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La reproducción sexual (o la reproducción con participación genética entre dos individuos) es un resultado que la evolución ha de alcanzar a medida que los organismos se forman y se hacen más complejos; porque como estrategia de supervivencia es mejor que la reproducción asexual, ya que la reproducción asexual en una especie determinada significa que sus miembros serán copias idénticas, repetidas por el mismo mapa genético. Esto significa que cualquier carencia al enfrentar enemigos será arrastrada en la misma medida a todos los miembros de la especie y, en consecuencia, un virus determinado, por ejemplo, puede extinguir a todos los miembros de la especie con toda facilidad, mientras que la reproducción sexual ofrece un número enorme de mapas genéticos que se adaptan a los miembros de la misma especie. Así pues, cada pareja puede generar mapas de hijos que tengan mapas completamente diferentes al de los padres y los demás hermanos. Esta ventaja permite a la especie resistirse a la extinción otorgándole una mayor oportunidad de sobrevivir; porque cualquier enemigo puede derrotar a uno de los miembros de la especie, pero no significa que pueda derrotar definitivamente a los demás miembros; porque sus mapas genéticos son diferentes y por consiguiente son distintos, y sus capacidades y resistencias se diferencian.

Por lo tanto, las mutaciones han de brindar la ventaja de la reproducción sexual tarde o temprano y la selección natural ha de seleccionar esta ventaja y consolidarla porque es una ventaja ideal para la supervivencia, ya que la reproducción sexual es una condición ideal para resistir a las enfermedades, a las epidemias y a los enemigos. Por tanto, la evolución ha de alcanzar la característica de la reproducción sexual.

La característica de la reproducción sexual requiere sobre todo el encuentro de la pareja y el acercamiento entre ambos. Esto significa su reunión en un lugar y esto representa el primer paso hacia la construcción de la familia estable, pero sigue siendo solo un paso al principio del camino; porque la actividad sexual está limitada al momento que se requiere, que es el de la fecundación, pues la mayoría de los organismos ya han desarrollado en sus hembras, por ejemplo, mecanismos que anuncian que están listas para la fecundación. Significa que la actividad sexual está limitada y no puede ser una causa de la construcción de la familia. Por ejemplo, a las hembras del chimpancé se le hinchan los genitales para anunciar que están listas para la fecundación.

Con respecto a los homínidos, podría ser que el siguiente paso en la construcción de la familia haya sido después del uso de vestimenta, lo cual jamás habría sido una decisión fácil; ya que debía haber una causa lógica y lo bastante fuerte como para que una ley de la selección natural permita el uso de vestimentas; porque la vestimenta cubrirá los órganos reproductores o las características distintivas. Esto significa en pocas palabras, una dificultad para distinguir el momento de fecundación de la hembra y, por consiguiente, un fracaso en la reproducción. Propondré algunas hipótesis del uso de vestimentas, tales como:

— El frío: aunque el hecho de que los antropoides estuvieran en la cálida o templada sabana africana, así como la posibilidad de que se ocuparan de la cuestión del frío con capas de grasa debajo de la piel como realmente es, puede que esta respuesta no sea suficiente para explicar el uso de vestimentas.

— El pudor: que los genes habrían fomentado como respuesta a la batalla genética con el compañero sexual que busca propagar sus genes sin sufrir las molestias de la crianza de los hijos y las pérdidas que esto representa, para propagar un número mayor de genes individuales. Pudor aquí se entiende como el pudor que orienta a proteger los órganos sexuales de quien no es su pareja. Puede ser que este tipo de pudor sea una causa del comienzo del uso de vestimentas que ocultan los órganos sexuales y cumplen su propósito.

Podemos decir también: que la necesidad de vestimenta para protegerse de los enemigos y de las armas de las presas alentó a los antropoides a usar vestimentas, pues la vestimenta de cuero constituye una armadura que lo protege de los cuernos de las presas y quizás hasta de las lanzas de otras razas de homínidos que comparten una región para vivir. Esto puede explicar la extinción de especies de homínidos y la supervivencia del Homo sapiens, considerando que descubrió no solamente las armas como las hachas y las lanzas, sino también las armaduras o ropa de cuerpo. En realidad, lo más probable sea que la edad de las armaduras de cuero venga de la edad de las armas de piedra, especialmente cuando las armaduras de cuero estuvieron ampliamente disponibles después de la fabricación de las armas y de poder cazar numerosas presas.

Nada impide que esta armadura haya ofrecido otras utilidades a quienes las utilizaban tales como el resguardo del frío en tiempos posteriores o la cobertura de los genitales y la fidelidad a la pareja.

Podemos imaginar que con el pasar del tiempo la actividad sexual evolucionó hacia un deseo continuo resultado del uso de vestimenta; porque los individuos que no tienen actividad sexual a menos que estén visibles las señales distintivas, no podrán trasmitir sus genes a las generaciones posteriores después de que estas señales estén cubiertas con vestimentas; porque ellos, en pocas palabras, no tendrán actividad sexual o la tendrán en forma limitada y tal vez coincida poco con el tiempo de fecundación, lo cual también hace que la trasmisión de sus genes a las generaciones posteriores sea limitada. Cuando hay individuos que tienen actividad sexual continua es inevitable que alguna de sus actividades sexuales coincida con los tiempos de fecundación. Tales individuos tendrán más éxito en trasmitir sus genes en mayor medida que otros y de esta manera, es natural que al final prevalezca la característica de la actividad sexual continua; porque es una característica eficaz que permanece por la selección natural en las generaciones posteriores. Con el correr del tiempo es de esperar que desaparezcan las señales distintivas, así como la preparación para la fecundación; porque también tienen un costo económico, así que es probable que desaparezcan con la marcha de la evolución como las demás características cuando ya no son necesarias.

La relación sexual que evolucione hacia una relación continua y no solamente cuando esté preparada para la reproducción conducirá hacia una profundización de la relación entre los cónyuges y hará crecer el vínculo entre ellos. Así fue éste el primer paso en la formación de la familia. De esta manera, hemos demostrado con un método científico, que la familia se formó desde tiempos muy remotos, anteriores a la salida del Homo sapiens de África; porque el uso de vestimenta en los homínidos en general, se remonta aproximadamente a 170 mil años y hay algunas evidencias de que tal vez el uso de vestimentas se remonte a antes de ese tiempo.[1]

El especialista en genética de la Universidad de Florida, el doctor David Reed, ha estudiado la evolución genética de las especies de piojos que acechaban al ser humano y que son de tres tipos: piojos de la cabeza, piojos púbicos y piojos de la ropa. Encontró una coincidencia entre su historia evolutiva y la historia evolutiva del ser humano, y determinó el período de tiempo en el que se separaron de sus ancestros, los cuales afectaban a algunos animales. Encontró según su investigación que el ser humano desprovisto de cabello en el cuerpo existió tal vez por un tiempo que pueda extenderse a tres millones de años. Así está mencionada en el sitio de noticias de la Universidad de Florida, la conclusión a la que llegó el investigador David Reed en su investigación genética:

«El hombre usa vestimentas desde hace más de 170.000 años, pues los piojos de la ropa descienden de los piojos de la cabeza y la separación entre las dos especies comenzó después de que el hombre usara vestimentas».[2]

Ilustración 11: Esquema donde se muestra claramente la separación entre los piojos de la ropa y los piojos de la cabeza, con la cual se determina la fecha del uso de vestimentas del ser humano

Fuente: Toups and al., Origin of clothing lice indicates early clothing use by anatomically modern humans in Africa[3]

Creo que la explicación científica que he presentado sobre este tema es suficiente para refutar la teoría social que se basa en que la familia se habría formado recientemente —dentro del marco de diez mil años— y que su formación habría sido un resultado de que los hijos se reúnan en torno a su madre, pues según esta teoría ellos no conocían a sus padres por la existencia de sexualidad libre. Así pues, ahora tenemos evidencia de que la familia tal vez se haya formado mucho tiempo antes, tal vez antes de la aparición del Homo sapiens.

[1] Canal de video del libro La Ilusión del Ateísmo (2013/09/04). La evolución genética de los piojos – David Reed. Disponible en http://www.youtube.com/watch?v=67V7spWYd3U

[2] Danielle Torrent (January 6th, 2011). UF study of lice DNA shows humans first wore clothes 170,000 years ago. UF News University of Florida. Available at:

http://news.ufl.edu/2011/01/06/clothing-lice/

[3] Fuente: Toups, M. A., Kitchen, A., Light, J. E., & Reed, D. L. (2011). Origin of clothing lice indicates early clothing use by anatomically modern humans in Africa. Molecular biology and evolution, 28(1), 29-32. Available at: http://mbe.oxfordjournals.org/content/28/1/29.full


Extracto del libro La ilusión del ateísmo de Ahmed Alhasan (a)