• Categoría de la entrada:El decimotercer discípulo
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Pregunta 9: Quien lee sobre el tema de la crucifixión y la redención en las palabras de los eruditos religiosos, ve claramente contradicciones, ¿es posible dar una explicación definitiva con lo que ellos creen de los textos?

¿Y cuál es la interpretación de esta narración: «Le dije a Abu Abdulá: “¿Por qué fue llamado el Resurgente (El que se levanta)?” Respondió: “Porque se levanta después de morir. Se levanta por un gran asunto, se levanta con el mandato de Dios Glorificado Sea.”»?

Respuesta: El jeque At-Tusi, en su libro Al-Gaiba, dijo: «En cuanto a las narraciones que dicen que el “Compañero de la Época” muere y luego vive, o que es matado y luego vive, tal como fue narrado:

Al-Fadil Bin Shadán, de Musa Bin Saadan, de Abdulá Bin Qasm Al-Hadrami, de Abu Said Al-Jurasani, que dijo: “Dije a Abu Abdulá (a): ‘¿Por qué fue llamado el Resurgente (El que se levanta)?’ Dijo: ‘Porque se levanta después de morir, se levanta por un gran asunto, se levanta con el mandato de Dios, Glorificado sea’”.

Muhammad Bin Abdulá Bin Yafar Al-Humairi, de su padre, de Yaqub Bin Yazid, de Alí Bin Al-Hakam, de Hamad Bin Uzman, de Abu Basir, que dijo: “Oí a Abu (a) Yafar decir: ‘Nuestro asunto en el Libro de Dios es como el del dueño del asno, Dios lo hizo morir cien años y luego lo resucitó’”.

De él, de su padre, de Yáfar Bin Muhammad Al-Kufi, de Ishaq Bin Muhammad, de Al-Qasim Bin Ar-Rabi, de Alí Bin Jattab, del muecín de la mezquita de al-Ahmar, que dijo: “Pregunté a Abu Abdulá (a): ‘¿Hay algún ejemplo del Resurgente (a) en el libro de Dios?’ Dijo: ‘Sí, en el versículo del dueño del asno. Dios lo hizo morir cien años y luego lo resucitó’”.

Al-Fadil Bin Shadán narró de Ibn Abi Nayrán, de Muhammad Bin Al-Fadil, de Hamad Bin Abdulkarim, diciendo: “Abu Abdulá (a) dijo: ‘Cuando se se levante el Resurgente la gente dirá: ¿Cómo puede ser si sus huesos se han descompuesto hace tanto tiempo?’”».

Luego el jeque At-Tusi, que Dios tenga misericordia de Dios de él, comentó sobre esto diciendo: «La interpretación de estas narraciones y otras parecidas, es: que, con la muerte de su recuerdo, la mayoría de la gente cree que sus huesos se han descompuesto, y luego Dios lo hace aparecer como hizo aparecer al dueño del asno después de su verdadera muerte. Esta interpretación es probable con respecto a estas narraciones, pues éstas no han sido recibidas de personas sin ningún conocimiento de lo que la razón ya ha probado, sino de quienes las consideran de manera correcta, y las narraciones reiteradas que hemos proporcionado la sostienen. Uno debería detenerse en éstas y aferrarse a lo que se sabe. Las hemos interpretado, después de aceptar su validez, de la forma que lo hacen sus contrapartes, y estas narraciones se oponen a quienes las niegan» libro de Al-Gaiba, pág. 423.

Del significado aparente de estas narraciones y las contrapartes de su tiempo, sl jeque At-Tusi entendió que hay alguien que entra al Mundo Temporal y es asesinado, y que luego regresa a él cuando Dios lo revive en el Mundo Temporal otra vez, para ser el Resurgente de la descendencia de Muhammad (el Mahdi, el Salvador, el Redentor).

El jeque At-Tusi, que Dios tenga misericordia de él, dijo en la introducción de las narraciones: «En cuanto a las narraciones de que el tiempo se acerca, dicen que el Compañero del Tiempo está muerto y luego vive, o que es asesinado y luego vive».

Puesto que el jeque At-Tusi entendió que el Resurgente descripto en estas narraciones era el Imam al-Mahdi, Muhammad Bin Alhasan (a) y como no tenía un entendimiento que reconcilie este significado aparente con el resto de las narraciones, en un momento recurre a interpretarlas y en otro recurre a la cadena de narradores, de esta manera no tenía certeza y finalmente se abstiene de interpretarlas.

En todo caso, que Dios lo rcompense bien, aunque su interpretación no pueda sostenerse ni respaldarse con los textos anteriores en ningún caso, pues ¿cómo podría el levantamiento del Resurgente después de su muerte ser simplemente su aparición después de la muerte de su recuerdo? Aunque el ejemplo que él plantea es el del dueño del asno, cuya muerte y regreso a la vida después de morir fueron explicadas claramente por Dios en el Corán:

{O como aquel que pasó por un pueblo devastado hasta sus cimientos. Dijo: «¿Revivirá a éste, Dios después de su muerte?» Entonces, le hizo morir, Dios, cien años, luego lo resucitó. Dijo: «¿Cuánto has permanecido?» Dijo: «He permanecido un día o algo de un día». Dijo: «No. Has permanecido cien años. Así pues, mira tu comida y tu bebida, no se han pasado. Y mira tu asno. Y hemos de ponerte como signo para los hombres. Y mira los huesos, cómo los recomponemos y los cubrimos de carne». Así pues, cuando se le hizo evidente, dijo: «Sé que Dios es Todopoderoso.»} sura «Al-Báqara» (La vaca), 259.

Entonces, ¡¿quiénes creen que el Imam al-Mahdi, Muhammad Bin Alhasan, ha muerto en la «Tiempo de la Aparición» como aseveró el jeque At-Tusi: «la mayoría de la gente cree que sus huesos se han descompuesto»?! Pues los shiíes creen que está vivo y los sunníes en principio no creen que esté presente, entonces ¿cómo podrían creer en su muerte?

La comprensión correcta de los hadices anteriores, que no contradice lo narrado por ellos (a) es que el Mahdi, el Resurgente que aparece le dice a la gente que él mismo es el parecido que fue crucificado, y algunos hombres no lo aceptarán y dirán: que el parecido fue crucificado, que murió en la cruz y que su asunto terminó hace mucho tiempo. «Cuando se levante el Resurgente los hombres dirán: ¿Cómo puede ser si sus huesos se han descompuesto hace tanto tiempo?».

Presta atención a que ellos dicen «cuando se levante» y no antes, es decir, que cuando él se levante les dirá algo y ellos responderán: «¿Cómo puede ser si sus huesos se han descompuesto hace tanto tiempo?».

Ahora, decimos: ¡¿por qué interpretar o rechazar los hadices, si es posible combinar su significado evidente con lo narrado por ellos (a)?! Especialmente si encontramos que hay otras narraciones y textos que establecen esta comprensión del significado evidente y lo sostienen, como se analizará.

La verdad es que no hay razón ni motivo válido alguno para separar estas narraciones de su significado aparente y de lo que indican: que hay una característica del Resurgente, la cual es que él descendió al Mundo Temporal y fue asesinado antes de haber nacido, y que entra en él otra vez para ser el Resurgente (el Mahdi, el Salvador, el Redentor).

Esta cuestión y su aclaración son como a una código secreto o contraseña, porque es una evidencia de la reivindicación del mismo Resurgente. Los textos existen como existen los números y las letras, y están al alcance de todos, pero ¡¿quién puede obtener de ellos la clave correcta que no sea su dueño?! Sólo él comprenderá el código, porque las palabras de ellos no irán más allá de posibilidades y conclusiones llenas de contradicciones ni más y ni menos, en cambio al Resurgente, viene con este código o contraseña y con esto revela el secreto y lo presenta para quien quiera conocerlo de forma sencilla y clara.

Y he aclarado la cuestión del crucificado y el parecido a él en el volumen 4 de Alegorías,[1] pero está bien aclararlo aquí de otra manera.

Primero: en el Corán:

Dijo el Altísimo: {Y por haber dicho: «Ciertamente, hemos matado al Mesías, Jesús, el hijo de María, el Mensajero de Dios». Y no lo mataron, y no lo crucificaron, pero les pareció que era él a ellos. Y ciertamente, los que discienten sobre esto, tienen dudas de ello. No tienen sobre esto ningún saber, sino que siguen suposiciones. Y no lo mataron, con certeza}, sura 4 «An-Nisaa» (Las Mujeres), 157.

Por lo tanto, según el Corán, Jesús (a) no fue asesinado ni crucificado, sino que hubo alguien que se parecía a él y fue crucificado en su lugar. Además: el versículo anterior responde de forma clara a una pregunta importante: ¿Hay alguien que conozca el secreto del tema de la crucifixión y de lo que sucedió en ella?

Dado que la respuesta a esta pregunta hace que las falacias de la gente ‒especialmente de aquellos que invitan al islam‒ no valgan la pena, porque la respuesta está en el Corán: {Y ciertamente, los que discienten sobre esto, tienen dudas de ello. No tienen sobre ello conocimiento, sino que siguen suposiciones}. Por lo tanto, es un tema cuyo conocimiento se limita sólo a Dios, Glorificado sea, y a aquellos que se comunican con Dios, sus Autoridades para su creación, como Él los define, a quienes les enseña las verdades ocultas, si el Glorificado así lo quiere, como lo aclaró el Altísimo en el Corán. Dijo el Altísimo: {Sabedor de lo oculto, así pues, Él no manifiesta de su oculto a nadie ۝ Sino a quien le ha complacido de mensajero. Así pues, Él hace pasar frente a él y detrás de él una observación ۝ para saber que ya ha transmitido los mansajes de su Señor. Y Él abarca lo que poseen y cuenta de cada cosa un número}, sura «Al-Yinn» (El genio), 26-28.

El versículo es claro, que de lo oculto que sólo Dios conoce, enseña algo a sus mensajeros, y todos los sucesores de Dios en su tierra son mensajeros de Dios, Glorificado sea, para su creación, tanto los profetas o enviados antes de Muhammad (s), como Muhammad y los imames después de él. A todos ellos Dios les informa lo que Él quiere de lo oculto.

Dijo el Altísimo: {Sabe lo que hay entre las manos de ellos y lo que hay detrás de ellos. Y no abarcan nada de su ciencia sino por lo que Él quiera}. «Lo que hay entre las manos de ellos» no se refiere a lo que ellos toman con sus manos, y «lo que hay detrás de ellos» no se refiere a lo que hay detrás de sus espaldas, de lo contrario, no tendría nada de especial lo que Él sabe, Glorificado Sea. «Entre sus manos» quiere decir el futuro, y «lo que hay detrás de ellos» quiere decir los acontecimientos del pasado. Entonces lo que quiere decir con {Sabe lo que hay entre las manos de ellos y lo que hay detrás de ellos} es que Él conoce la ciencia de lo oculto, los eventos del futuro y del pasado que la gente no conoce. Y al completar el versículo, lo que se quiere decir queda más claro: {Y no abarcan nada de su ciencia}, es decir, de la ciencia oculta que está entre las manos de ellos y detrás de ellos. Luego el Altísimo aclara que enseña algo de la ciencia oculta a quien quiere de su creación, por lo que Él quiere, Glorificado sea, {sino por lo que Él quiera}.

Conclusión de lo anterior: El Corán determina que fue asesinado y crucificado no era Jesús, {Y por haber dicho: «Ciertamente, hemos matado al Mesías, Jesús, el hijo de María, el Mensajero de Dios». Y no lo mataron, y no lo crucificaron, pero les pareció que era él a ellos}.

La identificación de la persona crucificada, lo que rodea a su parecido con Jesús y cómo ocurrieron los acontecimientos no son conocidos por judíos, cristianos, musulmanes[2] y otros. Aquellos que discuten sobre erran por la ignorancia, ni más ni menos, {Y ciertamente, los que discienten sobre esto, tienen dudas de ello. No tienen sobre ello conocimiento, sino que siguen suposiciones}.

Dios conoce lo oculto, los acontecimientos del futuro y del pasado, y muestra algunos de ellos a sus sucesores en su tierra.

Por lo tanto, el incidente de la crucifixión y lo que lo rodea es un secreto ‒no sólo para los musulmanes, sino incluso para los cristianos, y este tema se explicará‒, llegar a su verdad no es fácil, excepto para aquellos que son informados por Dios, y esto es algo particular de las Autoridades de Dios. Por lo tanto, pasar por este secreto sin problemas y con facilidad demuestra la autoridad de aquél que lo hace; porque él trae la contraseña que sólo viene de quien está comunicado con Dios, Glorificado Sea.

Segundo: en el Evangelio:

  1. Jesús pide que no lo crucifiquen y no ser el crucificado.

[39 Y adelantándose un poco, cayó sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, que pase de mí esta copa;] … Mateo 26.

[35 Adelantándose un poco, se postró en tierra y oraba que si fuera posible, pasara de El aquella hora. 36 Y decía: ¡Abba, Padre! Para ti todas las cosas son posibles; aparta de mí esta copa, …] Marcos 14.

[41 Y se apartó de ellos como a un tiro de piedra, y poniéndose de rodillas, oraba, 42 diciendo: Padre, si es tu voluntad, aparta de mí esta copa;] Lucas 22.

¿Cómo podría Dios rechazar la oración de Jesús y su ruego de no ser crucificado y ser librado de la crucifixión? ¡¿No es Jesús digno de que su oración sea respondida, o Dios no tiene alternativa para que Jesús (a) no sea crucificado, por ejemplo?!

Además, los cristianos creen que Jesús (a) es la Divinidad Absoluta en sí, y por lo tanto necesitan justificar la petición de Jesús mencionada antes, una justificación que no los coloque en una contradicción que niegue su divinidad absoluta como ellos creen de él, y esto está lejos de ser alcanzado.

Si dijeran que él había rogado ser librado de la crucifixión por su ignorancia o por la inevitabilidad del acontecimiento, negarían su divinidad absoluta, porque le habrían atruibuido ignorancia, la cual es oscuridad, y de esa manera, dejarían claro que él es luz y oscuridad, y no luz sin oscuridad, y, por lo tanto, quedaría invalidada su divinidad absoluta. Y si dijeran que rogó ser librado de la crucifixión sabiendo la inevitabilidad del evento, le atribuirían necedad. De lo contrario, ¿qué sentido tendría rogar esto, sabiendo la inevitabilidad del evento? Y decir esto niega su divinidad absoluta, es más, niega que él estuviera marcado por la sabiduría de los profetas (a).

  1. El crucificado no acepta decir que él sea el rey de los israelitas.

¡¿Por qué aceptaría si fuera Jesús, que vino a decirle a la gente que él era el rey de los hijos de Israel?! ¿No es esto una indicación clara de que el que fue arrestado y crucificado era alguien que no era Jesús, rey de los hijos de Israel y, que por esta razón se negaba a decir que él fuera el rey de los hijos de Israel?

[11 Y Jesús compareció delante del gobernador, y éste le interrogó, diciendo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Y Jesús le dijo: Tú lo dices.] Mateo 27.

[… Pilato le preguntó: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Respondiendo él, le dijo: Tú lo dices.] Marcos 15.

[33 Entonces Pilato volvió a entrar al Pretorio, y llamó a Jesús y le dijo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? 34 Jesús respondió: ¿Esto lo dices por tu cuenta, o porque otros te lo han dicho de mí? 35 Pilato respondió: ¿Acaso soy yo judío? Tu nación y los principales sacerdotes te entregaron a mí. ¿Qué has hecho? 36 Jesús respondió: Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, entonces mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; mas ahora mi reino no es de aquí. 37 Pilato entonces le dijo: ¿Así que tú eres rey? Jesús respondió: Tú dices que soy rey. Para esto yo he nacido y para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad.] Juan 18.

  1. Las palabras del crucificado a María, la madre de Jesús (a), indican que él no era su hijo, de lo contrario, ¿sería apropiado que un hijo se dirija así a su madre, «¡mujer!»? Sí, es correcto que el crucificado la llame de esta manera si él no es Jesús (a), para dejar claro que ella no es su madre y que él no es Jesús (a)».[3]

[25 Por eso los soldados hicieron esto. Y junto a la cruz de Jesús estaban su madre, y la hermana de su madre, María, la mujer de Cleofás, y María Magdalena. 26 Y cuando Jesús vio a su madre, y al discípulo a quien Él amaba que estaba allí cerca, dijo a su madre: ¡Mujer, he ahí tu hijo! 27 Después dijo al discípulo: ¡He ahí tu madre!] Juan 19.

  1. Pedro se ofrece a ocupar el lugar de Jesús para la crucifixión, y Jesús le muestra su incapacidad para hacerlo.

[31 Simón, Simón, mira que Satanás os ha reclamado para zarandearos como a trigo; 32 pero yo he rogado por ti para que tu fe no falle; y tú, una vez que hayas regresado, fortalece a tus hermanos. 33 Y Pedro le dijo: Señor, estoy dispuesto a ir contigo tanto a la cárcel como a la muerte. 34 Pero Jesús le dijo: Te digo, Pedro, que el gallo no cantará hoy hasta que tú hayas negado tres veces que me conoces.] Lucas 22.

[36 Simón Pedro le dijo: Señor, ¿adónde vas? Jesús respondió: Adonde yo voy, tú no me puedes seguir ahora, pero me seguirás después. 37 Pedro le dijo: Señor, ¿por qué no te puedo seguir ahora mismo? ¡Yo daré mi vida por ti! 38 Jesús le respondió: ¿Tu vida darás por mí? En verdad, en verdad te digo: no cantará el gallo sin que antes me hayas negado tres veces.] Juan 13.

En los dos pasajes mencionados del Evangelio, entendemos que, a Jesús, los discípulos le ofrecen, de una forma u otra, ser sacrificados en lugar de él; o al menos, encontramos en los pasajes que Jesús (a) le muestra a Pedro, el mejor de los discípulos, que no puede sacrificarse por Jesús (a): [Pedro le dijo: Señor, ¿por qué no te puedo seguir ahora mismo? ¡Yo daré mi vida por ti! Jesús le respondió: ¿Tu vida darás por mí? En verdad, en verdad te digo: no cantará el gallo sin que antes me hayas negado tres veces].

Por lo tanto, este pasaje del Evangelio de Juan muestra claramente que Pedro le pidió a Jesús redimirlo o que Jesús discutió el ofrecimiento de Pedro: [¿Tu vida darás por mí?], y encontramos que Jesús respondió a esta pregunta, diciendo que Pedro no podría hacer esto: [En verdad, en verdad te digo: no cantará el gallo sin que antes me hayas negado tres veces]. Esta discusión no salió de la nada, así que ¿qué habría hecho que Pedro hiciera este ofrecimiento si Jesús no se los hubiera propuesto?

Además, ¿cómo pueden entenderse las palabras de Pedro: [¡Yo daré mi vida por ti!] más que referidas a la cuestión de su semejanza? De otro modo, cómo se pondría Pedro en el lugar de Jesús (a) para ser crucificado, si no se pareciera a él antes para que los judíos lo capturaran y lo crucificaran como si fuera Jesús (a), pues la gente pedía que crucificaran a Jesús (a) y no a Pedro, y no se llevarían a Pedro a menos que se pareciera a él.

Y, además: la respuesta de Jesús no fue «No es justo que tú, Pedro, seas sacrificado por mí» o «Yo debo ser sacrificado», o cualquier otra respuesta que no sea «Tú, Pedro, eres incapaz de esto». Y esto nos lleva a la pregunta: si Pedro y los discípulos son incapaces de ponerse en el lugar de Jesús y soportar la crucifixión, ¿no había nadie al que Dios pudiera encargar esta tarea después de que Jesús suplicó claramente pidió ser librado de la crucifixión como lo ha hecho?

  1. «[Jesús entonces dijo a Pedro: Mete la espada en la vaina. La copa que el Padre me ha dado, ¿acaso no la he de beber?]» Juan 18.

Estas palabras vinieron del crucificado durante su arresto, son las palabras de alguien que acepta la crucifixión y no tiene ningún problema con ella, al contrario, considera la renuencia a beber la copa de la crucifixión es una cuestión inaceptable y algo imposible para él, no puede ni pensar en eso. [La copa que el Padre me ha dado, ¿acaso no la he de beber?] No solo pregunta, sino que lo hace admirado: [¿acaso no la he de beber?] ¡¿Cómo se puede imaginar que estas palabras vendrían de la misma persona que, antes del arresto del crucificado, suplicó: [¡Abba, Padre! Para ti todas las cosas son posibles; aparta de mí esta copa, …] Marcos 14?!

Por lo tanto, son dos personas completamente diferentes. La persona que fue arrestada y crucificada era otra persona, y no Jesús (a) que suplicó no ser crucificado.

  1. Lo que hay en el Evangelio de Judá.

Es un evangelio arqueológico cuyo origen se remonta a la época preislámica, por lo cual no puede difamarse como falsificado por musulmanes. Por lo tanto, es un evangelio cristiano que circulaba entre los primeros cristianos. La reproducción y circulación del Evangelio de Judá entre algunos de los primeros cristianos indica el desacuerdo entre ellos sobre la identidad del crucificado durante ese período.

Este pasaje del evangelio de Judá aclara que el crucificado no es Jesús. Es más, lo identifica con su nombre, sus características y las características de su descendencia:

Evangelio de Judá, escena 3:

[Judá dijo, «Maestro, ¿podría ser que mi semilla esté bajo el control de los regidores?». Jesús respondió y le dijo, «Ven, que yo [― dos líneas perdidas ―], pero te afligirás mucho cuando veas el reino y toda su generación».

Cuando escuchó esto, Judá le dijo, «¿qué bien es ese que yo he recibido? Para que me hayas puesto aparte de esa generación».

Jesús respondió y le dijo, «Tú te convertirás en el decimotercero, y serás maldecido por las otras generaciones ― y vendrás a regir sobre ellos. En los últimos días ellos maldecirán tu ascensión [47] a la santa [generación]».

«But you will exceed all of them. For you will sacrifice the man that clothes me».

«Pero tú sobrepasarás a todos ellos. Pues tú sacrificarás al hombre que me reviste.

Ya tu cuerno se ha levantado,

tu ira se ha enardecido,

tu estrella ha brillado,

y tu corazón ha […] [57]»].

Además, el texto dice claramente que el crucificado no es Jesús: [Pero tú sobrepasarás a todos ellos. Pues tú sacrificarás al hombre que me reviste]. Pone el nombre del crucificado como Judá. Es cierto, Judá en este pasaje no es Judas Iscariote, el traidor que fue a los eruditos judíos y vino con los guardias del templo para arrestar al crucificado. El Judá al que crucifican en el lugar de Jesús, como está en el texto del Evangelio de Judá, es una buena persona que se sacrifica por Jesús. Además, en el Evangelio de Judá, Jesús lo describe incluso de una manera que no puede caracterizar a Judas Iscariote, a saber, que él será el decimotercero; mientras que los discípulos ‒como todos están de acuerdo‒, son sólo doce. Después de la traición de Judas Iscariote trajeron un sustituto para completar el número de doce, y nunca fueron trece. Esto convierte al Judá mencionado definitivamente en alguien que no es Judas Iscariote. Además, en las declaraciones mencionadas en el Evangelio de Judá dice:

[Y vendrás a regir sobre ellos]: Esta frase es exclusiva para el Salvador que viene en el Fin de los Tiempos para llenar la tierra con justicia; Judas Iscariote no viene en el Fin de los Tiempos, porque, en resumen, él sólo fue una persona malvada que nació y murió en esa época.

[Judá dijo, «Maestro, ¿podría ser que mi semilla esté bajo el control de los regidores?». Jesús respondió y le dijo, «Ven, que yo [― dos líneas perdidas ―], pero te afligirás mucho cuando veas el reino y toda su generación». Cuando escuchó esto, Judá le dijo, «¿qué bien es ese que yo he recibido? Para que me hayas puesto aparte de esa generación].

[Maestro, ¿podría ser que mi semilla esté bajo el control de los regidores?]: Los regidores gobiernan a todos, ¡¿tiene algún sentido o sabiduría preguntar a alguien si su descendencia estará bajo el control de los regidores?! Estas palabras sólo tendrán sentido en un caso: que estos descendientes por los que pregunta sean los sucesores de Dios en Su Tierra. Así que estaba preguntando si estarían bajo el control de los gobernantes déspotas o si la gente los fortalecería para gobernar. Por lo tanto, no sólo se espera que «Judá» venga a gobernar, sino que también sus descendientes sean sucesores de Dios en su tierra. Y él preguntaba por los sucesores de Dios de su descendencia: a pesar de su designación divina, ¿podrían estar bajo la autoridad y el control de los gobernantes tiranos ‒como fue el caso de tantos sucesores de Dios antes de ellos como Abraham (a), Moisés y el mismo Jesús? ¿O la gente los fortalecerá para establecer el gobierno de Dios en la Tierra?

En esta pregunta, Jesús le responde una serie de cosas, que dejan claro que Judá aquí, no es el Iscariote. Judas Iscariote ni siquiera es uno de los sucesores de Dios en su tierra, así que no tiene sentido cuestionar si el que preguntaba era Judas Iscariote. Judas Iscariote no tiene descendencia; es más, murió después del incidente de la crucifixión, así que no tiene sentido cuestionar si era él.

[Pero te afligirás mucho cuando veas el reino y toda su generación]: ¿Cómo podría ver el perverso Judas Iscariote los Reinos? Sí, podría ver los Reinos si el Judá mencionado aquí fuera la persona divina que vino de los Reinos y regresara a ellos después de cumplir su misión de ser crucificado en el lugar de Jesús (a). Por lo tanto, no era Judas Iscariote.

[Cuando escuchó esto, Judá le dijo, «¿qué bien es ese que yo he recibido? Para que me hayas puesto aparte de esa generación]. ¡¿De qué generación fue apartado Judas Iscariote?! La verdad es que estas palabras serían válidas sólo bajo una condición, que Judá aquí no sea Judas Iscariote, sino alguien de los reinos divinos, que vino en el tiempo y la generación de Jesús, no en su tiempo ni su generación, sino que vino para cumplir una misión y regresar al lugar de donde vino.

Además: él vino por las oraciones de Jesús (a), para librarlo de la crucifixión, por lo cual, era válido que dijera a Jesús: [Para que me hayas puesto aparte de esa generación].

Por lo tanto, el Judá mencionado en algunos pasajes del Evangelio de Judá, como el texto mencionado, no es el Judas Iscariote que traicionó a Jesús y lo entregó a los eruditos judíos, como está al final del Evangelio de Judá: [Se acercaron a Judas y le dijeron, «¿Qué haces aquí? Tú eres discípulo de Jesús». Judas les respondió como deseaban. Y recibió un dinero y lo entregó a ellos]. Evangelio de Judá, escena 3.

Judá, como está descripto en el Evangelio de Judá, es una buena persona y es uno de los sucesores de Dios en Su Tierra, además, algunos de sus descendientes son sucesores de Dios en su tierra. Tampoco era de la generación de Jesús, ni de su tiempo, es decir, descendió de los Reinos en la épca de Jesús. Además de todo esto, el texto dice que es este Judá quien llenará la tierra de justicia y gobernará en el Fin de los Tiempos.

Ahora, todas estas cualidades del Judá que fue crucificado en lugar de Jesús encajan en el Salvador que viene en el Fin de los Tiempos. Si finalmente preguntamos qué significa el nombre de «Judá» para ver quién es esta persona, encontramos que el nombre de Judá en árabe significa «alabanza» (الحمد ‒ alhamd, “la alabanza”) o Ahmed (احمد ‒ Ahmed, “el que más alaba”). Este significado está confirmado en la Torá, donde se aclara: Génesis 29, 35, [Concibió una vez más y dio a luz un hijo, y dijo: Esta vez alabaré al SEÑOR; así que le puso por nombre Judá; y dejó de dar a luz].

Entonces, Judá significa Ahmed, el nombre del Mahdi, el Salvador, el Confortador prometido para el Fin de los Tiempos, mencionado en la Torá, en el Evangelio, en el Corán y en el Testamento de Muhammad, el Mensajero de Dios (s).

También, en la Torá y el Evangelio: se describen las acciones del crucificado y se narran sus palabras después de su arresto, indicando que es era persona sabia, plenamente satisfecha con lo que le estaba sucediendo, y que no era Judas Iscariote. Judas Iscariote era una persona dominada por Satanás, por lo que ninguna sabiduría podría venir de él ni podría haber permanecido calmado y sereno mientras lo conducían a la crucifixión en lugar de Jesús (a), en quien no creía.

En la Torá, libro de Isaías, Hechos 8, en este pasaje: [… COMO OVEJA FUE LLEVADO AL MATADERO; Y COMO CORDERO, MUDO DELANTE DEL QUE LO TRASQUILA, NO ABRE ÉL SU BOCA…].

Además, el texto, tal como es, muestra que él fue en silencio y calma a la tortura y la crucifixión. Otra cosa que el texto indica es que no habló ni se quejó, ni habló de su derecho o de que era un mensajero, mientras que Jesús (a), reprochaba a los eruditos y a los hombres, les predicaba y les aclaraba su derecho, así que no puede ser verdad que él fuera al sacrificio en silencio.

En el evangelio: el crucificado promete que uno de los crucificados con él irá al Paraíso por defenderle. ¡¿Es posible que esta sabiduría y esta promesa de un crucificado sea de Judas Iscariote?! ¿Qué prometería Judas Iscariote si Dios hubiera cambiado su apariencia y hubiera sido crucificado en lugar de Jesús, en quien él no creía, estando en esa situación sabiendo con seguridad que había sido injusto y que sería castigado? ¡¿Qué paraíso prometería al que lo defendió?!

[39 Y uno de los malhechores que estaban colgados allí le lanzaba insultos, diciendo: ¿No eres tú el Cristo? ¡Sálvate a ti mismo y a nosotros! 40 Pero el otro le contestó, y reprendiéndole, dijo: ¿Ni siquiera temes tú a Dios a pesar de que estás bajo la misma condena? 41 Y nosotros a la verdad, justamente, porque recibimos lo que merecemos por nuestros hechos; pero éste nada malo ha hecho. 42 Y decía: Jesús, acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. 43 Entonces Él le dijo: En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso]. Lucas 23.

También en el Evangelio de Lucas:

[33 Cuando llegaron al lugar llamado «La Calavera», crucificaron allí a Jesús y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. 34 Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y echaron suertes, repartiéndose entre sí sus vestidos] Lucas 23.

Lo anterior, la sabiduría y las actitudes sobrias y firmes de un crucificado bajo las condiciones más duras, no pueden venir de un necio o un infiel satánico, Dios no lo permita, como Judas Iscariote; a algunos de ellos les place imaginar al hombre parecido como a Judas Iscariote sin ninguna evidencia, sólo para tener a alguien parecido a Jesús crucificado en su lugar.[4]

Además de todo lo anterior, cabe señalar que Judas Iscariote vino y guió a los guardias del templo hasta el crucificado, y arrestaron al parecido crucificado. ¿Cómo podría Judas Iscariote venir con los guardias, guiarlos hasta el hombre parecido y al mismo tiempo, ser el hombre parecido? ¿Es que Judas Iscariote, por ejemplo, es dos personas?

Se supone que los argumentos sean más racionales y no tan ingenuos y contradictorios. ¿Cómo puede alguien imaginar razonablemente una situación en la que Judas Iscariote esté delante de los guardias, los guíe hasta el hombre parecido y él mismo sea el hombre parecido? ¡Esto es ponerlo en el mismo lugar en dos personas, con dos imágenes y en dos situaciones completamente opuestas! ¿Qué nivel de argumentación es este? ¡Y me pregunto cómo algunos de ellos aceptan algo tan contradictorio!

Además, lo anterior niega lo que dicen algunos musulmanes (sin ninguna evidencia) de que el crucificado fue Judas Iscariote, ya que hay narraciones que aclaran que el parecido crucificado era un joven bueno cuya imagen se parecía a la de Jesús. Incluso el Profeta dijo que era descendiente de Alí en particular.[5]

Conclusión de lo anterior:

En la Torá y los Evangelios reconocidos por los cristianos hay textos que indican que Jesús no fue crucificado. Si cada uno de estos textos no es suficiente por sí solo, en conjunto son una evidencia de que el crucificado no es Jesús (a).

Jesús le pide a Dios no ser crucificado.

El crucificado se niega a decir con su lengua que él sea el Rey de los Hijos de Israel, cuando Jesús es el Rey de los Hijos de Israel.

El crucificado se dirige a María, la madre de Jesús, como «mujer».

Pedro se ofrece a ocupar el lugar de Jesús, es decir, que él pidió ser el hombre parecido a él: [37 Pedro le dijo: Señor, ¿por qué no te puedo seguir ahora mismo? ¡Yo daré mi vida por ti!], y Jesús se niega, porque sabe que Pedro es incapaz de esto y le da una señal de su incapacidad: que él negaría tres veces al crucificado, y eso es sin duda, igual que negar a Jesús (a).

Al comparar las palabras de Jesús (a) antes de que los soldados vengan y arresten al crucificado, con las palabras del crucificado durante su arresto, sabemos que se trata de dos personas completamente diferentes, ya que tomaron dos posturas diferentes en la aceptación de la crucifixión. La persona que dijo [La copa que el Padre me ha dado, ¿acaso no la he de beber?] no puede ser la misma que unas horas antes había dicho [¡Abba, Padre! Para ti todas las cosas son posibles; aparta de mí esta copa].

Del Evangelio de Judá:

El crucificado no es el mismo Jesús, sino alguien parecido a Jesús (a).

El crucificado es descripto como el decimotercero.

El crucificado es descripto como el que ha de venir en el Fin de los Tiempos a reinar.

El crucificado se llama Judá (Ahmed, como fue aclarado), pero no es Judas Iscariote.

El crucificado descendió de los Reinos y no es de la generación de Jesús (a).

El crucificado tiene descendientes y son sucesores de Dios en su tierra.

También: en la Torá, el Evangelio y el Evangelio de Judá hay pasajes claros que muestran que el crucificado no puede ser Judas Iscariote, y contienen una respuesta para los que dicen que el crucificado es Judas Iscariote.

Tercero: en las narraciones:

  1. En los libros de los shiíes:

En la interpretación de Alí Bin Ibrahim, de Abi Yáfar (a) que dijo: «La noche en que Dios le elevó, Jesús (a) llamó a sus compañeros para que se reúnan con él y se reunieron por la noche. Eran doce hombres. Él les hizo entrar a una casa, después salió a ellos desde un manantial de la esquina de la casa y secándose su cabeza dijo: “Dios me elevará hacia Él en esta hora y me purificará de los judíos. ¿Sobre quién de vosotros será arrojada mi semejanza para ser asesinado y crucificado, y tener mi rango?” Un joven entre ellos dijo: “Yo, Espíritu de Dios.” Dijo: “Entonces serás tú…”» Luego dijo (a): «Los judíos llegaron buscando a Jesús (a) por la noche… y se llevaron al joven sobre el que había sido arrojada la semejanza de Jesús (a), y éste fue asesinado, crucificado.» – Tafsir al-Qummi: vol. 1, pág. 103.

Esta narración muestra que había alguien que no era Judas Iscariote y que sobre él fue arrojada la semejanza, que fue crucificado y alcanzó el rango de Jesús. Jesús es uno de los sucesores de Dios en su tierra, un profeta, un imam y uno de los mensajeros dotados de grandeza, por lo tanto, este hombre parecido a él y crucificado es al menos uno de los sucesores de Dios en su tierra. ¿Sobre quién de vosotros será arrojada mi semejanza para ser asesinado y crucificado, y tener mi rango?».

Además de esto: había doce presentes con Jesús en el momento que Judas estaba con los eruditos judíos para entregarles a Jesús. Entonces ¿quién era el duodécimo además del crucificado que entró y salió sin llamar la atención, sin que nadie lo viera al principio aparte de Jesús (a): […COMO OVEJA FUE LLEVADO AL MATADERO; Y COMO CORDERO, MUDO DELANTE DEL QUE LO TRASQUILA, NO ABRE ÉL SU BOCA].

Esto está, aunque no tan claramente, en el Evangelio que existe hoy, como se ha demostrado anteriormente:

[Simón, Simón, mira que Satanás os ha reclamado para zarandearos como a trigo; 32 pero yo he rogado por ti para que tu fe no falle; y tú, una vez que hayas regresado, fortalece a tus hermanos. 33 Y Pedro le dijo: Señor, estoy dispuesto a ir contigo tanto a la cárcel como a la muerte. 34 Pero Jesús le dijo: Te digo, Pedro, que el gallo no cantará hoy hasta que tú hayas negado tres veces que me conoces]. Lucas 22.

[Simón Pedro le dijo: Señor, ¿adónde vas? Jesús respondió: Adonde yo voy, tú no me puedes seguir ahora, pero me seguirás después. 37 Pedro le dijo: Señor, ¿por qué no te puedo seguir ahora mismo? ¡Yo daré mi vida por ti! 38 Jesús le respondió: ¿Tu vida darás por mí? En verdad, en verdad te digo: no cantará el gallo sin que antes me hayas negado tres veces]. Juan 13.

Hay narraciones que muestran que el hombre parecido es uno de los sucesores de Dios, que los que lo rechazaron y lo mataron eran infieles, y que los que aceptarán su regreso y lo defenderán serán los mejores creyentes:

Abi Al-Yarud narró que Abi Yáfar (a) dijo: sobre sus palabras: «{Oh, vosotros que habéis creído, ¿acaso os indico un negocio que os salvará de un castigo doloroso?}». Entonces dijeron: «Si supiéramos lo que es, cambiaríamos por ello nuestros bienes, nuestras almas y nuestros hijos». «Y Dios dijo: {Que tengáis fe en Dios y en Su Mensajero, y que luchéis en el camino de Dios con vuestros bienes y vuestras almas}», hasta decir: «{Ese es el triunfo inmenso ۝ Y otra que habéis de amar: un auxilio de Dios y una conquista cercana. Y albricia a los creyentes}, se refiere al Mundo Temporal, con la conquista del Resurgente.» Y también dijo: «La conquista de Meca, en sus palabras: {Oh, vosotros que habéis creído, sed partidarios de Dios}», hasta decir: «{Así pues, creyó un grupo de los hijos de Israel y descreyó un grupo}». Dijo: «El que no creyó fue el que asesinó al hombre parecido a Jesús (a) y lo crucificó, y el que creyó es el que [aceptó][6] al parecido a Jesús para que no sea asesinado. Entonces mataron al grupo que lo asesinó y lo crucificó. Y esto es lo que dijo: {Así pues, ayudamos a los que han creído, contra sus enemigos, así se han vuelto manifiestos}». – Tafsir al-Qummi, Alí Bin Ibrahim al-Qummi: vol. 2, pág. 365-366.

¿En quiénes deben tener fe los hombres que no sean los sucesores de Dios en su tierra? «y la que creyó es la que aceptó al hombre parecido a Jesús para que no sea asesinado». Por lo tanto, la narración muestra claramente que el crucificado es uno de los sucesores de Dios en su tierra, y los hombres deben creer en él y apoyarlo cuando regrese a este mundo.

Y esto está en el Evangelio, el hombre parecido y crucificado lo dice con completa claridad: [36 Jesús respondió: Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, entonces mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; mas ahora mi reino no es de aquí]. Juan 18.

Es decir, aclara que cuando regrese a este Mundo Físico, en su generación y tiempo, habrá quienes lo defiendan para no ser entregado a los judíos de su tiempo y ser crucificado, [mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; mas ahora mi reino no es de aquí], «y la que creyó es la que aceptó al hombre parecido a Jesús para que no sea asesinado».

Fue narrado que el parecido crucificado era de la descendencia del Mensajero de Dios (s):

El Mensajero de Dios, Muhammad (s), en su súplica por Alí Bin Abi Tálib (a), dijo: «Oh Dios, concédele la paciencia de Moisés y haz de sus descendientes semejantes a Jesús (a). Oh Dios, ciertamente Tú eres mi Sucesor sobre él. sobre su familia y sobre su descendencia buena y purificada, de quienes quitaste la suciedad y la impureza». – Al-Gaiba de An-Numani, pág. 144.

  1. En los libros de los sunníes:

Los sunníes narraron en sus interpretaciones que el crucificado no fue Judas Iscariote, sino un joven que estaba con los discípulos:

[Said Bin Yubair narró que Ibn Abbás dijo: «Jesús salió a sus compañeros cuando Dios quería hacerlo ascender, y dijo: “¿Sobre cuál de vosotros será arrojada mi semejanza para ser asesinado en mi lugar y tener mi rango?” Entonces un joven se puso de pie y le dijo: “Yo”. Y le dijo: “Siéntate”. Entonces repitió las palabras, y el joven se puso de pie y Jesús le dijo: “Siéntate”. Luego repitió lo que dijo otra vez y el joven le dijo: “Yo”. Entonces le dijo: “Sí, tú serás”. Entonces fue arrojada sobre aquél la semejanza a Jesús y Jesús ascendió. Vinieron los judíos y se llevaron a aquel hombre, y lo mataron, lo crucificaron». Lo mismo fue dicho por Wahab Bin Manbah, y Qutada y As-Saddi]. Zad al-Masir Fi Ilm at-Tafsir – Ibn Al-Yauzi.

[Bashir Bin Maad nos relató, dijo: de Yazid, de Said, de Qutada que dijo, de sus palabras: «{“Ciertamente, hemos matado al Mesías, Jesús, el hijo de María, el Mensajero de Dios”. Y no lo mataron, y no lo crucificaron}, … hasta sus palabras {Y Dios es Poderoso, Sabio}. Esos son los enemigos de Dios, los judíos; se hicieron famosos por matar a Jesús, el hijo de María, el Mensajero de Dios, y afirmaban haberlo matado y crucificado. Fue mencionado que el Profeta de Dios, Jesús, el hijo de María, dijo a sus compañeros: «¿Sobre quién de vosotros será arrojada mi semejanza para así, ser asesinado?» Entonces un hombre de sus compañeros dijo: «Yo, Profeta de Dios.» Entonces ese hombre fue asesinado y Dios protegió a su profeta y lo ascendió hacia Él».

Al-Hasan Bin Yahia nos relató, dijo: nos informó Abdurrazaq, dijo: nos informó Muamar, de Qutada con respecto a sus palabras: {Y no lo mataron, y no lo crucificaron, pero les pareció eso} dijo: «Su semejanza fue arrojada a un hombre de los discípulos y él fue asesinado, y Jesús, el hijo de María, les ofreció esto, pues dijo: “¿Sobre quién de vosotros será arrojada mi semejanza y tendrá el Paraíso?” Entonces un hombre dijo: “Sobre mí”».

Nos relató Al-Muzanna, dijo: nos narró Abu Hudaifa, dijo: nos relató Shabal, del hijo de Abi Nayih, de Al-Qasim Bin Abi Bazza: que Jesús, el hijo de María, dijo: «¿Sobre quién de vosotros será arrojada mi semejanza para ser asesinado en mi lugar?» Entonces, un hombre entre sus compañeros, dijo: «Yo, Mensajero de Dios». Entonces su semejanza fue arrojada sobre aquel y a aquél asesinaron. Por eso Dios dijo: {Y no lo mataron, y no lo crucificaron, pero les pareció eso}».

Al-Qasim nos relató, dijo: nos narró Alhusein, dijo: nos narró Hayyay, dijo: Ibn Yariy dijo: «Llegó a nuestros oídos que Jesús, el hijo de María, dijo a sus compañeros: «¿Quién de vosotros aceptará que mi semejanza sea arrojada sobre él para ser asesinado?» Entonces un hombre de sus compañeros dijo: «Yo, Profeta de Dios.» Entonces su semejanza fue arrojada sobre aquel y fue asesinado. Y Dios hizo ascender a su profeta hacia Él».

Muhammad Bin Amru nos relató, dijo: Abu Asim nos narró, dijo: nos narró Isa, del hijo de Abi Nayih, de Muyahid, que respecto a sus palabras: {Y no lo mataron, y no lo crucificaron, pero les pareció eso} dijo: «Crucificaron a un hombre que no era Jesús, suponiendo que era Jesús».

Al-Muzanná nos dijo: Abu Hudaifa nos narró: nos narró Shabal, del hijo de Abi Nayih, que Muyahid: {pero les pareció eso}, mencionó lo mismo.

Al-Qasim nos relató, dijo: Al-Husein nos relató, dijo: Hayyay nos narró, de Ibn Charich, de Muyahid, que dijo: «Crucificaron a un hombre que se parecía a Jesús pensando que era él, y Dios elevó hacia Él a Jesús vivo.»] ‒ Yamia Al-Bayan Fi Tafsir Al-Quran – Ibn Yarir At-Tabari.

[Luego, el Glorificado informó que los hijos de Israel no habían matado a Jesús, ni lo habían crucificado, pero les pareció eso. Los narradores disentían sobre esta historia, en la que no hay duda de que Jesús (a) viajaba por la tierra e invitaba a Dios, y los hijos de Israel lo estaban buscando. El rey de ese tiempo puso un precio a su cabeza y Jesús era seguido por sus discípulos que caminaban con él; a donde fuera. Cuando en algunos momentos, la cuestión de Jesús se hizo famosa, fue narrado que un judío había puesto precio a su cabeza, y no dejó de buscarlo; hasta que supo su lugar. Cuando Jesús y sus compañeros percibieron que sus perseguidores estaban cerca, entraron a una casa a la vista de los hijos de Israel, y fue narrado que eran trece. Fue narrado: dieciocho, y la noche los cubrió. Fue narrado que Jesús se separó de sus discípulos esa noche y los dirigió a diferentes horizontes. Él se quedó con un hombre. Jesús fue ascendido y su semejanza fue arrojada sobre aquel hombre, que fue así, crucificado]. Al-Yawahir Al-Hasán fi Tafsir al-Quran – Az-Zaalibi.

[Entonces los judíos se reunieron para matarle, y Dios le informó que lo elevaría al cielo y lo purificaría de la compañía de los judíos. Entonces dijo a sus compañeros: «¿Quién de vosotros acepta que mi semejanza sea arrojada sobre él, y ser asesinado, crucificado, y entrar al Paraíso?» Entonces un hombre de ellos dijo: «Yo». Entonces Dios arrojó su semejanza sobre él y fue asesinado, crucificado]. – Tafsir Madarik at-tanzil wa haqaeq at-tawil – An-Nasifi

[… El gobernador de Jerusalén cumplió con eso y con un grupo de judíos fue a la casa donde estaba Jesús (a) con un grupo de doce o trece compañeros. Se dijo que eran diecisiete y era el ocaso de un viernes que es la víspera del sábado y allí lo rodearon. Cuando sintieron la presencia de ellos y que no había manera de impedir que entraran o que ellos salieran, él dijo a sus compañeros: «¿Sobre quién de vosotros será arrojada mi semejanza y será mi compañero en el Paraíso?» Entonces un joven de ellos se adelantó, pero fue como si Jesús lo viera incapaz de la tarea, entonces lo repitió por segunda y tercera vez, y nadie se adelantaba excepto aquel hombre, entonces le dijo: «Eres tú». Dios arrojó la semejanza de Jesús sobre él y era como si fuera él. Y en el techo de la casa se formó una abertura y Jesús se durmió y ascendió al cielo mientras dormía, fue como Dios Altísimo dijo: {Cuando dijo Dios: «Oh Jesús, te tomaré y te elevaré hacia mí»}, en el versículo. Cuando ascendió, salieron y vieron a ese joven que supusieron que era Jesús. Lo apresaron por la noche, lo crucificaron y le pusieron espinas en la cabeza… {Y no lo mataron ni lo crucificaron, pero les pareció eso, es decir, vieron a alguien parecido a él y supusieron que era él.] – Tafsir Ibn Kazir.

Entonces, la conclusión de la Torá, el Evangelio, el Corán, el razonamiento y las narraciones, es que el crucificado no era ni Jesús ni Judas Iscariote. Y encontramos narraciones que dicen que era descendiente del Mensajero de Dios (s) y de Alí (a), y que indican que era uno de los sucesores de Dios, ¿entonces qué hacemos?

¡¿Seguimos discutiendo y rechazando estas narraciones, transmitiendo nuestras ilusiones basadas sólo en fantasías que se oponen a lo transmitido en la Torá, el Evangelio y las narraciones, así como a la razón, diciendo que el crucificado era Judas Iscariote y que es una cabra, aunque vuele?! O diremos que nuestras palabras son las que coinciden con los libros divinos: la Tora, el Evangelio y el Corán, y con lo establecido por el Mensajero de Dios y la familia de Muhammad (s), que el crucificado no era Jesús, que el crucificado era un hombre recto, que era uno de los sucesores de Dios en su tierra, y que era de la descendencia de Muhammad (s) y de Alí (a). Todos estos hechos provienen de los textos de la Torá, el Evangelio, el Corán y las palabras de Muhammad y la familia de Muhammad (a), y no hay oponentes considerables.

Ahora, que hemos demostrado que Jesús no fue crucificado, ni asesinado, y que hubo alguien parecido a él que fue crucificado, al cual conocemos por medio de la Torá, el Evangelio, el Corán y las palabras de Muhammad y de la familia de Muhammad (a), volvamos a lo que narró At-Tusi, que es que la gente no comprende la cuestión de la semejanza y la crucifixión, o no aceptan a la persona que los enfrenta, o que sea él. Entonces empiezan con ambigüedades como narró At-Tusi ‒que Dios tenga misericordia de él‒, de Abi Abdulá (a): «Ciertamente, cuando el Resurgente se levante, los hombres dirán: “¿Cómo puede ser si sus huesos se han descompuesto hace tanto tiempo?”».

O escribamos su argumento de otra forma: ¡¿Cómo es que el parecido crucificado es una persona que milagrosamente descendió a la Tierra y fue asesinado, y después nació como un niño y creció hasta ser el Resurgente o el Mahdi?!

De hecho, los que hacen esta objeción la plantean porque no saben o no prestan atención al hecho de que los espíritus fueron creados antes de este Mundo Físico, y esto está demostrado por el intelecto y las tradiciones:

El intelecto: no acepta que un espíritu inferior haya sido creado antes que un espíritu superior; porque depende de la existencia del superior. Este no es el lugar para discutir ni aclarar cómo se produjo la creación de la realidad absoluta, pero no hay nada de malo en hacer una simple aclaración: lo que emana de la realidad absoluta o de la creación más cercana a la realidad absoluta, no puede repetirse, de lo contrario, sería igual a la primera sin ninguna diferencia. Por eso, la creación posterior está más alejada de la realidad absoluta que la primera, es decir, es inferior. Por lo tanto, la primera creación es intermediaria de la segunda creación, es decir, como dijo el Altísimo «con mis manos»: {Dijo: «oh, Iblís, ¿qué te impidió postrarte ante lo que he creado con mis manos? ¿Te has ensoberbecido o eres de los superiores?»} sura «Sad» (Sad), 75. Por eso, la primera creación para la segunda es la mano de Dios, y la segunda creación para la tercera es la mano de Dios también. Es decir, que no se trata de una mano o de dos, sino de muchas manos, como dijo el Altísimo: {Y el cielo, lo hemos construido con manos, y ciertamente, somos expansores}. sura «Ad-Dariyat» (Los vientos huracanados), 47.

El intelecto dice que el espíritu de Muhammad (s), que es superior, fue creado antes que el espíritu de Adán que es inferior, y no existe ninguna evidencia intelectual que refute esta realidad. En cuanto al hecho de que Adán fue creado antes de Muhammad (s) en este Mundo Físico, no significa que proceda del espíritu de Adán, ya que la creación del cuerpo no está vinculada con la creación del espíritu, pues están en dos mundos diferentes.

El Corán respalda esta evidencia, que coincide con la sabiduría y el intelecto. Dijo el Altísimo: {Dijo: «oh, Iblís, ¿qué te impidió prosternarte ante lo que he creado con mis manos? ¿Te has ensoberbecido o eres de los superiores?»} sura «Sad» (Sad), 75. Dios está muy por encima de tener manos. Con «he creado con mis manos» se refiere una mano creada que representa a su fuerza, su voluntad y su capacidad de crear en esta posición, y esta mano o espíritu creado creó a Adán o fue intermediario en la creación de Adán (a). Por lo tanto, este espíritu es anterior a Adán, esta mano o espíritu creado es Muhammad (s) y quien quiera Dios que sea una mano para Él, Glorificado Sea, que lleve a cabo lo que Él quiera de la creación y en la creación: {Y el cielo, lo hemos construido con manos, y ciertamente, somos expansores}, sura «Ad-Dariyat» (Los vientos huracanados), 47. Estas son las manos de Dios con las cuales crea. Son las primeras creaciones de Dios y las más cercanas, {Éste es un advertidor de los advertidores primeros}, sura «An-Naym» (El astro), 56. Son los del rango superior a los que no se les ordenó prosternarse ante Adán (a) porque son superiores a él: {Dijo: «oh, Iblís, ¿qué te impidió prosternarte ante lo que he creado con mis manos? ¿Te has ensoberbecido o eres de los superiores?»}, sura «Sad» (Sad), 75. Los superiores: es decir, los espíritus que crearon a Adán, por eso no se les ordenó prosternarse ante Adán, porque están por encima de él y tienen un rango más alto que él.

En cuanto a las tradiciones: está claro que los espíritus de Muhammad (s) y de la familia de Muhammad (a) fueron creados mucho antes de la creación de Adán y de toda la creación, mucho antes de los cuerpos o de este Mundo Físico:

Del Corán:

Dijo el Altísimo: {Di: «Si tuviera, el Misericordioso, un hijo, yo sería el primero de los siervos»} sura, «Az-Zujruf» (Los ornamentos), 81. El versículo es en respuesta a aquellos que dicen que Jesús (a) es hijo de Dios. En resumen, la respuesta: niega esta filiación, considerando que Muhammad (s) es la primera creación, anterior a Jesús como existencia. Esta anterioridad tiene una explicación, es anterior en la adoración: {«yo sería el primero de los siervos»}. En conclusión: el versículo es claro al demostrar que el espíritu de Muhammad (s) fue creado antes del espíritu de Jesús (a) y Adán (a). Es más, antes de los espíritus de toda la creación, de lo contrario, no sería correcto describirlo como el primero de los siervos, anterior en tiempo o acción.

De las narraciones de los sunníes y shiíes:

De Al-Mufaddal que dijo: dijo Abu Abdulá (a): «Ciertamente, Dios Bendito y Altísimo, creó los espíritus dos mil años antes que los cuerpos. Hizo de los espíritus de Muhammad, Alí, Fátima, Alhasan y Alhusein, los más altos y más nobles, y de los imames después a ellos, las bendiciones de Dios sean con ellos. Los presentó a los Cielos, a la Tierra y a las montañas, y estos fueron cubiertos por la luz de ellos…» Muyammaa An-Nurain de Marandi, pág. 272.

As-Sadiq (a) dijo: «Ciertamente Dios hermanó a los espíritus en el Reino de los Cielos dos mil años antes de crear los cuerpos. Cuando el Resurgente de la Gente de la Casa se levante heredará al hermano con el que Dios lo hermanó en el Reino de los Cielos, y no heredará al hermano de madre». Bihar Al-Anwar, vol. 6, pág. 249.

Ahmed Bin Muhammad Bin Abdurrahman Bin Abdulá Bin Alhusein Bin Ibrahim Bin Yahia Bin Aaylan Al-Maruzi Al-Maqri nos narró: Abu Bakr Muhammad Bin Ibrahim Al-Yaryani nos narró: Abu Bakr Abdussamad Bin Yahia Al-Wasiti nos narró: Alhasan Bin Alí Al-Madani nos narró de Abdulá Bin Al-Mubarak, de Sufian AzẔuri, de Yáfar Bin Muhammad as-Sadiq, de su padre, de su abuelo, de Alí Bin Abi Tálib (a), que dijo: «Ciertamente, Dios, Bendito y Altísimo, creó la luz de Muhammad (s) cuatrocientos veinticuatro mil años antes de crear los Cielos, la Tierra, el Trono, la Silla, la Tabla, el Cálamo, el Paraíso y el Fuego, y antes de crear a Adán, a Noé, a Abraham, a Ismael, a Isaac, a Jacob, a Moisés, a Jesús, a David y a Salomón, y a todos los que dijo Dios, Poderoso y Glorioso, en sus palabras: “Y le otorgamos a Isaac y a Jacob” ‒hasta Sus palabras‒ “y les guiamos por el camino recto”, y Dios Exaltado y Majestuoso, creó con él, doce velos…» Al-Jisal de AsSaduq, pág. 482.

De Abi Said Al-Judari, que dijo: «Estábamos sentados con el Mensajero de Dios (s) cuando un hombre se le acercó y le dijo: “Oh, Mensajero de Dios, infórmame acerca de las palabras que dijo Dios, Poderoso y Glorioso, a Iblís {«¿Te has ensoberbecido o eres de los superiores?»}. Mensajero de Dios, ¿quiénes son los que están por encima de los ángeles?” Entonces el Mensajero de Dios dijo: “Yo, Alí, Fátima, Alhasan y Alhusein. Estamos por los pabellones del Trono glorificando a Dios. La glorificación de los ángeles fue por nuestra glorificación dos mil años antes de que Dios, Poderoso y Glorioso, creara a Adán. Cuando Dios, Poderoso y Glorioso, creó a Adán, ordenó a los ángeles prosternarse ante él y a nosotros no nos ordenó prosternarnos ante Adán.  Los ángeles se prosternaron excepto Iblís, pues se negó a prosternarse. Entonces Dios, Bendito y Altísimo, dijo: {«¿Te has ensoberbecido o eres de los superiores?»} es decir, aquellos cinco cuyos nombres están escritos en los pabellones del Trono. Así pues, nosotros somos la puerta de Dios que viene de Él. Por nosotros se guían los que se guían. A quien nos ame, Dios lo amará y lo hará habitar en su Paraíso. A quien nos odie Dios lo odiará y lo hará habitar en su Fuego. Sólo nos ama aquel que es bueno de nacimiento.”». Bihar Al-Anwar, vol. 25, pág. 2.

As-Saduq ‒que Dios tenga misericordia de él‒ narró en el libro Al-Miray con su cadena de narradores hasta Ibn Abbás, que dijo: «Oí al Mensajero de Dios (s) dirigiéndose a Alí diciendo: “Oh, Alí, ciertamente, Dios Bendito y Altísimo era, y no había nada con Él. Entonces me creó a mí y te creó a ti. Dos espíritus de la luz de su Majestad. Estábamos frente al trono del Señor de los mundos glorificando a Dios, santificándole, alabándole, agradeciéndole y saludándole. Esto fue antes de que Él creara los cielos y las tierras. Cuando quiso crear a Adán, me creó a mí y a ti de un barro único, de un barro superior, nos formó con esa luz y nos sumergió en todas las luces y ríos del Paraíso. Luego creó a Adán y le depositó sus huesos en ese barro y esa luz. Cuando lo creó, hizo salir a sus descendientes de su espalda, y los hizo hablar y reconocer el Señorío. Los primeros de la creación en reconocer el Señorío fuimos yo, tú y los profetas según su morada y su cercanía a Dios, Poderoso y Glorioso. Dios, Bendito y Altísimo, dijo: ‘Ambos habéis constatado y reconocido, Muhammad y Alí. Habéis precedido a mi creación en obedecerme. Así ibais a ser, según mi conocimiento previo se vosotros. Así pues, ambos sois los elegidos de mi creación y los imames de la descendencia de ambos y de vuestros shiíes. De esta manera os he creado…» Bihar Al-Anwar, vol. 25, pág. 3.

Al-Husein Bin Ubaidullah nos informó: Abu Muhammad nos informó: Muhammad Bin Humam nos relató: Alí Bin Al-Husein Al-Hamadani nos relató: Muhammad Bin Jalid Al-Barqi nos relató: Muhammad Bin Sinan nos relató, de Al-Mufaddal Bin Umar, de Abi Abdulá (a), de sus padres (a), del Comandante de los Creyentes (a), que dijo: «Un día, él estaba sentado en el patio mientras los hombres se reunían en torno a él. Entonces se levantó un hombre y le dijo: “Oh Comandante de los Creyentes, estás en el lugar que Dios te concedió, ¡y tu padre está siendo castigado en el Infierno!” Y él le dijo: “Silencio, que Dios te rompa la boca. Juro por aquél que envió a Muhammad con la verdad como profeta, que, si mi padre intercediera por cada pecador sobre la faz de la tierra, Dios Altísimo aceptaría su intercesión. ¡Mi padre castigado en el fuego y su hijo el supervisor del fuego!” Luego dijo: “Juro por aquél que envió a Muhammad con la verdad como profeta, que la luz de Abu Tálib el Día de la Resurrección opacará todas las luces de la creación excepto cinco: la luz de Muhammad (s), mi luz, la luz de Fátima y las dos luces de Alhasan y Alhusein, y de sus hijos los imames, pues la luz de él es nuestra luz, de la cual Dios, Poderoso y Glorioso, lo creó dos mil años antes de la creación de Adán.”». Amali de At-Tusi, pág. 305, Maaia Munqaba de Ibn Shadan al-Qummi, pág. 174, Kanz Al-Fawaid de Karayki, pág. 80.

Del Comandante de los Creyentes, Alí Bin Abi Tálib, que dijo: «Era Dios y no había nada con Él. Lo primero que creó fue la luz de su amado Muhammad (s), veinticuatro mil cuatrocientos años antes de crear el agua, el Trono, la Silla, los Cielos, la Tierra, las Tablas, el Cálamo, el Paraíso y el Fuego, los Ángeles, a Adán y a Eva. Cuando Dios Altísimo creó la luz de nuestro profeta, Muhammad (s) permaneció mil años entre las manos de Dios, Poderoso y Glorioso, glorificándole y alabándole, mientras la Verdad Bendita y Altísima le observaba… Cuando las luces se completaron, la luz de Muhammad habitó bajo el Trono setenta y tres mil años. Luego su luz se trasladó al Paraíso y permaneció allí setenta mil años. Luego se desplazó a Sidra Al-Muntaha[7] y allí permaneció setenta mil años. Luego su luz se desplazó al Séptimo Cielo, luego al Sexto Cielo, luego al Quinto Cielo, luego al Cuarto Cielo, luego al Tercer Cielo, luego al Segundo Cielo, luego al Cielo del Mundo Temporal, y su luz permaneció en el Cielo del Mundo Temporal hasta que Dios Altísimo quiso crear a Adán …» Bihar Al-Anwar, vol. 15, págs. 27-31.

Yábir Bin Abdulá narró: «Dije al Mensajero de Dios: ¿Qué fue lo primero que creó Dios Altísimo? Dijo: “La luz de tu profeta, Yábir. Luego, a partir de ella, creó todo lo bueno. Luego la estableció entre sus manos en el lugar de cercanía que Dios quiso. Y la dividió en partes. Creó el Trono de una parte, la Silla de otra parte, los portadores del Trono y los guardianes de la Silla de otra parte y estableció la cuarta parte en el lugar del amor por lo que Dios quiere. Y la dividió en partes. Creó el Cálamo de una parte, las Tablas de otra parte, el Paraíso de otra parte y estableció la cuarta parte en el lugar del temor por lo que Dios quiso. Y la dividió en partes. Creó a los ángeles de una parte, al Sol de otra parte, a la Luna y a los planetas de otra parte y estableció la cuarta parte en el lugar de la esperanza por lo que Dios quiso. Y la dividió en partes. Creó el intelecto de una parte, la ciencia y la indulgencia de otra parte, la infabilidad y la conciliación de otra parte y estableció la cuarta parte en el lugar de la humildad por lo que Dios quiso. La miró con el ojo de la solemnidad y filtró aquella luz, y de ella gotearon ciento veinticuatro mil gotas. De cada gota Dios creó el espíritu de un profeta y un mensajero. Luego los espíritus de los Profetas respiraron y de sus alientos Dios creó los espíritus de los patronos, de los mártires y de los virtuosos.”». Bihar Al-Anwar, vol. 25, pág. 22.

De Muhammad Bin Sinan, de Ibn Abbás, que dijo: «Estábamos con el Mensajero de Dios y se acercó Alí Bin Abi Tálib, y le dijo el Profeta: “Bienvenido aquél al que Dios creó cuarenta mil años antes que a su padre.”» Dijo: «Entonces dijimos: “Oh, Mensajero de Dios, ¿acaso al hijo antes que al padre?” Y dijo: “Sí, ciertamente Dios me ha creado a mí y a Alí de una sola luz, esta cantidad de tiempo antes de crear a Adán. Luego la dividió en dos mitades, y creó las cosas de mi luz y de la luz de Alí (a). Luego nos colocó a la derecha del Trono y nosotros glorificamos, entonces los ángeles glorificaron. Nosotros dijimos “no hay dios sino Dios” y ellos dijeron lo mismo. Nosotros dijimos “Dios es el más grande” y ellos dijeron lo mismo. Así que todo el que glorifique a Dios o lo engrandezca, lo hace por la enseñanza de Alí.”» Bihar Al-Anwar, vol. 25, pág. 24.

Abdulá Bin Al-Mubarak, de Yáfar Bin Muhammad, de su padre, de su abuelo, del Comandante de los Creyentes (a), que dijo: «Ciertamente, Dios creó la luz de Muhammad catorce mil años antes que las criaturas, y creó de ella doce velos, y el significado de los velos son los imames.» Bihar Al-Anwar, vol. 25, pág. 21.

Extracto de Abul Hasan Alí Bin Muhammad conocido como Al-Magazli Al-Wasiti Ash-Shafii en su libro Al-Munaqib, que Salman Al-Farsi dijo: «Oí a mi amado Muhammad (s) decir: “Éramos yo y Alí una luz entre las manos de Dios, Poderoso y Glorioso. Dios glorificó esa luz y la santificó catorce mil años antes de crear a Adán. Cuando Adán fue creado, esa luz fue depositada dentro de su columna vertebral, y yo y Alí estábamos juntos como una sola cosa hasta que fuimos separados en la columna vertebral de Abdul Muttalib, así que en mí está la Profecía y en Alí el imamato.” Yanabi Al-Muwadda, vol. 1, pág. 47. Y el hadiz de Salman lo contempla también en: Tarij Madina Dimashq (Historia de la Ciudad de Damasco), vol. 42, pág. 67, Manaqib Ibn Magazli, pág. 87, Fadail As-Sahaba de Ibn Hanbal, vol. 2, pág. 662, Manaqib Al-Jawarizmi, pág. 145.

Ibn Al-Magazli narró también, de Salim Bin Abil Yaad, de Abu Darr, que dijo: «Oí al Mensajero de Dios decir: «Éramos yo y Alí una luz a la derecha del Trono entre las manos de Dios, Poderoso y Glorioso. Dios glorificó esa luz y la santificó catorce mil años antes de crear a Adán. Yo y Alí estábamos juntos como una cosa sola hasta que nos separamos en la columna vertebral de Abdul Muttalib. Así que una parte era yo y una parte Alí.» Yanabi Al-Muwadda, vol. 1, pág. 47.

Y fue narrado que Ibn Abbás dijo: «Oí al Mensajero de Dios decir: “Yo y Alí éramos una sola luz entre las manos de Dios, catorce mil años antes de que creara a Adán. Cuando Dios creó a Adán, esa luz se estableció en su columna vertebral, y Dios continuó transmitiéndola de una columna vertebral a otra hasta que se estableció en la columna vertebral de Abdul Muttalib. Luego Dios la extrajo de Abdul Muttalib y la dividió en dos partes; una parte para la columna vertebral de Abdulá y la otra parte para la columna vertebral de Abi Tálib. Así pues, Alí es de mí y yo soy de él, su carne es mi carne y su sangre es mi sangre, y a quien lo ame de verdad yo lo amo, y quien lo odie me odia a mí, así pues, yo le odio”». Naḋum Durar As-Simtain de Az-Zarandi Al-Hanafi, pág. 79, y fue narrado también en su libro Maariy Al-Wusul Ila Maarifa Al Ar-Rasul, pág. 33.

Abdul Wahab Bin Aata nos informó, de Said Bin Abi Aaruba, que Qatada dijo: Umar Bin Aasim Al-Kilabi nos informó, que Abu Hilal nos informó, de Qatada, que dijo: «El Mensajero de Dios –bendígale Dios en entrega‒ dijo: “Fui el primero de los hombres de la creación y el último en ser enviado”». At-Tabaqat Al-Kubra, vol. 1, pág. 149.

Abu Humam Al-Walid Bin Shuya Bin Al-Walid al-Bagdadi nos informó que Al-Walid Bin Muslim, de Al-Auzai, de Yahia Bin Abi Kazir, de Abu Salama, de Abu Huraira, que dijo: Dijeron: «Oh, Mensajero de Dios –bendígale Dios y en entrega– ¿cuándo se te dio la profecía?» Dijo: «Cuando Adán estaba entre el espíritu y el cuerpo». Esta es una narración buena y auténtica. Sunan at-Tirmidi, vol. 5, pág. 245.

Nos narraron Abu an-Nadir al-Faqih y Ahmed Bin Muhammad Bin Salama al-Anzi, que ambos dijeron: De Uzmán Bin Said Ad-Darmi y Muhammad Bin Sinan al-Awfí, de Ibrahim Bin Tahmán, de Badil Bin Maisara, de Abdulá Bin Shaqiq, de Maysara Al-Fajir, que dijo: «Dije al Mensajero de Dios: “¿cuándo fuiste Profeta?” Dijo: “Cuando Adán estaba entre el espíritu y el cuerpo”. Esta es una narración de cadena auténtica.» Al-Mustadrak de Hakim, vol. 2, pág. 608.

Ahora, ha quedado claro por el Corán y las narraciones que los espíritus de Muhammad y de la familia de Muhammad (a) ya existían en el tiempo que Jesús fue enviado, incluso antes de su nacimiento. Nada impide crear un cuerpo físico para el espíritu de cada uno de ellos. O en realidad, aparece en el mundo físico con una imagen parecida a Jesús (a) por la voluntad de Dios, por su fuerza y su poder, al menos como la aparición de Gabriel –que es un espíritu– a Muhammad (a) en este Mundo Físico, en la forma de Dahia al-Kalbi.[8] Yo digo: ¿hay algún impedimento intelectual ahora que los textos y el intelecto han demostrado esta cuestión?

Entonces, quien lo rechaze y diga que esto no es razonable, ¿tiene alguna alternativa respaldada por los textos, la razón y la sabiduría como es el caso de lo postulado? ¡O solamente obstinación para discutir e ir tras los deseos solo para rechazar la verdad!

Aceptar la realidad tal como es, puede ser difícil, especialmente con la ignorancia, el demonio y sus soldados que trabajan duro por evitar que los hombres escuchen la verdad y oigan las palabras de Dios, y se subordinen a la evidencia y reconozcan la verdad. Pero cuando la evidencia se ha establecido para mostrar la realidad, queda que los intelectuales digan «sí, esta es la verdad, la vemos claramente», de lo contrario, no serían ni hombres ni intelectuales.


[1] El libro Alegorías, en sus cuatro volúmenes, el Sayed Ahmed Alhasan (a) aclara la confusión en materia de creencia y en el cuarto volumen presenta la cuestión del hombre parecido crucificado. Véase Apéndice 5.

[2] Para los cristianos, por la declaración de sus diferencias y su falta de claridad sobre la verdad, basta con que haya grupos entre ellos que creen en el Evangelio de Judá. Son cristianos y la Iglesia no puede privarlos de su identidad. Para más información véase el apéndice 3.

En cuanto a los musulmanes, me conformo con citar las palabras de dos eruditos musulmanes:

Primero: del sunní At-Tabarí, (m. 310 H.) cuando dice: «… los intérpretes difieren en las características de la semejanza que hizo creer a los judíos que era Jesús, pues algunos de ellos dijeron: “Cuando los judíos lo rodearon a él y a sus compañeros, se equivocaron, no podían confirmar que fuera el mismo Jesús porque la imagen de todos se había transformado en Jesús, ésta se había formado para los que querían matar a Jesús y Jesús no estaba entre ellos. Uno que estaba en la casa con Jesús salió a ellos y lo mataron suponiendo que era Jesús…”. Otros dijeron: “Jesús incluso preguntó a los que estaban con él en la casa, sobre quién sería arrojada su semejanza. Entonces un hombre se adelantó y sobre él fue arrojada su semejanza. Asesinaron a ese hombre y Jesús, el hijo de María (a), ascendió.”» Yamia Al-Bayan.

Segundo: del sheij At-Tusi (m. 460 H.) donde dijo: «No estaban de acuerdo en cómo a los les pareció que era Jesús y Wahab Bin Minbah dijo…» luego cita las palabras de los que interpretaron esto. Véase At-Tibyan vol. 3, págs. 382-385.

La personalidad del crucificado y los detalles de lo sucedido son por lo tanto desconocidos para los eruditos musulmanes, al igual que son desconocidos para los eruditos de la Iglesia, pero hoy la mayoría de ellos apoyan decir que Jesús fue el crucificado, aunque los primeros cristianos decían otra cosa. Además, son incapaces al mismo tiempo de concilar esto con los textos del Evangelio que explican que el crucificado fue otra persona, como lo aclaró el Sayed Ahmed Alhasan en éste, su libro, la más maravillosa aclaración.

[3] Aunque esto está claro, los eruditos de la Iglesia recurren una vez más a la cuestión de las hipóstasis para justificar que Jesús haya llamado “mujer” a su madre. El padre Tadros Yacoub en su interpretación dice: “No dijo “madre”, sino “mujer”, porque lo que él practica al convertir agua en vino no emana de un ser humano que ha tomado su cuerpo de ella, sino una acción de su divinidad”. ¡Como si esta falsa creencia fuera una percha sobre la cual cuelgan sus ilusiones cuando quieren!

[4] Por ejemplo, cito dos textos, el primero: de Badr Ad-Din Al-Aaini, quien dice en una declaración: {Y no lo mataron, y no lo crucificaron, pero les pareció eso}: “… y es que, cuando preparaban la madera sobre la cual crucificarle, Dios Altísimo arrojó la semejanza de Jesús sobre aquel que lo señaló. Su nombre: Judas. Y a él lo crucificaron en su lugar, suponiendo que era Jesús. Y Dios hizo ascender a Jesús al Cielo…” Umdat Al-Qari en la explicación del Sahih Al-Bujari, vol. 12, pág. 35.

El segundo: del intérprete de los shiíes, Nasir Makarim Ash-Shirazi, cuando dice: “De todos los textos del Evangelio se deduce que el arrestado prefirió permanecer en silencio frente a Pilatos, el gobernante romano de la casa sagrada –en ese entonces‒ y dijo poco en su propia defensa. Es muy improbable que Jesucristo cayera en tal peligro y no se defendiera como debería, conocido por su oratoria elocuente, valentía y gallardía. ¿No es posible que en esta situación fuera otra persona ‒como “Judas Iscariote” que traicionó, alcahueteó a Jesucristo y se parecía mucho a él– haya ocupado el lugar de Jesús en el arresto y que por el horror de la situación haya caído presa del miedo y del terror, y no haya podido defenderse o decir algo frente a sus torturadores? …” Tafsir Al-Amẕal, vol. 3, p. 529.

El Centro Sistani para la Investigación Teológica, responde sobre el parecido y dice: “… es indiscutible que el arresto de Jesucristo ocurrió como resultado de la traición de uno de los discípulos, Judas Iscariote. El Sagrado Corán prueba que el que fue arrestado y luego crucificado les pareció que era Cristo, es decir que Dios Altísimo castigó a Judas el traidor, y lo hizo parecerse a Cristo y lo crucificaron en su lugar. {Y no lo mataron, y no lo crucificaron, pero les pareció eso}, sura «An-Nisaa» (Las mujeres), 157. Así, el misterio del Evangelio y la extraña contradicción de cómo terminó Judas queda aclarado, ya que los Evangelios difieren en si tuvo arrepentimiento y remordimiento o no, incluso difieren en cómo murió, es más, difieren hasta en si murió o no. Así que tenemos derecho a decir, un traidor como Judas, ¿cómo es que los cristianos de ese entonces lo ignoraron, incluso después de un tiempo? ¿Cómo es que abandonaron sus noticias y dejaron de saber su destino, al cual se debería poner atención y dejaron pasar su castigo y desgracia en este mundo, para que la fe y la tranquilidad crezca en los hombres?” Centro Sistani para la Investigación Teológica, www.aqaed.com/faq/2052

[5] Poco después aclararemos las narraciones de los libros shiíes y sunníes.

[6] En la fuente: “aceptó” y lo correcto es lo que hemos establecido. En la edición del Instituto Científico, Beirut – Líbano, ed. 1 del año 1428 H. – 2007, págs. 700-701, está con la palabra “aceptó”, como hemos demostrado.

[7] Un árbol del Paraíso.

[8] La aparición del espíritu o ángel en un cuerpo es tan constante en la Biblia como su aparición a Háyar (Agar) (véase Génesis 16, 7), a María y a Jacob. Antonios Fekry, con respecto a la interpretación de la aparición del ángel a Jacob, dice: “Las criaturas espirituales como los ángeles sólo pueden ser vistas por nosotros si toman una forma tangible que podamos ver, y eso es cuando Dios quiere y lo permite.” Interpretación de Lucas 1.

En cuanto a la cuestión de la aparición de Gabriel en la forma de Dahia al-Kalbi, pues es una cuestión muy conocida por todos los musulmanes, y sólo citaremos breves ejemplos: de Muhammad Bin Yahia Al-Jazamí, del Abi Abdulá (a), que dijo: «Abú Darr fue al Mensajero de Dios (s) y con él estaba Gabriel, en la forma de Dahia al-Kalbi. El Mensajero de Dios se lo llevó a solas. Cuando él los vio a ambos, se alejó de ellos y no interrumpió sus palabras…” Al-Kafi de sheij Al-Kulaini, vol. 2, p. 587.

El sheij Al-Mufid dijo: “En cuanto a las narraciones que hablan de ver ángeles en forma de humanos en las naciones anteriores y en esta nación, son incontables, ya que se narró que algunos de los compañeros vieron a Gabriel en la forma de Dahia al-Kalbi.” Awail al-Maqalat, pág. 288.

An-Nisai narró en su Sunan: “Muhammad Bin Qadama nos informó, de Yurair, de Abi Farwa, de Abi Zara, de Abi Huraira y Abu Darr… “Estábamos sentados con el Mensajero de Dios –bendígale Allah y en entrega- en su casa, cuando se acercó un hombre de hermoso rostro… era Gabriel, que había descendido en la forma de Dahia al-Kalbi.” Sunan de An-Nisai, vol. 8, págs. 101-103.

Al-Bani narró en Silsila As-Sahiha, de Ibn Aamr que dijo: “Gabriel vino al Profeta en la forma de Dahia al-Kalbi”, vol. 3, pág. 103 bajo el número 111, y dijo de él: “su cadena es auténtica según Muslim”.

Ibn Hayar dijo: “¿Hay ángeles que sean compañeros?  Los ángeles son cuerpos ligeros capaces de formarse y aparecer en diferentes formas. Adoptan formas buenas, tales como la obediencia y las situaciones de Gabriel con el Profeta ‒bendígale Dios en entrega‒ cuando le informó la revelación y cuando apareció en la forma de Dahia al-Kalbi…” Al-Isaba, vol. 1, pág. 9.


Extracto del libro El decimotercer discípulo de Ahmed Alhasan (a)