéstate a los vivos, Patrono de Dios”. La gente del este y del oeste lo escuchará y nuestro Qaim ausente aparecerá. Su luz brillará precedida por el espíritu confiable y en su mano estará el libro claro…», Ilzam an-Nasib Fi Izbat al-Huyya al-Gaib, vol. 2, pág. 195.

[1] El iÿtihād (árabe: اِجْتِهاد) designa el esfuerzo de reflexionar, complementario al Corán y la sunna, que los ulemas o muftis y los juristas musulmanes emprenden para interpretar y aplicar los textos fundadores del islam y transcribirlos en términos del derecho islámico. (N. del T.)


Extracto del libro El Yamani prometido, el Argumento de Dios de Haidar Az-Ziadi (a)